César Antonio Molina

Palabras de bienvenida César Antonio Molina
Director del Instituto Cervantes

Majestades,
Excmo. Sr. Presidente de la República de Colombia y Sra. de Uribe,
Sras. y Sres. Congresistas,
Estimados amigos,

Comienza un nuevo Congreso Internacional de la Lengua Española, el cuarto. Podemos decir ya que estamos ante una cita asentada, ineludible y que nos reúne a todos cada tres años. Podemos añadir también que no existe ningún acontecimiento semejante en torno a ninguna otra lengua en el mundo, que nos hemos anticipado a las demásy que hemos inaugurado una nueva forma de entender la dimensión de las lenguas en la sociedad contemporánea.

Esta novedosa percepción se apoya básicamente en dos principios: el primero es el carácter incluyente que une a todos sin excluir a nadie, porque una lengua es hoy más que nunca asunto de quienes la hablan, sea como idioma materno o como lengua adquirida. Por ello, los congresos internacionales no son para especialistas ni para miembros restringidos de profesionales, de grupos sociales o nacionales, sino que están abiertos a los representantes más cualificados de todos ellos.

El segundo principio que nos guía es la voluntad de futuro, incluida la firme apuesta para que el español sea una de nuestras grandes fuentes de recursos. Lo es ya, lo ha sido desde hace mucho, inmensa riqueza cultural, pero la lengua que hablamos casi 500 millones de personas y que se ha convertido en vehículo de comunicación internacional será también, si nos preparamos de forma adecuada, una de las principales vías de ingresos económicos para nuestros países.

Hace unos años, un estudio encargado por el Instituto Cervantes estableció que el español suponía el 15 % del Producto Interior Bruto de España. En estos momentos, se prepara un nuevo informe en el que se llega a la conclusión de que ha aportado un billón de euros a la economía española en la última década.

Pido a todos los gobiernos e instituciones del resto de los países hispanohablantes que realicen estudios similares para tener una visión global de la economía de la lengua. No hace falta añadir que contarán con el apoyo del Instituto Cervantes.

Detrás de los fríos números se encuentran muchas cosas. Porque miden el impacto que produce el trabajo de nuestros escritores, cineastas, periodistas, profesores y científicos; la labor de nuestras editoriales, de los medios de comunicación, de las fundaciones culturales y educativas, las acciones de patrocinio de las empresas con mayor visión, de la enseñanza y de las tecnologías de la información y la comunicación. Miden, en definitiva, la rentabilidad social de nuestra cultura.

Sabemos también que hay retos a los que debernos hacer frente de manera inmediata, y por eso forman parte de los asuntos que tratará el congreso. El español no está representado como merece en la producción científica ni en el mundo de la diplomacia. Analizaremos las razones y propondremos soluciones, y tendremos que animar a nuestros científicos y profesionales de las relaciones diplomáticas para que se esfuercen en utilizar su propia lengua en los foros y ámbitos en los que intervienen. Se trata de un elemento sustancial de su aportación al bienestar de las sociedades a las que pertenecen.

Pero si alguien representa por antonomasia una lengua es la figura del escritor. Pocos como él saben tanto de las palabras que construyen el mundo, de sus infinitas posibilidades para expresar sueños, sentimientos, razones, hechos y utopías, para describir la realidad y para ir más allá de ella, para mostrarse a sí mismo y para mostrarnos cómo somos, para recrear una y otra vez ese bien llamado lengua que comparten con los miembros de su comunidad.

Por eso, los escritores siempre han tenido la palabra en la inauguración de los Congresos Internacionales de la Lengua Española. En esta ocasión, contamos con Belisario Betancur, expresidente de la República de Colombia, que ha sabido unir la vocación política, el amor a la lectura y la infatigable labor como promotor cultural, al modo en que lo han hecho tantos grandes hombres de Hispanoamérica.

Tomás Eloy Martínez ha convertido la historia de la Argentina del siglo xx en la más alta literatura, al tiempo que ha desarrollado una fecunda labor como ensayista, guionista cinematográfico y profesor y ha estado siempre presente entre los lectores con su trabajo periodístico como corresponsal, articulista y editor literario.

Antonio Muñoz Molina es algo así como un embajador internacional del Instituto Cervantes después de dirigir durante dos años la sede del Instituto en Nueva York. Pero ante todo ha demostrado con sus novelas y artículos en la prensa que es uno de los mejores escritores españoles de los últimos 50 años.

Todos ellos, todos nosotros nos encontramos hoy aquí a la sombra tutelar de uno de los mayores iconos mundiales de nuestra lengua, Gabriel García Márquez, a quien no sólo Carlos Fuentes y las Academias ofrecerán un homenaje dentro de unos momentos, sino a quien también dedicamos este congreso.

Muchas gracias por su obra, querido García Márquez, y muchas gracias a Colombia por organizar de forma ejemplar el IV Congreso Internacional de la Lengua Española.