El objetivo principal de esta presentación es mostrar el trabajo que ha desarrollado la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para la enseñanza y la difusión de la lengua y la cultura de México en países no hispanohablantes, principalmente Estados Unidos, como propuesta de algunas estrategias académicas que pueden llevarse a cabo para contribuir a una exitosa difusión de la lengua española en países no hispanohablantes.
Reflexionaremos sobre el estado actual del español en el contexto globalizado con que iniciamos este siglo, los cambios demográficos de los últimos años y las tendencias hacia el futuro. Haremos una síntesis del trabajo realizado en la UNAM desde la creación, en 1921, del Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE) y la creación y el desarrollo de sus escuelas en Estados Unidos y Canadá.
Desglosaremos los proyectos estructurales que el CEPE ha venido desarrollando con mayor intensidad en los últimos años en cuatro ejes fundamentales:
Partiendo de la perspectiva que plantea Ramírez, quien sostiene que «la promoción exterior de una lengua constituye una estrategia de promoción cultural de un estado-nación en concordancia con los intereses de su política exterior y cuyos alcances se encuentran determinados por el grado de poder lingüístico», consideramos que los proyectos que la UNAM ha desarrollado en materia de difusión del español constituyen algunas estrategias académicas que pueden llevar a cabo los países hispanohablantes para fortalecer el crecimiento de nuestro idioma y nuestra cultura en el exterior. Estos proyectos, que desglosaremos en el cuerpo de este trabajo, tienen por objeto no solo el establecimiento de objetivos y contenidos de enseñanza y evaluación de la lengua, sino también la creación de un marco de validez internacional, al corresponderse con los criterios establecidos por el Marco Europeo Común de Referencia para las lenguas. Cada acción contribuye al fomento del español, pero más importante aun es la interrelación que existe entre cada una de las acciones y su vinculación con la realidad educativa internacional.
En este sentido, consideramos que es de suma importancia que la difusión del español no solo constituya una prioridad en la política exterior de cada país hispanohablante, sino que también las entidades gubernamentales y las universidades de América Latina unan esfuerzos para impulsar políticas de promoción lingüística en el exterior, promoviendo todas las acciones que puedan plantearse y que conlleven a una influencia más real del mundo hispanohablante en español y que las aportaciones del mundo hispano en materia científica, política, económica y cultural puedan darse en español y ser reconocidas internacionalmente.
Según Ramírez, una forma recurrente de intentar medir el grado de influencia de las lenguas la proveen cuatro criterios que podríamos llamar clásicos: el demolingüístico, es decir, el número de hablantes de una lengua; el econolingüístico, es decir, la importancia económica de sus comunidades de habla; el glotopolítico, es decir, su uso como lengua oficial o de organizaciones internacionales y el prestigio socio-literario, medido por la publicación de textos. En cada uno de estos criterios y según diversas fuentes oficiales de información citadas por Ramírez, el español aparece entre los primeros tres lugares.
El español es, según el criterio demolingüístico, la tercera lengua del mundo, después del chino (mandarín) y el inglés. Pese a ser una lengua hablada en zonas distantes, hasta ahora existe una cierta uniformidad en el nivel culto del idioma que permite a las personas de uno u otro lado del Atlántico e intracontinentalmente entenderse con relativa facilidad. Las mayores diferencias son de carácter suprasegmental (es decir, la variada entonación) y lexical, que es uno de los aspectos lingüísticos que con mayor obviedad refleja la variación dialectal, por razones históricas (principalmente las diferencias en las fechas de llegada de los españoles a las distintas zonas de América) y por la influencia de las lenguas autóctonas americanas. Sin embargo, la ortografía y la norma lingüística aseguran la uniformidad de la lengua, de ahí la necesidad de colaboración entre las diversas Academias de la Lengua para preservar la unidad, hecho al que contribuye de manera relevante la difusión de los productos literarios, científicos, pedagógicos, cinematográficos, televisivos, comunicadores e informáticos.
El español es el segundo idioma hablado en Estados Unidos, país que cuenta con varias cadenas de radio y televisión con emisiones totalmente en español; asimismo, y por razones estrictamente económicas, es la lengua que más se estudia como idioma extranjero en los países no hispanohablantes de América y Europa. Según Antonio Aja, del Centro de Estudios de Migraciones Internacionales de la Universidad de la Habana, «25 millones de latinoamericanos viven fuera de sus países de origen, 18 millones de ellos en Estados Unidos, 4 millones en países de propia región y el resto en otras zonas del mundo, principalmente en Europa».
Lejanos ya los tiempos en que fue considerada la lengua diplomática, cuando fue sustituida por el francés, hoy es lengua oficial de la ONU y sus organismos, de la Unión Europea y otros organismos internacionales. Ha sido incluida como idioma dentro de las grandes autopistas internacionales de la información como Internet, lo que asegura la constante traducción de las innovaciones informáticas, su difusión y su intercomunicación.
Así, todo parece augurar que en el siglo xxi el español será una de las lenguas de mayor difusión. Es importante, por lo tanto, que, quienes tenemos la fortuna de hablarlo, realicemos todos los días la más fuerte defensa de sus principios y su preservación para continuar con el gran legado de hombres como Cervantes Saavedra, Octavio Paz, Nebrija, Borges, Amado Nervo, García Márquez y tantos más que tan bien se han expresado con ella.
El Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE) es una institución de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que, a lo largo de su existencia, ha construido una historia de éxito en los campos de la enseñanza y la difusión de la lengua y la cultura mexicana.
En el año de su fundación, 1921, el centro fue concebido como una escuela de verano. La idea era que los alumnos del extranjero, principalmente de los Estados Unidos, tomaran cursos de español, historia, literatura y arte. En pocas palabras, mostrarles lo mejor de México y transformarlos en embajadores de nuestra lengua y cultura.
El entonces rector, José Vasconcelos, fue su fundador y contó con el apoyo de intelectuales de talla internacional. Hombres que eran una muestra de la mejor inteligencia de la época. Sin duda alguna, figuras como Pedro Henríquez Ureña, Julio Torri, Vicente Lombardo Toledano, Carlos Pellicer, Alfonso Caso, Jaime Torres Bodet, Daniel Cosío Villegas, Manuel Gómez Morín y Manuel Gamio, entre otros destacados universitarios, tuvieron mucho que ver en el futuro y el éxito del proyecto educativo.
Con el paso del tiempo, la escuela de verano fue creciendo en importancia y reconocimiento. Sus cursos comenzaron a tener mayor profundidad y fueron aceptados como créditos universitarios en distintas instituciones; el centro y su cuerpo académico iban obteniendo reconocimiento nacional e internacional.
El crecimiento de la comunidad hispanohablante en Estados Unidos generó, hacia los años cuarenta del siglo pasado, una demanda de servicios educativos y vinculación con nuestro país que fue acogida por la UNAM. Como resultado de esto, en 1944 comenzaron a ofrecerse, en San Antonio, Texas, cursos de español en lo que más adelante sería la primera escuela de extensión de la Universidad: la Escuela Permanente de Extensión en San Antonio (EPESA).
Hoy en día, la EPESA simboliza una tradición de colaboración cultural y académica entre México y los Estados Unidos. Gracias a su labor es posible promover un mejor entendimiento entre ambas naciones, así como la colaboración académica de la UNAM con instituciones de educación superior estadounidenses.
La UNAM y el CEPE, siguiendo la tradición de afrontar nuevos retos, crearon en 1995 la Escuela de Extensión en Canadá (ESECA), institución que constituyó el tercer punto de un triángulo de relaciones universitarias entre los países que integran la denominada región de América del Norte, en el contexto del inicio del Tratado de Libre Comercio en esta región. La ESECA realiza, desde entonces, funciones de gran relevancia. Su trabajo ha sido reconocido por distintos actores académicos, culturales y sociales de Canadá.
En la actualidad, se han desarrollado escuelas de extensión en dos importantísimos espacios de concentración poblacional de origen mexicano: Chicago y Los Ángeles. Con estas se busca dar apoyo a nuestros compatriotas en aquellas ciudades. Es importante mencionar que la respuesta de la sociedad y las distintas autoridades de los sectores público y privado (así como de instituciones académicas y culturales de ambos países) a estos proyectos ha sido extraordinaria.
En las escuelas de extensión (en nuestro país existen también dos escuelas de extensión fuera del campus universitario: CEPE Taxco, en el Estado de Guerrero y CEM Polanco, en la zona norte de la Ciudad de México) se ofrece una amplia gama de cursos y servicios académicos: cursos de español como lengua extranjera, de inglés, de francés, de cultura mexicana, de formación de profesores de español, exámenes de certificación de dominio de la lengua española y diplomados de arte, historia y literatura de México, así como diversas actividades culturales y de vinculación con la comunidad.
Resulta halagador observar cómo lo que un día fue una escuela de verano para 67 alumnos se ha convertido en un importante centro de enseñanza y difusión de nuestra lengua y cultura con siete sedes en tres países y más de 7000 alumnos al año. El futuro de esta aventura, estamos seguros, seguirá siendo de gran importancia para nuestra Universidad y para nuestro país.
Para ejercer una política eficaz de difusión de la lengua española ha sido necesario, entre otros programas, articular cuatro ejes estratégicos:
Desde nuestra perspectiva, solo la articulación coherente de todos estos elementos asegura el éxito de un programa de difusión de la lengua dentro y fuera de los países en los que se habla. Con este enfoque, el CEPE ha trabajado intensamente en los últimos ocho años para concretar y armonizar su labor como entidad encargada de la difusión de la lengua y la cultura de México hacia el extranjero. A continuación desglosaremos de manera sintética el trabajo de nuestro centro en cada uno de estos puntos.
El Nuevo Plan de Estudios del CEPE (NPE) es fruto de un proceso de reflexión sobre los resultados del trabajo en este centro desde su creación, así como del análisis de variables como el perfil de los alumnos extranjeros que han estudiado español en la UNAM dentro y fuera del país y los cambios históricos tanto en la concepción de la lengua como en los enfoques metodológicos para su enseñanza. Esta reflexión encuentra su justificación en los cambios sociales de los últimos decenios, en las nuevas necesidades provenientes del mundo del trabajo y de la economía para adaptar la formación de los adultos a las exigencias progresivas del ámbito social y profesional.
La base teórica del NPE tiene como eje la consideración de la lengua como sistema y como instrumento de comunicación social. Este concepto dualista de lengua coloca, por un lado, el complejo conjunto de reglas fonológicas, morfosintácticas y semánticas que constituye el dominio de la gramática y, por el otro, la lengua como instrumento de comunicación social, objeto de estudio de la pragmática, la disciplina que toma en consideración los factores extralingüísticos que determinan el uso de la lengua.
Este concepto de lengua se articula con un concepto de la enseñanza-aprendizaje que implica la adquisición de una competencia comunicativa por parte del aprendiente. Esta competencia comunicativa se desglosa, para su mejor desarrollo, en cuatro competencias principales: competencia gramatical, que se refiere al conocimiento del código lingüístico; competencia sociolingüística, que hace referencia al conocimiento de las reglas que rigen la conversación en una cultura determinada; competencia discursiva, relacionada con el modo de combinar formas gramaticales y significados para dar cohesión y coherencia a un texto hablado o escrito y, finalmente, competencia estratégica, que implica la capacidad para interactuar con los participantes de la conversación, para negociar significados. El currículo del NPE de español del CEPE fue planificado para armonizar el desarrollo de estas cuatro competencias, desde el planteamiento de sus objetivos y contenidos, hasta la evaluación de los resultados del aprendizaje.
En cuanto a las bases metodológicas, el planteamiento didáctico del NPE parte de dos fundamentos del enfoque comunicativo: la enseñanza centrada en el alumno y la centrada en el proceso. Ambos tienen repercusiones en la metodología de enseñanza, tanto en las decisiones previas a la programación como en la introducción de una perspectiva intercultural, en la que se asume que aprender una lengua para incorporarse a una nueva comunidad hablante supone una expansión de la propia personalidad social.
La aparición del documento Marco común de referencia europeo para la enseñanza, aprendizaje y evaluación de las lenguas implicó una nueva revisión de contenidos del NPE que permitiera homologar los niveles mencionados con los planteados en el Marco. Esta revisión enriqueció el currículo a la vez que permitió establecer una homologación de niveles de acuerdo al siguiente esquema:
Imagen 1: Correspondencia de los niveles del nuevo plan de estudios del CEPE con los niveles del Marco Europeo Común de Referencia
Consideramos que esta homologación constituye una estrategia indispensable para el reconocimiento del NPE del CEPE a nivel internacional, así como para el establecimiento de políticas de revalidación de estudios que faciliten la movilidad estudiantil a nivel mundial.
El diseño curricular emanado tanto del análisis del perfil del estudiante como del establecimiento del concepto de lengua y el enfoque metodológico mencionados cristaliza en el diseño de una nueva serie de libros de texto para enseñar español como lengua extranjera. Se trata de ocho libros, fruto del escrupuloso trabajo de especialistas del CEPE, que han dedicado sus esfuerzos en los últimos tres años a la realización de este proyecto.
Con la nueva serie de libros, pilar fundamental de nuestro nuevo plan de estudios, contribuimos a la investigación aplicada a la docencia, al fomento editorial en español y a la difusión y la distribución de una herramienta fundamental para estudiantes y profesores de español como lengua extranjera, en colaboración con empresas editoriales de alto prestigio mundial. Actualmente, la serie de libros se encuentra en proceso de edición.
El NPE involucra también instrumentos de evaluación y certificación de la lengua vinculados estrechamente con el currículo. Los contenidos lingüísticos y temáticos del programa del CEPE que mencionamos arriba constituyeron el fundamento teórico y pedagógico para la elaboración de los exámenes que denominamos CELA (Certificado de Español como Lengua Adicional) en tres niveles: inicial, intermedio y superior, niveles equivalentes a los del DELE (Diploma de Español como Lengua Extranjera, elaborados por la Universidad de Salamanca y administrados por el Instituto Cervantes).
El cuadro que aparece a continuación muestra la estructura curricular del plan de estudios del CEPE. Se trata de un esquema en el cual las asignaturas de español se complementan con asignaturas de historia, arte y literatura de acuerdo con el nivel de dominio de la lengua. Conforme este nivel avanza, aumenta la carga académica de las asignaturas complementarias de cultura y disminuye la del español, por considerar que el estudiante está, conforme avanza en su apropiación de la lengua, cada vez más apto para estudiar, comprender y analizar temas de la cultura de nuestro país en español.
Imagen 2: Estructura académica del nuevo plan de estudios de español y cultura
En el cuadro siguiente se muestra una breve descripción que se da a los alumnos del programa de los niveles que conforman el plan de estudios. Al término de cada bloque, los alumnos están capacitados para presentar los exámenes de dominio CELA, en sus niveles inicial, intermedio y superior, respectivamente.
Imagen 3: Descripción de los cursos de español del nuevo plan de estudios
Las asignaturas y los diplomados de cultura que complementan el plan de estudios de español son los siguientes:
Imagen 4: Asignaturas complementarias de cultura del plan de estudios de español del CEPE
Imagen 5: Diplomados de cultura del CEPE
La certificación del dominio de la lengua española es un tema que ha preocupado especialmente a la UNAM en años recientes. Creemos que es necesario hacer esfuerzos conjuntos entre países para lograr una regulación de la calidad y el establecimiento de las equivalencias necesarias para la creación y el mutuo reconocimiento de los instrumentos de certificación de nuestras instituciones. En este sentido, el CEPE, que ha elaborado sus propios instrumentos de evaluación como los CELA (y, antes de estos, un Examen de Posesión de la Lengua Española, EPLE), ha trabajado en los últimos años con el Instituto Cervantes para la creación del Sistema Internacional de Certificación del Español como lengua extranjera (SICELE), en un acuerdo firmado por rectores universitarios, autoridades educativas y representantes de instituciones públicas y privadas de 20 países hispanohablantes en octubre de 2005. El objetivo principal de este proyecto es que el español cuente, por primera vez, con titulaciones reconocidas por todos los países hispanohablantes.
Actualmente en Hispanoamérica se carece, desafortunadamente, de una política lingüística de alcance regional que permita orientar los procesos lingüísticos hacia objetivos definidos en común y que, por tanto, regule (entre otros aspectos) la evaluación y la certificación de la competencia lingüística del español. Esta situación propicia un panorama fragmentado caracterizado por la falta de criterios y estándares comunes, con la consecuente proliferación de exámenes y certificaciones de desigual calidad.
El SICELE es un organismocuyoobjetivo es asegurar la calidad, la transparencia y la coherencia de los certificados a él adheridos, así como garantizar el cumplimiento de una serie de parámetros de calidad en cuanto a los procedimientos de certificación del dominio de la lengua española, la correlación de niveles de competencia y la capacitación de los evaluadores, así como la corrección, la calificación, la validez y la fiabilidad de las pruebas.
La UNAM participa en las comisiones ejecutiva y académica del SICELE no solo por su prestigio académico, sino porque ha colaborado estrechamente con el Instituto Cervantes en la concepción de esta organización. La UNAM y el Instituto Cervantes identificaron la necesidad de impulsar una iniciativa de este tipo debido a un proyecto previo que desarrollan conjuntamente desde 2004, el Certificado Internacional del Español (CIE), un sistema de evaluación que aspira a ser reconocido por el SICELE y a constituir un modelo para otros exámenes o sistemas de evaluación diseñados por otros países de habla hispana.
En 2004, la UNAM firmó con el Instituto Cervantes un convenio para el desarrollo del Certificado Internacional del Español, un servicio de evaluación orientado principalmente al mundo académico, ya que, además de la competencia lingüística, servirá para evaluar habilidades cognitivas cuyo dominio acreditaría un desempeño adecuado en el nivel universitario. Este examen vendrá a llenar un vacío importante, ya que no existe en la actualidad algo similar. En el marco de este convenio, la UNAM tiene a su cargo el diseño científico del instrumento, mientras que el Instituto Cervantes aporta la gestión y administración de las pruebas, así como los recursos materiales y humanos para la aplicación de los exámenes.
El trabajo conjunto del Instituto Cervantes y de la UNAM en ambos proyectos ha sido motivado tanto por la necesidad de impulsar el desarrollo de la certificación de la lengua española basada en acuerdos y en el respeto a la diversidad de las distintas variantes dialectales, como por el deseo de compartir con otros países hispanoamericanos los avances logrados y crear una red de intercambio de información que nos permita avanzar conjuntamente en esta importante tarea.
Con iniciativas como la creación del Sistema Internacional de Certificación del Español como Lengua Extranjera y del Certificado Internacional del Español, el Instituto Cervantes y la UNAM aportan a la construcción de una respuesta al reto global de diseñar políticas nacionales y supranacionales destinadas a incrementar la presencia de la lengua española con productos educativos de calidad, contribuyendo de esta manera a la difusión y la valoración de las distintas variedades del español y de los repertorios culturales que la acompañan.
No hay programa de estudios, por maravilloso que sea, que funcione sin la intervención experta de un profesor. Este es un punto fundamental en el desarrollo de políticas de difusión de una lengua. No basta con tener estudios en literatura en lengua española o afines para enseñar una lengua; es necesario contar con bases teórico-metodológicas para la enseñanza de una lengua extranjera. Es por ello que las universidades de los países hispanohablantes debemos preocuparnos por atender este eslabón en la cadena de estrategias para la difusión adecuada de nuestra lengua más allá de nuestras fronteras.
El crecimiento en la demanda de la enseñanza del español como lengua extranjera ha provocado la petición reiterada del sector conformado por las escuelas de enseñanza de español del país y de instituciones educativas del extranjero, principalmente de Brasil, los Estados Unidos y Canadá, hacia la UNAM: formación de cuadros profesionales, certificación de los estudios que imparten y materiales de enseñanza adecuados a su práctica docente.
Hace algunas décadas, el CEPE comenzó impartiendo cursos de verano de actualización para profesores de español. La demanda de estos cursos y de más cursos profesionalizantes en el área llevaron al CEPE a integrar un Curso de formación de profesores de español como lengua extranjera, presencial. Este curso, al paso de los años, se convirtió en un diplomado con una gran demanda por parte de profesionales que no contaban con una certificación para ejercer su actividad en nuestro país y en el extranjero.
Más adelante, hacia fines de los años noventa, el CEPE recibió apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores para convertir el Diplomado de Formación de Profesores en un programa en línea, debido a la alta y creciente demanda que de ellos hay en los Estados Unidos. A partir de 2002, el CEPE ofrece el Diplomado de Formación de Profesores de Español como Lengua Extranjera (DFPELE), en línea, programa con duración de un año, diez asignaturas y un total de 450 horas. A continuación se pueden ver datos estadísticos sobre las primeras seis generaciones del DFPELE:
Imagen 6: Estadísticas de ingreso y conclusión de estudios de las primeras seis generaciones del DFPELE
Imagen 7: Relación de mexicanos y extranjeros que han participado en el DFPELE
Imagen 8: Relación de los lugares de residencia de los estudiantes del DFPELE
La exitosa experiencia de cinco generaciones egresadas del diplomado en línea han conducido a que se trabaje en la integración de un programa más, el de Especialización en Enseñanza del Español. Se trata de un programa de posgrado, también en línea, dirigido a profesores en ejercicio que desean dar un paso más en su formación docente. La duración del programa es de dos años, con 488 horas de actividades académicas; un programa más ambicioso que el diplomado, que integra más elementos teóricos y prácticos para la formación de docentes de lengua.
Los tres programas de formación de profesores de español como lengua extranjera de la UNAM están articulados en dos ejes: 1) el eje del sistema de lengua, integrado por asignaturas relativas a los aspectos descriptivos y normativos de la lengua en todos sus niveles: fonológico, fonético, morfosintáctico, pragmático y discursivo; 2) el eje de enseñanza de una lengua extranjera, integrado por asignaturas relativas a la metodología de enseñanza de lenguas, teorías del aprendizaje de lenguas y nociones sobre su adquisición, metodología de la enseñanza de aspectos culturales en un contexto de interculturalidad, diseño de materiales para la enseñanza de lenguas, uso de las nuevas tecnologías en el proceso de enseñanza-aprendizaje de lenguas y conceptos y criterios fundamentales de la evaluación del proceso de aprendizaje.
A continuación se puede apreciar, de manera esquemática, la estructura del programa de especialización en enseñanza de español como lengua extranjera en línea. Los cuadros sombreados muestran cada una de las asignaturas que forman parte del programa; los cuadros blancos muestran los ejes que articulan el programa.
Imagen 9: Estructura académica de la especialización en línea en enseñanza del español como lengua extranjera
El objetivo de ofrecer en línea dos de estos tres programas responde, como es natural, a la necesidad de atender la demanda de profesionalización de profesores en ejercicio para quienes desplazarse a un lugar para realizar sus estudios representaría un problema laboral. La educación a distancia que permite la tecnología actual facilita enormemente no solo la inscripción de más profesores a nuestros programas, sino también la creación de posgrados conjuntos con universidades extranjeras. En este momento, la UNAM trabaja con universidades de Estados Unidos y Canadá preocupadas por ofrecer alternativas profesionalizantes a los profesores de español de esos países. Para ellos, la posibilidad de establecer convenios con la UNAM para integrar programas conjuntos representa un enriquecimiento sin precedentes de sus programas de formación docente en el área de la enseñanza de español como lengua extranjera. Sus estudiantes tendrán la posibilidad de interactuar con profesores hispanohablantes especialistas en la enseñanza del español, así como con profesores en formación que se enfrentan a distintas realidades de enseñanza del idioma.
De esta misma forma creemos que otras universidades de países hispanohablantes deben unirse al esfuerzo de crear programas de formadores docentes a distancia y crear convenios de colaboración y reconocimiento de la validez de estos programas. Prevemos que es esta una iniciativa que rendirá grandes frutos para todas las partes involucradas y que impactará de una manera muy positiva en la difusión de la lengua española a nivel internacional.
La Universidad Nacional Autónoma de México cuenta con una tradición de 139 años en el área de la educación media superior. Su sistema presencial está integrado por dos subsistemas de bachillerato: el de la Escuela Nacional Preparatoria y el del Colegio de Ciencias y Humanidades. Más de 105 000 alumnos son atendidos por estos subsistemas en un total de 14 planteles distribuidos en la Ciudad de México y su zona metropolitana.
La capacidad, la experiencia y los amplios recursos académicos de la UNAM han hecho posible la creación de un bachillerato a distancia: El B@UNAM. Se trata de un programa cuya finalidad es contribuir a la formación de los hispanohablantes en nuestro país y en el extranjero. El programa fue creado por destacados profesionales del bachillerato presencial de la UNAM; se contó además con la asesoría de más de 70 investigadores y profesores de las distintas facultades de nuestra institución.
El B@UNAM está basado en un enfoque interdisciplinario centrado en el aprendizaje del alumno, con un acento decidido en el desarrollo de habilidades. Tiene una duración total de dos años, a los que se añaden de ocho a trece semanas de cursos propedéuticos y tutoriales que tienen como propósito asegurar que los aspirantes tengan el nivel necesario para abordar los contenidos del plan de estudios e incrementar sus probabilidades de éxito en las asignaturas del primer módulo, así como eliminar posibles dificultades.
El plan de estudios se estructura en veinticuatro asignaturas que abordan de manera interdisciplinaria los contenidos (conocimientos y habilidades), con el propósito de promover el aprendizaje en un contexto cercano a la realidad, donde las situaciones requieren la utilización de saberes interdisciplinarios integrados. Se procuró un equilibrio de los tiempos dedicados a humanidades y ciencias sociales, por un lado, y ciencias naturales y matemáticas, por el otro. Las asignaturas están organizadas en cuatro unidades didácticas, lo que permite trabajar efectivamente el desarrollo de competencias en el alumno.
El planteamiento de las actividades asegura la adecuada dosificación de conocimientos y la construcción progresiva de conceptos. Cada una de las asignaturas se cursa en periodos de cuatro semanas con un tiempo de dedicación de 20 horas a la semana por parte del alumno.
Imagen 10: Mapa curricular del B@UNAM
Al ofrecer el B@UNAM, la Universidad busca lograr una mayor equidad educativa y que los hispanohablantes puedan obtener las herramientas y las habilidades necesarias para mejorar sus condiciones de vida. Asimismo, se persigue incrementar las posibilidades de nuestros estudiantes para que tengan acceso a la educación superior en los países de América del Norte o bien su ingreso a las universidades de su país de origen. Si consideramos el hecho de que la población de origen mexicano en los Estados Unidos es de 20 millones y de que el 43 % no cuenta con una educación media superior (High School), podemos vislumbrar la magnitud y el futuro de un programa como el B@UNAM.
Cabe destacar que, al tratarse de un programa enteramente en español, que incluye también la asignatura de inglés como segunda lengua, el programa da la posibilidad a los estudiantes de, por una parte, conservar su derecho a pensar y estudiar en su idioma y, por otra, insertarse en el sistema educativo norteamericano. En este sentido, la UNAM está haciendo esfuerzos importantes de vinculación con países como Estados Unidos y Canadá para lograr una doble acreditación del programa. Se trata de una respuesta más de nuestra máxima casa de estudios para difundir el conocimiento en nuestra lengua entre los hispanohablantes que viven en aquellos países y que demandan la posibilidad de avanzar en su formación en español con un reconocimiento oficial conjunto entre un país hispanohablante y el país en el que viven.
Hoy en día B@UNAM es una realidad. Está iniciando la primera generación de estudiantes de este programa en nuestras escuelas de extensión en Estados Unidos y Canadá y el panorama para el futuro es alentador. Estamos convencidos de que la tendencia de las comunidades de origen latino/hispano en esos países está orientada hacia una mayor integración a la sociedad, no hacia la separación. Dicha afirmación supone que las influencias de esta comunidad estarán, cada vez más, determinadas por su mayor participación en las diversas esferas de la sociedad. Desde esta perspectiva, el programa que acabamos de esbozar adquiere una gran relevancia al contribuir a la difusión del conocimiento en español, a la conclusión de estudios de bachillerato de los hispanohablantes y su consecuente acceso a la educación superior y a mejores condiciones de trabajo.
En esta ponencia hemos querido mostrar el trabajo y la experiencia que ha acumulado la Universidad Nacional Autónoma de México en materia de difusión de la lengua española. Hasta este momento, las políticas de Estado concernientes a la difusión de la lengua se han concretado a las acciones realizadas por la UNAM, que ha desarrollado, entre otras, las estrategias académicas mencionadas: creación de planes de estudio, instrumentos de certificación de la lengua, programas de formación de profesores presenciales y a distancia y programas de educación media superior en español.
Creemos, sin embargo, que esto no es suficiente. Debemos reconocer que hoy en día los esfuerzos de los países de Hispanoamérica están concentrados hacia el interior de los países y poca atención se ha dado a políticas exteriores de difusión del conocimiento en español. Los programas esbozados son solo un ejemplo de lo que puede hacerse en este campo, pero hay muchas más acciones que pueden y deben realizarse en este sentido.
Pensemos que, en treinta años más, la influencia hispana en el mundo será más notoria en todos los sectores y que la población hispanohablante en el mundo empujará la promoción de nexos académicos, económicos y culturales entre sus países de origen y sus países de residencia, todo esto propiciado por la creciente conformación de sociedades transnacionales donde las comunicaciones permiten un gran acercamiento entre habitantes de países geográficamente distantes.
El crecimiento de nuestra lengua demanda la intervención de organismos públicos y privados, así como de instituciones académicas y culturales, para que se sumen a esfuerzos conjuntos de los países, especialmente los de América Latina, para seguir ofreciendo respuestas creativas, eficaces y de alto nivel a las necesidades de expansión de nuestra lengua.