La comunicación entre los pueblos latinoamericanos, previos los años de la colonia estaba dominada por las culturas andinas y mesoamericanas.
Durante la Colonia, la comunicación entre los pueblos latinoamericanos se finco en las instituciones reales y la Iglesia Católica, pero se mantuvieron ciertos elementos de connotación local.
Durante los primeros años de independencia, la comunicación entre países se fue dando más en el ámbito comercial y la Iglesia Católica siguió siendo el pilar fundamental de la comunicación de connotación social. La estructura eclesiástica permitía la diseminación de informes y la aglutinación regional que empezaba a conformar la identidad nacional de los nacientes países.
Los primeros elementos de una comunicación panregional, se dan con el nacimiento de la radio y fundamentalmente con la televisión. Los alcances de la misma permiten que las fronteras se transculturalicen y que se desechen modismos puramente localistas, deformaciones del idioma, para dar paso a una comunicación mas firme. El regreso a un español más puro, alejándose de las deformaciones originales o tomándolas para convertirlas en universales.
Los elementos de cambio tecnológico, la profesionalización de la prensa y generación de noticias en Latinoamérica, se han convertido en la piedra de toque del final del siglo xx y la entrada a nuestro siglo, para dar de nuevo una homogenización de la manera, de la forma, en que nos comunicamos los pueblos de origen hispano.
Siendo los Estados Unidos, después de México el país que cuenta con el mayor numero de población de habla Hispana en el continente Americano, se vuelve necesario analizar la implicaciones que conlleva esta «convivencia» de lenguas, el impacto de la universalización del llamado lenguaje de la Internet y como nuestra lengua esta por convertirse en un símbolo de la cultura hispana.
Las nuevas tecnologías permiten la expresión sin cortapisas de cualquier individuo, desde las fronteras de México en el Río Bravo hasta la Patagonia, el uso de lo que hoy hemos venido a definir como «Periodismo ciudadano», ha abierto una serie de avenidas y oportunidades de expresión que durante muchos años fueron exclusivos de las «familias» que tenían acceso a lo medios de comunicación. Hemos de oír estas voces y entenderlas como una manifestación de nuestra cultura y de la extensión de nuestra cultura.
El periodismo hispano en los Estados Unidos de América, empieza a seguir este modelo, mientras las comunidades más aisladas, donde existen emigrados que han conservado la lengua materna como símbolo de identidad, ahora, gracias a estas nuevas tecnologías y a su acceso irrestricto, pueden expresarse en el ámbito nacional e internacional.
Todo esto es el devenir de un nuevo modelo. ¿Hacia dónde va? ¿Cuál es la fórmula que seguirá? Lo que parece determinante es que la lengua española se ha convertido en el símbolo que lo identifica.