Hiroto Ueda

Presencia de la lengua española en el mundo y en JapónHiroto Ueda
Profesor de Lengua española de la Universidad de Tokio (Japón)

En las tres secciones siguientes ofrecemos algunos datos estadísticos referentes a la lengua española, que nos parecen significativos a la hora de considerar su presencia tanto en el contexto nacional como en el internacional. Nuestro punto de partida es la siguiente afirmación de Coulmas (1992): «La expansión de un país, su posición geopolítica, su industria, sus relaciones económicas con otros países determinan la variedad y contenido de la educación de las lenguas extranjeras financiada por el Estado».1 Nuestro interés es si esta hipótesis es aplicable al caso de la enseñanza de la lengua española en Japón.

1. Lenguas del mundo

Según las estadísticas del Almanaque Mundial de 1992, las diez lenguas más usadas del mundo son chino, inglés, hindi, español, ruso, árabe, bengalí, portugués, malayo y japonés. A estas lenguas más populosas siguen el francés con 122 millones y el alemán con 118 millones. Por supuesto, no podemos tratar estas cifras sin reserva. Precisamente Otero (1999),2 quien ofrece varios datos diferentes, habla de las dificultades de establecer el número de hablantes de una lengua. Nos advierte el autor que las diferencias entre los distintos datos «no se deben sólo al crecimiento natural de la población o a la imprecisión de las fuentes, sino también a los criterios empleados en la contabilización». De momento deberíamos tratar las cifras con cautela y tomarlas como valores relativos.

Aún con esta reserva, nos sorprende la prominencia numérica del chino como lengua oficial de China. Como veremos seguidamente, la numerosa población del país ha sido constante en su historia. El inglés ocupa el segundo lugar con enorme distancia, con un número de menos de la mitad de habitantes que el chino. Como todos sabemos, el inglés es actualmente la lengua de uso internacional por excelencia, aparte de que se practica como lengua oficial en América, Europa, Océano Pacífico, Asia y África (Estados Unidos, Islas Británicas inclusive Irlanda, Canadá, Australia, Filipinas, Singapur, India, Nueva Zelanda, Jamaica, Tanzania, Kenia, Nigeria, Ghana y Uganda). El hindi, que ocupa el tercer lugar, es una de la multitud de lenguas que se usan en India. Se distribuye por el norte y el centro del país. Huelga decir que el español, que ha perdido en esta ocasión la medalla de bronce por una distancia de tan sólo 15 millones, es una lengua multinacional en 21 países de Europa, América y África. Al español siguen, con una disminución gradual de la población lingüística, el ruso, el árabe, el bengalí, el portugués, el malayo y finalmente en el décimo lugar, el japonés con 126 millones de hablantes.3

Esta clasificación numérica puede cambiar de un año a otro, porque todo depende del informe de la población que nos ofrece el censo de cada país. Ahora bien, cambiemos nuestra atención de la sincronía a la historia. Los datos son de Pierre Bruney, 1964.4

Es notable el crecimiento de las dos lenguas internacionales, el inglés y el español, frente a las lenguas relativamente estáticas como el francés, el alemán, el italiano, el ruso, el chino y el japonés. De todas estas lenguas, el inglés, el español, el francés y el alemán son lenguas de carácter eminentemente internacional por poseer una población gigantesca y un gran número de países donde se consideran dichas lenguas como oficiales. El chino es muy potente demográficamente, pero no pasa de ser una lengua de carácter nacional por estar limitado a la región asiática. Por otra parte, hay que señalar que en Rusia se encuentran 131 lenguas minoritarias con 258 millones de hablantes y en China, 107 lenguas con 975 millones de hablantes. El japonés, por último, se caracteriza por ser una lengua de uso muy restringido. En realidad, no se practica más que en Japón, y en todo Japón prácticamente no se habla más que la lengua japonesa.

Entre las cuatro lenguas internacionales se destaca una distinción muy marcada respecto a los números de instituciones, profesores, discentes y la infraestructura general de enseñanza como segundo idioma. Se enseña mucho más el inglés. ¿A qué se debe esta diferencia? Es cierto que para determinar la potencia de influencia, la población de los hablantes es un factor muy importante, pero no es el único. Los datos que ofrece Miyazima (Gráfico 3) explican la potencia «económica»de las lenguas del mundo. Las cifras siguientes nos dan la información sobre el porcentaje del PNB (producto nacional bruto) que ocupan los pueblos de una lengua determinada en la totalidad del mundo: en el orden decreciente en 1989, el inglés (33,9 %), el japonés (14,4 %), el alemán (8,0 %), el francés (6,2 %), el español (4,6 %), el italiano (4,6 %), el ruso (2,7 %), el chino (2,7 %), el portugués (2,7 %), el árabe (2,0 %).

Según estas estadísticas la lengua inglesa domina más de un tercio de la economía mundial. En cambio el chino, aunque posee una población muy grande, se sitúa en el séptimo lugar en cuanto a la influencia económica. Por otra parte, habrá que destacar el hecho de que el alemán y el francés son lenguas que influyen considerablemente en la economía mundial, a pesar de su número relativamente reducido de hablantes5. Por último podemos destacar el gran contraste entre las dos lenguas internacionales: el inglés y el español. No podemos menos que admitir que el español, que posee 352 millones de hablantes (12 % menos que el inglés), ejerce una influencia de tan sólo una décima parte de la lengua inglesa (11,3 %).

Ahora veamos un aspecto cultural. Las estadísticas sobre las traducciones nos sirven como uno de los índices más significativos para conocer la situación del intercambio cultural. El servicio de estadísticas de las Naciones Unidas de 1977 nos ofrece los datos del 6.

Se nota una mayor concentración de traducciones de obras en lengua inglesa, lo cual significa que sigue siendo el medio principal para absorber los conocimientos del mundo exterior. A la lengua inglesa siguen la alemana, la francesa y con un índice muy variable según el país, la rusa. Mientras la lengua española figura el quinto lugar en Inglaterra y Estados Unidos, no se destaca en el porcentaje de otros países.

2. Lenguas extranjeras en Japón

Para reflexionar sobre la presencia de las lenguas extranjeras en la sociedad japonesa, no hay que olvidar su trasfondo histórico.7 Después del largo período de la época feudal que se caracterizó por el aislamiento de los países de ultramar, a mediados del siglo xix, el país se vio obligado a abrirse al mundo exterior y se dio cuenta de su estado de subdesarrollo en general. Para alcanzar el nivel de las naciones occidentales, el Gobierno de aquel entonces adoptó dos medidas importantes para la modernización del país. Una fue invitar a los profesores y técnicos extranjeros ofreciéndoles un sueldo extraordinario. Tanto es así que algunos profesores invitados cobraban más que el propio Primer Ministro de la época. Ellos contribuyeron al desarrollo de la sociedad japonesa educando a los jóvenes estudiantes con todo su entusiasmo y volvieron a su país natal colmados del respeto de sus discípulos japoneses. Por otra parte, el Gobierno envió muchos estudiantes brillantes al extranjero para que aprendieran las costumbres, ciencias y tecnología. Los estudiantes que fueron enviados a los países de habla inglesa, alemana y francesa tenían una misión bien definida ya antes de su partida. El Japón de aquel tiempo necesitaba conocimientos científicos de primera línea indispensables para poder equipararse con Occidente.

Así, la invitación de los profesores extranjeros y el envío de los estudiantes japoneses al extranjero eran dos fuerzas motrices en la revolución intelectual que promovía la modernización japonesa. Si nos situamos en este contexto histórico, podemos comprender bien el porqué de la elección de unos muy pocos idiomas para ser enseñados en las escuelas dentro de la multitud de posibilidades existentes.

Este desequilibrio de distribución de las lenguas extranjeras como segundo idioma no es sólo un hecho histórico. Hemos visto que se enseñan más las lenguas europeas, sobre todo los tres idiomas del centro de Europa. Tenemos aquí unas estadísticas del uso de las lenguas utilizadas para publicar artículos de ciencias naturales y de tecnología. El Centro de Información de Ciencias y Tecnologías de Japón se dedica a elaborar resúmenes de las informaciones llegadas de todo el mundo. Según el cálculo de Nakai (1979), la distribución de las lenguas se refleja en el.8

En contraste con la escasa presencia del español en Japón tanto en su historia como en la producción de artículos científicos, su difusión en el mundo de la enseñanza de idiomas extranjeros nos ofrece un aspecto diferente. A las lenguas extranjeras nos podemos aproximar por varios medios. Unos las estudian por su cuenta con textos y diccionarios, y otros van a las academias privadas de idiomas. Los estudiantes universitarios tienen la ventaja de poder escoger entre varios idiomas que figuran en las listas de los programas de estudio.

Por otra parte, en Japón, la transmisión de los cursos de lenguas extranjeras por NHK (Nihon Hoosoo Kyokai: Japan Broadcasting Corporation) es importante en cuanto a la cobertura de la emisión. He aquí el orden del año del comienzo de las emisiones: inglés (1959), francés (1959), alemán (1959), chino (1967), español (1967), ruso (1973), coreano (1984) e italiano (1990). Se nota que este orden representa el grado de importancia general que confieren los japoneses a cada idioma.

No hay duda de que la enseñanza de la lengua extranjera es una industria en la que domina la ley de oferta y demanda. Fumio Inoue (1997) nos ofrece unos datos interesantes: «NHK has statistics on the number of textbooks sold for language education programs on TV and radio. Of course English textbooks sell best. The languages ranking next are Chinese, French, German and Korean and Spanish, Italian and Russian follow». El mismo autor actualiza el ranking con los últimos datos de 1998, según el cual después del inglés vienen el chino, italiano, francés, español, alemán, coreano y ruso. Se destaca el cambio de lugar entre el español (cerca de 300 mil tiradas) y el alemán (200 mil).9

En las universidades japonesas, existe una tendencia continua del aumento de estudiantes matriculados en español (Gráfico 6). Por ejemplo en la Universidad de Tokio, en el año 1992 teníamos 209 dentro de 3606 (5,8 %) estudiantes del primer año, mientras que en el año 2001, contamos con 461 entre 3321 (13,9 %).

Para hacer un escrutinio sobre la causa de este aumento de estudiantes del español y sobre las motivaciones de los japoneses para aprender una lengua extranjera, además de las necesidades económicas y científicas, hay que contar también con el factor cultural. En realidad, este factor, de carácter personal, es muy importante, e incluso puede ser el primer impulso de aproximación a la lengua extranjera. Un buen ejemplo es la música latinoamericana para el idioma español. Hubo una época después de la Segunda Guerra en la que surgió una fiebre por el tango argentino, la música brasileña y la mexicana.10

En la última tendencia de la cultura de los jóvenes, se puede indicar la diversificación de sus motivaciones. La Universidad de Tokio realizó en 1999 una encuesta general sobre la enseñanza de las lenguas extranjeras. En su cuestionario figura la pregunta: ¿Por qué has elegido el idioma que ahora estás estudiando? (Gráfico 7; se admiten respuestas múltiples).

De esto se deduce que actualmente más que por razones prácticas (trabajo y estudios avanzados), los estudiantes japoneses escogen el español como segundo idioma por razones culturales y comunicativas.

3. Estudios sobre la lengua española en Japón

Nos fijaremos ahora en las investigaciones lingüísticas hispánicas que realizan los profesores japoneses.11 12 Se observa un gran aumento de publicaciones a partir de los años 80, lo cual quiere decir que ya son veinte años de acumulación de trabajos científicos.

Los investigadores japoneses publican sus trabajos tanto en japonés como en español. A partir de los años ochenta es constante la emisión en lenguas occidentales: español e inglés, aunque como se muestra en el gráfico 9, la supremacía numérica de los artículos en japonés con respecto a los escritos en español es innegable.

En un futuro próximo se desean más publicaciones en español y menos en japonés, para que así pueda haber más intercambio y una mayor comunicación entre los países de habla española y Japón. La lengua no debe ser una barrera, sino un puente de comunicación a través de las fronteras políticas y naturales.

En la década de los noventa y en la del dos mil, el ritmo de desarrollo de las comunicaciones internacionales ha sido vertiginoso. Actualmente los profesores japoneses no se encuentran aislados por simples razones geográficas. Estamos conectados con los estudiosos de todo el mundo por medio de este maravilloso invento. La red de Internet ha cubierto la mayoría de los países, de manera que podemos comunicarnos diariamente con los compañeros del mundo, que son casi colegas de trabajo por la frecuencia de los contactos. Algunos profesores japoneses han abierto su página (home page) en su servidor (server) de la universidad.13 Está funcionando también el envío automático de mensajes dirigidos a todos los miembros de una lista (mailing list). Sin duda, el hispanismo en el Japón del siglo xxi contará con nuevas tecnologías cada vez más avanzadas. Ningún profesor puede quedarse al margen del desarrollo de la informática para mejorar sus actividades de docencia y de investigación.

4. Conclusión

Tanto por las necesidades sociales como por las académicas, en la actualidad el inglés es la primera lengua de comunicación internacional, pero desde el punto de vista histórico no necesariamente lo ha sido siempre, ya que en la primera mitad del siglo xix competía con el alemán con poca diferencia. En Japón, en la época moderna, siempre se daba mayor importancia a esta lengua seguida por otras dos también europeas: el alemán y el francés. Ahora que estamos en una época caracterizada por la internacionalización y la diversificación de valores, el significado que cobra la enseñanza del idioma también debe de variar según los intereses de cada persona.14

Y ahora en este contexto volvamos a la hipótesis presentada por Coulmas (1992): «La expansión de un país, su posición geopolítica, su industria, sus relaciones económicas con otros países determinan la variedad y contenido de la educación de las lenguas extranjeras financiada por el Estado». Nos hemos preguntado la validez de su pragmatismo. En la sección 1 hemos comprobado que los distintos indicios económicos y científicos no explican el porqué del aumento de estudiantes del español en Japón.

Con los datos presentados en la sección 2 podemos confirmar que a pesar de haber existido una política pragmática en el pasado, el Estado del Japón actual se ve obligado a orientarse a las verdaderas demandas un tanto diversificadas de los estudiantes; y concretamente el caso de la lengua española demuestra la nueva tendencia de ser aprendida no precisamente para fines prácticos, por ejemplo, para su futuro trabajo o sus estudios avanzados, sino más bien para fines culturales y de intereses más generales y diversificados. Los profesores del español deberíamos tenerlo muy en cuenta a la hora de decidir los temas, técnicas y materiales en nuestra tarea diaria de enseñanza.

Los datos presentados en la sección 3 tampoco corroboran la hipótesis pragmática de Coulmas. La producción de artículos españoles en Japón significa que actualmente los profesores no se dedican única y exclusivamente a la traducción de libros europeos y americanos, sino más bien se proponen emitir —a pesar de no ser nativos— sus propias visiones del español.

El mundo de la enseñanza de los idiomas extranjeros en Japón se encuentra actualmente en un período de transición. En contraste con la época en la que toda la nación anhelaba obtener los conocimientos y tecnologías del Occidente, en la actualidad la lengua se aprende no sólo para fines prácticos o lucrativos, sino también para comunicarse con los pueblos extranjeros.

En el Japón de hoy, vemos un indicio muy esperanzador: cada año está aumentando el número de estudiantes que se matriculan en las lenguas hasta hace poco consideradas como minoritarias. Los intereses que comparten los jóvenes estudiantes no sólo por el Occidente, sino por un dominio geográfico más amplio serán semillas que darán fruto en forma de contribución de parte de Japón a la sociedad internacional por medio de las lenguas extranjeras, del mismo modo en el que Japón ha recibido tanto de los países entonces desarrollados.

Otro indicio esperanzador es que los profesores japoneses de la lengua española empiezan a publicar sus trabajos en español, a pesar de ser menos que en japonés. Estamos convencidos de que la ciencia —lingüística española— y su aplicación —enseñanza del español— son inseparables, y si se trata de la ciencia no puede ser exclusiva dentro del dominio nacional, sino que debe contribuir a la comunidad global en colaboración con los investigadores del mundo. Afortunadamente la lengua española no es exclusiva como lengua nacional de algunos países hispanohablantes, sino que nos responde como vehículo eficiente para la comunicación internacional.

Notas

  • 1. Florian Coulmas (1992): Die Wirtschaft mit der Sprache. Eine sprachsoziologische Studie. Suhrkamp Verlag Frankfurt am Main, p. 138. Dice textualmente: «Die Größe eines Landes, seine geopolitische Lage, seine Industrie und seine Wirtschaftsbeziehungen mit anderen Ländern wirken sich auf Art und Inhalt des staatlich finanzierten Fremdsprachenunterrichts aus».Volver
  • 2. Jaime Otero (1995): «Una nueva mirada al índice de importancia internacional de las lenguas», en Marqués de Tamarón (dir.), El peso de la lengua española en el mundo, Fundación Duques de Soria. Volver
  • 3. Francisco Moreno Fernández y Jaime Otero exponen los datos más actualizados (1996) concernientes a las tres lenguas: inglés con 498 millones, francés con 101 millones y español con 328 millones. «Demografía de la lengua española», en El español en el mundo. Anuario del Instituto Cervantes,1998, p. 81 . Volver
  • 4. Pierre Burney (1962): Les langues internationales, p. 76 (traducción japonesa). Los datos estadísticos proceden de M. Pei y R. Lescar, Hommes et commerce, Noël, 1954. Volver
  • 5. El dato de Rusia debe ser actualizado si consideramos su situación económica en los últimos años. Volver
  • 6. Hiroshi Nakai (1979): «Kokusai zyoho saabisu to gengo shogai (Servicio de información internacional y barrera de lenguas)», Zyoho Kanri, 22/4. Para la situación más actualizada dentro de España, véase Julio Escobar (1998): «La traducción y la interpretación en español», en El español en el mundo. Anuario del Instituto Cervantes,1998, pp. 13-57. Volver
  • 7. Véase Ryohei Uritani (1985): «La enseñanza del español en el Japón», Actas del Primer Congreso de Hispanistas de Asia. Asociación Asiática de Hispanistas, Seúl, 1985.Volver
  • 8. Otra estadística parecida a ésta es la de Chemical Abstracts, servicio a escala mundial de productos químicos, sobre las ciencias naturales: inglés (56,9 %), ruso (22,8 %), alemán (5,8 %), francés (4,2 %), japonés (4,1 %), otros (6,2 %). Véase: http://www.cas.org/EO/ casstats.pdf. Para la situación en España, véase Luis M. Plaza, Adelaida Román, Consuelo Ruiz y Elena Fernández (1999): «Presencia del español en la producción científica», en Instituto Cervantes, Anuario del Instituto Cervantes, 1999, El Español en el Mundo, pp. 23-64.Volver
  • 9. FumioInoue (1997): «Market value of languages in Japan», Japanese Linguistics (National Language Research Institute, Tokyo, Japan), pp. 41-42 y Nihongo no nedan (Precio de la lengua japonesa). Tokio, Taishukan, 2000, p. 8. Volver
  • 10. Nuestros profesores, precursores de la enseñanza del español, nos cuentan que en aquel entonces no había días en que no se escuchara música latinoamericana en la radio. La fantasía que abrigaban los jóvenes era tan grande que sin saber en qué idioma se cantaba su música favorita tomaban clases de latín. Ya después de haber aprendido con paciencia la tercera o cuarta declinación de los sustantivos latinos se dieron cuenta de que estaban equivocados y la mayoría de ellos al día siguiente se incorporaron al aula de español.Volver
  • 11. Los datos de esta sección son sacados de nuestra publicación anterior: «Hispanismo en Asia. Estudios lingüísticos», Arbor, n.º 664 (2001). Véanse también Juan Martínez Marín (1993): «El lugar del hispanismo asiático en la lingüística española», Actas del Tercer Congreso de Hispanistas de Asia, Asociación Asiática de Hispanistas, Tokio, pp. 264-269 y Hiroto Ueda (1990): «Situación actual de la lingüística española en Japón», Español Actual, 54, pp. 115-118.Volver
  • 12. Debemos los datos a la página del profesor Atsumi Deguchi: http://dgindy.osaka-gaidai.ac.jp/ sbgobnk/sbunk01.html. La elaboración del gráfico es nuestra. Volver
  • 13. Véanse las páginas siguientes:
    http://pweb.sophia.ac.jp/~a-ruiz/ (Antonio Ruiz Tinoco)
    http://www.lares.dti.ne.jp/~deguchi/ (Atsumi Deguchi)
    http://www.ic.nanzan-u.ac.jp/~ktaka/ (Kakuzi Takahashi)
    http://gamp.c.u-tokyo.ac.jp/ueda/ (Hiroto Ueda)Volver
  • 14. Para analizar la tendencia de la elección de idiomas extranjeros, habrá que ver dos aspectos distintos: la lengua como medio de comunicación internacional y la lengua como manifestación de la cultura nacional. Naturalmente, una misma lengua puede tener estas dos características al mismo tiempo. Los profesores que dan más importancia al aspecto comunicativo de la lengua consideran su utilidad dentro del contexto de la comunicación internacional. Por otro lado, para los profesores que dan clases de literatura sobre la base del método tradicional de traducción, la lengua objeto de la enseñanza será una manifestación de la cultura del país.Volver