En este trabajo se presentan los resultados de una encuesta que inicia la discusión sobre el estado actual de la lengua en Puerto Rico. Los datos obtenidos de 992 informantes puertorriqueños residentes en la Isla servirán para llevar a cabo investigaciones más profundas y rigurosas que atiendan los temas aquí auscultados: la relación entre lengua e identidad, la percepción y las actitudes de los puertorriqueños hacia su vernáculo, el inglés, así como el bilingüismo, la valoración del dominio del español y del inglés en sus diversos componentes, y los patrones de uso de ambas lenguas en el entorno familiar entre los menores de doce años.
Puerto Rico es un territorio en el que el tema de la convivencia del inglés y del español es objeto de discusión en los más diversos foros. Para algunos de los puertorriqueños criados y formados en la Isla ha formado parte de su cotidianidad, especialmente a partir del siglo XX; para otros es objeto de debate lejano a su realidad inmediata. En este trabajo presentamos los resultados de una encuesta sobre el estado actual de la lengua en el país, a partir de las respuestas y observaciones de informantes puertorriqueños residentes en la isla.
En nuestro territorio insular el español nace como lengua imperial, lengua de prestigio y de poder que se acriolla y la hacemos nuestra. Su defensa hizo al pueblo de Puerto Rico merecedor del Premio Príncipe de Asturias de las Letras de 1991, por haber declarado el español único idioma oficial del país. Esta decisión se derogó apenas dos años más tarde cuando se revierte a la cooficialidad del español y el inglés vigente desde 1902 y que prevalece hasta el día de hoy. No por ello se dejó de atesorar y defender nuestra lengua. Por lo pronto, no pretendo caracterizar la convivencia de ambas lenguas más allá de afirmar que la situación del estado de la lengua ha estado fuertemente vinculada a visiones politizadas que han condicionado las actitudes y opiniones sobre el idioma, como bien se indica en «Estado actual de la lengua española en Puerto Rico» (RAE y ASALE,2021: 435).
A partir de la invasión estadounidense en 1898, se intensifica el contacto con el inglés, pero no con ello Puerto Rico deja de ser un país hispanohablante. El bilingüismo no es ni ha sido la norma en Puerto Rico. Tampoco lo fue en época de dominio español, a diferencia de los demás países hispanohablantes de América donde el español siempre ha convivido, con diferentes grados de intensidad, con hablantes nativos de otras lenguas. Históricamente en el territorio insular se ha vinculado el español, la lengua patria, con la puertorriqueñidad.
El español es la lengua nativa de la inmensa mayoría de la población de Puerto Rico. Según los estimados del censo que recoge «El español: una lengua viva. Informe 2022» (Instituto Cervantes, 2022), el español es la lengua nativa del 99 % de la población de Puerto Rico.
En cuanto al uso de la lengua en la casa, según los datos del censo de 2020 proyectados al 2021 (Place of Birth by Language Spoken at Home and Ability to Speak English in Puerto Rico)1 se estima que 95,5 % de los habitantes de Puerto Rico mayores de 5 años habla español en la casa (3.017.650 de 3.159.743), mientras que el 4,3 % habla solo inglés en la casa (138.349) y el 1 % (3.744) habla otra lengua en el hogar. El grado de dominio del inglés como L2 o LE es muy variable, a pesar de que la enseñanza de ambas lenguas sea obligatoria durante los doce años de escolaridad preuniversitaria.
El español, además de ser la lengua que emplea la inmensa mayoría de los puertorriqueños en la vida diaria, es la lengua principal en el periodismo. Sin embargo, en lo que respecta a las publicaciones en revistas científicas, en Puerto Rico se acepta una mayor convivencia de ambas lenguas. Según el Instituto Cervantes (2022), Puerto Rico figura en el tercer lugar, junto a España (34 %), entre los países hispanohablantes que aceptan artículos en inglés, después de Colombia (53 %) y México (41 %). Reporta el mismo informe que Puerto Rico es el territorio hispanohablante más conectado, con una tasa media de acceso a internet del 95,4 %. El censo actualizado a 2022 reporta que 68 % de los hogares tiene acceso a internet; 75,9 % tiene computadoras en los hogares.
Desde la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española (ACAPLE) se ha reiterado la necesidad de actualizar los estudios, particularmente en lo que respecta a los usos y actitudes en la convivencia del inglés y el español. Consciente de esta necesidad y motivada por la invitación a participar como ponente en el IX Congreso Internacional de la Lengua Española, decidí formalizar la discusión en colaboración con las doctoras Brenda Corchado Robles, Anna Kaganiec-Kamieńska y la académica Rebecca Arana Cacho.
La primera fase de la investigación se inició con la elaboración de un cuestionario de 29 preguntas cerradas y una abierta. La encuesta estuvo abierta durante una semana en la página web de la ACAPLE. En esta etapa de la investigación nos ceñimos a recoger el sentir y opinión de puertorriqueños residentes en Puerto Rico. En etapas posteriores se auscultará la diáspora y se harán encuestas que permitirán un análisis más profundo sobre aspectos que se desprenden de esta primera fase de la investigación.
De las 1.002 personas que respondieron la encuesta, se eliminaron 10 informantes que reportaron ser puertorriqueños residentes de Estados Unidos (Nueva York, Texas, California, Massachusetts, Florida, Alabama y Arizona).
El análisis se realizó sobre las respuestas de los 992 informantes residentes en Puerto Rico en la que estuvieron representados 68 de los 78 municipios de la isla. Hubo 219 respuestas en la opción abierta destinada a comentarios que arrojaron mucha luz sobre los datos.
Se estructura la investigación en siete grupos de edad a partir de los 18 años.
Casi tres cuartas partes de los que respondieron la encuesta eran mujeres. Cabe destacar que el Censo de Estados Unidos (actualizado a 2022) reporta que el 52,7 % de la población de Puerto Rico son mujeres.
Todos los que respondieron la encuesta habían completado el grado de escuela superior; mientras que 77,4 % completaron alguna carrera universitaria, ya sea el bachillerato (23,6 %), como se denomina en Puerto Rico a lo que España y en otros países es la licenciatura; o estudios graduados, es decir, maestría o doctorado (53,8 %). Tenemos que reconocer que nuestra muestra tiene un sesgo hacia informantes de más nivel de educación, aun cuando los datos del censo reportan un alto grado de escolaridad para Puerto Rico, ya que 78,4 % de los mayores de 25 años tiene al menos escuela superior y 28,5 % ha completado un grado universitario.
Las primeras dos preguntas de la encuesta van dirigidas al vínculo entre la cultura puertorriqueña, «ser puertorriqueño», y el español. Fue la única pregunta no obligatoria respondida por la totalidad de los informantes. Una mayoría contundente, 96 %, reconoce un vínculo muy fuerte entre la cultura puertorriqueña y el español.
Esta división bipartita se matiza cuando se pregunta directamente sobre si ser puertorriqueño implica hablar español. El 17 % están en desacuerdo, por lo que interpretamos que aunque se reconoce mayoritariamente la existencia del vínculo entre la lengua y la cultura, y entre ser puertorriqueño y hablar español, con 46,7 % de acuerdo y 36,3 % algo de acuerdo, es significativo que un 17 % no reconoce el vínculo. Apunta a lo anticipado en cuanto a que las fronteras identitarias entre puertorriqueñidad o identidad puertorriqueña y hablar español se están difuminando. Sobre este tema se investigará con mayor profundidad en la próxima fase de la investigación.
Los grupos etarios que mayor acuerdo reportaron fueron los mayores de 65 años, mientras que el grupo que mayor desacuerdo reportó fue el de 26 a 35 años, seguido de los de 46 a 55 y 56 a 65. El hecho de que el grupo más joven (18 a 25 años) reportara solamente un 11,67 % de desacuerdo amerita investigarse.
En cuanto a la vinculación entre estatus político y hablar español, la encuesta arrojó que el 78,6 % piensa que en Puerto Rico se seguirá hablando español aunque nuestro estatus político cambie, lo que apunta a que se desvincula el estatus político de la lengua a favor de que el español prevalecerá independientemente de la situación o discurso político. Solo el 5 % estuvo en desacuerdo.
La gran mayoría de los informantes reconocen el valor de saber español como instrumento de comunicación internacional. Un contundente 79,7 % están de acuerdo con que saber español es tan importante internacionalmente como saber inglés.
Según reporta el Instituto Cervantes, el español es la lengua más utilizada en los organismos de integración americana e iberoamericana, siendo «después del inglés y del chino, el idioma que proporciona una mayor comunicatividad en la constelación lingüística mundial» (Instituto Cervantes, 2022: 61) y ser lengua de gran valor en la diplomacia internacional.
La investigación de Anna Kaganiec (2020) cuestiona si cada vez más el puertorriqueño ve el español como un idioma de comunicación global y de beneficio para el ascenso social y profesional. Queda para la próxima fase auscultar con profundidad las razones que los puertorriqueños vinculan a este valor en diversos ámbitos de comunicación internacional, personal e institucional.
El próximo bloque de preguntas ausculta la opinión sobre si se habla «buen» español y «buen» inglés en Puerto Rico. Se formuló la pregunta conscientes de que hay que identificar los rasgos y criterios que inciden en lo que se considera «buen» o «mal» español o inglés. Sin embargo, a prima facie los resultados fueron muy interesantes y, definitivamente, merecen una investigación por sí sola.
Sobre la apreciación del dominio de lengua hablada en Puerto Rico, solo el 23 % estuvo de acuerdo en que los puertorriqueños que residen en la isla hablan «buen» español. Una posible interpretación es que pone en evidencia que pervive el complejo de inferioridad o inseguridad lingüística respecto al español al que se ha hecho referencia en el pasado. Dicha actitud o valoración negativa de la variedad propia se ha documentado en otras zonas del ámbito hispanohablante, tanto en comparación con otras variedades del mismo país o países extranjeros que el hablante valora como de mayor prestigio.
A la respuesta a la misma pregunta, pero en esta ocasión con relación a si se habla «buen» inglés, apenas 2 % está de acuerdo con que la mayoría de los puertorriqueños residentes en la isla hablan «buen» inglés y un contundente 69,6 % está en desacuerdo.
Habrá que determinar cuál es la métrica de lo que es «buen» inglés y los datos sobre el nivel de dominio del inglés en las cuatro destrezas lingüísticas, lectura y escritura, comprensión y expresión.
En cuanto a la autoevaluación sobre su propia competencia, la mayoría reporta tener un buen o muy buen dominio del inglés en todas las destrezas, según es de esperar a juzgar por el nivel educativo alcanzado por la mayoría de los informantes: comprensión, 76,5 %; expresión oral, 65,4 %; comprensión lectora, 85,5 %; expresión escrita, 67,9 %. El nivel de competencia en el componente escrito aventaja al componente oral.
Más de la mitad de los encuestados, 64,3 %, se consideran bilingües español-inglés, sin embargo, parecen percibir que el dominio de la mayoría de los puertorriqueños no es cónsono con el de ellos.
De los que no se consideran bilingües solamente al 9,1 % no le gustaría serlo.
Aunque la mayoría se siente cómodo cuando son considerados bilingües español/inglés, el 22 % reportó no sentirse cómodo. Entre las razones aducidas está que la persona no se considera a sí misma bilingüe. Sobre este tema habrá que elaborar.
Muchos de los comentarios hacen referencia a la deseabilidad de que Puerto Rico sea un pueblo bilingüe, por ejemplo: «Lo crucial es, sin fanatismos, fomentar el bilingüismo educado».
En cuanto al uso del español, la mayoría (96,3 %) procura hablar español con corrección.
Se confirma nuestra impresión sobre el aumento reciente en el uso del inglés puesto que más de la mitad de los informantes reportan que usan más el inglés actualmente que hace diez años. Quedan por investigar los ámbitos en que se utiliza más el inglés y las razones para ello.
En cuanto al uso del inglés entre los niños, es significativo que solo 32 % reportó que los niños en su entorno familiar menores de 12 años nunca hablan inglés entre ellos. Esto sustenta nuestras observaciones en cuanto al aumento del uso del inglés entre los niños, ya que entendemos que ha incrementado especialmente a partir de la pandemia. Lo observamos también en el entorno universitario donde hace décadas era impensable escuchar a los alumnos hablar en inglés entre ellos en los pasillos y aún en el último lustro ha sido notable la diferencia.
Destaco uno de los comentarios de los informantes que refuerza nuestra observación sobre cambios en el uso del inglés y nos anima a continuar la investigación:
Relacionado con el uso del inglés entre los jóvenes, como maestra de estudiantes de un centro escolar de secundaria no bilingüe, pero donde la mayoría de los estudiantes se gradúan hablando muy buen inglés, he observado que estos se expresan oralmente muy bien en inglés, con una pronunciación y una sintaxis excelente. No tanto así en la expresión escrita en inglés. También estoy observando que cuando regresamos a clases presenciales [pospandemia], la conversación en inglés entre los estudiantes de los grados 5 al 12 era dominante. En estos días, son los estudiantes de intermedia2 quienes se comunican más frecuentemente en inglés, los del nivel superior están expresándose más en español.
La parte final de la encuesta ausculta la lengua de preferencia en el uso de los subtítulos al ver películas, series o programas de televisión. Este análisis arrojó datos interesantes y suscitó gran cantidad de comentarios que reportaremos en otra ocasión.
En términos generales, los informantes favorecen el bilingüismo y entienden que no es la norma en Puerto Rico. Queda de manifiesto la necesidad de desarrollar las destrezas lingüísticas en ambas lenguas.
Para concluir me apropio y hago eco del comentario de dos de los informantes:
Entiendo que el cuidado y enriquecimiento del uso del español será uno de los factores determinantes de nuestro futuro como pueblo. El problema no es que aprendamos inglés, el problema está en que perdamos el vínculo espiritual que transita por nuestra lengua de uso común, el español. Siento que nos transformaríamos en otra cosa. Dejaríamos de ser lo que somos. Sería trágico e irreversible.
¡Que viva nuestro dialecto!