El judeoespañol en general y en Israel en particular y la academia de judeoespañol Ora R. Schwarzwald
Universidad Bar-Ilan / Academia Nacional del Judeospañol (Israel)

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Resumen

En la primera parte de la disertación será presentada la evolución del judeoespañol desde la Edad Media en la península ibérica hasta hoy en día en la diáspora sefardí, sus características y su situación actual en Israel y en el mundo. En la segunda parte se tratará sobre la Academia del Judeoespañol (Ladino) en Israel y sus actividades.

Introducción

Dividiré mi presentación en dos partes. En la primera hablaré del judeoespañol en general y de su situación actual en Israel y en el mundo (Bunis, 2018; Schwarzwald, 2018), y en la segunda hablaré de la Academia Nacional del Judeoespañol, o como decimos en judeoespañol, la Akademia Nasionala del Ladino.

El judeoespañol

Los judíos han vivido en la península ibérica desde la Edad Media, adoptando las lenguas y dialectos locales según su lugar de residencia en Aragón, Castilla, Andalucía, Cataluña, etc. Se llamaban sefardíes porque en hebreo sefarad es el nombre que designa a la península ibérica. Ellos llevaban una vida independiente en comunidades cerradas en las que desarrollaron una amplia vida comunitaria de conformidad con las leyes judías, junto a la sinagoga a la que llamaban kal, e instituciones educativas comunitarias.

Residiendo aún en la península ibérica, publicaron textos españoles con caracteres hebreos, instrucciones para la celebración de Pésaj, la Pascua judía, contratos y reglamentos (por ejemplo, Minervini, 1992). Incorporaron a su lengua numerosas palabras procedentes del hebreo y del árabe, igual que se incorporaron palabras de origen árabe en la lengua española. Así, por ejemplo, la palabra «malsín» ՙchivato՚, del hebreo malšin, está documentada en la Edad Media en el contexto de la Inquisición; aljad ՙdomingo՚, del árabe (*՚al ḥad ՙel uno, primero՚), o la palabra «desmazalado» ՙpobre, miserable՚, de la palabra hebrea mazal ՙsuerte՚, se encuentra hasta la actualidad en los diccionarios como palabra de origen hebreo, que incluso Cervantes utilizó en el Quijote.

Cuando los judíos fueron expulsados por los Reyes Católicos en 1492 se llevaron consigo su lengua hablada y continuaron hablándola en aquellos lugares a los que llegaron. Fueron recibidos con los brazos abiertos en el Imperio otomano, estableciéndose principalmente en Turquía y en los Balcanes, pero muchos de ellos llegaron también a Italia, a los Países Bajos, especialmente Holanda, y a otros lugares de Europa y de Oriente Próximo, entre los que se encuentran Israel y Egipto. Una parte de ellos llegó también al norte de África. Después de la expulsión, hubo también oleadas de emigración desde Portugal de aquellos judíos que se vieron obligados a convertirse al cristianismo, que volvieron al judaísmo, y que se asentaron principalmente en Holanda, Italia y el Nuevo Mundo, aunque muchos de ellos llegaron también al Mediterráneo oriental.

Testimonios del siglo XVI, el siglo posterior a la expulsión de la península ibérica, demuestran la publicación de numerosos textos escritos con caracteres hebreos que incluyen: traducciones de la Biblia como, por ejemplo, el Jumash ‘Pentateuco’ de Constantinopla, de 1547 (Lazar, 2000); textos rabínicos variados como Meza de el alma, traducción del libro halájico Shulján Aruj del rabino Yosef Caro; Los deberes de los corazones, traducción del libro Jovat Halevavot de Bahya Ibn Paquda, escrito en judeoárabe (Schwarzwald, 2017); un sidur ՙlibro de oraciones՚ para mujeres (Schwarzwald, 2012); Pirke Avot ՙÉtica de los padres՚; los libros de Moshe Almosnino, traducciones de otros textos, etc 1. La lengua de aquellos años reflejaba los dialectos de la península ibérica, estableciéndose unas normas de escritura que seguían los hábitos lingüísticos de esta. Más tarde la lengua se unió en unos dialectos distintos (Quintana Rodriguez, 2006). Los centros más importantes se encontraban en Salónica y Estambul (Constantinopla), pero había también otros centros como Belgrado, Venecia, etc.

La escritura con caracteres latinos, tanto en la península ibérica como en los siglos posteriores a la expulsión, fue característica de las obras de los anusim ՙconversos por la fuerza՚, por ejemplo, la colección de textos que publicó Lazar en Sefer Teshuvá ՙLibro del arrepentimiento՚, anterior a 1492 (Lazar, 1993a); o el Majzor tefilot ՙLibro de oraciones para todo el año՚ de Ferrara en 1552; o la Biblia de Ferrara de 1553 (Lazar 1992, 1993b), además de otros textos publicados más tarde en Italia y Ámsterdam. Las publicaciones se realizaban principalmente en portugués o español, porque no utilizaban mucho el hebreo o la escritura hebrea.

La lengua continuó desarrollándose en la diáspora sefardí de forma autónoma. Desde el punto de vista fonológico, conservó la pronunciación del español/castellano medieval, por eso se dice hasta hoy en judeoespañol [ížo] y no hijo, [díšo] y no dijo, [džústo] y no justo, [mužér] y no mujer. Algunas de las formas vulgares del español de entonces se conservaron, pero siguieron evolucionando, por ejemplo: [múncho], y no mucho; [agóra], y no ahora; [ogáɳo] ՙen este año՚; [alkúnya], y no alcurnia; [izítes], y no hiciste (en la segunda persona del pretérito perfecto); [avlímos, kantímos], y no hablamos, cantamos en todos los tipos de verbos, como conocimos o partimos. La segunda persona plural de los verbos termina en š, por ejemplo: [komeráš], por comeréis; [víteš], por visteis; [azéš], por hacéis. Las palabras agua y mar son femeninas, entre otras. El hebreo siguió influyendo en el judeoespañol, dado que era la lengua de estudio y oración de los judíos, y por lo tanto se crearon palabras como ganavear ՙrobar՚, de la palabra [ganáv] ՙladrón՚; o garonudo, refiriéndose a aquel al que le gusta mucho comer, de la palabra [garón] ՙgarganta, cuello՚; sejurear ՙestar triste՚, de [bemará šeḥorá] ՙverlo todo negro՚, de [šeḥorá] ՙnegro՚ en hebreo; balabay, que es el [báՙal habáyit] ՙamo de la casa, el hombre dominante en el hogar՚; sedakero ՙdonante՚ o ՙmendigo՚ en diversas comunidades, de la palabra hebrea [ṣedaqá] ՙcaridad՚, entre otros.

Con el paso del tiempo se sumaron influencias de las lenguas circundantes, el turco, el griego, el italiano, etc. Por ejemplo, buklúk ՙbasura՚ o zarzavá ՙverduras՚, del turco; pirón ՙtenedor՚, nekotšerá ՙama de casa con talento՚, del griego; adío, del italiano; elévo ՙestudiante՚, del francés, y así sucesivamente. Y se dieron influencias recíprocas de las lenguas, por ejemplo, jaraganút ՙperezosamente՚, de la palabra española haragán ՙperezoso՚, con el sufijo hebreo -ut; guzmadží ՙexagerador՚, del hebreo guzmá ՙexageración՚, con el sufijo -dži del turco; enjaminarse ՙquemarse՚, de la palabra hebrea ḥamín ՙcaliente, adafina՚, con prefijos y sufijos españoles, etc.

Hasta mediados del siglo XX, toda la literatura judeoespañola en tierras de Turquía, los Balcanes e Israel, se escribió con caracteres hebreos. La literatura judeoespañola incluía todos los géneros habidos y por haber: narrativa (novelas), lírica (cantigas y romances), periodismo, libros de estudio, libros de historia o de ciencias, traducciones de novelas de literatura mundial, traducciones litúrgicas, etc.

Debido a la evolución política, demográfica y social, a finales del siglo XIX la sociedad sefardí tradicional empezó a cambiar. En los Balcanes, surgieron nuevas naciones independientes: los griegos, los búlgaros, los yugoslavos, etc. Estas nuevas naciones independientes eligieron las lenguas locales como lenguas oficiales, y en parte de ellas se obligó a los judíos a utilizar la lengua local. El movimiento de la Ilustración que inundó Europa hizo que los sefardíes se abrieran a la Ilustración y a nuevas lenguas como el francés, el alemán y el italiano. También dio lugar a un cierto laicismo. Los jóvenes judíos empezaron a estudiar en universidades fuera de los Balcanes dejando atrás a sus familias. Los jóvenes que emigraron a otros países adquirieron la lengua local, se casaron en muchos casos con jóvenes de otros orígenes y la lengua utilizada en el hogar ya no era su lengua materna. El movimiento sionista que se desarrolló alentaba a los judíos a emigrar a Israel, y en Israel la tendencia era imponer el hebreo en todos los ámbitos. Las tendencias nacionalistas de cada uno de los países a adoptar la lengua local conllevaron la adopción de estas lenguas, incluido el hebreo. La Shoá ՙholocausto՚, que causó la desaparición de comunidades enteras de Grecia y Macedonia, hizo que no quedaran muchos hablantes de la lengua. Así, se redujo el número de hablantes de ladino (Harris, 1994; Refael, 2020)2.

La Ilustración en general y la influencia de Kemal Atatürk, responsable de la adopción del alfabeto latino en el turco, hizo que a mediados del siglo XX se empezara a abandonar la grafía tradicional en caracteres hebreos a favor de la escritura en caracteres latinos. El editor del periódico Akí Yerushalayim, Moshé Shaúl, que comenzó a publicar el periódico en 1979, creó un sistema en caracteres latinos con el fin de transcribir la grafía tradicional en caracteres hebreos. El método es fundamentalmente fonético y ofrece soluciones para palabras hebreas y turcas que pertenecen al judeoespañol. Cierto es que también se propusieron otros métodos de transliteración, uno de los más complejos y complicados, que no se adecua mucho a las palabras adoptadas de otras lenguas, fue propuesto por el español Jacob Hassán y es el que se utiliza en las publicaciones de la revista Sefarad (Hassán, 1978), pero hoy en día, la mayor parte de las publicaciones utiliza el método de Akí Yerushalayim3.

Hoy por hoy hay numerosos hablantes de judeoespañol en todo el mundo. Se comunican a través de la red Ladinokomunita, creada por Rachel Bortnik4. Desde hace tres años se celebran en internet (por Zoom) todos los domingos los llamados Enkontros de alhad ՙencuentros dominicales՚, siendo aljad ՙdomingo՚ en judeoespañol5. Siempre hay un balabay ՙentrevistador՚ y un musafir ՙinvitado՚, palabra de origen turco. Estos encuentros fueron iniciados por Liliana Benveniste, de Argentina y, además de Ladinokomunita, se han asociado a estos la Autoridad Nasionala del Ladino6, el Instituto Salti de Estudio del Ladino7 y Voces de Sefarad8, entre otros. Todas las conversaciones se llevan a cabo en ladino y cuenta con cientos de participantes. Las conversaciones son grabadas y están disponibles en internet.

El judeoespañol se enseña en las universidades tanto en Israel como en el extranjero. Hay encuentros en casas particulares de sefardíes una vez al mes en las que se habla en judeoespañol o sobre el judeoespañol, y también hay numerosos espectáculos con canciones, historias y obras de teatro que atraen a una gran audiencia tanto en Israel como en el extranjero, principalmente en Turquía. Por ejemplo, Kobi Zarko, cantante, guía de turismo y narrador de historias, en moabet ՙconversación informal o tertulia՚, palabra turca, combina canciones e historias en sus actuaciones y en las excursiones que organiza. Asimismo, se publican constantemente anuncios de actuaciones, veladas de poesía, cuentos populares, etc. que atraen a un numeroso público. Existe una activa creación literaria en judeoespañol. Recientemente se han publicado dos CD de canciones infantiles en ladino. La Autoridad Nasionala del Ladino y el Instituto Salti del Estudio del Ladino organizan actividades y son responsables de numerosas publicaciones. Yo misma he publicado con la Autoridad una nueva edición de Pirkei Avot y próximamente se publicará una Hagadá de Pésaj con una nueva traducción al ladino9. En la radio pública israelí se emite todos los viernes un programa de media hora dedicado al judeoespañol.

El judeoespañol se investiga intensamente y se escriben doctorados sobre variadas cuestiones relativas al mismo. En Israel hay dos revistas dedicadas a esta lengua: Ladinar, en la Universidad de Bar-Ilan, cuya editora es una servidora, y El prezente, en la Universidad Ben Gurion10. Hay otras revistas en el extranjero como Meldar, Sefarad, Estudios Sefardíes o Cadernos de Estudos Sefarditas dedicadas a la investigación del judeoespañol.

Todas estas variadas actividades, de las que sólo he mencionado algunas aquí, son testimonio de la vitalidad de la lengua. Esta es la razón por la que se ha creado la Academia Nacional del Judeoespañol de Israel.

La Academia Nacional del Judeoespañol de Israel

logotipo de la Academia Nacional del Judeoespañol de Israel
Figura 1. Logotipo de la Academia Nacional del Judeoespañol de Israel.

El 18 y 19 de febrero de 2018 se celebró en la Real Academia Española en Madrid un congreso sobre el judeoespañol. En esta convención académica sobre el judeoespañol participaron ocho académicos correspondientes extranjeros de Israel (el noveno invitado no acudió) y tres representantes de Europa, también académicos correspondientes extranjeros, además de tres representantes de la Autoridad Nasionala del Ladino. El profesor Darío Villanueva, entonces director de la Real Academia Española fue el coordinador de esta sesión. En esta convención se decidió la creación de una Akademia Nasionala del Ladino (Judeoespañol) en Israel (ANL)11. Unos meses más tarde, recibimos la aprobación de la entonces ministra israelí de Cultura, Miri Reguev. En su decisión, la ministra de Cultura estipuló que la academia sería una entidad independiente que funcionaría en el marco de la Autoridad Nasionala del Ladino. Este es un gran logro, porque en Israel sólo había hasta entonces dos academias: la Academia de la Lengua Hebrea, de la que soy miembro, y la Academia de la Lengua Árabe, la segunda lengua más hablada en Israel.

Tras la aprobación, se creó un equipo que redactó los estatutos y seleccionó a los 22 miembros, el mismo número de letras del alfabeto hebreo. La primera sesión de los miembros de la Akademia se celebró el 9 de enero de 2020, justo antes de que se declarara la pandemia del coronavirus. En esa primera sesión se aprobaron los estatutos, se eligió a la presidenta, una servidora, y al secretario académico, el profesor Shmuel Refael, así como a los miembros de la junta directiva. Los estatutos fueron enviados al presidente de la RAE para su aprobación.

A pesar de la pandemia que paralizó al país durante largos meses, conseguimos elegir un logotipo y crear un sitio web de la Akademia con los datos de los miembros, los estatutos, y diversas actividades. Hemos creado también una página en Facebook en la que publicamos regularmente contenidos variados12.También fueron elegidas las distintas comisiones. La primera fue la Comisión de Ortografía. Teniendo en cuenta que la grafía en letras latinas ampliamente aceptada era la de Akí Yerushalayim, la Comisión de Ortografía redactó las normas para una ortografía uniforme en caracteres hebreos, dado que existía una falta de coherencia y se sigue escribiendo el judeoespañol en caracteres hebreos (incluso en la correspondencia entre algunos miembros de la Akademia) en citas bibliográficas, etc. Tras redactar las normas, publicamos un cuaderno de ortografía, Las ortografias del Ladino, en el que aparecen diversos artículos: uno sobre la evolución de la grafía en caracteres latinos, de David Bunis; otro sobre la grafía en haquetía, de Yaakov Bentolila; y otro sobre la grafía en caracteres hebreos, del que soy autora. Este cuaderno también se encuentra en el sitio web (Schwarzwald, 2021).

El 9 de diciembre de 2020 se celebró por Zoom «La inogurasion de la Akademia Nasionala del Ladino en Israel» en la que intervinieron la presidenta de la Autoridad Nasionala para la Cultura del Ladino, Tamar Alexander; el embajador de España en Israel, Manuel Gómez-Acebo; el presidente del Estado de Israel, Reuvén Rubi Rivlin; la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya; el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero; el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado; el ministro israelí de Cultura y Deportes, Hili Tropper; y yo misma, en calidad de presidenta de la Akademia. Los discursos se han incluido en una publicación sobre el evento que también se encuentra en el sitio web.

Los miembros de la Akademia del Ladino recibieron certificados que los acreditan como tales y, tras ser aceptados como miembros, recibieron también certificados honoríficos como correspondientes académicos extranjeros de la Real Academia Española en una ceremonia que se celebró en el Instituto Cervantes en presencia de la embajadora de España, Ana Sálomon, el 28 de octubre de 2021.

Se ha creado una Comisión de Publicaciones compuesta por cinco miembros. Hasta el momento, la comisión solo ha expresado su apoyo a libros que tratan sobre el judeoespañol y su cultura, pero próximamente verá la luz una Hagadá de Pésaj con el apoyo de la Akademia. La Comisión de Terminología avanza en estos momentos con la terminología culinaria bajo la dirección del profesor David Bunis y el diccionario resultante se publicará en formato impreso y en formato digital. También se están preparando diccionarios de otras disciplinas.

Las sesiones de la Akademia se celebran cada seis meses. El 19 de septiembre 2022 se celebró un evento festivo con ocasión del lanzamiento del libro Menéndez Pidal, Abraham Yahuda y la política de la Real Academia Española hacia el hispanismo judío y la lengua sefardí (Muñoz Solla, 2021), y el 13 de febrero de 2023 se celebró la ceremonia de entrega de una distinción especial por parte de la Akademia a la investigadora Pilar Romeu Ferré.

Conclusión

La Akademia Nasionala del Ladino (Judeoespañol) en Israel continúa desarrollando actividades fundamentales para la continuidad de la lengua y su conservación, de conformidad con los objetivos de sus estatutos. Todas las actividades de la Akademia son comunicadas a la presidencia de la RAE y esperamos que en breve podamos celebrar nuestra inclusión como vigésimocuarta academia de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Bibliografía

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Notas