Neddy Vigil

El español de Nuevo MéxicoNeddy Vigil
Profesor asociado del Departamento de español y portugués del Instituto Latinoamericano e Ibérico de la Universidad de Nuevo México. Director de la Linguistic Association of the Southwest (EE. UU.)

En Nuevo México, un estado de los Estados Unidos de América que tiene frontera con México al sur y está situada entre los estados de Arizona al oeste, Texas al este y Colorado al norte, se ha hablado español desde 1598 cuando colonos de la Nueva España encabezados por Juan de Oñate llegaron a la región. Por razones históricas y por ser lengua de contacto con el inglés y los dialectos de México y por la introducción de la norma culta por vía de la instrucción tiene características dialectales muy salientes.

El español de Nuevo México retiene características de los primeros pobladores que entraron de México por ser aislado del resto del mundo de habla española por los primeros ochenta y dos años. Con suerte pudiera llegar una caravana mercantil una vez por año. Se rompió ese aislamiento por el inesperado levantamiento de los indígenas en 1680 que causó la retirada de los pobladores de Nuevo México al área donde está hoy en día El Paso, Texas. En 1693 Don Diego de Vargas reconquistó el territorio perdido. El unirá nuevos colonos a algunos de los antiguos para repoblar el territorio. Podemos suponer que entraron elementos renovadores a la lengua con ellos. También, después aumenterán los contactos con México por razón de que la población mexicana comienza a extenderse a zonas al norte de México. En 1845, de nuevo, Nuevo México se encontrará relativamente aislado del español de México con la invasión americana que pondrá un obstáculo para la comunicación con el resto del mundo de habla española. Con la entrada de los americanos el español de la región comienza a apropiarse de elementos del inglés. Al principio el inglés no tendrá la influencia que llegará a tener en el siglo veinte porque en 1880 solamente el doce por ciento de la población es anglosajona pero ya en 1940 llega a la mitad. La influencia del inglés ha sido implacable, donando muchos lexemas al español de la región. En el caso más serio los jóvenes solamente entienden español pero ya no lo hablan. Aunque no estudiamos la pérdida de destreza del español encontramos dificultades en encontrar jóvenes nativos de la región estudiada que se consideraban ellos mismos como competentes hablantes del español. Es de México con la inmigración del siglo veinte y comienzo de este siglo cuando están entrando elementos renovadores. Finalmente la instrucción en español como segunda lengua desde los comienzos del siglo veinte complica más el español de la región.

Desde 1991 hasta 1994 mi colega Garland Bills y yo, dirigimos un estudio apoyado por el National Endowment for the Humanities para investigar el habla española de la región de Nuevo México y dieciséis condados del sur de Colorado. Colectamos, con un equipo de investigadores, datos de 355 personas hispanohablantes, nativos de Nuevo México y dieciséis condados del sur de Colorado, para después publicar un atlas lingüístico para describir la realización lingüística actual de la región. Con el uso de una encuesta recolectamos información dialectológica, demográfica y sociolingüística. El método idealizado para obtener la muestra era la de dividir la región geográficamente en doce sectores, en cada sector escoger cuatro lugares y en cada lugar seleccionar un grupo de seis personas que habían nacido en Nuevo México o el sur de Colorado y que habían vivido en ese lugar durante sus años de formación lingüística. Cada grupo fue formado por personas de los dos sexos y tres edades: hombre y mujer, los que tenían menos de cuarenta años de edad, los de cuarenta años hasta cincuenta y nueve, y los de sesenta años o más. Para poder obtener datos más verídicos para comunidades con poblaciónes más numerosas, por razones estadísticas y no tanto geográficas, distribuímos quince groupos adicionales a ellas. Ya hemos entrado las respuestas al cuestionario en nuestra base de datos de 248 de las 355 entrevistas. Con este número de entradas ya la muestra sirve para establecer los patrones lingüísticos geográficas. No esperamos que haya cambios radicales en los resultados con la entada de las entrevistas restantes. Al analizar los datos, lo que encontramos con los resultados initiales es que aunque la situación dialectal es bastante compleja, en general, se puede dividir la región en dos zonas subdialectales principales y en áreas en libre variación de los dos. Una se encuentra en el centro y centro norte de Nuevo México donde los primos colonos se establecieron y el centro sur de Colorado donde migraron hispanohablantes del norte de Nuevo México en 1851 que es el subdialecto nuevomexicano que Lope Blanch denominó tradicional en 1987. La otra se encuentra en el sur de Nuevo México que tiene frontera con México, las fronteras con Arizona y Texas y el sureste de Colorado a donde hubo inmigración mexicana para trabajar en la agricultura al principio del siglo veinte. Las ciudades, especialmente Albuquerque y su alrededores, que contienen un tercio del pueblo de Nuevo México, y Santa Fe, que es la capital del estado, contienen hablantes de ambos subdialectos por ser puntos de inmigración de toda la región. Aurelio Espinosa en sus valerosos estudios Espinosa (1909, 1911-13) ya había aludido a los dos dialectos pero de una manera muy imprecisa y impresionista para el diálecto del norte y sin describir el dialecto del sur. La existencia y distribución de los dos dialectos es importante para entender el desarollo del español de la región y su situación de hoy.

Vea los dos dialectos mostrados en mapa 1 que enseña la distribución geográfica de dos variantes de la variable «canica», bolita y canica. Cada signo en el mapa representa la respuesta dada por un consultante y el lugar donde vivió durante sus años de formación lingüística que calculamos más o menos de los dos a veinte años de edad. Un circulito verde representa la respuesta bolita y un cuadrito rojo, canica. Como se ve en el mapa hay una división muy marcada entre las dos zonas. La voz preferida del norte es bolita que es la diminutiva de bola (hubo siete casos de bola que fueron incluidas en el mapa con el mismo símbolo de bolita por no añadir información nueva). Podemos suponer que la forma correponde con la colonización temprana. Escribe Moreno de Alba que «en Madrid y México predomina la voz canicas… La palabra bola o bolitas se registró en Managua, San José, La Habana, Quito, Lima, La Paz, Santiago, Asunción y Buenos Aires…» (1992:138). En el atlas lingüístico de México no se dió un caso de las voces bola o bolita. (Lope Blanch et al. 2000).

Mapa 1

Vea que en la área de la frontera con México y el sureste de Colorado domina la voz canica y que en las ciudades más grandes se alternan canica y bolita. Con la inmigración mexicana para trabajar en la cosecha en el sur de Nuevo México y el sureste de Colorado o para obtener empleo en las ciudades han entrado elementos de la lengua que son renovadores, sean dialectales o de la norma culta, produciendo una variante que se distingue del habla de la zona tradicional.

Voy a enumerar algunas de las variantes que definen el español tradicional. Hay arcaísmos: por ejemplo, la forma vide por ‘vi’ y la palabra cuerpo por ‘blusa’. De la estancia de los conquistadores en las Antillas se encuentra nagua(s) o enagua(s) por ‘falda’ y jején por ‘zancudo’(mosquito). Del contacto con la lengua náhuatl se encuentra zopilote o chupilote por ‘buitre’ o ‘aura’, cuates por ‘gemelos’, zacate por ‘césped’ y papalote por ‘cometa’ (vea mapa 2).

Mapa 2

También respondieron con frijol o frijol verde por ‘judía verde’. Además hubo innovaciones internas como ratón volador por ‘murciélago’, chile de perro por ‘orzuela’ (vea mapa 3) y trucha por ‘pez’. En el sur se usa, en contraste con el norte: blusa, falda, moyote por ‘mosquito’, aura por ‘buitre’, esquite y palomitas por ‘rosas de maíz’, chabacano o chabacan (variables mexicanas) por la palabra ‘albaricoque’ (forma usado en España).

Mapa 3

Para la variable «canica» casi todo el mundo dió una respuesta con la una o la otra variante pero con otras variables el contacto con el inglés demuestra una desminición del conocimiento del español. En mapa 4 se presenta la distribución de las respuestas dadas a una imagen de un cuervo que fueron espontáneas o con ayuda. A los que no podían responder se les dió una lista de palabras para ver si podrían ofrecer una preferencia. Los círculos negros representan los que dieron la variante cuervo y los cuadros negros son los que dieron la forma chanate, forma que entra de México. Como este pájaro se encuentra por toda la región y cuervo es una palabra tan usada no se esperaba que hubiera pérdida del vocablo. En otro mapa se agrega información sobre la variable cuervo que está relacionado con el hecho de que el español de Nuevo México existe en un mar de hablantes del inglés. Se presenta cuatro tipos de pérdida del idioma en este mapa. Los consultantes que se les ayudaron con una lista de posibilidades para ver si tenían un conocimiento pasivo de la palabra están indicados con la letra p. Donde se encuentra el símbolo de la cruz son los que usaron la forma descriptiva, pájaro negro. Los que dieron la palabra inglesa crow están anotados con la letra i. El signo de interrogación marca los que no podían dar una respuesta. Aunque un alto número de los consultantes están expuestos en este mapa, no percibimos un patron geográfico para la distribución de la pérdida, es general.

Mapa 4

El inglés ha causado otros cambios por toda la región. Los ancianos cuando ven la moneda de 25 centavos americano lo llaman dos reales, los jóvenes dan la forma cuara (del inglés quarter). Muy arriagadas son las variables craque o craca por ‘galleta’ (de cake), queque o quequi por ‘torta’, parte (de part) por ‘raya del pelo’ y crismes (de Christmas) por ‘Navidad’.

Otra influencia que introduce cambios al español tradicional ha sido la enseñanza del español como segunda lengua. Por ejemplo, por la enseñanza encontramos que los jóvenes tiendan a decir regla y los ancianos rula. Los de más años de estudio de español suelen decir trajo y los de menos trujo. Muy pocos de los que no han estudiado español dicen helado pero casi un cuarto usan el vocablo, si han estudiado español por tres o más años.

Durante la última década, en Nuevo México hubo un aumento de inmigración méxicana que tendrá un impacto aun más fuerte en el español tradicional. El censo estadounidense del año 2000 da las siguientes cifras: en la última década en Nuevo México hubo un aumento de población de 32,1 por ciento en la categoría de los que se autoidentificaron de origen hispano o latinoamericano. La inmigración debe ser la razón principal por un aumento tan grande ya que en la categoría de los que no son hispanos o latinos y son blancos el crecimiento de su grupo solamente es 6 por ciento.

La inmigración a Nuevo México es casi exclusivamente mexicana por tener frontera con México, por ser tierra adentro y por la falta de una economía fuerte como los otros estados.

Se notará en mapa 1 que se usa la palabra canica no solamente en la frontera con México pero también en lugares donde se usa preferentemente bola o bolita. Parece que en cuanto que los hablantes del español tradicional mueren irá cambiando o desapareciendo su dialecto. Las innovaciones en el español de Nuevo México vienen de México, del inglés o de la instrucción.

Bibliografía

  • Espinosa, Aurelio Macedonio. 1909. «Studies in New Mexican Spanish, Part I: Phonology», University of New Mexico Bulletin/Language Series 1:2.47-167.
  • Espinosa, Aurelio Macedonio. 1911-1913. «Studies in New Mexican Spanish, Part II: Morphology», Revue de Dialectologie Romane 3.251-86: 4.241-56; 5.142-72.
  • Lope Blanch, Juan M. 1987. «El estudio del español hablado en el suroeste de los Estados Unidos», Anuario de Letras 25.201-208.
  • Lope Blanch, Juan M. et al. 2000. Vol. III, Tomo VI. Atlas Lingüístico de México, El Colegio de México/Fondo de Cultura Económica.
  • Moreno de Alba, José G. 1992. Las diferencias léxicas entre España y México, Madrid: Editorial MAFRE.