La lengua, como herramienta fundamental para la comunicación entre los seres humanos, desempeña un papel crucial en la organización de la actividad productiva y es indispensable en la división del trabajo, considerado por Adam Smith como parte fundamental en el desarrollo económico.
La mayoría de los estudios que existen sobre el valor de la lengua subrayan su importancia e implicación en la actividad económica, con un papel decisivo y posibilita la actividad económica. Desde un punto de vista teórico, la lengua se presenta como un acto intangible que provoca efectos positivos, puesto que cuanto mayor es el número de personas que utilizan un determinado idioma, mayor es el valor individual de su conocimiento.
El problema de estudiar el valor de una lengua reside en aplicar un sistema metodológico para su medición. El estudio más completo realizado hasta la actualidad es, sin duda, el trabajo realizado por Martín Municio (2003), que se centra en la evaluación de los llamados «coeficientes de la lengua», aplicado en niveles sectoriales, en el que distingue entre sectores de alto contenido lingüístico (como las telecomunicaciones) y sectores de bajo contenido lingüístico (como la agricultura), para concluir que el valor de la lengua representaba cerca del 15 % del PIB español. En este estudio se tomaron variables tradicionales para el análisis del valor de las industrias de la lengua, tales como el cine, la televisión y la actividad editorial. Se trata de un estudio econométrico bastante riguroso, pero que tuvo que limitarse a un campo de observación específico y a una fuente de datos homogénea relativa a la contabilidad nacional española.
Es necesario tener en cuenta otro elemento para evaluar el valor de una lengua y consiste en la medición de la riqueza marginal resultante del hecho de conocer más de un idioma y tener en cuenta su naturaleza como elemento integrador del capital humano en la persona que lo utiliza. Dentro de esta corriente, nos encontramos con dos ejemplos como los de Rendon (2007) y Grin (2001). El primero investigó el diferencial de riqueza para los residentes en Cataluña con capacidad de hablar catalán y concluyó con la afirmación de que las personas que dominaban el catalán hablado y escrito tenían una probabilidad de entre un 3 % y un 5 % mayor a la hora de encontrar empleo. Grin, por su parte, confirmó que los ciudadanos suizos con la capacidad de hablar inglés tenían un rendimiento de entre un 12 % a un 30 % superior a aquellos ciudadanos que no tenían esa capacidad.
Sin embargo, hasta ahora no se ha analizado demasiado el hecho de procurar averiguar las implicaciones que tiene un idioma concreto en la relación de un país con el exterior, en sus flujos comerciales, en los niveles de inversión, así como en las migraciones y en el turismo. A pesar de la carencia de estudios dentro de este ámbito, algunos análisis se centraron particularmente en el comercio exterior. Melitz (2008) confirma empíricamente la importancia de la «comunicación directa» cuando dos relaciones comerciales se producen bajo el mismo paraguas idiomático o la traducción como facilitadora de la comprensión, convirtiéndose en un instrumento útil para agilizar el proceso de negociación y ejecución de una transacción comercial. La importancia de este proceso se puede ver en numerosos estudios que analizan los problemas de comunicación producidos ante una imposición de la tarifa en el comercio exterior. Hagen (2008) cita estudios sobre la medición de estos costes, cuyo margen puede variar entre un 15 % y un 22 % respectivamente, debido a las diferencias lingüísticas.
Aunque se haya abordado en menor medida, resulta necesario tener en cuenta el factor de la proximidad lingüística en la Inversión Directa Exterior (IDE).3 El factor que incluye de forma más totalizadora la proximidad ‘psíquica’ —según la terminología utilizada en la Escuela de Uppsala—, asume también las dimensiones cultural y lingüística. Bajo este prisma, los procesos de internacionalización tienden a iniciarse entre los países con mayor proximidad (lingüística y cultural). No obstante, a pesar de que los flujos migratorios han sido estudiados tradicionalmente más por sociólogos que por economistas, se puede ver también la importancia que tiene el interés económico de los países de destino en aquellos inmigrantes con grandes diferencias culturales y lingüísticas.
Kerswill (2006) incide sobre las consecuencias sociolingüísticas de la migración, en la medida en que se altera el balance demográfico de las poblaciones que se desplazan y aquellas que las reciben. Sin embargo, no tiene tanto en cuenta la preferencia de ambos grupos por cuestiones de una mayor proximidad lingüística.
En el turismo, el papel de las diferencias lingüísticas se resuelve con un fuerte incentivo en la presencia de profesionales que dominen varios idiomas —similar al traductor, como sustituto de la comunicación directa en el comercio exterior—. En esta dimensión, más temporal quizá que los procesos migratorios, también podemos descubrir el impacto de la proximidad lingüística en la elección de los países que visitamos.
En este estudio, focalizado en la realidad portuguesa, se realiza un análisis de las cuatro dimensiones comentadas hasta ahora y en la relación con el exterior. A diferencia del modelo dicotómico tradicional, —una misma lengua confrontada con una lengua distinta—, usaremos una escala gradual con cuatro grupos:
Los datos estadísticos utilizados provienen del Banco de Portugal, del Instituto Nacional de Estadística portugués (INE), del Servicio de Extranjería y Fronteras y del Observatorio de Emigración.5 El año más reciente con el que contamos la información disponible data de 2007. Sin embargo, para la recogida de los datos de la Inversión Directa Exterior (IDE) se ha utilizado información de un período de 10 años, habida cuenta de su fuerte variación en esta dimensión. La información sobre estos datos puede verse en la parte final del trabajo.
El trabajo se ha organizado de acuerdo con los objetivos presentados. El segundo capítulo trata sobre la distribución geográfica del comercio exterior portugués, tanto en las exportaciones como en las importaciones. El tercer capítulo distingue la Inversión Directa Portuguesa en el Extranjero (IDPE)6 de la inversión que recibe (IDE), y se encuentra diferenciado por familias lingüísticas.
En el cuarto capítulo, se analizan los flujos migratorios, la entrada y la salida de personas, así como el impacto de la lengua en estos movimientos. En el quinto capítulo nos encontramos con un estudio similar al anterior, pero aplicado al turismo. Finalmente, en el sexto capítulo, se incluyen las principales conclusiones y recomendaciones.
El impacto de la lengua en el comercio exterior se fundamenta, en gran medida, en los llamados modelos «gravitacionales», para los que el número y la riqueza de los hablantes de un determinado idioma facilitan los intercambios comerciales entre los hablantes del mismo idioma.
Dentro del ámbito de las relaciones exteriores, el comercio y el papel de la lengua sobre este último son, quizá, los que cobran una mayor relevancia. Foreman-Peck (2007) considera que las diferencias lingüísticas se convierten en un «impuesto» sobre el comercio. Frankell/Rose (2002) y Helliwell (1999) identificaron las diferencias lingüísticas como barreras para el comercio, equivalentes a tasas que podrían implicar un incremento tarifario de entre un 15 % y un 22 %. También indicaron que el hecho de compartir una lengua común podría aumentar el comercio bilateral entre un 75 % y un 170 %. Sin embargo, Hagen (2008) recuerda que otros estudios como el de Siscart (2003) indican impactos más modestos, con un incremento tarifario de un 6 % aproximadamente.
Así mismo, dentro de este tema, encontramos otros estudios econométricos más detallados. Melitz (2008) considera importante distinguir entre «comunicación directa» y comunicación «vía traducción». Esta comunicación se ve facilitada por el grado de alfabetización de la población a la que va encaminada la transacción. Los resultados confirman que, a pesar de que el hecho de compartir el mismo idioma tiene un mayor impacto, otros canales comunicativos (como los que se producen con la traducción) pueden facilitar el comercio internacional. Este estudio critica también la perspectiva dicotómica —hablar la misma lengua confrontada con hablar lenguas diferentes— que aparece frecuentemente en los estudios sobre el impacto lingüístico en el comercio exterior, ya que el grado de comprensión de otros idiomas está bastante diferenciado y no se pueden tratar de la misma manera.
En este estudio se considerarán cuatro niveles de proximidad lingüística:
En esta división habría que realizar, probablemente, algunas distinciones importantes, ya que lenguas como el italiano o el francés tienen un grado alto de comprensión para el hablante de portugués. Sin embargo, el análisis se volvería más complejo debido al excesivo número de categorías. El cuadro siguiente presenta los datos relativos a los principales destinos de las exportaciones e importaciones portuguesas en el año 2007.
Cuadro 1: comercio internacional de mercancías en países de destino y de origen, año 2007. Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE). Estadísticas del comercio internacional. | |||
País | Exportaciones | Importaciones | Saldo |
---|---|---|---|
España | 10 645 775 | 17 702 245 | -7 056 471 |
Alemania | 4 894 519 | 7 500 269 | -2 605 750 |
Francia | 4 743 380 | 4 937 848 | -194 469 |
Reino Unido | 2 253 239 | 2 021 616 | 231 623 |
EE. UU. | 1 787 108 | 953 828 | 833 280 |
Angola | 1 684 325 | 369 378 | 1 314 947 |
Italia | 1 551 289 | 3 157 185 | -1 605 896 |
Países Bajos | 1 271 534 | 2 677 717 | -1 406 183 |
Bélgica | 966 995 | 1 641 328 | -674 333 |
Singapur | 707 939 | 54 023 | 653 915 |
Suecia | 457 430 | 625 572 | -168 142 |
Malasia | 399 016 | 94 329 | 304 687 |
Japón | 298 594 | 571 684 | -273 090 |
Dinamarca | 278 081 | 293 412 | -15 331 |
Suiza | 266 075 | 393 503 | -127 428 |
Polonia | 266 029 | 243 773 | 22 256 |
Brasil | 258 186 | 1 381 192 | -1 123 006 |
Cabo Verde | 227 951 | 7 271 | 220 680 |
Turquía | 224 671 | 444 725 | -220 055 |
Finlandia | 214 030 | 262 048 | -48 017 |
China | 181 136 | 1 063 431 | -882 296 |
Rusia | 143 186 | 559 237 | -416 051 |
Sudáfrica | 87 688 | 271 462 | -183 775 |
Arabia Saudí | 48 494 | 431 264 | -382 770 |
SUBTOTAL | 33 856 666 | 47 658 343 | -13 801 676 |
Otros | 1 661 206 | 5 821 187 | -4 159 981 |
TOTAL | 35 517 872 | 53 479 530 | -17 961 658 |
Los principales países con los que comercia Portugal son países del entorno de la Unión Europea, lo que confirma la importancia de la proximidad geográfica en nuestras relaciones con el exterior. España, especialmente, representa el 30 % de las exportaciones y el 33,1 % de las importaciones portuguesas. El papel de la proximidad lingüística se analiza especialmente en el cuadro 2, donde se incluyen otros países no tan constantes en el cuadro anterior, pero con un reducido peso relativo.
Cuadro 2: comercio internacional de mercancías por idioma, año 2007. Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE). Estadísticas del comercio internacional. | |||
Lengua | Exportaciones | Importaciones | Saldo |
---|---|---|---|
Portugués | 2 327 478 | 1 784 245 | 543 233 |
Español | 10 645 775 | 17 702 245 | 7 056 471 |
Inglés | 4 224 097 | 3 440 223 | 783 874 |
Otras lenguas | 18 320 523 | 30 552 817 | 12 232 294 |
TOTAL | 35 517 872 | 53 479 530 | -17 961 658 |
Es importante realizar el análisis sobre el peso relativo de las regiones lingüísticas para las exportaciones e importaciones nacionales (véase figura 1).
Estos datos confirman que la proximidad lingüística afecta favorablemente a los flujos comerciales portugueses en las exportaciones y es más neutra en las importaciones. Habida cuenta de que el peso de las economías de países hablantes de portugués está próximo al 3 % del PIB7 mundial, las importaciones mantienen su dimensión natural, pero vemos que las exportaciones representan un peso específico que se aproxima al 6 %, un valor significativamente más elevado, seguramente debido a los países africanos de habla portuguesa.
En lo que respecta al efecto de la proximidad lingüística, resulta muy difícil identificarlo por el efecto de la proximidad geográfica, puesto que España es el único vecino con frontera terrestre. Los países latinoamericanos hablantes de español tienen un peso muy reducido en el comercio exterior portugués. Destacamos también que Portugal tiene un saldo comercial favorable ya con la propia región lingüística portuguesa, lo que refleja una mayor facilidad de comunicación directa, según la clasificación de Melitz (2008). Una conclusión que se extrae de estos datos es que en los mercados donde el portugués no se utiliza, surge la necesidad de promover la imagen de marca y la calidad de las traducciones.
Los costes de las transacciones comerciales suelen empeorar dentro de un contexto de diferencia lingüística, lo que facilita los flujos de la IDE de una determinada comunidad lingüística. Lau y Bruton (2008) observan que la gran parte de la inversión directa de China se produce en países con una fuerte presencia de comunidades chinas residentes, como Hong Kong, Singapur o Taiwán. Además, esto nos permite ver especialmente que la inversión se produce en regiones en las que se utiliza un dialecto común al de los inversores (Child, Chung y Davies, 2003). De esta manera, los inversores de Hong Kong se dirigen principalmente a Guangdong, en el sur de China, mientras que la inversión de Taiwán se destina a las provincias de Fujian y Zhejiang, zonas con mayores afinidades lingüísticas y culturales. La superioridad de la IDE no se confirma siempre en los contratos. Esta observación se desprende del hecho de que la IDE, al reducir los costes de transacción, genera costes de organización (gastos de capital, costes de comunicación interna, gastos de agencias, diferencias en las escalas de producción para incluirlos en la propia actividad interna de las empresas, etcétera). El hecho de aumentar los procesos de producción en la actividad interna crea una especie de swap9 de los costes de transacción por los costes de organización. Llegado el caso límite, la validez de la relación queda fijada a que la restricción de los gastos de organización no supere los costes de transacción. Se han realizado varios trabajos de campo sobre la IDE en Portugal, tanto para los casos de entrada como de salida. Por otro lado, el papel de la proximidad cultural y lingüística se ha tenido en cuenta. Una de las conclusiones que se extraía estaba relacionada con la debilidad de la capacidad de captación de IDE y que se producía recientemente (Moreira e Dias, 2008). Los principales obstáculos que se identificaron incluían la productividad, la enseñanza, la innovación tecnológica y la política industrial. Esta situación contrasta con la evolución de la IDPE (Inversión directa portuguesa en el extranjero). Rosa (2008) observa que entre el año 2005 y el año 2007, la inversión hecha por extranjeros en Portugal creció un 15,7 %, mientras que la inversión portuguesa en el extranjero aumentó un 210 %. Según Costa (2005), en lugar de dirigirse hacia una única área, los productos portugueses de inversión en el extranjero tienen tres destinos predominantes: Brasil, España y los Países Bajos. Este estudio considera que uno de los puntos más destacados en el proceso de internacionalización de las empresas portuguesas para el caso de Brasil fue la contribución de los factores de orden cultural, principalmente en el caso de aquellas empresas de menor dimensión que, en muchos casos, iniciaban en ese destino su proceso de internacionalización. Axxin y Matthysens (2001), consideran que las empresas operan hoy en diferentes condiciones y espacios y sugieren que la globalización de los mercados fue posible gracias a la mejora de las tecnologías (ya sean tecnologías de la información como las propias telecomunicaciones), de los transportes (que disminuye los gastos y las distancias) y de la liberalización del mercado (debido a la creación de bloques regionales y firma de acuerdos). Esta evolución permitió a las empresas de menor dimensión superar algunos obstáculos comunes dentro del proceso de internacionalización, facilitado siempre dentro de un contexto de proximidad lingüística y cultural.
Costa (2005) se plantea conocer si el hecho de que Brasil y Portugal sean culturalmente próximos resulta determinante o si, por el contrario, es un hecho complementario a los aspectos económicos (como una especie de palanca capaz de propulsar a las empresas portuguesas a la hora de invertir en Brasil, a pesar del posible riesgo o la inseguridad). Al investigar las intenciones de los empresarios portugueses en su apuesta por Brasil, este estudio afirma que, aunque las principales motivaciones para iniciar el proceso de internacionalización de las empresas portuguesas hayan sido económicas (por la dimensión y potencial del mercado brasileño), existe una gran influencia, por la proximidad cultural existente y percibida entre los dos países (originada principalmente por usar una lengua común), en la decisión de abordar ese mercado a través de un mecanismo tan exigente como la IDE (Costa 2005).
La evolución de la IDPE muestra una clara diversificación «lingüística» de los países de destino. Sin embargo, este aspecto está camuflado tímidamente en el caso de los Países Bajos, ya que desempeña un papel de bisagra para otros destinos, algunos de los cuales pueden mostrar una mayor proximidad lingüística.
La distribución por zonas lingüísticas, en el largo período del análisis que se muestra, indica un peso muy significativo de la IDPE destinado a países hablantes de portugués. En el caso de España ya parece menos relevante la proximidad lingüística en detrimento de la proximidad geográfica, habida cuenta de que España atrae la mayor parte de la IDPE y resulta casi marginal la presencia de otros países americanos hablantes de español.
El efecto de proximidad lingüística es sustancialmente inferior en la parte de la entrada para la IDE. Sin embargo, convendría analizar con más detenimiento el peso de la comunidad lusófona sobre las inversiones de los EE. UU., Francia, Reino Unido, etcétera. Lau y Bruton (2008) subrayan la relevancia de la inversión étnica en China, promovida por la población mundial de ascendencia china (overseas chinese). En el año 2006, la inversión originada en Hong Kong, Singapur y Taiwán, representó más del 39 % del total de los 63 billones de dólares americanos recibidos en China.
La figura 4 representa la distribución lingüística bajo la perspectiva del IDE y en relación con la entrada, confirmando un peso significativo de la lengua portuguesa, aunque de una forma menos clara que para el caso de la IDPE.
El 13 % representado por los países hablantes de portugués, principalmente Brasil y, recientemente, Angola, muestran un peso bastante superior al real si tenemos en cuenta la dimensión relativa natural de estas economías (cerca del 3 % del PIB mundial). Los datos usados en este análisis se refieren a los valores brutos de IDE e IDPE desde 1996, lo que nos aproxima bastante al valor del producto bajo estas variables. En el caso de la IDPE tenemos una aproximación bastante razonable, ya que el nivel de IDPE se inició con unos índices iniciales muy bajos y creció mucho durante el período mostrado en el análisis. La evolución anual de la IDE se representa en la figura 5.
Estos valores confirman que la proximidad lingüística es más importante en los flujos de IDE, ya sea en los valores de entrada o de salida, que en los flujos del comercio exterior. Este efecto se nota especialmente en el movimiento de los capitales de salida, lo que sugiere que las multinacionales emergentes con menor experiencia internacional son más reacias a establecerse en regiones lingüísticas y culturales diferentes, en comparación con las multinacionales que tienen una mayor experiencia. Resulta interesante mostrar, en esta fase, la relación entre el comercio exterior y la IDE. La figura 6 analiza la relación entre las exportaciones y la IDPE para un conjunto determinado de países.
Los Países Bajos aparecen como el principal destino de la IDPE quizá porque funcionan como bisagra para otros destinos. Incluso España tiene otro comportamiento opuesto, siendo más importante como destino comercial que como receptor de la IDPE. Esta diferencia la vemos de forma más notable para casos como el de Alemania, Francia o el Reino Unido, destinos importantes del mercado con una muy leve atracción de la IDPE. En un punto antitético nos encontramos con Brasil, lo que nos indica cierta predominancia de la proximidad lingüística sobre la IDPE. Por lo tanto, queda así demostrado que la proximidad geográfica y la pertenencia a una comunidad o un bloque económicos resulta decisiva para el comercio exterior, mientras que la proximidad lingüística es un poderoso determinante de la IDE, lo que confirma las teorías de internacionalización y proximidad psíquica de la Escuela de Uppsala. Dentro de la misma perspectiva, conviene relacionar la IDE con las importaciones, conforme se puede ver en la figura 7.
En lo que respecta a la IDE, la relación está menos presente debido a los Países Bajos, el Reino Unido, Francia y Alemania tienen un papel determinante como países de origen de IDE. Para el caso de España vemos que destacaría en ambas dimensiones. Brasil —ya en menor medida—, y Angola comienzan a tener un peso significativo como origen de flujos de IDE.
El impacto de la lengua sobre los flujos migratorios ha sido objeto de análisis en estudios de ámbitos como la sociología, la ciencia política o la antropología. Existe cierta semejanza con el comercio exterior o internacional, ya que el hecho de compartir una lengua común también funciona como facilitador para el comercio y reduce los costes de transacción tanto para la población migrante como para la población que la acoge y la integra. Además de los elementos iniciales que influyen en la elección de un país de destino, la lengua del país de acogida también puede estar determinada por los flujos migratorios, pudiendo sufrir ciertas influencias en ámbitos como la pronunciación, el léxico o las construcciones gramaticales. Kerswill (2006) considera la migración como una causa importante en el proceso de cambio lingüístico y que no solamente se daría en el desplazamiento de un grupo homogéneo de personas hacia un nuevo lugar aislado.
Gutiérrez (2007) considera que las migraciones son uno de los principales medios por los que el valor de una lengua aumenta o disminuye. A partir del fenómeno de la globalización (actualmente en aumento), las migraciones aumentan y, por consiguiente, las ocasiones de intercambio lingüístico crecen y se diversifican.
Ciertamente existe una serie de situaciones en las que la lengua y las migraciones se relacionan desde un punto de vista económico. La lengua debe considerarse como un medio de comunicación, pero también como un medio de producción y un pilar de las identidades. Según Massey (1993) y Borjas (1994 y 1995), una de las pautas que se produce en la interacción entre lengua y migraciones es el hecho de que una comunidad lingüística favorece generalmente los flujos migratorios entre dos territorios y actúa siempre de forma paralela junto a los principales determinantes económicos (como las diferencias de rentas y las posibilidades de empleo). Por otro lado, comprobamos que en los territorios que no pertenecen a una misma lengua, la existencia de una comunidad previa de inmigrantes (con un mismo origen cultural y lingüístico) proporciona la formación de una red y de un capital social necesario para mantener o incrementar el flujo migratorio (Massey, 1993 y Borjas, 1994 y 1995).
En la relación de las características lingüísticas de los inmigrantes con el mercado de trabajo, podemos identificar dos principales tendencias. Si por un lado tenemos una corriente que estudia los factores de conocimiento de una lengua extranjera por parte de los inmigrantes; por otro lado, existe una corriente que investiga de qué modo ese conocimiento lingüístico repercute en los salarios pagados en el país de destino (Chiswick y Miller, 1995). En relación con la primera corriente, las razones que llevan a los inmigrantes a dominar una lengua extranjera son tres: incentivos económicos, la eficiencia en el aprendizaje y la exposición a la lengua (Gutiérrez, 2007). En lo que respecta a los incentivos económicos, el deseo de aprender y conocer una lengua extranjera sirve para obtener con mayor probabilidad un empleo, así como, un aumento salarial que puede significar el acceso a funciones más cualificadas.
Por otra parte, un estímulo económico indirecto de la lengua está relacionado con el hecho de «facilitar y, por tanto, reducir el gasto de bienes y servicios en general» (Gutiérrez, 2007). En este sentido, resulta evidente el hecho de que los inmigrantes que comparten la lengua «huésped» tienen más éxito en su integración social, así como en los procesos de adquisición de una mejor posición social. Finalmente, otro factor que cabría citar es la duración de estancia en el país de destino: «cuanto mayor sea la duración o cuanto menor sea la perspectiva de retorno, más importancia podrían tener los incentivos económicos a la hora de explicar la atracción por una lengua» (Gutiérrez, 2007). Si pasamos a la segunda causa que lleva a los inmigrantes a conocer un idioma extranjero (la exposición a la lengua), constatamos que el aprendizaje se puede iniciar en el país de origen, a través de la asistencia a aulas y formación continua, que se verá incrementada especialmente cuando el inmigrante se encuentre ya en el país de destino. La exposición a la lengua será más elevada cuanto mayor sea el tiempo de permanencia y cuanto menor sea la presencia de personas de la misma comunidad de origen del inmigrante (una comunidad pequeña obliga a un mayor esfuerzo de aprendizaje de una lengua extranjera). En la tercera y última explicación para el dominio de una lengua extranjera podemos incluir la edad y la formación como factores coadyuvantes para el desarrollo de las competencias del inmigrante. Cuanto más joven fuese o cuanto mayor fuera su formación, más probabilidad tendría de aprender un idioma extranjero con eficacia (Gutiérrez, 2007).
En lo que concierne a la segunda corriente de estudios, que investiga de qué forma el conocimiento lingüístico repercute sobre el salario en el país de destino, Chiswick y Miller (1995) afirman que el aumento salarial es un argumento que ayuda a la hora de explicar el aprendizaje de la lengua del país de destino y, por otro lado, que el conocimiento o dominio lingüístico contribuye, a su vez, para explicar el nivel salarial. A pesar de que los campos de estudio dentro del ámbito de la «economía de la lengua» están divididos (en los que predominan cuatro focos de interés según Grin, 2003), la investigación se ha centrado principalmente en los rendimientos resultantes del conocimiento de la lengua en el país de destino. Y podemos afirmar que la mayor parte de los estudios se centran en el estudio de la inmigración en los Estados Unidos y el conocimiento del inglés. Los estudios realizados dentro de este ámbito geográfico confirman que el hecho de no conocer el inglés implica tener un menor salario relativo en el mercado de trabajo de los Estados Unidos (Gutiérrez, 2007). Además, podría incluirse otra conclusión importante dentro de estos estudios: el hecho de que el desconocimiento del inglés en este país suele afectar negativamente y en mayor medida a las mujeres (Mora y Dávila, 1998).
La inmigración se explica generalmente bajo cuatro parámetros fundamentales (Kerswill, 2006): espacio, tiempo, motivación y dimensión sociocultural. Dentro del espacio conviene identificar las fronteras administrativas para distinguir los movimientos internos de la población migrante. Del mismo modo, las distancias pueden ser cortas o elevadas, lo que ocasionará más costes y riesgos según las distancias. Por último, el espacio de la migración se incluye intrínsecamente una dirección, ya sea del campo a la ciudad, como fue el caso de la mayoría de los flujos migratorios de los siglos xviii y xix, o dentro y fuera de un espacio sociolingüístico.
El tiempo es otro parámetro básico debido a que la migración puede ser estacional, temporal o duradera. En la recolección de productos agrícolas es frecuente la existencia de migraciones de carácter estacional; hay trabajadores chinos que se desplazan para realizar trabajos específicos de gran envergadura, como la construcción de obras públicas, durante períodos de tiempo limitados.
La motivación ha variado mucho a lo largo de la historia de las migraciones, desde las situaciones límite producidas en la esclavitud de los siglos xvi, xvii, xviii y xix, hasta la actual «fuga de cerebros», en la que muchos científicos se desplazan a centros de investigación incluso cuando las condiciones de vida en el país de origen son buenas.
El papel de la lengua se ha estudiado para el caso de las migraciones forzosas. Kerswill (2006) cita estudios que confirman la utilización deliberada de esclavos de diferentes idiomas por parte de capitanes de barcos, para reducir el riesgo de insurrección. A pesar de la importancia predominante de la dimensión económica, en la que los países ricos tienden a atraer inmigrantes procedentes de regiones con un nivel de vida bastante inferior, la proximidad lingüística y cultural se ha estudiado bastante en este ámbito. Aquí podemos comprobar que existe una mayor integración en el país de acogida o en comunidades del país de origen ya establecidas que los acogen, aunque algunas veces perpetúa niveles muy altos de segregación.
Cuadro 3: portugueses residentes en el extranjero por país, año 2008. Fuente: Observatorio de la Inmigración, residentes nacidos en Portugal. Datos de 2008. | ||
País | Número | Porcentaje |
---|---|---|
Francia | 567 000 | 27,14 % |
Sudáfrica | 274 000 | 13,12 % |
Estados Unidos | 217 540 | 10,41 % |
Brasil | 213 190 | 10,21 % |
Suiza | 157 455 | 7,54 % |
Canadá | 150 390 | 7,20 % |
España | 136 171 | 6,52 % |
Alemania | 91 225 | 4,37 % |
Reino Unido | 77 000 | 3,69 % |
Angola | 60 000 | 2,87 % |
Venezuela | 53 478 | 2,56 % |
Luxemburgo | 41 690 | 2,00 % |
Australia | 18 235 | 0,87 % |
Países Bajos | 12 569 | 0,60 % |
Argentina | 9 340 | 0,45 % |
Italia | 4 842 | 0,23 % |
India | 4 400 | 0,21 % |
México | 285 | 0,01 % |
China | 250 | 0,01 % |
TOTAL | 2 089 060 | 100,00 % |
La proximidad lingüística tuvo un peso significativo en la elección de los países de destino. Brasil y Angola, en particular, son actualmente destinos significativos en la diáspora portuguesa. Como se puede ver en la siguiente figura, los países de habla portuguesa albergan cerca del 13 % de los portugueses que viven en el extranjero. Destaca también porque es significativo el hecho de que en los países de habla hispana, se encuentra el 10 % de los portugueses (6,5 % en España y 2,6 % en Venezuela).
Sin embargo, en la entrada de inmigrantes es mayor el peso del idioma, puesto que más del 50 % de los 443 000 inmigrantes registrados por SEF (Servicio de Extranjeros y Fronteras)10 en Portugal durante el año 2008, tienen el portugués como lengua materna. En este caso, la lengua española tiene un papel casi irrelevante, ya que el este europeo es el de mayor peso después de la comunidad de países hablantes de portugués (figura 9).
Es indiscutible el hecho de que el conocimiento de una lengua es muy útil para comunicarse con los habitantes de un país extranjero. En una época en la que el planeta se ha convertido en «una aldea global» y en la que prolifera el sector servicios y empresas que los facilitan, resulta prácticamente fundamental que el turista se sienta bien recibido, lo que incidirá posteriormente en su elección por un destino o por un hotel determinados en lugar de otros. De hecho, actualmente, gracias a la diversificación de los servicios el consumidor tiene más capacidad a la hora de elegir su destino y tiende a decidirse por una mejor calidad con un precio más bajo. Parece conveniente afirmar que un visitante bien recibido va a querer volver o no dudará en recomendar el país que visitó a sus conocidos con toda probabilidad (Cohen y Cooper, 1986).
A pesar de que el número de trabajos existentes sobre el impacto de la lengua en los flujos turísticos son escasos y no existen estudios suficientes sobre el papel desempeñado por la proximidad lingüística, podemos afirmar que éste puede ser determinante en la elección del destino. En verdad, si nadie duda de la preeminencia del inglés en el sector turístico, crece cada vez más el interés por otros idiomas. Monod (1992, p. 15), indica que «el conocimiento, no solamente de las lenguas, sino también de la cultura de diferentes naciones europeas, o mejor aún, el conocimiento de los otros es un deber absoluto».
Podemos encontrar una opinión parecida en Blunkett (1998, p. 1), en la que enfatiza en la importancia del aprendizaje de una lengua extranjera: «No hay duda de que, a pesar del dominio del inglés en el mundo, la capacidad para hablar otra lengua o varias es cada vez más importante en la economía actual, data su competitividad y su globalidad».
No podemos olvidarnos tampoco de los propios empresarios hosteleros que afirman la necesidad de comunicarse con los visitantes que no conocen el idioma del país de destino, pues es más probable que los clientes reserven una habitación de un hotel donde los empleados hablan su lengua (Leslie et al., 2004, p. 261).
Si analizamos brevemente los estudios de este ámbito podemos confirmar que, de hecho, «el conocimiento de una lengua extranjera implica una serie de beneficios a la organización en general y, especialmente, al sector del turismo» (Kennett, 2002). Como indica Davidson (1992), los negocios no deben ser hostiles al aprendizaje de las lenguas. Por otro lado, el autor señala que en la Europa continental la prosperidad está íntimamente ligada al conocimiento de lenguas extranjeras. No obstante, podemos comprobar cómo en países como el Reino Unido parece haber una cierta resistencia (de forma paralela a la carencia de profesionales que conocen una segunda lengua) para conocer otra lengua, además del inglés, a la hora de tratarla como un elemento fundamental para el éxito, en lugar de ser una «opción extra», como actualmente se percibe en Inglaterra (Bta, 1992).
A modo de conclusión, a pesar de la existencia o no de ciertos frenos para la dinamización lingüística del sector turístico, resulta indispensable que tanto empleados como visitantes sean capaces de tener una conversación con la finalidad de entender los deseos y las necesidades del visitante (Leslie et al., 2004, p. 263).
Dentro de nuestro análisis, conviene comprobar si el turista, que viaja durante períodos de tiempo limitados, —a diferencia del emigrante—, tiene también una preferencia por regiones cultural y lingüísticamente próximas o si, por el contrario, esta relación de proximidad es más neutra, menos importante.
El siguiente cuadro representa la lista de destinos favoritos de los turistas portugueses. El factor geográfico es significativo, al igual que el coste del desplazamiento. Por estos motivos, vemos cómo España y Francia son los primeros países seleccionados por los turistas portugueses. En este punto, vemos que para el caso de España se superan los parámetros analizados en relación con el comercio exterior. El cuadro 4 representa los principales destinos de los turistas portugueses cuando se desplazan al extranjero. España es uno de los destinos principales, lo que confirma la importancia de la proximidad geográfica, cuya preeminencia ya vimos también de forma similar para el comercio exterior. El orden de los principales destinos turísticos coincide prácticamente con los principales países de comercio exterior.
Cuadro 4: salida de turistas por país de destino (integra los movimientos de turistas por carretera y avión), año 2007. Fuente: Instituto Nacional de Estadística. Encuesta de movimiento de personas en las fronteras, año 2007. | ||
País de destino | Salidas (miles) | Porcentaje |
---|---|---|
España | 2051,8 | 46,5 % |
Francia | 643,6 | 14,6 % |
Alemania | 298,3 | 6,8 % |
Reino Unido | 221,5 | 5,0 % |
Suiza | 153,0 | 3,5 % |
Brasil | 94,7 | 2,1 % |
Italia | 87,5 | 2,0 % |
Bélgica | 62,1 | 1,4 % |
Estados Unidos | 48,1 | 1,1 % |
Cabo Verde | 38,2 | 0,9 % |
Otros | 713,2 | 16,2 % |
TOTAL | 4412 | 100 % |
El efecto de la lengua también se muestra poco significativo. En la lista de los países más visitados por los portugueses apenas aparecen Brasil y Cabo Verde, con un peso conjunto similar al nivel natural en el que estos países se encuentran en relación con la economía mundial y en una dimensión similar a la que asumen en el comercio exterior.
Cabría destacar que, en lo que se refiere a la procedencia de visitantes, Portugal recibe un mayor número de visitantes ingleses, lo que refleja una relación privilegiada entre los principales operadores de los circuitos de viajes, especialmente aquellos de bajo coste.
Cuadro 5: entrada de turistas por país de origen, año 2007. Fuente: Instituto Nacional de Estadística. Encuesta de movimiento de personas en las fronteras, año 2007. | ||
País de origen | Entradas (miles) | Porcentaje |
---|---|---|
Reino Unido | 1422,0 | 20,2 % |
España | 1392,8 | 19,8 % |
Alemania | 778 | 11,0 % |
Francia | 511,8 | 7,3 % |
Italia | 408,8 | 5,8 % |
Países Bajos | 335,9 | 4,8 % |
Estados Unidos | 274,3 | 3,9 % |
Brasil | 253,1 | 3,6 % |
Irlanda | 192,6 | 2,7 % |
Bélgica | 157,7 | 2,2 % |
Suecia | 111,7 | 1,6 % |
Dinamarca | 97,5 | 1,4 % |
Austria | 87,5 | 1,2 % |
Canadá | 86,4 | 1,2 % |
Finlandia | 75,1 | 1,1 % |
Polonia | 73,3 | 1,0 % |
Japón | 69,1 | 1,0 % |
Otros | 719,8 | 10,2 % |
TOTAL | 7047,6 | 100 % |
A pesar del interés creciente de los visitantes de países de habla portuguesa, su peso relativo es bastante pequeño y muy próximo al nivel natural del 3 % (figura 11).
La principal conclusión que se extrae de este análisis está en afirmar que los movimientos turísticos son mucho menos sensibles al efecto de la proximidad lingüística, en oposición clara con respecto a los movimientos migratorios.
En este estudio se confirma el gran valor que tiene la proximidad lingüística en las relaciones de Portugal con el exterior. El papel de la lengua es, en gran medida, un facilitador significativo en las dimensiones de intercambio analizadas a lo largo de estas páginas.
Sin embargo, la dimensión en la que la proximidad lingüística destaca más es en el fenómeno migratorio, especialmente en el país de acogida, puesto que más del 50 % de los inmigrantes que buscaban mejores condiciones en Portugal ya conocían la lengua portuguesa. Este aspecto confirma las previsiones realizadas en la teoría de los costes de transacción, en la que se muestra que las barreras comunicativas producidas por una diferencia lingüística significativa alteran los costes asociados para el establecimiento de contratos y para la coordinación de trabajadores en un universo lingüístico diverso. Esta dimensión se nota especialmente en los trabajadores cualificados, con niveles más altos de capital humano, junto con una preocupación creciente de los países receptores de mano de obra extranjera. Aunque muchas de las tareas actualmente realizadas por los trabajadores inmigrantes son de baja cualificación, su habilidad lingüística incrementa la capacidad de integrar los equipos y poder seguir las directrices empresariales. Por supuesto, esta cuestión es igualmente válida para el autoempleo y la creación de empresas.
La segunda dimensión en la que la proximidad lingüística es más destacada se produce en la IDPE. En este caso, también podemos observar que el peso relativo más importante se produce en los países hablantes de portugués, como Brasil o Angola, que representan el 19 % de la inversión total y directa realizada por Portugal en el período comprendido entre los años 1996 y 2007. Aunque es menos importante, la entrada de la inversión también refleja un peso más relevante en comparación con el índice natural de la inversión directa procedente de Brasil y de Angola, que representan el 13 % del total.
Las empresas como Odebrecht, Embraer y Sonangol son algunos de los protagonistas de los flujos originarios de países hablantes de portugués cuyo principal interés reside en la utilización de Portugal como plataforma para entrar en el mercado de la Unión Europea. Estas dos variables, migración e IDE, sugieren que la investigación sobre el valor e importancia de la lengua, así como su peso en la relación comercial internacional, debería cambiar de foco principal, ya que el comercio exterior entre comunidades lingüísticas distintas puede agilizarse con gastos de transacción asequibles, a través de la traducción, como sugirió Melitz (2008).
Los datos obtenidos para Portugal confirman que la proximidad lingüística es menos significativa en las relaciones comerciales internacionales, tanto en la entrada como en la salida, y como puede apreciarse también en el turismo. De hecho, las cuotas obtenidas para las importaciones y para el turismo son similares al nivel natural de, aproximadamente, un 3 %, que es el peso relativo de los países de habla portuguesa en el mundo.
En las exportaciones encontramos un incremento significativo y un mayor peso del valor de la proximidad lingüística, pues llegan a absorber un 7 % del total de las exportaciones portuguesas. Cabría mencionar que la mayor parte de este volumen de exportaciones se recibe en los países africanos, pues Brasil es el decimoséptimo cliente de los productos portugueses y capta apenas un 0,8 % de las exportaciones portuguesas.
Existe, no obstante, un punto menos aclaratorio en el estudio de la proximidad lingüística, el caso del español, aunque puede estar justificado por la proximidad geográfica de España. El volumen y el peso ejercido por un vecino como España, que representa cerca de seis veces el peso de la economía portuguesa, es bastante claro para explicar la dimensión de los intercambios con este país. No obstante, en el nivel de las migraciones de salida de Portugal, cabe destacar el papel desempeñado por Venezuela. Sudáfrica tiene un peso superior, aunque se trata de una economía de mayor dimensión que la economía venezolana y se encuentra muy próximo a Mozambique y Angola; no olvidemos que este país absorbió gran parte de los territorios colonizados por los portugueses.
Este estudio se ha centrado en realizar un análisis de variables macroeconómicas en países de origen y destino, lo que nos ha permitido observar la variación del peso específico de una lengua a partir de las cuatro variables analizadas. Con toda probabilidad, el estudio podría resultar válido para la mayor parte de los países. Sin embargo, convendría explorar algunas áreas específicas en el futuro. Si se realizara un análisis por sectores, encontraríamos diferencias en actividades con mayor contenido lingüístico, como la enseñanza o las comunicaciones, donde el peso específico de la lengua sería mayor; mientras que en otros sectores como la agricultura cobraría una menor importancia. Los «factores lingüísticos» de Martin Municio (2003) resultarían de gran utilidad para profundizar en este estudio. En el nivel empresarial, sería posible analizar el comportamiento de la gestión y el grado de control utilizados en los factores diferenciados de proximidad, incluyendo aspectos como la utilización de expatriados. Finalmente, sería interesante hacer una comparativa, para las cuatro variables que se han utilizado en este estudio, con las lenguas más utilizadas (supercentrales) y con países de lenguas menos usadas o con menor presencia en el mundo como, por ejemplo, el húngaro o el finés.
El estudio del valor de la lengua tiene numerosas implicaciones, tanto empresariales como de carácter político. Quizá en las relaciones comerciales internacionales es donde cobran mayor importancia, como quedaría demostrado en nuestro análisis, especialmente en los movimientos migratorios y en la inversión directa. La segunda dimensión destaca en el nivel empresarial, lo que sugiere la puesta en práctica de políticas adecuadas para realizar una selección adecuada de los países de destino, así como seleccionar los modos de entrada y la definición de los modelos de coordinación y control. El coste de la gestión de las actividades en el exterior está influenciado significativamente por las diferencias culturales y lingüísticas. Las necesidades de coordinación y control están también bastante relacionadas con la distancia «psíquica», cultural y lingüística. Algunos gobiernos, conscientes de la dimensión estratégica de estos aspectos, realizan una gran inversión en la defensa y la promoción de la lengua. Portugal y los países de habla portuguesa tienen una posición privilegiada en este aspecto, habida cuenta de que, dentro del contexto actual de globalización en el que la supervivencia de tantas «especies» lingüísticas está amenazada, la demanda del portugués se encuentra en expansión, según el crecimiento del aprendizaje de segundas lenguas (Reis, 2008). Incluso, en Internet, podemos observar unas tasas de crecimiento elevadas. Sin embargo, el crecimiento del interés por el portugués necesita políticas específicas de defensa y promoción de su conocimiento, así como una mejora de la alfabetización de sus hablantes.