Francisco Gimeno Menéndez

El desplazamiento lingüístico del español por el inglés en la prensa hispana de Estados Unidos Francisco Gimeno Menéndez
Catedrático de Lengua Española de la Universidad de Alicante (España)

1. Introducción

Sustitución lingüística y cambio lingüístico son términos distintos y no deben confundirse, aunque se encuentre estrechamente relacionados. En el amplio marco sociocultural del contacto lingüístico, U. Weinreich (1953, pp. 236-243) describió la sustitución lingüística (ing. language shift) como el desplazamiento del uso habitual de una lengua por el de otra. El análisis de dichas situaciones plantearía las diversas funciones sociales de las lenguas implicadas, ya que podría darse un desplazamiento parcial de una variedad en ciertas situaciones, pero podría conservarse en otros contextos.

Dentro de un análisis de la relación directa entre el bilingüismo y los préstamos de los inmigrantes noruegos en los EE. UU., E. Haugen (1953/1969, p. 370 y ss.) se planteó la dirección de la presión lingüística sobre la diferencia en el prestigio de los hablantes de las dos lenguas. La sustitución lingüística en una típica comunidad de inmigrantes se basaría en la relación entre el monolingüismo o el bilingüismo de los miembros de la lengua minoritaria y su nivel de competencia (mínima o máxima) en cada lengua, dentro de tres generaciones sucesivas de hablantes. A partir del monolingüismo nativo de los adultos inmigrantes, las fases del proceso del desplazamiento lingüístico de la variedad minoritaria (A) por la mayoritaria (B) serían:

a) bilingüismo de los adultos de la primera generación, al principio con una limitada competencia lingüística en la lengua mayoritaria (Ab);

b) bilingüismo de los niños de la segunda generación, con una plena competencia en la lengua mayoritaria (AB) y posteriormente con una competencia disminuida en la lengua minoritaria (aB), perdida su fluidez por la falta de práctica, y

c) monolingüismo de los niños de la tercera generación en la nueva lengua mayoritaria (B).

Ahora bien, situar actualmente la dinámica sustitutiva de algunas lenguas minoritarias entre coordenadas monolingües o bilingües sería simplista y erróneo, y cabría remitirse a las situaciones más complejas de existencia o no de diferenciación funcional de las variedades implicadas, con movilidad social o sin ella, y, en general, a los estudios sobre la conservación y la sustitución lingüística, donde se contemplen todas las variables lingüísticas, sociales y culturales del amplio marco social del contacto de lenguas. La mayor parte de la investigación sobre este tema es descriptiva, y no contamos con una teoría general sobre la conservación y sustitución lingüística. El bilingüismo no es, pues, una condición suficiente para provocar una sustitución lingüística, aunque a veces pueda ser necesario.

1.1. El influjo del inglés en las lenguas europeas (y particularmente, en el español) es hoy la primera cuestión de debate, y ha tenido un incremento tan importante durante las pasadas décadas que supera en número de préstamos y anglicismos léxicos y en términos de repercusiones sociales todos los contactos entre las lenguas románicas en conjunto. La difusión del inglés como lengua de la ciencia, tecnología y economía envuelve un desplazamiento de las otras lenguas europeas, y plantea un riesgo de provocar situaciones de diglosia amplia y de conflicto lingüístico. Los medios de comunicación social (y sobre todo la prensa escrita) aparecen como uno de los impulsores básicos de una globalización de la cultura y de una anglofilia, que ha potenciado la utilización de una lingua franca específica dentro de una sociedad global (vid. E. Lorenzo, 1987, 1996).

El objetivo específico de la ponencia es el examen del proceso de la trasferencia léxica, a través de un estudio cuantitativo del impacto del anglicismo en el español de América y de España. El análisis comparativo se ha verificado sobre los diarios españoles más importantes por tamaño y circulación de los Estados Unidos y de España, a partir de un corpus representativo y un despojo sistemático. Entre la prensa hispana diaria de los EE. UU. se seleccionaron El Diario, La Prensa de Nueva York, La Opinión de Los Ángeles y El Nuevo Día de San Juan de Puerto Rico. Entre la prensa española diaria de España se tuvieron en cuenta El País de Madrid, ABC de Madrid y La Vanguardia de Barcelona. Cinco ejemplares de cada uno de ellos, en fechas consecutivas, entre los años 1987 y 1990.

1.2. La prensa diaria tiene en la mayoría de los países de lengua española una influencia cultural y política elevada, especialmente entre los grupos y sectores socialmente más relevantes, que son los creadores de opinión y los referentes en los contextos sociales, culturales y políticos. Según la UNESCO, la lectura de diarios (como hecho social y cultural) es uno de los indicadores de desarrollo natural de las naciones, junto con los valores de alfabetización, el nivel de escolarización y la amplitud de las cifras normativas. Dada la inexistencia en la mayoría de los países hispanoamericanos de evaluaciones estadísticas fiables, B. Díaz Nosty (1999) ha planteado en un análisis dedicado a la difusión de la prensa diaria en lengua española la hipótesis de que el alcance cultural de la lectura de la prensa diaria escrita en español es muy bajo, en relación con los que se conocen en otros espacios de expresión lingüística territorialmente diseminados (como son el anglófono y el francófono). Esta situación es especialmente pobre en los 19 países hispanoamericanos, donde el índice medio de difusión estimada es de 38,1 ejemplares por cada 1000 habitantes, el cual está muy alejado del umbral de desarrollo del medio, cifrado en los años setenta del pasado siglo por la UNESCO en 100 ejemplares por cada 1000 habitantes.

En España la difusión de la prensa en el año 1997 fue de 104,8 ejemplares por cada 1000 habitantes, una de las cifras más bajas de Europa. Asimismo, Puerto Rico posee un alto nivel de instrucción pública, con una difusión relativa estimada de 72,3 ejemplares por cada 1000 habitantes, la cual es (junto a la de Uruguay y Argentina) la más elevada de Hispanoamérica. El universo de diarios escritos en lengua española se sitúa en una cifra próxima a los 960 títulos, con una difusión conjunta de 15 906 000 ejemplares diarios, y este volumen se corresponde con un índice medio de difusión estimada de 45,7 ejemplares por cada 1000 habitantes. La inversión social y cultural de la lengua española que hace la prensa diaria es extremadamente baja, propia de los países en vía de desarrollo, y contrasta marcadamente con la de otras lenguas. La escasa proyección de la prensa diaria escrita en lengua española revela la preponderancia del medio audiovisual en las prácticas de consumos informativos y de comunicación (vid. F. Lázaro, 1987; M. Alvar, 1993b).

En el mercado local de Estados Unidos hay aproximadamente 1485 periódicos diarios y 8200 semanales. A. Morales (2001) ha ofrecido unos interesantes datos sobre los medios de comunicación y publicaciones hispanas en los Estados Unidos, en general, y los periódicos y revistas, en particular. La prensa hispana en los Estados Unidos comenzó en 1808 en Nueva Orleans con un periódico comercial, El Misissipí, que ofrecía la traducción al inglés de muchos de sus artículos y cuyos anuncios estaban en inglés. En la actualidad existen más de 300 periódicos hispanos (en español o inglés) de gran tirada con circulación nacional o regional, además de revistas y publicaciones de negocios. Según los datos del censo de 1990, el nivel de lectura de los hispanos presentaba índices un tanto bajos y muy imprecisos, y oscilaba entre un 60 y un 72,4 %, frente a un 85 % del resto. El Nuevo Herald (Miami), La Opinión (Los Ángeles), Diario Las Américas (Miami), El Diario, La Prensa (NuevaYork) y Noticias del Mundo (Nueva York) son los periódicos hispanos más representativos por tamaño y circulación.

1.3. Han pasado ya algunos años desde la definición clásica de la diglosia estricta de C. A. Ferguson y de la modificación de la diglosia amplia de J. A. Fishman, y todavía se discute el acierto y la fortuna de la nueva elaboración. Nuestra hipótesis de trabajo pretende soluciones comprensivas y explicativas, con la valoración prácticamente ecléctica de la difusión y utilización de los distintos conceptos y las diversas denominaciones, dentro de una respuesta a los nuevos desafíos que presenta la investigación sociolingüística en marcos más amplios de normalización o sustitución lingüística y de una historia global de la lengua. A pesar de que no se ha discutido el fondo de la cuestión, debe tenerse en cuenta que la propuesta de C. A. Ferguson (1959) intentaba caracterizar minuciosamente una determinada situación sociocultural (diglosia) en el desarrollo de la estandarización lingüística, y vislumbrar los problemas que planteaba la descripción en la tipología lingüística y la comprensión del cambio lingüístico en la lingüística histórica (vid. F. Gimeno, 1990, 1995).

Con la distinción de una «diglosia estricta» (o clásica) y diversos subtipos de «diglosia amplia» (de lenguas diferentes, sociolectos distintos, registros diversos…) salvaguardamos en estos momentos la operatividad de la investigación sociolingüística, donde hemos de recordar que la aplicación del concepto original se ejemplificó en cuatro casos no totalmente equiparables y homogéneos. Por otra parte, ya no sólo es fundamental la característica del uso condicionado o reglamentado de cada variedad con una función social diferente, sino también la estabilidad de la situación, junto a la movilidad social (con el desplazamiento lingüístico correspondiente) que facilita la enseñanza de la variedad alta (A). De esta manera se contribuye a una mejor comprensión de las relaciones que se plantean entre la situación diglósica amplia (relativamente estable con movilidad social) y el «conflicto lingüístico» (o dinamización de la configuración estática de la diglosia amplia sin movilidad social, dentro de una dinámica progresiva de sustitución lingüística) (vid. L. V. Aracil, 1965; B. Montoya y F. Gimeno, 1995; F. Gimeno, 2000). Además, responde a la necesidad creciente de precisión y univocidad de la terminología científica, con el fin de superar las limitaciones y deficiencias del pasado.

El modelo general de la sustitución lingüística revela la progresiva reducción en las funciones de la lengua no hegemónica: el desplazamiento comienza con el abandono de una variedad lingüística en los contextos públicos y formales (y su restricción a las funciones familiares e informales), y acaba con su desaparición, cuando se interrumpe la trasmisión familiar de dicha variedad a los hijos. Además, el desplazamiento se hace gradual en un ámbito de uso determinado, de manera que la variedad recesiva pasa por una etapa de utilización variable, antes del uso exclusivo de la variedad mayoritaria. Asimismo, la sustitución lingüística fomenta la simplificación sintáctica y léxica de la variedad recesiva, los cambios de código y los calcos, los cuales responden a problemas generales de atrofia lingüística (ing. linguistic attrition) (vid. S. Gal, 1979, 1996; K. Hyltenstam y C. Stroud, 1996; F. Gimeno, 1981, 1984, 1986).

2. El proceso de trasferencia léxica

La alternancia entre distintas lenguas particulares ha originado investigaciones encaminadas a conocer dónde y bajo qué condiciones existe interferencia, cambio de código (ing. code-switching), calco o préstamo, bien a través de la cantidad de formas híbridas obtenidas en muestras de hablas, bien a partir de los informes facilitados por los propios bilingües sobre las actitudes hacia las variedades lingüísticas. Por otro lado, la aproximación variacionista se basa, entre otros principios, en la delimitación del contexto variable, es decir, en la determinación de los rasgos lingüísticos variables que sustentan las frecuencias particulares de aplicación de la regla variable, en función del entorno lingüístico y del contexto social (vid. S. Poplack, 1988).

2.1. La situación sociolingüística de contacto entre lenguas plantea tres procesos (convergencia, no convergencia y divergencia), y nos sugiere que los grupos sociales están continuamente modificando su variedad para reducir, mantener o acentuar las diferencias lingüísticas (y sociales), en función de su percepción del contexto de interacción.

Por otra parte, se han planteado dos clases de convergencia sintáctica:

a) directa, en la que hay interferencia de las características sintácticas de una de las lenguas sobre la otra, y

b) indirecta, donde se da en una o en ambas lenguas el reemplazo de las características sintácticas propias de cada una por las correspondientes compartidas por ambas lenguas.

Particularmente, esta segunda posibilidad es la que parece haber recibido mayor apoyo empírico en situaciones multilingües, ya que los hablantes pueden manejar inconscientemente los elementos opcionales y las variaciones estilísticas de las lenguas, de modo que sin violentar las reglas de ninguna de ellas puedan optar por soluciones coincidentes (vid. A. Morales, 1986, p. 29 y ss.).

En líneas generales, la covariación de dos o más (sub)sistemas en el repertorio lingüístico de una comunidad de habla debe inscribirse dentro de las soluciones siguientes:

a) interferencia, cambio de código y calco, entendidos como uso alternativo de dos variedades en el mismo enunciado, oración, constituyente o segmento;

b) amalgama, o reestructuración lingüística de dos variedades particulares en una nueva gramática (L3), y

c) sustitución lingüística, como abandono de una variedad particular (B) en beneficio de otra (A).

Las tres primeras (interferencia, cambio de código y calco) pueden relacionarse con la amalgama y con el grado y dirección de la sustitución lingüística. La criollización (o amalgama) y la sustitución lingüística representan dos dinámicas mutuamente excluyentes, si bien las relaciones y conexiones entre ambos procesos pueden ofrecer una aportación especial, en función de las diversas situaciones sociolingüísticas. En particular, la criollización (al contrario que la sustitución lingüística) tiende hacia un sistema más complejo morfológica y sintácticamente. Con todo, ya nos permite formular una hipótesis general acerca de una configuración del cambio lingüístico sobre las situaciones del contacto de lenguas.

El estudio de los préstamos ha estado preocupado generalmente por los resultados, mientras que se desatendían los procesos involucrados en su trasmisión. Además, la posibilidad de que haya interferencias efímeras ha determinado a ciertos autores a considerarlas de un modo vago como cambios de código. Frente a ellos, hemos ofrecido una tipología del préstamo en función de la presencia o ausencia de integración lingüística y social, a pesar de que es difícil determinar los varios grados de integración y de que la discusión del proceso de trasferencia léxica lleva más de 60 años. El modo de trasferencia nos sugeriría los posibles aspectos dinámicos del proceso de integración lingüística y social de los préstamos, el cual englobaría la propia delimitación concreta de los diversos tipos de trasferencia (es decir, interferencia, cambio de código y préstamo).

Por lo demás, nuestra posición es clara a este respecto. No hay lengua totalmente exenta de mezclas, ni sistema lingüístico que no sea resultado del mestizaje lingüístico. En un mundo presidido por las tecnologías de la información y de las telecomunicaciones puede afirmarse que no hay lenguas puras, como no hay culturas ni sociedades puras. En general, la sustitución lingüística se verifica dentro de un proceso complejo de mestizaje social, cultural y lingüístico.

La lengua cambia incesantemente, porque no está hecha, y se renueva continuamente por la actividad lingüística de sus hablantes, en un marco de permanencia y continuidad histórica, que al mismo tiempo asegura su funcionamiento. Asimismo, la lengua no cambia por niveles lingüísticos o en función de un mayor o menor porcentaje de anglicismos, sino por transiciones continuas de la gramática social de la comunidad de habla, y supone una reestructuración constante y regular de la gramática multilectal de las sucesivas generaciones de hablantes, dentro de la comunidad de habla.

2.2. La clasificación más sistemática de la terminología del desarrollo del préstamo se la debemos a E. Haugen (1950). Posteriormente (1953/1969, p. 402 y ss.) revisó dicha tipología formal, desde una mayor atención a la comprensión del proceso de integración lingüística del préstamo, y partió de la distinción de dos grandes apartados, de acuerdo con el alcance de la sustitución lexemática nula o completa de la palabra extranjera: 1) préstamo, que presenta importación lexemática parcial o total; y 2) calco, que exhibe sustitución lexemática sin importación.

A su vez, el primero se subdivide en: a) préstamo puro, con importación lexemática total, y b) híbrido, con importación y sustitución morfemática, ya nuclear o marginal según la parte importada. Dentro de los «híbridos», E. Haugen diferenciaba entre los casos de:

a) raíz híbrida (ing. blended stem), si presenta sustitución de lexema no significativo, y se trataría de un caso aislado;

b) derivado híbrido (ing. blended derivative), cuando el morfema significativo sustituye al extranjero (p. ej. rock-ero y sandwich-ería), y

c) compuesto híbrido (ing. blended compound), si exhibe sustitución de lexemas independientes («nuclear» o «marginal» si se importa o no el lexema) (p. ej. casa trailer ‘remolque habitable’ y full equipo ‘equipo completo’).

Los calcos pueden dividirse en extensiones y creaciones. Mientras que las extensiones no importan ningún orden nuevo y sus significados responden a una ampliación de la acepción original, las creaciones presentan un nuevo orden y son adquisiciones nuevas en la lengua, aunque pueden ser una derivación, palabra compuesta o frase.

A partir de la semejanza fonética o semántica entre los vocablos nativos y foráneos, las extensiones o calcos semánticos se subdividen en:

a) homófonos, si la similitud es puramente fonética. Así, p. ej. , aplicar (< ing. to apply for ‘solicitar algo’), locación (< ing. location ‘ubicación’) y facilidades (< ing. facilities ‘instalaciones’);

b) homólogos, si la afinidad es fonética y semántica. Así, p. ej., audiencia (< ing. audience ‘público en un concierto de música’) y comerciales (< ing. commercial ‘anuncios de radio y televisión’), y

c) sinónimos, si la superposición es sólo semántica. P. ej. abanico (< ing. fan ‘ventilador’).

En las creaciones o calcos léxicos el único material importado es el modelo global del compuesto o derivativo con su significado, pero los lexemas foráneos han sido completamente sustituidos por los autóctonos. Así, p. ej., la palabra rascacielos ha analizado los lexemas del ing. skyscraper y los ha reemplazado con unos de significado equivalente. A su vez, las creaciones se subdividen en:

a) literales, si presenta un orden idéntico al modelo, p. ej. reunión en la cumbre (< ing. meeting at the summit ‘reunión cumbre’), y

b) aproximadas, si es diferente, p. ej. tiempo completo (< ing. full time ‘jornada completa‘) y cuarto de familia (< ing. family room ‘cuarto de estar’).

2.3. El cambio de código es el uso de dos lenguas por un solo hablante en el trascurso de una conversación, bien se trate de simples ítems léxicos, frases u oraciones. Así, p. ej., bachelor, basketball, camper, compact disc, full equipped, software, spoiler…, en el contexto de la prensa española de los Estados Unidos y de España, o I told him that pa´que la trajera ligero, ‘le dije esto para que la trajera ligero’, dentro del registro español puertorriqueño informal de la comunidad de habla puertorriqueña de Nueva York (vid. infra). En términos de la estructura superficial, el cambio de código puede implicar unidades lingüísticas de diferentes clases: enunciados, oraciones, frases, simples palabras, constituyentes y segmentos, muletillas, interjecciones y modismos. A pesar de que varios sociolingüistas han intentado hacer distinciones entre ellas, es difícil plantear caracterizaciones claras, y es más importante reconocer que el cambio de código está sujeto a las mismas restricciones, y refleja tanto las gradaciones de convergencia sintáctica, como las relaciones entre las dimensiones lingüísticas, pragmáticas y comunicativas de los códigos.

El estudio del cambio de código ha comenzado recientemente, y superada ya una fase de consideración negativa se ha evaluado de una manera positiva, aunque como un fenómeno de transición, bien socialmente como parte del proceso de sustitución lingüística, bien históricamente como cambio lingüístico por convergencia. Últimamente, los hablantes consideran cada vez más el cambio de código auténtico y práctico, y los investigadores lo examinan como una importante fuente de evidencia para el análisis de la competencia comunicativa de los bilingües, que tiene implicaciones para la lingüística general y la psicolingüística. M. Heller y C. W. Pfaff (1996) han ofrecido un estado último de la cuestión, y han intentado mostrar la amplitud del campo de investigación sobre el cambio de código, el cual ha tenido como objetivo la comprensión de las relaciones entre los procesos lingüísticos, cognitivos y sociales. Si la investigación primera tendía a enfocarse separadamente desde cada una de estas parcelas, en nuestros días se ha progresado mucho con su integración.

Dentro de los aspectos lingüísticos, los intentos de especificar las características del cambio de código conversacional frente al préstamo en los años setenta del pasado siglo motivaron la proliferación de términos como cambio de código, mezcla de códigos y lengua mixta, a fin de asumir las cuestiones de la gramaticalidad o no gramaticalidad del fragmento del habla mixta, la naturaleza de la competencia de los hablantes en ambas lenguas y la relación entre el cambio de código y el cambio lingüístico. Mientras que la mayor parte de los ejemplos del cambio de código parece seguir las reglas de ambas lenguas, la mezcla de códigos viola las reglas de una o de ambas lenguas.

S. Poplack (1980; 1981) ha sugerido que en el comportamiento lingüístico de un hablante bilingüe equilibrado, el cambio de código puede ocurrir en diferentes niveles de la estructura lingüística (intraoracional, interoracional y emblemático), y puede ser fluido o señalizado (= ing. flagged). El primero se considera como auténtico y se produce sin violencia, pausa o duda, o sin pretensión de efecto retórico alguno. El cambio de código señalizado se utiliza como una estrategia del discurso para atraer la atención con diferentes propósitos (p. ej., la palabra justa, el comentario metalingüístico, la repetición o la traducción, etc.), y desempeña una función retórica o discursiva, de manera que aparece marcado mediante una pausa en la frontera de la alternancia, la cual hace superflua una condición sintáctica de gramaticalidad.

El tipo emblemático (o «de etiqueta») se caracteriza por una mayor incidencia de modismos, interjecciones, sustantivos aislados y muletillas (ing. tags), y puede ser colocado en casi cualquier punto de la oración sin temor a violar una regla sintáctica. El interoracional ocurre en una frontera de la oración en la que cada una pertenece a una lengua distinta, y requiere una fluidez más grande en ambas lenguas que el tipo emblemático, ya que las secciones mayores del enunciado deben ajustarse a las reglas de ambas lenguas. Así p. ej., «Sometimes I'll start a sentence in English y termino en español», ‘Algunas veces empiezo una oración en inglés y la termino en español’. Además, tanto estos dos tipos como el intraoracional pueden encontrarse dentro de un mismo discurso.

2.4. En nuestros días, el análisis del proceso de trasferencia léxica debe comenzar con un estudio del comportamiento de los hablantes bilingües. Mientras que el préstamo puede darse en el discurso de hablantes monolingües, el cambio de código y el calco implican siempre algún grado de competencia bilingüe. Nuestra investigación parte de las aportaciones sociolingüísticas del multilingüismo y de la abierta diferenciación entre el anglicismo léxico y el préstamo integrado. En la medida en que el préstamo integrado conlleva una integración lingüística y social del modelo, debe considerarse ya como parte de la gramática social de la comunidad de habla (y desde luego de la gramática del hablante). El anglicismo léxico caracterizaría bien la interferencia, bien el cambio de código (y el préstamo no integrado), bien el calco léxico. Las dos manifestaciones que definen mejor el proceso del contacto de lenguas son el cambio de código y el calco.

La mayoría de los investigadores que se han ocupado del anglicismo léxico no han separado claramente el acto inicial del proceso lingüístico del contacto de lenguas y la aceptación final del préstamo ya integrado, a consecuencia de la falta de delimitación entre el proceso sociolingüístico de trasferencia léxica y la discusión lexicográfica sobre la procedencia última o inmediata del préstamo. Es más, hasta nuestros días, este último análisis es el que más generalmente se ha planteado, y ha sido bastante ignorado cualquier reconocimiento de la dinámica concreta de integración lingüística y social de los cambios de código y de los calcos léxicos. De esta manera se explica que hasta ahora se haya admitido generalmente bajo la denominación de anglicismo todo préstamo de origen inglés (vid. C. Pratt, 1980; H. López Morales, 1987).

Con nuestra investigación se superan las limitaciones del pasado en el manejo de ese concepto amplio de anglicismo, y se ofrece una estrategia precisa para la definición estricta de anglicismo. Su caracterización debe partir, pues, de la delimitación conocida entre la importación lexemática (total o parcial) y la sustitución lexemática, por una parte, y de la configuración ignorada de las diversas fases del proceso de la trasferencia léxica, en función de la integración lingüística y social, por la otra. No de otro modo, se puede responder específicamente tanto a las denominaciones impropias de anglicismos crudos o de anglicismos patentes de nuestros días, como a la caprichosa ortografía e inestabilidad fonética de los anglicismos (vid. F. Gimeno y M. V. Gimeno, 1991, 1999; M. V. Gimeno y F. Gimeno, 1996).

Además, la comparación de los estándares escritos de la prensa española de los Estados Unidos y de España debe verificarse en lo que concierne a la introducción de anglicismos léxicos, tanto a la cuantificación de los tipos léxicos diferentes (ing. types) como de los totales de ocurrencias (ing. tokens) de los anglicismos en el español de EE. UU. y de España. Es importante distinguir entre el número de diferentes formas superficiales foráneas y el número de ocurrencias de la misma forma léxica, así como calcular los tipos léxicos diferentes y el total de ocurrencias de las importaciones y de las sustituciones léxicas.

Las variables lingüísticas dependientes que se seleccionaron fueron, pues, los cambios de código y los calcos léxicos, y se ha partido de la siguiente clasificación:

  1. cambios de código categóricos u obligatorios, que siempre se cumplen;
  2. cambios de código variables, que presentan un número suficiente de ocurrencias, y a las que les hemos aplicado un programa estadístico descriptivo de superficie;
  3. calcos léxicos categóricos, y
  4. calcos léxicos variables.

3. El anglicismo léxico: contribuciones sobre el español de los Estados Unidos

Recientemente, numerosos sociolingüistas han centrado sus investigaciones en el registro español oral de los Estados Unidos. Sin embargo, sólo unos cuantos investigadores han mostrado interés en el registro escrito, y pocas investigaciones se han planteado el cambio de código escrito. En la década de los años noventa, algunos estudios sobre el español de los Estados Unidos se han planteado una visión amplia sobre los cambios lingüísticos que ocurren tanto en el sistema lingüístico de las comunidades hispanas bilingües, como en los aspectos sociales que evalúan las proporciones de conservación y sustitución lingüística.

3.1. A. G. Ramírez (1992, pp. 183-210) ha ofrecido una descripción global sobre el español de los Estados Unidos, y señala que el contacto entre el inglés y el español puede influir en todos los niveles del sistema de la lengua (fonológico, morfológico, sintáctico, léxico y semántico). A nivel léxico son innumerables los ejemplos de trasferencias y préstamos del inglés al español, y en menor grado, del español al inglés. Los préstamos del inglés al español se pueden clasificar según el tipo de adaptación, a saber: a) fonológica (fútbol, galón, ril ‘carrete de pescar’, etc.); b) morfológica (flirtear, lonchera ‘envase para el almuezo’, taipista ‘mecanógrafa’, etc.); c) extensión semántica (aplicación ‘solicitud’, grosería ‘tienda de comestibles’, registrar ‘matricularse’, etc.), y d) calcos (hielera, escuela alta, alambrar, etc.). En el español del suroeste de los EE. UU., el mayor número de préstamos se registra en el campo léxico de los transportes, seguido por el de los utensilios de la casa y el de las prendas de vestir. Los asuntos personales, las relaciones sociales y la alimentación (los cuales están íntimamente relacionados con la cultura propia del hispano) se ven escasamente afectados por préstamos del inglés.

El cambio de código es un fenómeno común entre bilingües, y puede ocurrir a nivel intraoracional o interoracional. Entre las investigaciones sobre el cambio de código, señala que algunas difieren en la frecuencia de los diferentes niveles de la estructura lingüística. Así, p. ej., C. W. Pfaff (1979) encontró que el 84 % de cambios de código en las oraciones bilingües del suroeste se relacionaba con cambios a nivel de palabra, el 10 % afectaba estructuras a nivel de frase y el 6 % implicaba oraciones completas. Sin embargo, los resultados de S. Poplack (1980) fueron distintos entre los hispanos bilingües de Nueva York, aunque la metodología empleada fue distinta. La frecuencia más alta fue para el cambio de código de etiqueta (22,5 %), seguido por el cambio interoracional (20,3 %) y el intraoracional (18,7 %). A nivel de palabra encontró sólo el 9,5 %, muy distante del porcentaje de C. W. Pfaff. La tendencia a seleccionar uno u otro tipo estaría en función de las características lingüísticas de los hablantes. Mientras que las personas bilingües que dominan bien ambas lenguas tienden a hacer más cambios a nivel intraoracional, los hispanos con mayor dominio del español utilizan cambios a nivel de palabra, que corresponden a etiquetas, y responden a razones metafóricas o estilísticas.

A. Morales (1992, p. 154 y ss.) ha aludido, dentro de un verdadero estado de la cuestión sobre los aspectos lingüísticos y sociolingüísticos del español de los EE. UU., a que la situación lingüística interna de las comunidades hispanas de los EE. UU. es más crítica que la sociolingüística, puesto que el español no recibe la protección individual, educativa y oficial que necesita para mantenerse como lengua de cultura. Sobre las consecuencias del contacto entre el español y el inglés en el español de los EE. UU. el panorama es todavía poco claro, ya que junto a los problemas de índole metodológica se encuentran las cuestiones teóricas relacionadas con la delimitación entre procesos lingüísticos y sociales. El cambio de código aparece frecuentemente en los hablantes hispanos bilingües, y la mayoría de los datos proceden de las modalidades mexicano-americanas y puertorriqueñas. La convivencia continua con el inglés ha dado lugar a numerosos cambios, que caen bajo los términos de sobregeneralización, simplificación y convergencia. Los más estudiados, por lo menos en el inicio de las investigaciones, han sido los léxicos. Hasta mediados de los años setenta del pasado siglo se retrasaron los acercamientos sintácticos y morfológicos, debido quizás al tan repetido axioma de la inexpugnabilidad de los sistemas gramaticales, la cual hoy ha quedado sólo reducida a los estratos básicos de las lenguas.

Recientemente, A. Morales (1999) ha completado sus datos anteriores con las tendencias de la lengua española en los Estados Unidos. Según los datos de población de 1997, la distribución de la población total estadounidense y de la hispana en función de la generación es favorable a los estratos hispanos más jóvenes: de 20 a 49 años, con un 46,6 % frente a un 45 % de la población general, y sobre todo de los menores de 20 años, con un 39,2 % sobre un 29,5 % de la población general. El español tendrá un crecimiento importante en las primeras décadas del siglo xxi, y las tasas migratorias y de natalidad de los hispanos son suficientes, por ahora, para absorber la sustitución del español por el inglés. Las encuestas de opinión plantean que los hispanos quieren hablar inglés, y así lo demuestran las encuestas de 1992, en las que más del 92 % de los hispanos respondieron que había que aprender inglés. A pesar de las ventajas pedagógicas que tiene la enseñanza de la lengua materna y los magníficos resultados de algunos de estos programas, el panorama es complejo, ya que se le atribuyen el descuido del inglés y la obtención de peores resultados, y la opinión general (incluso la de los hispanos) es contraria a la educación bilingüe.

En cuanto al censo de 1990, los datos indican que en los hablantes de español se cumple el mismo proceso de sustitución lingüística de tres generaciones que se lleva a cabo en otros países en situaciones similares. La tercera generación ya no habla español, y sólo una porción de la segunda lo hace. Los hispanos nacidos en los EE. UU. tienen ya muy pocas posibilidades de hablarlo. Sobre la lengua utilizada en el ámbito familiar de los hispanos, un 22 % son ya monolingües en inglés (5 008 995 de hablantes), y un 41 % son bilingües (9 035 069). La interpretación general es que un tercio de la población ya no habla español, y sorprende la rapidez con que se pierde la lengua materna aun con los índices más bajos de sustitución, como son los del español en los EE. UU. Las investigaciones realizadas hasta ahora coinciden en predecir que al cabo de diez o quince años de estancia en los EE. UU. el 75 % de los hispanos hablará inglés normalmente (vid. M. Alvar, 1982; H. López Morales, 1998b, 2000; A. Morales, 2001).

3.2. Asimismo, debemos mencionar la aportación de C. Silva-Corvalán (1996) sobre la conservación y sustitución lingüística en el contacto de lenguas entre el inglés y el español de los bilingües mexicano-americanos de Los Ángeles, que presentan diferentes grados de atrofia del español. Al contrario que en la criollización, los hablantes de los niveles más bajos de competencia del español se apoyan en estrategias léxicas y contextuales para comunicar ciertos significados sintácticos (así, p. ej., distinciones aspectuales o temporales). Las modificaciones que ocurren en una lengua en retroceso, bajo condiciones de intenso contacto y de fuerte presión cultural, son principalmente el resultado de la simplificación o hipergeneralización de las reglas sintácticas que no introducen elementos que causan cambios radicales en la estructura de la lengua, aunque es posible que estos cambios graduales con el tiempo conduzcan al desarrollo de una lengua fundamentalmente diferente de su variedad antepasada antes del contacto. El contacto de lenguas produce el efecto de acelerar la simplificación y la difusión de los cambios.

La simplificación lingüística es un proceso complejo que implica también la generalización de una regla, en el sentido de que una forma se amplía a un mayor número de contextos, a expensas de otra forma en retroceso. La ocurrencia de los cambios en la lengua subordinada viene favorecida y acelerada además por las siguientes consideraciones: a) la ausencia de presiones normativas; b) la restricción en el alcance de los usos comunicativos, y c) las actitudes positivas de los hablantes hacia la lengua mayoritaria, combinada con actitudes neutrales o compromisos endebles hacia la conservación de la lengua minoritaria.

El estudio de las actitudes lingüísticas de los informantes con respecto a su grado de compromiso en la conservación de la lengua y la cultura española muestra que hay una estrecha correlación entre la disminución en el número y en la intensidad de las motivaciones para conservar o mejorar el conocimiento del español (así como en la reducción de sus ámbitos de uso y en su atrofia lingüística) y las sucesivas generaciones de inmigrantes. Las actitudes hacia la lengua española y la cultura mexicana se conservan generalmente muy positivas, pero la lealtad implícita en dichas actitudes parece estar en conflicto con la conducta no comprometida que revelan las respuestas de los inmigrantes de segunda y tercera generación (vid. C. Silva-Corvalán, 2000).

3.3. Por otra parte, O. García et al. (1985) realizaron un estudio estadístico descriptivo del impacto del inglés sobre la prensa hispana en los Estados Unidos, con el fin de caracterizar el registro periodístico español de un contexto bilingüe frente al de un monolingüe, a través de una muestra de varios diarios. Dicho estudio consideraba el español de los EE. UU. como el «instrumento de comunicación» entre los hispanos en los EE. UU., y entre los hispanos de allí y de los países de origen. Dicho análisis presentaba los resultados cuantitativos de un estudio preliminar sobre el español escrito en los EE. UU.

Analizaron el registro periodístico en los tres diarios hispanos principales de los Estados Unidos, a saber, La Opinión (Los Ángeles), Diario Las Américas (Miami) y El Diario, La Prensa (Nueva York), así como el mismo registro de los países monolingües: Excelsior (México), Gramma (Cuba) y El Mundo (Puerto Rico). La muestra fue de 5 números de 1980, y de este modo les permitía comparar la norma bilingüe de los EE. UU. con la de los países hispanoamericanos monolingües.

El hallazgo más interesante de su estudio fue la gran variabilidad de los anglicismos que se daban en el registro periodístico de Cuba, México y Puerto Rico. El análisis de las influencias del inglés reveló obviamente que el impacto del inglés era mayor sobre el español escrito de los Estados Unidos que sobre el español en los países hispanoamericanos monolingües de la muestra. Este hecho invalidaba la primera parte de su hipótesis, que asumía que la influencia del inglés sobre el español en los EE. UU. no sería mayor que sobre el español en un país monolingüe. En efecto, las influencias del inglés fueron mucho más amplias en la muestra de los EE. UU. que en la muestra de los países hispanoamericanos monolingües.

El estudio de los resultados en los tres países hispanoamericanos monolingües manifestó la gran disparidad en el impacto del inglés sobre el registro periodístico español de los tres países. Concretamente, en el caso de Puerto Rico, era mayor la influencia de la lengua inglesa, ya que el español de la prensa se utilizaba para comunicar muchos mensajes de la sociedad estadounidense, y su ámbito político, económico y social estaba estrechamente unido al de los EE. UU. Por otro lado, era interesante observar que cuando la comunidad étnica en EE. UU. estaba en estrecho contacto social con el país de origen, el español escrito en los EE. UU. se asemejaba al registro periodístico del país monolingüe. Con otras palabras, encontraron que el español de los diarios de Los Ángeles y de Nueva York aparecía influenciado por el inglés de manera semejante al impacto del inglés sobre el español en México y Puerto Rico. Sin embargo, la diferencia entre el español periodístico de Miami y el de Cuba era importante.

Con respecto a los préstamos frente a los calcos, O. García et al. (1985) adoptaron la hipótesis de que eran los calcos y no los préstamos la característica definitiva diferenciadora entre los registros periodísticos españoles de los Estados Unidos y los de los países hispanoamericanos monolingües, de acuerdo con R. Otheguy. En este sentido, los resultados que obtuvieron sobre la cuantificación descriptiva de las influencias del inglés (préstamos y calcos) pusieron de manifiesto que los préstamos eran más comunes que los calcos tanto en los registros periodísticos españoles de los EE. UU. como de los países monolingües. De hecho, los periodistas en los Estados Unidos y en los países hispanoamericanos monolingües preferían incorporar significantes del inglés a violar la estructura semiótica del español.

A pesar de que había más préstamos que calcos en ambos estratos de prensa, los calcos estaban mucho más difundidos en el contexto hispano estadounidense que en el hispanoamericano monolingüe. Es decir, había tres veces más calcos en el contexto estadounidense que en el hispanoamericano. Esto confirmaba la hipótesis de que la característica definitiva del español periodístico de los Estados Unidos era el abundante uso de los calcos, en un esfuerzo por trasmitir los mismos mensajes y el mismo esquema conceptual de la sociedad estadounidense, a través de los significantes del español (vid. R. Othegui et al., 1989).

Finalmente, O. García et al. (2001) han ofrecido una excelente reflexión sobre la sustitución lingüística del español de los puertorriqueños neoyorquinos por el inglés, a la que califica con el término de vaivén. Mientras otros muchos grupos étnicos de los Estados Unidos han conseguido una integración social y cultural (como resultado de su asimilación lingüística), esto no ha sucedido con los puertorriqueños. A pesar de que los puertorriqueños en los EE. UU. llegan a ser bilingües e incluso monolingües ingleses, retienen rasgos selectivos y vestigios del español en diferentes formas del discurso en tiempos distintos, y rechazan rendirse totalmente en el carácter semiótico al inglés, que es la lengua del colonizador.

La sustitución del español por el inglés es el proceso histórico normal en tres generaciones, y la conservación del español no es más que un ideal. Sin embargo, es importante apuntar que entre los niveles de renta y la sustitución lingüística no siempre hay una correlación positiva para los puertorriqueños y los otros hispanos. La miseria puertorriqueña también puede vivirse en inglés. Un análisis del lugar en el que están viviendo hoy los puertorriqueños puede ofrecer más luz sobre cómo el español y el inglés han invertido los papeles en la comunidad puertorriqueña. El español (que estaba asociado más a menudo con la pobreza) ahora está siendo vinculado también al estatus de la clase media, mientras que el inglés (asociado más a menudo con el prestigio) está siendo vinculado también a la miseria. Para los neoyorquinos puertorriqueños tanto la sustitución lingüística por el inglés como la conservación lingüística del español están asociadas con el estatus de la clase media. En nuestros días, el uso de la prensa hispana en los hogares puertorriqueños es escaso. Los lectores de El Diario / La Prensa han cambiado, y ya no son en su mayoría puertorriqueños, sino en general dominicanos.

4. Análisis estadístico del anglicismo léxico

Es del todo necesario una cuantificación de los anglicismos léxicos en los medios de comunicación social, y particularmente en los diarios españoles más importantes de los Estados Unidos y de España, a partir de un corpus representativo y un despojo sistemático (vid. F. Gimeno y M. V. Gimeno, en prensa). En el pasado, los análisis de interferencia léxica sobre textos escritos se han ocupado normalmente del número total de ocurrencias de préstamos, con relación al número total de ocurrencias de palabras en esos textos. Más recientemente, dichos estudios incluyen la información sobre la trasferencia léxica en términos de los tipos léxicos diferentes y del total de las ocurrencias. La propuesta de W. F. Mackey (1976) sobre la medida de la proporción de las formas léxicas superficiales o tipos léxicos diferentes y del total de ocurrencias, dentro de la clasificación más sistemática de la terminología de E. Haugen (vid. supra), podría ofrecer una buena posibilidad de análisis y cuantificación de los anglicismos léxicos, con la clara delimitación de los préstamos integrados.

La caracterización de los anglicismos léxicos dentro de los procesos de sustitución lingüística debe pasar, pues, de una fase imprecisa a un tratamiento cuantitativo del proceso de trasferencia léxica. En este sentido, la evaluación cuantitativa de los cambios de código y calcos léxicos nos permite ofrecer las siguientes consideraciones:

1) Los resultados globales de las frecuencias sobre los tipos léxicos diferentes de los cambios de código y de los calcos léxicos muestran que los primeros superan, y con gran diferencia, a los segundos, pues mientras contamos con 1225 cambios de código (el 80,12 % del total de los anglicismos léxicos), sólo tenemos 304 calcos léxicos (el 19,88 % de dicho total). A su vez, dentro de la frecuencia relativa de los tipos léxicos diferentes de los cambios de código, los categóricos registran el mayor contingente, y ascienden a casi el doble (52,78 % del total de anglicismos léxicos) con respecto a los variables (27,34 % de dicho total). Sin embargo, en los porcentajes de los calcos léxicos no sucede lo mismo, ya que la diferencia entre los categóricos y los variables es menor. Los calcos léxicos categóricos representan el 12,03 % del total de los tipos léxicos diferentes, frente a los variables que se elevan al 7,85 % del total.

2) Los resultados globales del total de ocurrencias de los cambios de código y de los calcos léxicos, en función de la prensa española de los Estados Unidos y de España, ponen de manifiesto que los cambios de código son más comunes que los calcos léxicos, tanto en los registros periodísticos españoles de los EE. UU. como en los de España. En porcentajes, mientras que el 55,32 % de las ocurrencias totales de anglicismos léxicos en la prensa hispana de los EE. UU. son cambios de código, el 44,68 % son calcos léxicos. El 81,89 % de las ocurrencias totales de anglicismos en la prensa de España son cambios de código, y solamente el 18,11 % son calcos léxicos. El proceso de trasferencia léxica en el registro periodístico de la lengua española se verifica más a través de la importación lexemática parcial o total que de la sustitución lexemática.

Debe destacarse la gran diferencia que existe en la proporción del total de ocurrencias de los cambios de código y de los calcos léxicos entre la prensa española de los EE. UU. y de España. A pesar de que hay mayor frecuencia absoluta de cambios de código que de calcos léxicos en ambos contextos sociales, la proporción del número total de ocurrencias del cambio de código y del calco léxico es mucho mayor en la prensa hispana de los Estados Unidos que en la prensa de España. En efecto, mientras que el total de anglicismos léxicos en la prensa hispana estadounidense asciende a 12 810 cambios de código y 10 346 calcos léxicos, en la prensa de España se eleva a 4770 cambios de código y 1055 calcos. La influencia de los anglicismos léxicos (cambios de código y calcos léxicos) en el español estándar escrito de la prensa es mayor en los Estados Unidos que en España, dadas las propias condiciones socioculturales de las situaciones de diglosia y de conflicto lingüístico de las comunidades de habla hispana en los EE. UU.

3) La principal distinción entre el español de los EE. UU. y el de España no es sólo, pues, de carácter cuantitativo, sino también cualitativo, ya que se da una mayor difusión de los calcos léxicos en el primer caso (44,68 %) que en el segundo (18,11 %), dentro de la práctica acomodación de la lengua española a un proceso de asimilación lingüística y aculturación. La frecuencia relativa del calco léxico en la prensa de España es muy baja. El uso de la lengua española, dentro del sistema semiótico de comunicación de la sociedad estadounidense, es precisamente el que determina la diferencia entre el español de los EE. UU. y el del Estado español. La prensa hispana de los Estados Unidos trasmite esa necesidad comunicativa de convivencia mestiza para asumir los mensajes de la sociedad y de la cultura estadounidense, a través de traducciones calcadas o copiadas del inglés americano. La relación asociativa entre la presencia de los cambios de código y de los calcos léxicos en la prensa hispana de los EE. UU. frente a la prensa de España se resuelve con una combinación de ambas relaciones asociativas (tanto cuantitativa como cualitativa).

4) Los porcentajes del número total de ocurrencias de los cambios de código (categóricos y variables) que aparecen tanto en los diarios de lengua española de los Estados Unidos como en los de España revelan que la influencia del inglés tiene un impacto de casi tres veces más en la prensa estadounidense (72,87 %) que en la española (27,13 %). Asimismo, el porcentaje del total de ocurrencias de los cambios código variables es mayor que el de los cambios de código categóricos (53,96 % frente a 46,04 %, respectivamente). Mientras que en la prensa hispana de los EE. UU. la frecuencia absoluta es muy similar (6374 cambios de código categóricos frente a 6436 cambios de código variables), en la prensa española del Estado español la frecuencia absoluta de los cambios de código variables es casi el doble que la de los cambios de código categóricos (3051 frente a 1 719, respectivamente). Además, debe especificarse lo siguiente:

a) los resultados individuales nos muestran que el mayor impacto de la lengua inglesa en los cambios de código categóricos se da en la prensa de Puerto Rico (El Nuevo Día) con un 57,72 %, seguido por la prensa de Los Ángeles (La Opinión) con un 15,23 % y por La Vanguardia de Barcelona (9,67 %). Con respecto a la prensa hispana de Los Ángeles, debe destacarse que el porcentaje de Puerto Rico representa más del triple de los cambios de código categóricos. De igual modo, el tanto por ciento de la influencia de los mismos es casi tres veces mayor en Los Ángeles que en Nueva York (5,81 %), y

b) en cuanto al total de ocurrencias de los cambios de código variables, observamos que la frecuencia relativa de la prensa de Puerto Rico (El Nuevo Día) sigue siendo la de mayor influencia del inglés con un 50,74 %, seguida por La Vanguardia de Barcelona (21,76 %) y la prensa de Los Ángeles (La Opinión) con un 12,14 %. También en este caso, el porcentaje de los cambios de código variables es más del cuádruple en Puerto Rico que en Los Ángeles. Dentro de la prensa española del Estado español, destaca la frecuencia absoluta de los cambios de código variables del diario de La Vanguardia de Barcelona, ya que es casi el triple de los números absolutos de los cambios de código categóricos (2064 frente a 783, respectivamente), y muestra así una dinámica diferenciadora en la cantidad del total de ocurrencias de los cambios de código variables, junto a sus dobletes correspondientes.

5) Sin embargo, son los calcos (ya categóricos, ya variables) y no los cambios de código la característica cuantitativa y cualitativa que diferencia el español estándar escrito de la prensa hispana de los Estados Unidos, frente a la prensa de España. Los porcentajes del número total de ocurrencias de los calcos léxicos (categóricos y variables) que aparecen tanto en los diarios de lengua española de los Estados Unidos como en los de España revelan que la influencia del inglés se presenta mayoritariamente en el contexto hispano estadounidense frente al contexto español. Hay casi diez veces más calcos léxicos en el primero que en el segundo (90,75 % de calcos en la prensa hispana de los EE. UU. frente a 9,25 % en la prensa de España).

Asimismo, el porcentaje del total de ocurrencias de los calcos léxicos variables es mayor que el de los calcos léxicos categóricos (60,59 % frente a 39,41 %, respectivamente). Mientras que en la prensa hispana de los EE. UU. la proporción de la frecuencia absoluta entre los calcos léxicos variables y categóricos es de 1,5 (6204 calcos léxicos variables frente a 4142 calcos léxicos categóricos), en la prensa española del Estado español la proporción de la frecuencia absoluta es del doble a favor de los calcos léxicos variables (704 calcos léxicos variables frente a 351 calcos léxicos categóricos).

Además, debe añadirse lo siguiente:

a) los resultados individuales nos muestran que el impacto mayoritario de la lengua inglesa en los calcos léxicos categóricos se da exclusivamente en la prensa hispana de los EE. UU. En primer lugar, en el diario de La Opinión de Los Ángeles con un 45,98 %, seguido por la prensa de El Nuevo Día de Puerto Rico (37,77 %) y por el Diario / La Prensa de Nueva York (8,44 %), aunque en ésta última el porcentaje de los calcos léxicos es considerablemente menor. A cierta distancia aparece la prensa de España. En primer lugar, se encuentra la frecuencia relativa del diario de La Vanguardia de Barcelona con un 3,94 %, seguido por el porcentaje del ABC de Madrid (2,27 %) y el de El País de Madrid (1,60 %),

b) en cuanto al total de ocurrencias de los calcos léxicos variables, observamos que la prensa hispana de Los Ángeles (La Opinión) es también la que registra el mayor porcentaje de la influencia del inglés (40,26 %), seguida muy de cerca por El Nuevo Día de Puerto Rico con un 40,13 %, y a mayor distancia por el Diario / La Prensa de Nueva York (9,42 %). Con gran diferencia respecto a las anteriores, se encuentra la prensa de España. La Vanguardia de Barcelona presenta un porcentaje mayor de ocurrencias (4,31 %) que el ABC de Madrid (2,95 %) y El País de Madrid (2,93 %). No debemos silenciar, pues, que en la frecuencia relativa de los totales de ocurrencias de los calcos léxicos (categóricos y variables) se da una evidente dicotomía entre la prensa española de EE. UU. y de España.

6) Con objeto de verificar si existe una relación estadísticamente significativa entre la presencia de los cambios de código y la prensa hispana de los Estados Unidos, frente a la prensa de España, hemos recurrido a la prueba estadística de la distribución c2. Según los resultados obtenidos (con una probabilidad de error inferior al 5 %), observamos que se acepta la hipótesis de independencia entre los dos factores. La frecuencia absoluta de los tipos léxicos diferentes de los cambios de código no es estadísticamente significativa en la prensa hispana de los Estados Unidos, con respecto a la prensa de España, dada la globalización de la producción y del consumo que reflejan los medios de comunicación social, y en particular la prensa hispana diaria de los Estados Unidos, frente a la prensa de España.

7) A fin de verificar si existe una relación estadísticamente significativa entre la presencia de los calcos léxicos y la prensa hispana de los Estados Unidos, con respecto a la prensa de España, hemos recurrido también a la prueba estadística de la distribución c2. A partir de los resultados obtenidos observamos que en este caso no se acepta la hipótesis de independencia entre los dos factores. La frecuencia absoluta de los tipos léxicos diferentes de los calcos léxicos es estadísticamente significativa en la prensa hispana de los Estados Unidos, frente a la prensa de España, como una consecuencia sociocultural de la trasmisión de mensajes de una sociedad y de una cultura de habla inglesa. Los tipos léxicos diferentes de los calcos léxicos categóricos están más relacionados con la prensa hispana de los Estados Unidos, y los tipos léxicos diferentes de los dobletes están más asociados a la prensa de España.

5. Conclusiones

La sustitución lingüística es un caso especial del cambio lingüístico que implica, entre otros hechos, el desplazamiento progresivo de una lengua por otra, en los diferentes grupos y redes sociales y en los diversos ámbitos de uso, dentro de una comunidad de habla. El objetivo específico de esta ponencia era ofrecer un análisis del proceso de trasferencia léxica, a través de un estudio estadístico del impacto del anglicismo en la prensa hispana de los Estados Unidos, frente a la prensa de España. La estrategia del proceso de trasferencia léxica en el español estándar de la prensa contemporánea se realiza preferentemente más a través de la importación lexemática (total o parcial) que de la sustitución lexemática.

Mientras que no hay asociación entre los tipos léxicos diferentes de los cambios de código y la prensa española de los EE. UU. y de España, sí que se da una relación estadísticamente significativa entre los tipos léxicos diferentes de los calcos léxicos con la prensa hispana de los Estados Unidos, frente a la prensa de España. Así se demuestra la caracterización significativa que define el español estándar de la prensa hispana de los Estados Unidos, con respecto al español estándar de la prensa del Estado español. Dicha delimitación cualitativa y la gran diferencia cuantitativa que existe en los resultados globales del número total de ocurrencias de los cambios de código y de los calcos léxicos en la prensa hispana de los EE. UU. son consecuencia del desplazamiento lingüístico del español por el inglés, dentro de un proceso de asimilación lingüística y aculturación, con la fragmentación indefinida de las diferentes variedades de las distintas comunidades de habla y la atrofia lingüística.

Es evidente que no se trata de una dinámica lingüística centrada en la dicotomía de comunidades de habla bilingües frente a monolingües, sino en situaciones sociolingüísticas dispares de contacto de lenguas, en las que el conflicto lingüístico ha modificado, en los casos de las comunidades de habla hispana de Los Ángeles y de Nueva York, la configuración estática de la diglosia amplia, sin producir movilidad social alguna, dentro de una dinámica progresiva de sustitución lingüística. En el caso específico de la comunidad de habla de Puerto Rico, el desplazamiento lingüístico supone una situación estable de diglosia amplia, con movilidad social, el cual viene facilitado por la enseñanza del inglés.

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