Quiero empezar el tema explicando el contexto sobre el cual me voy a mover en tan agradable participación:
AUSJAL - Es la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina; esta asociación la conforman 13 países (Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, en total son 28 planteles educativos que suman mas de 200 000 estudiantes de habla hispana y portuguesa.
El reto de un director de informática en una universidad es poder gestionar eficientemente la tecnología para ponerla al servicio académico, tarea difícil si entendemos el límite de paciencia de un usuario ante las diferentes esperas en el acontecer diario del trabajo académico: espera en la lectura de la tarjeta electrónica a la entrada del parqueadero, espera por el ascensor de acceso, espera en el inicio del ordenador, espera para poder acceder al correo electrónico, espera para la conexión con una página web de información urgente, etc. Todas estas son las diferentes opciones tecnológicas dadas como instrumento laboral en nuestro mundo académico actual. Así mismo el grupo de informáticos de AUSJAL vimos cómo nuestro problema ya no es sólo el de tratar de poner en práctica la definición de implementar tecnología para hacer las cosas rutinarias o como medio de almacenamiento (no menciono reducción de costos), también lo es desde hace tiempo el poder de las comunicaciones y en sí misma la Internet que en este momento hace parte de cualquier cultura, incluso algunos llaman: «la cultura que modificó valores como el del libro impreso después de más de dos siglos de existencia».
AUSJAL se propuso acometer la formación de esta cultura y generar una estrategia basada en las oportunidades que brinda la Internet. Para esto hubo necesidad de estudiar temas de tecnologías de información y alternativas de sistemas educativos, es decir, abrir un espacio para el cambio de cultura en la transmisión del conocimiento.
Partiendo de las directrices definidas en el documento «Desafíos de América Latina y propuestas Educativas AUSJAL» se plantean elementos en donde las tecnologías de información no deben brillar por su ausencia, ya que son el sostén para hacer obra y realidad en un mundo en donde el apoyo en la virtualidad despejará las barreras para la acción; a continuación cito algunos objetivos:
Los objetivos explícitos que se formulan para el Plan Estratégico AUSJAL-TIC son:
El diseño del mismo forma parte del proceso de comunicación participativa a todos los afectados, es decir rectores, decanos, directivos, docentes y técnicos de las universidades AUSJAL. De su aceptación y logro de compromisos se deducirán los recursos y objetivos parciales que en cada una de las etapas y subproyectos se requieren. En definitiva la pregunta a resolver es: ¿Cómo enfocar la coordinación, el progreso y la buena dirección del proyecto AUSJAL en el empleo de las TIC como palanca de progreso?
Modelo COLMENA AUSJALEl modelo de referencia que bajo el nombre COLMENA AUSJAL se presentará tendrá tres contenidos específicos, que serán objeto de una continua construcción, enriquecimiento y pormenorización en paralelo con los logros en la mejora de la coordinación y el desarrollo de más iniciativas integradas en la asociación AUSJAL. Estos tres contenidos de este modelo son:
El modelo ya citado se estructura en tres áreas consustanciales con las problemáticas de renovación de una actividad basada en servicios con base en conocimientos e interacción de personas como lo es la formación. Son tres, pues, los pilares de este modelo:
En su concepción más básica cada uno de estos pilares abre un sinfín de posibilidades de renovación, transformación y de mejora de la actividad docente en el sentido de potenciar el valor y dimensión del conocimiento que se puede gestionar de manera más eficiente entre alumnos, profesores y comunidad docente en su conjunto.
El primer punto nos lleva a plantearnos con profundidad qué estrategia seguir en la digitalización de contenidos, en cómo estructurar información de valor para su posterior utilización, en un innumerable potencial de reproducción y transmisión a lo largo del espacio. Los criterios de gestión impondrán parámetros de valor, reutilización, costes de acceso y distribución, abriendo diversas áreas de soluciones según tipos de contenidos.
El segundo apartado nos lleva a la reconsideración de los espacios tradicionales en base al aula, como espacios no exclusivos para vehicular la comunicación alumno-profesor, alumno-información, el sistema de evaluación y aprendizaje colaborativo y externo. Tanto los procesos de gestión administrativa y académica como los de formación están llenos de posibilidades de mejora, en la aplicación de nuevas tecnologías que desarrollan facetas innovadoras de la propia comunicación.
Esta gestión de nuevos modelos de relación y diseño del proceso enseñanza-aprendizaje se potenciará a su vez con el soporte digital de la información. Esta combinación genera espacios radicalmente distintos de lo que hoy visualizamos como tecnologías exclusivamente aplicadas al aula.
El tercer apartado lo constituye la tecnología en sí misma, y su potencial de estructurarse en redes. Este elemento servidor de los dos anteriores presenta incertidumbres por su constante evolución, por la obsolescencia rápida y por la dificultad de saber el nivel suficiente de tecnología que no limite el potencial de las personas, pero que no exceda con la consiguiente pérdida de inversiones en recursos rápidamente obsoletos.
Una primera clasificación de estos tres componentes nos lleva al modelo en cuestión que se delimita en el gráfico adjunto. El mismo contiene 3 áreas por cada uno de los tres elementos ya enumerados, que constituyen las caras externas del gráfico, y en su interior 3 áreas que se enlazan en el modelo global. El centro representa una visión estratégica de la gestión y dirección de todos los componentes buscando el adecuado equilibrio entre las partes.
En este primer nivel del modelo vamos a enumerar y describir los contenidos de las 12 áreas (triángulos) que componen el modelo.
El conjunto de 12 elementos que constituyen el modelo debe desarrollarse de manera equilibrada comprometiendo una triple visión del proceso desde la dirección rectora de la universidad. El modelo y el equilibrio entre las iniciativas de comunicación, de gestión de contenidos, de innovación docente, de mejora de procesos, y la incorporación de tecnología y aplicaciones constituyen las dos herramientas de gestión del progreso deseado. Esta visión y equilibrio debe traducirse en:
Como pormenorización del alcance del modelo vamos, a modo de ejemplo, a incluir primeras especificaciones sobre tres áreas concretas: