Mestizaje lingüístico. Aproximación a la escritura tecnogamer Olympo Morales Benítez
Academia Colombiana de la Lengua / CENTOTTO (Colombia)

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Resumen

Esta investigación busca explorar un fenómeno actual y es la irrupción del lenguaje de la población tecnogamer, el cual está conformado por neologismos que trascienden la comunicación entre jugadores y está manifestándose en el español escrito en la vida cotidiana, a partir de la irrupción de nuevas tecnologías de la información. El autor pretende llamar la atención sobre esta realidad a partir una visión en la que el mestizaje y la historia tienen un papel trascendental, con el fin de buscar mecanismos que permitan la comprensión y eventual inclusión en los diversos léxicos del idioma español de esta nueva forma de comunicación que de manera irreversible nos obliga a familiarizarnos con las formas en que se están expresando conceptos a través de la escritura.

Aprovecho esta oportunidad para compartir con las veintitrés instituciones agrupadas en la Asociación de Academias Latinoamericanas (ASALE) las palabras con que introduje el ensayo que puse a consideración de los académicos al posesionarme como Individuo Correspondiente en la Academia Colombiana de la Lengua, primera fundada en el Nuevo Mundo (1871)1.

Mi propósito no es otro que rendir un homenaje a la lengua que nos hermana, a ese maravilloso español que nos convoca en este IX Congreso Internacional de la Lengua Española aquí en Cádiz. ¿Por qué? Porque la lengua española ha sido el factor de unidad de iberoamérica y en particular en indoamérica (del Río Grande hasta la Patagonia) hemos ido construyendo una identidad, en la que la lengua ha tenido un papel trascendental derivado de ese legado de los conquistadores; que fue y sigue siendo factor de unidad entre los pueblos latinoamericanos y las posteriores migraciones. El español nos une con nuestro pasado, nos permite entendernos con nuestro presente y nos invita a soñar con el futuro.

Y precisamente porque amamos esa lengua debemos estar atentos a los desafíos que la misma enfrenta en el presente. Para algunos, se está viendo amenazada por su utilización e inmersión en el universo de las nuevas plataformas tecnológicas que representa hoy el lenguaje oral y principalmente escrito. Se calcula que un más de un 60 % de la población mundial se expresa a través de sus dispositivos móviles, tabletas, computadores y teléfonos celulares. Desde la tribuna que se me brinda hoy, intentaré hacer una defensa del español como nos lo enseñó el geógrafo lingüista y especialista en dialectología de manera «amplia, inteligente y comprensiva» (Flórez, 1958: 45).

Propongo abordar en reflexiones futuras tres asuntos: el mestizaje como insumo determinante en la lengua neológica, la desafiante nueva ortografía y la evolución del lenguaje en el fértil ambiente tecnológico con la comunicación gamer, que agrupa las comunidades contemporáneas que destinan sustancial parte de su tiempo frente a las pantallas. A raíz de ese cambio de conducta, se observa que se ha desarrollado una nueva «jerga» palabra que me atrevo a utilizar ya que fue incluida en nuestro Diccionario de la Real Academia Española en su 23.ª edición definiéndola como «lenguaje especial utilizado originalmente con propósitos crípticos por determinados grupos, que a veces se extiende al uso general» (RAE, 2014).

Me identifico plenamente con lo expresado por don Luis Flórez (1958: 25) cuando afirma:

(...) el lenguaje por sí mismo no es correcto ni incorrecto. Lo es solamente el uso, el empleo o manejo que de él hacen las personas.

Tal vez, eso explique porque parte fundamental de mis reflexiones sobre la lengua me han aproximado a la palabra mestiza, a la nueva ortografía y a los surgentes neologismos tecnológicos, que a lo largo de este artículo se utilizará como sinónimo de los neologismos gamer. Éstos últimos son resultado de la necesidad de desarrollar vocablos nuevos para la comunicación escrita y así intentar encontrar la forma de expresar un sinnúmero de hechos, emociones y deseos que inicialmente acontecen en el universo digital y se difunden al cotidiano vivencial.

El lenguaje, por definición, es dinámico, por lo que experimenta constantes cambios con el fin de continuar en su labor de comunicar. Esto sucede al tener distintas generaciones, entornos, conceptos y comunidades, abriendo ventanas a la creación de nuevas palabras y formas de expresarlas por escrito.

El desafío que estamos proponiendo y asumiendo es lograr algo como lo que hace la red NEOROC2, que según su página «nació en el año 2004 con el fin de recoger y contrastar la neología de las distintas variedades del español peninsular» (UPF, s.f.). Para los neologismos tecnológicos probablemente se precisará del desarrollo de metodologías innovadoras y disruptivas.

Y, como veremos más adelante, ese nuevo dialecto gamer no es negativo para la lengua española. Es un maridaje de la proveniente lengua actual con las nuevas tecnologías, generaciones y culturas, logrando cumplir su función de comunicar de manera efectiva a otros gamers y a la comunidad en general.

I. Del mestizaje racial al mestizaje espiritual en la cimentación de la lengua

El concepto de mestizaje por mucho tiempo se ha relacionado con el cruce entre una y otra raza, sin embargo, acá vamos a tomar la visión de Otto Morales Benítez, que considera que el mestizaje es una característica de nuestra región. El mestizaje comienza a operar cuando un hombre, al nacer en estas tierras, siente y toma conciencia del suelo que pisa y que tiene unos derechos y unos deberes por su pertenencia.

El hecho de que un hombre nazca en una tierra y que él deba manejarla política, cultural (y) religiosamente (para) usufructuarla en lo económico, ya crea una visión mestiza del mundo.

(Escobar, 2006: 167)

De acuerdo a esto se puede decir que el mestizaje es una forma de integración que indudablemente irriga la lengua española, sin que esto implique que ésta pierda su elegancia y belleza.

En relación a la formación de la lengua, tiene cabida hablar del denominado mestizaje espiritual, pues este ha estado presente en la construcción del lenguaje español que, según algunos estimativos, utilizamos para comunicarnos cerca de seiscientos millones de personas (Casa Real, 2021).

He sostenido que no es atrevido concebir un «mestizaje espiritual», el cual es una característica del sujeto indoamericano, que, aunque puede ser étnicamente puro estará permeado por una cantidad de comunes denominadores que nos recuerdan de manera permanente que en nuestro continente hay una raza cósmica universal, como recuerda Morales Benítez al hablar de «la gente de por acá».

En esta tierra y en esta estirpe indoibérica se han de juntar el oriente y el occidente, el norte y el sur, no para chocar o destruirse, sino para combinarse y confundirse en una nueva cultura que sea el florecimiento de lo nativo dentro de un ambiente universal, la unión de nuestra alma con todas las vibraciones; el universo en ritmo de júbilo.

(Vasconcelos, 2021: 17)

La cimentación de la lengua está íntimamente ligada con el mestizaje espiritual que logra permear los diques raciales al viabilizar la posibilidad de ser una con características propias. Gracias a la palabra mestiza la lengua se convierte en un elemento que nos permite interactuar para construir identidad.

En este proceso, tiene un papel determinante el «neologismo» entendido como una variedad lingüística, pues al examinar su definición se entiende que es un proceso de creación y estudio de nuevas unidades léxicas que dotan de sentido al significado y significante. Esto principalmente es generado por individuos y/o máquinas que logran comunicarse en un universo virtual donde conciben nuevos vocablos y formas de expresarlos gráficamente a través de la escritura, un mestizaje como consecuencia del cruce de culturas, lenguajes y comunidades. Eventualmente esos neologismos pueden llegar a utilizarse hasta popularizarse en la comunicación cotidiana y coloquial abriendo la posibilidad de que se afirme su uso, permanezcan en el tiempo y lleguen a merecer aparecer en el Diccionario de la RAE.

Estas definiciones de neologismo y mestizaje racial y espiritual, nos permiten acercarnos al siguiente punto, la relación necesaria entre estos dos conceptos, porque al fin y al cabo los neologismos que nos ocupan son el resultado de un cruce de culturas entre la nueva cultura digital y la actual cultura juvenil. Es decir, el proceso de aparición adaptación y asimilación de los neologismos es similar a un proceso de mestizaje.

Presentado este concepto de neologismo que tienen amplia relación con el mestizaje, pasaremos a estudiar el siguiente tema del trabajo, la historia de la construcción del lenguaje.

II. Una mirada al pasado, el lenguaje es mestizo

Persistentemente, la humanidad ha buscado formas de comunicarse y lo ha podido lograr a través del lenguaje; el cual, como se ha observado a través de la historia, inicialmente ha sido de carácter selectivo. Es importante que se tenga en cuenta el concepto de «ideograma», nombre que la comunidad académica ha dado a los símbolos que pretenden transmitir conceptos sin que necesariamente se representen los sonidos con los cuales se verbaliza dicha representación (Ruiz et al.,1985).

Egipto hizo un aporte colosal a la escritura con los llamados hieroglíficos o jeroglíficos (de hierosagrado’ y grafía ‘tallar’), en la medida en que son representaciones gráficas de una idea los identificamos como ideogramas. Los egipcios contribuyeron en la evolución de la escritura hacía el fonograma porque intentaron que sus dibujos representasen objetos que podían ser identificados con el sonido que producían. (Calvet, 2001: 73).

Pero cuando hablamos de la escritura egipcia, no podemos desconocer que el jeroglífico era de uso exclusivo de los sacerdotes que los utilizaban para glorificar al faraón. Sin embargo, la escritura evolucionó al punto que los sacerdotes la usaron de una forma más simplificada. Por ende los símbolos sagrados fueron convirtiéndose en trazos más simples, lo que facilitó su difusión, hasta llegar a la escritura demótica que, por su simplicidad, terminó siendo acogida por el pueblo, lo que demuestra que desde siempre ha habido un deseo de la humanidad por encontrar una mayor simplicidad y facilidad en el uso del lenguaje escrito.

En tal sentido, por su cercanía, no podemos olvidar en esta historia de la escritura al pueblo semita, que habitó los territorios de la actual península del Sinaí, Jordania e Israel. Los semitas, por su constante contacto con el pueblo egipcio, adoptaron algunas de las transcripciones de ese lenguaje con acento en su versión demótica. Su aproximación y contribución a la representación de lo que constituye el lenguaje terminará influyendo en la formación de representaciones de letras como la «A» (Hernández, 2023). Los egipcios como signo usaban la representación gráfica de una cabeza de buey que nutría la colección de jeroglíficos, imagen que los semitas van simplificando. Esa cabeza de buey, representaba el sonido Aleph, que sería luego utilizado como nombre para la que ocuparía el lugar como primera letra del alfabeto.

En este proceso de mestizaje serán protagonistas los fenicios, pueblo que habitó las costas del actual Líbano y desarrollaron una tecnología naval que les permitió convertirse en paradigmáticos comerciantes del mundo antiguo. Para poder hacer seguimiento de sus relaciones comerciales fueron desarrollando una noción de alfabeto, entendido como

escritura que descompone cada palabra en sus elementos consonantes y vocales asignando un signo especial a cada sonido, y permitiendo así no sólo reconocer una palabra familiar sino descomponerla en sus partes esenciales.

(Ruiz et al., 1985: 202)

Los fenicios adoptaron signos egipcios y semitas, los sintetizaron aún más y construyeron un alfabeto; el primero que no estaba basado sustancialmente en los ideogramas. El alfabeto fenicio estaba compuesto por veintidós signos, por ejemplo, la ya mencionada cabeza de buey evolucionó aún más y fue siempre el primer signo en los listados fenicios ¿Por qué era éste el primer signo? Quizá porque el buey era para el pueblo semita y fenicio el principal bien de subsistencia, por su constante trashumancia.

El alfabeto fenicio, al ser mucho más simplificado que el egipcio o el de la antigua Mesopotamia, se convirtió en elemento esencial en la actividad comercial y, posteriormente, llegaría a la antigua Grecia. Así, los griegos, aparentemente hacía el 900 a. C., encontraron el signo aleph, el cual fue derivando a alpha afirmándose como la primera letra del alfabeto griego y dándole una nueva forma.

Posteriormente, hacia el siglo VII a.C., el pueblo etrusco en la actual Italia, debió adoptar las letras de los griegos, muy probablemente traídas por los habitantes helenos de Cummas, a la bahía napolitana. Este alfabeto etrusco se mezclaría con el dialecto latino, trayendo a nosotros los actuales signos que usamos como por ejemplo nuestra actual letra «A».

Cuando Grecia es invadida por los romanos, ingresan nuevos elementos en forma de neologismos que enriquecen el ya existente mestizaje. El alfabeto griego es fundido al latino de modo que la lengua latina también es producto de proceso de mestizaje.

III. Los neologismos, enriquecedores de la lengua

El lenguaje evoluciona constantemente debido a las variaciones que la sociedad manifiesta, hoy con las redes sociales y chats para video jugadores. Los neologismos son innovaciones en la lengua, palabras o vocablos que emergen para designar novedosas realidades y nuevos conceptos. La aparición constante de nuevos términos hace que sea importante para los lingüistas y los profesionales del lenguaje seguir de cerca el proceso de neología para determinar «tres criterios de delimitación para los neologismos: temporal, psicolingüístico y lexicográfico.» (Lavale, 2016: 167):

  • Temporal o cronológico: se presenta cuando la palabra aparece en período reciente, al menos de cinco años.
  • Psicolingüístico: se presenta cuando los hablantes de una lengua perciben como nuevo un vocablo, presentando una cierta difusión en un mínimo de tres documentos en textos distintos a los glosarios ya señalados o la base de datos BOBNEO, a partir de una búsqueda en Google en sus sitios web en español.
  • Lexicográfico: se presenta cuando la palabra no aparece recogida en ningún léxico o glosario. La unidad es nueva si no aparece registrada en el corpus de exclusión, es decir «el conjunto de los diccionarios que sirven para detectar si una unidad léxica se ha recogido. Los diccionarios que se han considerado más representativos para cada lengua» (Centro Virtual Cervantes, s.f.: # 3)

Se puede caracterizar socioculturalmente las nuevas palabras cuando el sentimiento de novedad en ese término es colectivo y compartido por la mayoría de los hablantes. En complemento a lo anterior, y basándonos en otros autores, encontramos que los neologismos pueden ser definidos de varias formas (Vega y Llopart: 2017):

  • Unidades léxicas de creación reciente en su significante y significado. Por ejemplo: tuitero (persona dedicada a usar twitter).
  • Unidades léxicas de creación reciente solo en su significante. Por ejemplo: infoxicación (saturación informativa)
  • Unidades léxicas tomadas recientemente de otra lengua. Por ejemplo: spam.
  • Significados o acepciones nuevas para un significante ya existente. Por ejemplo: ir a un zapateo es ‘ir a una fiesta tecno’.

Préstamos y clasificación de neologismos

Dentro de los neologismos encontramos también los llamados «préstamos», que son palabras provenientes de otros idiomas. Los préstamos pueden ser adaptados y no adaptados; los primeros son aquellos que se han modificado de acuerdo a las convenciones de nuestra lengua, mientras que los segundos son los que mantienen la lengua original (Valdés et al., 2021). Por ejemplo, taguear (en este caso se añadió la terminación -uear al verbo en inglés to tag). Por otro lado, están los préstamos no adaptados que se mantienen en el idioma original, como like.

De igual manera existe una clasificación sintáctica con los cambios que experimentan en sus características gramaticales (género, número o cambio en su naturaleza verbal). Por ejemplo: tunean (de «tunear», usado como verbo, pero proveniente del inglés tunning). Y también se forman por la abreviación de una base léxica; así wsp reemplaza a whatsapp o app reemplaza a application.

En esta misma clase, entran los neologismos que se intercalan con números, por ejemplo inst4, significa Instagram; la sigla que se forma a partir de la siglación de varias palabras, por ejemplo afk (away from keyboard) o tbh (To be honest); o los semánticos, que son creados con fundamento en una base léxica existente, pero con otro significado, por ejemplo zapateo (referido a fiesta con música tecno).

A manera de ejemplo referencio a los profesores lingüistas Luz Stella Castañeda y José Ignacio Salazar de la Universidad de Antioquia quienes han investigado desde 1992 el dialecto de las bases en las comunas populares (Aricapa, 1998: 237). Han definido este lenguaje urbano como «parlache», término que surge de parlar hablar y parche (expresión popular que denota grupo de amigos en Colombia). El parlache ha permitido a los profesores identificar una serie de expresiones que son usadas por los jóvenes de Medellín en su comunicación. Expresiones surgidas en los barrios marginados, cuyo uso se ha expandido a nivel nacional y generacional, sin distinción de estrato.

El parlache expresa la realidad de los jóvenes incluyendo tanto sus historias de violencia, como la vida sentimental y social de las comunas. Gramaticalmente, el parlache tiene como base el español y se construye a partir de retazos de otras palabras. Por ejemplo, patrasiarse, expresión que para indicar que alguien desistió de llevar a cabo alguna acción, es resultado de combinar las palabras «para» y «atrás». También se utiliza el cambio de orden de las sílabas, y así Tabogo hace alusión a Bogotá. O se intercambian significados entre expresiones; por ejemplo, armar vídeos, no significa ni edición ni filmación, sino que se usa para referirse a la creación de hechos no precisamente exactos.

La aparición e identificación de un neologismo es un proceso complejo y dinámico. Si se afianza en un grupo humano lo suficientemente representativo, pueden llegar a incorporarse al léxico y convertirse en términos integrados plenamente al lenguaje siguiendo el proceso que en el caso del español señala la RAE. Por ello es importante analizar cómo se adapta el lenguaje a estas nuevas modalidades de comunicación y como el neologismo tecnogamer, críptico para muchos es hoy coloquialmente utilizado en la escritura por más de doscientos millones hispano escribientes en las plataformas digitales.

IV. Lenguaje en modalidades virtuales

Platón en Fedro pone en boca de Sócrates el viejo mito de las invenciones: la geometría, la aritmética, la astronomía y la escritura presentadas al rey Tamus por Teut (Tot). Éste último dijo al rey que la escritura haría más sabios a los hombres. El rey sin embargo no lo pensó así, pensó que su pueblo perdería la capacidad de memorizar y el hábito de reflexionar, por lo que no tendrían un mayor grado de cultura. Es decir que tendrían información, pero no instrucción ¿Qué habría manifestado el soberano de haberle sido presentado internet y los motores de búsqueda y comunicación a través de las redes sociales? Probablemente estaría en el mismo dilema que afrontamos nosotros hoy, ya que internet hace que tengamos todos acceso a la información, pero no nos garantiza la reflexión y mucho menos la comunicación.

Actualmente el uso del lenguaje ha evolucionado y se emplea más digitalmente. Ahora cualquier aplicación que permita comunicación entre usuarios puede descargarse y generar un intercambio de información y contenidos. Por ende, la utilización de las nuevas plataformas por parte de los jóvenes ha generado un nuevo uso del idioma.

(...) utilizan estos nuevos métodos de comunicación encriptada con el fin de establecer una distinción social, procurando una identidad y a la vez constituyendo un grupo.

(Arévalo, como se citó en Prego, 2022)

A través de esa nueva modalidad de expresión empieza a aparecer un lenguaje que busca funcionalidad, precisión y celeridad en la comunicación.

Sostengo, en contravía a influyentes y respetables autores, que el neologismo tecnogamer no se produce por diferencias generacionales o creación de códigos encriptados excluyentes; de modo contrario, busca abrir ventanas de comunicación a todos los individuos que comparten un medio de comunicación digital, de manera que el nuevo lenguaje gamer no es excluyente, pero sí selectivo.

Para continuar con el importante factor de cambio y renovación lingüística que se ha generado es substancial conocer el concepto de chat, el cual podemos definir como una plataforma que no hace uso de canales auditivos o visuales, sino que permite desarrollar una conversación oral en un soporte escrito en tiempo real. El chat tiene una gran acogida dado que es sincrónico, es decir, los usuarios pueden responder a los mensajes tan pronto como los han recibido.

El chat permite una relación muy estrecha entre la conversación y el texto, permite el hecho concreto (virtualmente hablando) de conversar... con inmediatez en el intercambio de información entre los participantes sin importar que muchos de ellos estén distantes geográficamente.

(López, 2009: 20)

Sin embargo, debemos tomar en cuenta que estos nuevos desarrollos de la lengua han implicado la irrupción de una nueva ortografía, manifestada en la aparición de abreviaciones y redefiniciones de las palabras. Por ejemplo, «también» es remplazada por tmb, abreviación soportada con el argumento de la escasa probabilidad de encontrar un sinónimo con ese patrón de caracteres. La expresión «fin de semana», fue reemplazada por la abreviatura finde y hoy evolucionó a fds.

Esta nueva forma de escribir en conjunto con los emoticonos prueba nuestra hipótesis: hay un nuevo lenguaje en la red que no podemos desconocer, como lo prueban las estadísticas recogidas por diferentes portales, universidades, revistas especializadas, etc.

A partir de esto, vamos a enfocarnos esencialmente en un fenómeno que ha llevado a una gran aparición de neologismos: el auge de los gamers o jugadores de videojuegos. En esta era en que las comunicaciones se han expandido gracias a las tecnologías de la información, las personas que juegan videojuegos tanto ocasional como profesionalmente, logran comunicarse sin importar las barreras idiomáticas. Ya no se encuentran restringidos por la presencialidad, ni por la capacidad de las consolas, sino que pueden de forma virtual, establecer comunicación, interactuar y competir de forma casi ilimitada.

El neologismo tecnogamer tuvo gran impacto en la evolución del lenguaje siendo el reflejo lingüístico de los cambios culturales y sociales de una época. Ejemplo paradigmático de ello la palabra «internauta», definida como ‘persona que navega por internet’ (RAE, s.f.). Escritores, periodistas y filósofos se refugiaron en ella a partir de los años noventa para intentar entender y explicar la nueva cultura consecuencia de la presencia del internet y la transformación social que empezó a producir en las relaciones personales. Son ya tres décadas en las cuales se ve desafiada la capacidad de asombro del ser humano con transformaciones que cambian su vida de manera radical e inescrutable.

Tanto los ingenieros como los gamers utilizan y desarrollan un lenguaje a partir de la programación y los videojuegos, donde encuentran su comunidad y hacen uso de tales formas de comunicación, lo que tiene impacto no solamente en la vida virtual de estos grupos, si no que permea en la vida cotidiana de todo su entorno. Todo ello genera un choque cultural, al ser un lenguaje novedoso que genera conflicto por la incomunicación que se puede derivar de su uso, desconocimiento o incomprensión.

V. Aparición y desaparición de la vocal en la modalidad virtual

Las vocales han servido a lo largo del tiempo en la evolución del lenguaje humano para proporcionar una mayor variedad de significados a través de la expresión escrita, permitiendo hacer que la comunicación sea más clara y más fácil de entender. Sin embargo, estamos ante el auge de los gamers, ortografía del siglo XXI manifestada en la utilización de abreviaciones como regla general y en redefiniciones de las palabras. Fijémonos en estos ejemplos en el idioma español (Hernández, 2013):

  • bn — bien
  • bb — bebé
  • bss — besos

En estas representaciones de las palabras encontramos que las vocales ya no siempre se hacen presentes en el universo de las nuevas plataformas tecnológicas en las que está teniendo lugar la interacción de un «64,4 % de la población mundial» (Galeano, 2023). Aunque no se encuentren ausentes de la oralidad y de la música de la palabra hablada, las vocales con cada vez más frecuencia no serán visibles en la graficación de las palabras. Me atrevo a afirmar que, probablemente, la vocal quedará sometida a que su permanencia se limite al frágil asidero de la memoria en la oralidad mental.

Sentimos ser testigos del momento en que la escritura ausenta de nuevo a la vocal, motivo de una práctica común en el mundo digital especialmente en los mensajes de texto, chats y redes sociales, como consecuencia inicialmente del espacio limitado que tenían las plataformas escritas por las pesadas bases de datos y el almacenaje que, para los juegos, era complicado de guardar sin llegar a filtrar la conversación.

De este modo, el limitante espacio, el ahorro de tiempo en el escrito y la costumbre que enmarcan el contexto de las conversaciones en línea, obligan a la vocal a ausentarse de la escritura, conceptuando que estamos ante el imperio de la nueva ortografía, que se caracteriza por adaptarse a las necesidades de los jóvenes.

Bibliografía

Notas

  • 1. «Las academias frente a la lengua y sus desafíos ante las nuevas plataformas tecnológicas», pronunciado en la Academia Colombiana de la Lengua, primera fundada en el Nuevo Mundo (1871), en sesión solemne el 13 de marzo de 2015. Volver
  • 2. La Red de Neología del Español Peninsular NEOROC desarrolla su trabajo apoyada en el Banco de Neologismos, el cual busca «innovar su léxico y, así, contribuir a la ampliación descriptiva de las distintas variedades lingüísticas del español» (UPF, s.f.). Volver