Los profesionales del español actúan como embajadores de la lengua y de las culturas hispánicas en todo el mundo. A pesar de la relevancia de su trabajo en la difusión del español, el reconocimiento, la visibilidad y el apoyo institucional a este colectivo continúa siendo una asignatura pendiente. En esta presentación, se abordan algunos de los retos a los que se enfrentan los profesionales del español y se explica la necesidad de implementar iniciativas que contribuyan a impulsar y garantizar el desarrollo de su labor. Con todo ello, se pretende reivindicar el importante papel de este colectivo en el fortalecimiento del español como lengua de comunicación internacional.
«Si el español es el combustible, los profesionales de la enseñanza del español son el motor que nos impulsa y nos permite seguir adelante». Esta afirmación sirve para situarnos en la que considero la mayor asignatura pendiente del español: el reconocimiento, la visibilidad y el apoyo institucional a los profesionales de la lengua.
Como cada tres años, es este IX Congreso Internacional de la Lengua Española una cita histórica para nuestro idioma. Lo es más aún, para nuestra profesión, al ser esta la primera vez que se organiza un panel en el que se habla de «retos», específicamente, «para la enseñanza del español como lengua extranjera, segunda o de herencia». Así, se da un importante paso en la dirección correcta al brindar un espacio de diálogo para uno de los pilares que han contribuido a sustentar y desarrollar la expansión del español en el mundo.
En mi exposición, analizaré algunos de los retos a los que se enfrentan los profesionales del español a nivel global y explicaré cómo es necesario buscar apoyo institucional e implementar iniciativas concretas que otorguen visibilidad y oportunidades a la importante labor de este colectivo, el cual ha desempeñado, y continúa desempeñando, un papel fundamental en la difusión y fortalecimiento del español como lengua de comunicación internacional.
Desde la Asociación para la Enseñanza del Español como Lengua Extranjera (ASELE), la única asociación del español plenamente global, fundada en 1987, y que cuenta con más de 800 miembros repartidos por 67 países en los cinco continentes, hemos sido testigos directos del auge de nuestra lengua. Sin embargo, también hemos comprobado el desconocimiento que sigue existiendo en relación con su internacionalización y, más concretamente, con los profesionales del idioma. Y es este colectivo el que deberíamos conocer mejor. Así, ya adentrados en la tercera década del siglo XXI es importante dar cuenta de una pequeña ampliación en la nomenclatura y, por lo tanto, hablar más de «profesionales» del español que de solamente «docentes», dado que hoy en día se trata de una profesión de facto. Por eso, nos enorgullece que en este foro se dialogue sobre el futuro del español, materia prima con la que trabajamos y de la que dependemos.
En 2017, en el seno de nuestra asociación se llevó a cabo el único estudio global hasta la fecha que ha ayudado a entender algunos de los principales retos a los que se enfrentan los profesionales del español en el mundo (Muñoz-Basols, Rodríguez Lifante y Cruz Moya, 2017). Con muy pocos medios, pero con mucha fuerza de voluntad, fuimos capaces de obtener datos y testimonios sobre el perfil laboral y docente, el perfil formativo y el perfil investigador de 1.675 informantes de 84 países en los cinco continentes. Hasta la fecha, nadie se había preocupado de dar voz a los protagonistas que actúan como verdaderos embajadores de la lengua y de las culturas hispánicas.
En el estudio mencionado, constatamos que son tres los perfiles necesarios para trazar una radiografía completa de la profesión:
La docencia presencial o virtual es una de las principales salidas profesionales de nuestra lengua, pero son cada vez más variadas las posibilidades que abre el español como materia prima y como lengua de empleabilidad, y que incluye sectores tan diversos y transdisciplinares como el ámbito editorial, la asesoría lingüística, la creación de contenidos en redes sociales, la cultura y el arte en español, las empresas de nueva creación o start-ups, la minería de datos lingüísticos o la inteligencia artificial.
Desde la Unidad de Acción Educativa en el Exterior del Ministerio de Educación y Formación Profesional se está reforzando el posicionamiento del español en una diversidad de contextos geográficos. Por ejemplo, se está trabajando para lograr incluir el español en el currículo escolar en Dinamarca y Suecia; se está ultimando un convenio con el estado de Hesse (Alemania) para enviar 20 profesores visitantes de español a escuelas secundarias alemanas a partir del curso 2023-2024; se están llevando a cabo conversaciones para la creación de programas bilingües, a petición de los propios países, en Croacia, Moldavia y Uzbekistán. Como vemos, la lengua y la cultura son herramientas de inserción en el tejido social y de creación de oportunidades.
Entender la labor de los profesionales del español en el mundo implica brindarles apoyo en estas las tres facetas descritas, dado que son las que vertebran hoy en día la profesión.
Reivindicar el espacio que merecen los profesionales del español debe ser una responsabilidad compartida que involucre a dos ámbitos llamados a entenderse, los agentes y las voces del español. «Los agentes» comprende las instituciones de la lengua, como la Asociación de Academias de la Lengua Española, la Real Academia Española, el Instituto Cervantes, la Acción Educativa Exterior (AEE) del Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP), o la recién creada Dirección General del Español en el Mundo (DGEM), como parte de la Secretaría de Estado para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo, y cuya creación
(...) responde a la voluntad por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de situar a la promoción de nuestra lengua como uno de los ejes reforzados de la política exterior de España, fortaleciendo las herramientas para optimizar todo el potencial que el español ofrece en el ámbito internacional.
(Ministerio de Asuntos Exteriores Unión Europea y Cooperación, 2023)
Y «las voces» aglutina a investigadores de la lengua, profesionales del idioma y asociaciones de profesores de español (Muñoz-Basols y Hernández Muñoz, 2019: 82). Contextos geográficos distantes entre sí, repartidos por todo el mundo, como Eslovenia, Japón, Kenia, la India, Nueva Zelanda o Venezuela, por mencionar algunos ejemplos, cuentan con asociaciones de este tipo que son el principal foro de encuentro académico, investigador y sobre la profesión para los profesionales de la lengua.
No obstante, debe existir un diálogo conjunto entre estos dos polos de una misma realidad, los agentes y las voces del español, para poder avanzar de manera conjunta. No solo debe ser una colaboración, sino una verdadera alianza: son las voces, las que conocen de primera mano la situación del español en un contexto geográfico determinado, y son los agentes los que tienen acceso a los recursos para acometer cualquier iniciativa que contribuya a dar visibilidad a nuestro idioma.
Uno de los primeros pasos para conseguir impulsar la labor de los profesionales de la lengua es el reconocimiento de «las tres P» del español. El español es una lengua policéntrica que se proyecta desde diferentes polos geográficos; es una lengua polifónica que conforma un ecosistema de variedades que coexisten e interaccionan; y es una lengua poliédrica que comprende múltiples caras o perfiles de hablantes y, por lo tanto, de usuarios del idioma, y
(...) no solamente los de los territorios en los que es lengua oficial, sino también los de aquellos lugares en los que la presencia de hispanohablantes continúa aumentando y se ha instaurado como una herencia generacional; lugares donde existe una fuerte tradición en el estudio del idioma, donde este continúa abriéndose paso o comienza a transitar tímidamente.
(Muñoz-Basols y Hernández Muñoz, 2019: 81-82)
Es esta última faceta de nuestra lengua, la poliédrica, la que va a permitir que el español se integre en cualquier sociedad como un valor añadido y en alza, y que se constituya como una herramienta de conocimiento y de empleabilidad, como ya sucede con el inglés. Pese al reconocimiento de su potencial y las oportunidades que se generan en torno al idioma, seguimos sin contar con un espacio común en el que se aglutine, se busque y se pueda encontrar todo ese talento.
Así, es necesario que las voces del español, grupo integrado por profesionales de la lengua, puedan sentarse al lado de los agentes institucionales, dialogar y contribuir desde sus perspectivas sobre la profesión a definir las necesidades y las oportunidades para el español. Hagamos de Cádiz el comienzo de una bonita, no solo amistad, sino de una «alianza necesaria» que sirva para fortalecer nuestro idioma como lengua internacional de comunicación.
Para que no todo sean deseos, he aquí una propuesta concreta que justifica y da sentido a todo lo que acabo de exponer. Si queremos que el español continúe abriéndose camino como un activo, es necesaria la creación de una herramienta que trace, monitorice y ponga a disposición de los profesionales del español todas esas oportunidades laborales que se encuentran inconexas y dispersas por el ciberespacio, y que con frecuencia ni siquiera aparecen recogidas en los motores de búsqueda de empleo.
Recopilar esta información de manera centralizada en un mismo espacio contribuiría no solo a dar visibilidad a la internacionalización del idioma, sino también a identificar oportunidades de crecimiento, dado que los propios empleadores acudirían a este espacio único para el español donde podrían encontrar el talento necesario. Este «portal de empleo para el español» canalizaría todas las ofertas de trabajo en torno al idioma, no solo en relación con su enseñanza, sino en cualquier ámbito profesional en el que la lengua sea una herramienta de trabajo y una habilidad imprescindible. Del mismo modo, este nuevo recurso contribuiría a desarrollar el potencial del español como salida profesional para las nuevas generaciones (Muñoz-Basols, 2019).
No es este un deseo para la profesión sino una propuesta firme y una necesidad imperante, que surge como idea y como un posible proyecto, pero que requiere de apoyo institucional fruto de la necesaria alianza entre los agentes y las voces del español a la que aludía, y que denomino Proyecto ESPIRAL (Español Inserción Laboral). Como una espiral que, desde un epicentro dinámico, va creciendo y abarcando cada vez más espacio, una acción coordinada en el marco actual del PERTE «Nueva economía de la lengua» permitiría aglutinar y difundir todas estas oportunidades profesionales mediante el desarrollo de un buscador de empleo del español potenciado mediante inteligencia artificial. Tal y como se explica en la web del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España:
Este PERTE se plantea como una oportunidad para aprovechar el potencial del español y de las lenguas cooficiales como factor de crecimiento económico y competitividad internacional en áreas como la inteligencia artificial, la traducción, el aprendizaje, la divulgación cultural, la producción audiovisual, la investigación y la ciencia.
(Gobierno de España, 2023)
La vicepresidenta del Gobierno y Ministra de Economía y Digitalización, Nadia Calviño, ha dado buena cuenta en este IX Congreso Internacional de la Lengua Española de las oportunidades que se están abriendo para el español en la India, un escenario sumamente esperanzador para nuestra lengua en un país de 1.400 millones de habitantes. Ahora bien, la pregunta que surgen son: ¿dónde, es decir, en qué espacio van a poder acceder los profesionales del español a la información sobre estas estas oportunidades? y ¿a qué espacio van a acudir los empleadores de este país para buscar este talento que necesitan atraer hasta su contexto geográfico?
Nadie negaría que el futuro de una lengua depende de sus hablantes. Ahora bien, permítanme que recuerde que son «las personas que enseñan dicha lengua» las que garantizan su supervivencia, es decir, sus profesionales, las que son capaces de asegurar la transmisión de conocimientos lingüísticos, gramaticales, léxicos, pragmáticos, idiomáticos y culturales que supone el aprendizaje de un idioma.
Al comienzo de mi exposición afirmaba que, si el español es el combustible, los profesionales de la enseñanza del español son el motor que nos impulsa y nos permite seguir adelante. Sin la dedicación, el empeño y el espíritu aventurero de estos «verdaderos artífices del español», no habría sido posible alcanzar la internacionalización de nuestro idioma (Muñoz-Basols, Muñoz-Calvo y Suárez García, 2014; Muñoz-Basols, Gironzetti y Lacorte, 2019).
Evaluemos si en el X Congreso Internacional de la Lengua Española hemos sido capaces de «recuperar esta asignatura pendiente», la de las y los profesionales del español, tras haber escuchado las voces de este colectivo, de esta fuerza motriz —la enseñanza del español— sin la que nuestra lengua no habría sido capaz de abrirse camino en los lugares más recónditos del planeta.