Juan Pedro de Basterrechea Moreno

El Instituto Cervantes en BrasilJuan Pedro de Basterrechea Moreno
Director de Gestión Comercial y Desarrollo de Producto del Instituto Cervantes (España)

El Instituto Cervantes

El Instituto Cervantes es una entidad pública, adscrita al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación del Gobierno de España, que tiene como misión promover y difundir la enseñanza de la lengua española y las culturas de los países hispanohablantes en todo el mundo.

El Instituto se fundó en 1991 y, en estos casi 16 años de existencia, ha logrado extender su presencia por 67 ciudades, en 40 países. A lo largo de un año de actividad, además de abrir entre tres y seis nuevos centros, el Instituto organiza más de 5000 actividades culturales de todo tipo e imparte más de 9000 cursos de enseñanza de español en los que se matriculan más de 120 000 personas. Por otro lado, se realizan más de 100 cursos presenciales de formación de profesores de español a los que asisten unos 2000 profesores.

Además de su oferta de enseñanza presencial, el Instituto desarrolla una importante actividad en Internet, siendo su portal, que recibe más de dos millones de visitas al mes, la página de referencia en todo lo relacionado con la promoción de la lengua española y de la cultura en español. Entre esta actividad en la Red, destaca la oferta de enseñanza en línea, por cuyos materiales han pasado más de 35 000 estudiantes.

El Instituto Cervantes es también responsable de la gestión del sistema de evaluación y certificación de los Diplomas de Español como Lengua Extranjera (DELE), del Ministerio de Educación y Ciencia, que, en 2006, realizaron unos 36 000 candidatos en más de cien países. Otra faceta especialmente importante para el Instituto es la colaboración con universidades e instituciones docentes que comparten con nosotros el interés por la difusión de la lengua, mediante su incorporación a la red de centros asociados del Instituto, a través de la cual sus miembros establecen estrechos vínculos de colaboración con la institución. En paralelo se lleva a cabo una intensa actividad investigadora, de producción de recursos didácticos y de divulgación cultural y científica que se traduce en la publicación de numerosos materiales, estudios y obras de diversa índole.

El Instituto Cervantes en Brasil

En Brasil, el Instituto dispone, desde este mismo año, en el que le han sido transferidos los antiguos centros de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), de seis centros: Sao Paulo, Río de Janeiro, Brasilia, Salvador de Bahía, Curitiba y Porto Alegre. En fechas próximas, esperamos ampliar esta presencia hasta un total de nueve centros, con la incorporación de Florianópolis, Belo Horizonte y Recife.

Además de los centros propios, el Instituto cuenta en Brasil con una red de centros de examen DELE que asciende, en estos momentos, a un total de 43, pero que se encuentra en plena expansión. Con todo ello, Brasil se confirma como el país con mayor presencia del Instituto Cervantes en el mundo. En 2006, en Brasil, el Instituto, que entonces contaba únicamente con dos centros, Sao Paulo y Río de Janeiro, realizó numerosas actividades culturales, entre las que cabe destacar exposiciones, conciertos, conferencias y ciclos de cine en español, e impartió más de 40 cursos de formación de profesores. Ese mismo año se impartieron 398 cursos de español como lengua extranjera con un total de 3076 matrículas. Además, sumando las convocatorias de examen de mayo, agosto y noviembre, 4405 candidatos se examinaron de los Diplomas de Español como Lengua Extranjera, de los cuales más del 70 % obtuvo su diploma.

Esta importante presencia en Brasil, mucho más numerosa de lo habitual, no es fruto de la casualidad. Brasil es uno de los países donde la difusión de la lengua española tiene un mayor potencial de desarrollo, donde la demanda de español vive un momento impresionante de auge y de prestigio, y ello por varias razones que vamos a tratar de analizar, siquiera someramente.

La demanda de español en Brasil

La primera de dichas razones, aunque seguramente no la más importante, puede ser simplemente el gran camino que queda por recorrer, ya que años de aislamiento y de cierto desinterés han mantenido a países geográfica y culturalmente próximos aislados unos de otros, a pesar de los numerosos vínculos y de compartir todo un acervo cultural e histórico común. Afortunadamente, hace ya algún tiempo que esta situación ha dado un giro de 180 grados, de ello da fe el creciente interés por fomentar el conocimiento y las relaciones con los países vecinos, que se traduce, entre otras cosas, en la aparición de numerosos grupos de investigación sobre la lengua española en las universidades brasileñas (Sedycias, 2005), la creación de foros internacionales de encuentro, el incremento del turismo y la aprobación de acuerdos económicos y políticos, como el que llevó en 1991 a la creación del Mercosur, por ejemplo.

Brasil es un país muy especial. Ocupa una extensión de más de ocho millones y medio de kilómetros cuadrados, casi la mitad (47,7 %) de la superficie total de América del Sur, equivalente a tres veces Argentina, casi ocho veces Colombia o 17 España. Su población, estimada en 186 millones en un estudio del año 2006 (Oficina Comercial de España en Brasil, 2006) es fundamentalmente urbana, más del 80 % de los brasileños viven en las ciudades y se concentran, sobre todo, en los Estados del sudeste (Sao Paulo, Río de Janeiro, Minas Gerais y Espirito Santo) y del sur (Paraná, Santa Catarina y Río Grande do Sul) (Maresma, 2006). Se trata de una población joven, en total, casi un tercio de los brasileños acuden diariamente a clase, ya que a los 57 millones de alumnos hay que sumarles más de 2,5 millones de profesores. La educación de las nuevas generaciones es la inversión más rentable que puede hacer un país que, como Brasil, busca consolidar el despegue económico y traducirlo a términos de mejora de la calidad de vida de sus habitantes.

La economía brasileña, que ocupa el décimo lugar en el mundo por producto interior bruto (PIB) y que ha conocido un importante crecimiento durante los últimos 20 años, ha seguido desde principios de los años noventa una política de privatizaciones, de ortodoxia económica y de apertura al exterior que ha traído como consecuencia un incremento de la confianza de los mercados, lo que ha permitido un espectacular incremento del comercio exterior, con una muy favorable balanza comercial y un no menos importante crecimiento de la inversión exterior (Oficina Económica y Comercial de España en Brasil, 2005). En la misma línea apuntan, como ya se ha mencionado, la creación del Mercado Común del Sur (Mercosur o Mercosul), del que forman parte, además de Brasil, cinco países hispanohablantes, Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Chile, estos últimos en calidad de miembros asociados.

Todo ello ha servido para que los sectores productivos se orienten hacia el mercado exterior y para que los sectores sociales sean cada vez más conscientes de que, para Brasil, rodeado como está por países hispanohablantes, la apertura al exterior pasa por abrirse a un mundo en español. El sentimiento de necesidad de creación e impulso de una comunidad latinoamericana y la asunción, por parte de Brasil, del lugar que le correspondería en ese contexto pasan, una vez más, por acercarse a ese mundo cercano, vecino, que se expresa en español.

Otro factor relevante que, como han señalado varios estudios (Moreno, 2000; Corral, 2003-04), ha tenido una influencia significativa en el interés de los brasileños por aprender español, ha sido la importancia de la inversión española. Durante el periodo 1998-2000, España fue el mayor inversor en Brasil: se alcanzaron en el año 2000 los 12 000 millones de dólares, equivalentes al 29 % del total de la inversión extranjera en el país (Secretaría de Estado de Turismo y Comercio, 2004). El entonces titular del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Luiz Fernando Furlan, afirmaba públicamente en 2003 que las inversiones españolas constituyen un elemento «esencial en la configuración de un modelo de desarrollo que genere crecimiento económico y justicia social para los brasileños en este tercer milenio» (Furlan, 2003).

Por otra parte, como señala Francisco Corral (2003-04), el director del Instituto Cervantes en Río, hay que tener en cuenta el peso del mundo editorial que, si bien no es comparable en cifras con las grandes inversiones industriales y tecnológicas, tiene directa y especial repercusión en el campo de la lengua y la cultura. En 1997, Brasil fue nada menos que el primer importador mundial de libros españoles y, en la actualidad, algunas de las más importantes editoriales del país forman parte de grupos internacionales con capital español.

Es evidente, por tanto, que aspectos muy relevantes del despegue económico brasileño están relacionados con mercados y empresas hispanohablantes, y sabemos la importancia que los intercambios económicos y empresariales tienen en la demanda de la enseñanza de una lengua, tanto entre quienes están directamente implicados en dicha actividad como entre quienes se preparan para encontrar su sitio en el mercado laboral.

Sin embargo, con todo lo importante que pueda ser el peso de las relaciones económicas y comerciales, hay otros factores que también hay que tener en cuenta al analizar el interés de Brasil por el español. La proximidad geográfica, cultural y lingüística y un sustrato histórico en el que es mucho lo que se comparte, favorece el intercambio activo en ámbitos que ejercen una gran influencia en la conciencia popular. La música, el cine, el deporte, la moda y el turismo forman parte de esos ámbitos, en los que existe una clara sintonía y un intercambio muy prolífico que favorece el sentimiento de cercanía y el interés por el otro, que se traduce, también, en el interés por el idioma.

El conocimiento de la lengua española supone más y mejores oportunidades profesionales para las nuevas generaciones de brasileños, pero, además, tiene un atractivo relacionado con la modernidad, con la actualidad, con el ocio y con una concepción del mundo más abierta al exterior que la de sus mayores.

En este contexto, el 7 de julio de 2005, el Parlamento brasileño aprobó la ley que establece la obligatoriedad del español y que, en su artículo primero, dice textualmente:

O ensino da língua espanhola, de oferta obrigatória pela escola e de matrícula facultativa para o aluno, será implantado, gradativamente, nos currículos plenos do ensino médio.

La promulgación de esta ley supone el reconocimiento de las autoridades brasileñas de la importancia que, para la educación de las nuevas generaciones de brasileños, que van a prepararse para la vida, y para acceder al mercado laboral, tiene el aprendizaje de la lengua española.

Supone igualmente un reto y una oportunidad para los países hispanohablantes, que habrán de hacer lo posible para ayudar al país en este empeño y, concretamente, para el Instituto Cervantes, que tendrá que estar a la altura del desafío que representa colaborar con dichas autoridades para contribuir a que el mandato que recoge la ley sea una realidad cuanto antes.

La aportación del Instituto Cervantes

Para el Instituto Cervantes, Brasil, por la cercanía lingüística, histórica y cultural, por el potencial de su demanda, por su situación geográfica y por las relaciones que le unen con nuestro país, representa un objetivo de especial importancia. Como hemos visto, es el lugar donde el Instituto tiene una mayor presencia.

La voluntad de la institución, en coherencia con sus objetivos fundacionales, es encontrar los cauces más eficaces para colaborar con las autoridades, instituciones docentes, universidades, colectivos de profesores y con todos los agentes sociales implicados en la difusión de la lengua y la cultura hispanas.

Como es habitual, el Instituto ofrece distintos cursos de español, así como cursos para profesores desde sus centros, como hemos visto, con muy buena acogida por parte de la población a la que están destinados. No obstante, es evidente que es imposible cubrir las necesidades de la demanda en Brasil únicamente con los recursos del Instituto. Por otro lado, una parte de la demanda, a la que también nos debemos, no puede hacer frente al coste que supone un programa de aprendizaje de español si no cuenta con ayudas para ello. Por esta razón, desde el Instituto Cervantes se han puesto en marcha diversas iniciativas destinadas a ofrecer soluciones a medida para atender a las circunstancias y necesidades de la demanda en Brasil, incluyendo la localización y la incorporación de entidades que puedan contribuir a facilitar la dotación de medios, como ordenadores o conectividad o, directamente, la financiación de los programas. Se trata de actividades del Instituto menos conocidas pero de ningún modo menos importantes.

Entre estos programas destacan los destinados a la formación de profesores, en colaboración con autoridades de educación y universidades, y los dirigidos a la oferta de enseñanza de español a universitarios y alumnos en general. En muchos casos, estos programas están en fase de pilotaje en uno o varios Estados con idea de hacerlos extensivos una vez comprobada su eficacia y su acogida.

Las iniciativas orientadas a colaborar con la formación de profesores son, seguramente, las más importantes, ya que, por un lado, contribuyen directamente a preparar la implantación de la Ley del Español y, por otro, al convertirse los profesores a su vez en difusores de la lengua, la acción adquiere un efecto multiplicador.

En este grupo de actuaciones, cabe mencionar, en primer lugar, el acuerdo que se está gestando con la Universidad de Brasilia, una de las más importantes del país, para la creación de una licenciatura universitaria de profesor de español como lengua extranjera que los futuros profesores podrán cursar a distancia, a partir del próximo curso académico. En este proyecto, la aportación quizá más importante del Instituto, junto con la colaboración en la definición del currículo de lengua española, es el Aula Virtual de Español (AVE).

El AVE es un completo curso de español en línea, con más de 15 000 pantallas de materiales didácticos que cubren los contenidos y objetivos de los cinco primeros niveles del Plan Curricular del Instituto Cervantes, con propuestas didácticas modernas y atractivas que responden a un planteamiento metodológico dinámico, como es el enfoque por tareas. Entre sus principales características destacan la calidad y la profusión de su contenido multimedia, vídeo, audio, imágenes, animación, fotografía, texto, etcétera, así como la variedad de sus propuestas de interactividad y retroalimentación inmediata, lo que lo convierten en una herramienta apta para el aprendizaje autónomo y a distancia. Por otro lado, el AVE cuenta con una plataforma de enseñanza en línea que dispone de todos los recursos necesarios para llevar a cabo una gestión eficaz del proceso de enseñanza-aprendizaje a distancia, incluyendo todo tipo de herramientas de comunicación tanto síncronas como asíncronas, de manera que el profesor puede proponer y dirigir todo tipo de actividades comunicativas y colaborativas con sus alumnos.

Por su capacidad para integrarse eficazmente, tanto en fórmulas presenciales como en propuestas semipresenciales (blended learning) o a distancia, el AVE aporta una gran flexibilidad que permite definir en cada momento la acción de formación y ajustarse a las necesidades y circunstancias de los colectivos a los que va dirigida.

Otro proyecto destinado a mejorar la competencia comunicativa en lengua española de los profesores, en este caso, de la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Sao Paulo, es el proyecto Oye. Amparado por el marco que constituyen los convenios de colaboración suscritos por el Instituto Cervantes, el Grupo Santander y el Gobierno del Estado de Sao Paulo, este proyecto pretende ofrecer enseñanza a distancia de español a un colectivo de hasta 45 000 profesores de la Secretaría de Educación, que están interesados en mejorar su español y, en muchos casos, en convertirse en profesores de lengua para cubrir las necesidades de profesorado que plantea la implantación de la Ley del Español. Una vez más, la enseñanza se realiza a través del AVE con tutores formados por el Instituto Cervantes. Una de las virtudes de esta fórmula era la participación de las universidades estatales, que aportaban los profesores, así como la de BANESPA, uno de los principales bancos del Estado, que se ocupa de la financiación del programa, o la de Universia, que se encarga de su coordinación, entidades ambas pertenecientes al Grupo Santander. La supervisión, la ratificación y, en su caso, la certificación del proceso de formación quedan en manos de la Secretaría de Educación. En una primera fase de pilotaje, 2000 profesores iniciaron el curso y, en una segunda, son más de 4500 los implicados.

La aspiración de ofrecer la posibilidad de acceder a la formación a 45 000 profesores supone que se trata de un proyecto ambicioso y complejo. El colectivo de profesores del Estado, al que va dirigido el programa, se encuentra disperso por toda su geografía, ejerciendo su labor docente en alguno de los más de 3600 centros escolares con los que cuenta la región. Se trata además de profesores en activo, con horarios y obligaciones diversas, por lo que la única fórmula posible con la que llegar a todos es la enseñanza a distancia.

Sabemos por experiencia que la implantación de un programa como este requiere especial atención a aspectos que no están directamente relacionados con el material didáctico o con la actividad docente en sí, pero que resultan fundamentales para el éxito de la operación. Algunos de ellos tienen que ver con la comunicación, la forma en que se transmite la información, sobre todos los elementos relevantes del programa a los destinatarios y, en general, al colectivo al que pertenecen. El otro capítulo clave son las infraestructuras, el acceso de los profesores a equipos informáticos capaces y con conexiones a Internet que garanticen un ancho de banda suficiente. Como sucede a menudo en los procesos de pilotaje, en estos y en otros aspectos se han detectado carencias, especialmente en lo que a las infraestructuras se refiere.

Con el fin de solucionar el problema del equipamiento, el Instituto Cervantes, de acuerdo con las autoridades locales competentes, y haciendo uso de su capacidad para concitar el interés de empresas e instituciones de distintas partes del mundo, ha gestionado la colaboración de las empresas Microsoft e Intel, que disponen de programas de reciclaje de ordenadores que irán destinados a completar la dotación de los centros de enseñanza, y de un proyecto de equipamiento de ordenadores personales a un coste asequible, que será ofrecido a los profesores financiado por Santander-BANESPA y, si las conversaciones llegan a buen puerto, por el Banco Interamericano de Desarrollo. La empresa Telefónica está estudiando la posibilidad de facilitar las conexiones de banda ancha. Como es natural, estas infraestructuras, que contribuyen a facilitar el acceso de la comunidad educativa a la sociedad de la información y del conocimiento, servirán para otros muchos proyectos de formación además del de español.

Junto a estos dos proyectos, el Instituto Cervantes ha suscrito acuerdos de colaboración para facilitar la incorporación del AVE a otros programas, también destinados a la formación de profesores de español, como son los liderados por la Universidad de Brasilia y por universidades brasileñas de FUNIBER (Fundación Universitaria Iberoamericana). Ambos programas fueron habilitados para ofrecer sus propuestas de formación de profesores a través de un concurso público del Ministerio de Educación de la República Federal de Brasil.

Por otra parte, en lo que se refiere a la docencia de español a alumnos de enseñanza media y universitaria, el Instituto colabora también con diversos proyectos. En el caso del Ensino Médio, estamos colaborando con la editorial Moderna, una de las editoriales líderes en el sector de la enseñanza reglada, para desarrollar materiales para la docencia de español como lengua extranjera. Estos materiales incorporarán muchos de los productos multimedia elaborados por el Instituto, con el objetivo de sumar el potencial de los recursos didácticos en soporte digital al material escolar y llevar a las aulas una muestra representativa de la riqueza y la variedad de las culturas hispanas y de sus variantes lingüísticas.

Igualmente, el Instituto está cerrando acuerdos para utilizar el AVE como material didáctico en proyectos de enseñanza de español a los alumnos de las universidades. En este sentido, está prevista la firma de un nuevo acuerdo con la Universidad de Sao Paulo (USP), una de las más importantes del país, para que se ofrezca a los alumnos de la Universidad la posibilidad de cursar español como lengua extranjera a través del AVE, con tutores de la propia Universidad. En este caso, la formación a distancia podrá complementarse con clases presenciales. El proyecto cuenta, una vez más, con la financiación de BANESPA, con lo que el programa resulta gratuito para aquellos alumnos interesados.

Conclusión

Su Alteza Real, el príncipe de Asturias, en el discurso que pronunció con motivo de la inauguración del Instituto Cervantes en Sao Paulo, el 24 de febrero de 2005, destacaba el compromiso que España asume, a través del Instituto Cervantes, de atender el interés creciente de los brasileños por la lengua española.

Igualmente, el director del Instituto Cervantes, César Antonio Molina, insiste a menudo en la importancia de la actividad del Instituto en Brasil, en el reto que representa para nosotros la aprobación de la Ley del Español, por lo que tiene de compromiso por parte de las autoridades brasileñas y por lo que implica en términos de desafío por estar a la altura para una institución que tiene como misión la difusión de la lengua y la cultura en español.

Para nuestra institución es un privilegio, un honor y un placer poder llevar a cabo nuestra misión en un país como Brasil, en permanente colaboración con las autoridades e instituciones locales y, cómo no, con toda la representación oficial del Estado español en el país.

Desde este privilegiado foro del IV Congreso Internacional de la Lengua Española, queremos reiterar nuestro compromiso con el proyecto de difusión de la lengua y la cultura en español en Brasil y agradecer la acogida que el pueblo y las instituciones brasileñas han brindado desde el principio al Instituto Cervantes.

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