Ha venido siendo, y sigue en la actualidad muy extendido este estado de opinión, un lugar común el considerar que la intensidad con la que el norteamericano medio se interesa por lo que ocurre en el mundo es inversamente proporcional a la distancia a la que se encuentran los acontecimientos de su espacio vital, actitud que cabe pensar que halle fundamento en el tipo de pragmatismo de quienes sintiéndose en una sociedad autosuficiente entienden que únicamente es útil aquello que puede influir positiva o negativamente en su cotidianeidad.1
Es esta concepción, que postula que «lo-que-importa-es-lo-que-está-cerca», la que, al menos en cierta medida, explica, de una parte, la falta de entusiasmo que tradicionalmente ha despertado en EE. UU. el aprendizaje de idiomas extranjeros2 y el conocimiento de los valores culturales y las formas de ser distintos de los propios y, de otra, el pobre reflejo que ha tenido la enseñanza de las lenguas en las escuelas de educación primaria y secundaria estadounidenses3 y la escasa atención que en los procesos escolares de accountability4 se le ha prestado a los resultados que obtienen los alumnos en esta parte de carácter no obligatorio de los planes de estudio.
Este estado de las cosas está en la actualidad en proceso de cambio, siendo impulsores de esta especie de giro copernicano de la sociedad y de la educación de EE. UU.:
- El influjo que la globalización de la economía, y consiguientemente la necesidad de acceder a mercados radicados fuera de la metrópoli, está teniendo en la definición de los objetivos estratégicos de la política exterior norteamericana.5 Es expresivo de la capacidad que tienen las instituciones de este país para impulsar medidas que favorezcan en el largo plazo la satisfacción de necesidades de sus ciudadanos, en este caso la necesidad de proyectarse en el exterior, y por consiguiente de aprender a comunicarse con pueblos que hablan otros idiomas, para sobrevivir manteniendo el claro liderazgo que hoy ostenta en el mundo, el recientemente publicado memorándum de la Casa Blanca en el que se dice:
Para continuar compitiendo con éxito en una economía globalizada y mantener nuestro papel de líder mundial, Estados Unidos necesita asegurarse de que sus ciudadanos adquieren una amplia comprensión acerca del mundo, el dominio de otros idiomas y el conocimiento de otras culturas.
The White House, Office of the Press Secretary: Memorandum for the Heads of Executive Departments and Agencies, abril, 19, 2000. [http:/exchanges.state.gov/education/remarks/whstatement.htm]
- El creciente peso demográfico que tiene la población de origen hispano en EE. UU., y las repercusiones políticas,6 económicas7 y culturales8 que este hecho ha generado9 al constituirse en la minoría mayoritaria, posición que tradicionalmente han ocupado los ciudadanos de raza negra no hispanos.10
- El origen hispano de los asentamientos que hoy conforman algunos de los estados más poblados, económicamente con un mayor desarrollo y políticamente más influyentes (es el caso de California o Texas, a los que habría que añadir Nuevo México, Arizona o Colorado); los procesos de inmigración que se han producido, y siguen produciéndose, especialmente desde México (20 640 711 ciudadanos de EE. UU. son de origen mexicano), Puerto Rico, Cuba y, recientemente, América Central, y la tasa de crecimiento vegetativo de la población hispana, muy superior a las de la blanca y negra no hispanas.
Además de estos factores, que es notorio que están favoreciendo la consolidación del español como segunda lengua en la sociedad de EE. UU. y su inserción como una materia crecientemente cursada en su sistema escolar, existen otros que afectan negativamente a la pervivencia del idioma de Cervantes en este país:
- El enorme atractivo que tiene el inglés para la población hispana más joven y la condición de idioma oficial que de hecho goza este idioma en EE. UU. pueden hacer que se pierda progresivamente el uso del español en territorio norteamericano, incluso como lengua para los intercambios familiares (aunque siga creciendo como segundo idioma).11
- La importancia que ha adquirido el movimiento cultural y político de defensa de la primacía de la lengua inglesa conocido como Official English Movement (English Only), con dos ramas, el English First y el US English, que ha generado leyes para limitar el uso de otros idiomas en la actividad pública (en 25 estados) y en las escuelas (esta última restricción se aplica en Arizona y en California, estados hispanos por antonomasia).
- La progresiva penetración del inglés en el español que hablan los hispanos (spanglish), fenómeno cuyas consecuencias, positivas y negativas, han de ser apreciadas a través de estudios lingüísticos hechos con la necesaria solvencia científica12.
2. El español en la educación primaria y secundaria de EE. UU.
2.1. Tipo de programas
Aun cuando en EE. UU. la enseñanza de una segunda lengua13 no es, tal como se ha indicado ya, un componente obligatorio ni central del plan de estudios de las escuelas de educación primaria y secundaria, sí es preciso reconocer que en su sistema educativo se ha hecho un esfuerzo notable por adaptar el aprendizaje a las necesidades del heterogéneo alumnado que se escolariza en los centros educativos de este también diverso país.14
En la actualidad, con ciertas variantes que introducen modificaciones menores, los programas de enseñanza de segundas lenguas en la educación elemental de EE. UU. son los de la tabla 1.
En la educación secundaria, la enseñanza de un segundo idioma suele ser de tipo convencional, aun cuando existen también programas de inmersión al igual que programas específicos de segundo idioma para alumnos que son, y a menudo han perdido fluidez en el uso del mismo, hablantes nativos de tal idioma.
El currículum de la segunda lengua en el nivel secundario suele articularse en cinco niveles, pudiendo existir otro para los alumnos más avanzados (Advanced Placement).
2.2. Evolución y situación actual de la enseñanza del español en las escuelas primarias y secundarias de EE. UU.
2.2.1. Datos generales
a) Matrícula en lenguas extranjeras en educación primaria
- De acuerdo con el Center for Applied Linguistics (CAL),15 en el año 1997 cursaban una lengua extranjera en centros de educación primaria 4 millones de alumnos (de una población de 27,1 millones). El CAL no aporta datos de matrícula por idiomas, que sí se reflejan en otras fuentes (referidos los datos a otros años).
- Según el estudio de J. B. Draper y J. H. Hicks,16 la distribución de la matrícula en educación primaria según el idioma elegido por los alumnos fue en el año 1994 la representada en el gráfico 1.
b) Matrícula en lenguas extranjeras en educación secundaria
- El Center for Applied Linguistics estimó que cursaban un idioma extranjero en la educación secundaria norteamericana en el año 1997:
- 3 000 000 de alumnos, en Center for Applied Linguisticsjunior high/middle school level (de una población de 8,2 millones de alumnos).
- 7 000 000 de alumnos, en high school level (de una población de 13,5 millones de alumnos).
- El Digest of Educational Statistics de EE. UU. (1997) aporta datos relativos al idioma elegido por los alumnos del 9º al 12º grados en el curso 1994-951718 (Gráfico 3).
c) Idiomas extranjeros impartidos en las instituciones de educación primarias y secundarias
Como era previsible, las escuelas norteamericanas han ido ajustando su oferta de idiomas a la evolución de la demanda para aprender lenguas extranjeras que se manifiesta en la sociedad norteamericana, de ahí que no sea sorprendente el fuerte crecimiento que experimenta el estudio del español y la evolución a la baja que sufren idiomas tradicionalmente considerados como de superior valor tanto desde una perspectiva cultural como económica (el francés y el alemán).
En los datos que se aportan en este apartado, destaca además:
- el significativo crecimiento que experimentan el japonés y el italiano (en números absolutos siguen ocupando, no obstante, un puesto muy modesto en cuanto a grado de presencia en los planes de estudio de las escuelas);
- la importancia que progresivamente adquieren las enseñanzas de lengua española para los hablantes de español (lo que es indicador tanto de la sensibilidad pedagógica de las escuelas para acomodar su acción formativa a las características de los alumnos como del interés de la población hispana por recuperar, mediante la enseñanza regular, el adecuado dominio de su idioma materno);
- el francés y el alemán, si bien pierden peso en los dos niveles educativos, lo hacen de forma mucho más acusada en la educación primaria, lo que es indicador de que se está consolidando un cambio de tendencia que hará más ostensible en los próximos años la primacía de la lengua española como segundo idioma en EE. UU.
Estos datos, obtenidos por el
Center for Applied Linguistics, reflejan con claridad las tendencias a las que se refieren los párrafos anteriores:
- Educación primaria (Gráfico 4).
- Educación secundaria (Gráfico 5).
d) Evolución (tasa de crecimiento) del número de alumnos que estudian lenguas extranjeras en EE. UU. (los cinco idiomas con mayor número de alumnos matriculados)
Como ya se ha advertido, la evolución que ha experimentado el interés por aprender lenguas extranjeras en EE. UU. está cambiando en estos años de forma acelerada, por lo que no es factible predecir aquí y ahora, con suficientes niveles de fiabilidad, cuántos norteamericanos estudiarán lenguas extranjeras en los próximos decenios, y mucho menos qué número elegirá una determinada lengua como segundo idioma.
No obstante esta situación de incertidumbre, sí es razonable pensar que, aunque se produzca un salto en el número de alumnos que se matriculan en un idioma moderno al cursar los niveles primario y secundario del sistema educativo, las tendencias observadas en los últimos años, tanto en las preferencias de las familias y de los escolares como en la oferta para cursar idiomas que hagan los centros de enseñanza, se mantengan, de ahí la utilidad predictiva de los datos que se ofrecen en este número, cuya interpretación ha de hacerse, no obstante, con las necesarias cautelas. (Gráfico 6> - Gráfico 7)
A la vista de estos datos, y de acuerdo con un modelo teórico desarrollado por G. G. Dacal,19 cabe formular las siguientes hipótesis relativas a la tendencia que en materia de enseñanza y aprendizaje de idiomas se está produciendo en EE. UU.:
- El interés que la población muestra por el aprendizaje de idiomas se basa más en la percepción que tiene acerca de su utilidad en el futuro que en el supuesto prestigio de que han gozado en el pasado;
- el número de personas que habla un idioma como lengua materna, sin que esa lengua sea la oficial, ejerce un efecto significativo positivo en la tendencia a adquirir ese idioma como segunda lengua.
2.2.2. Estudio de algunos casos
a) Comentarios previos
Aunque los datos generales acerca de la enseñanza del español, y en general de una segunda lengua, en el conjunto de EE. UU. tienen un valor descriptivo de la situación actual muy importante, al mismo tiempo que permite, mediante un estudio de tendencias, realizar prognosis razonables acerca de cuál será la situación en este ámbito en el futuro, conviene tener en cuenta:
- Que no existe uniformidad tanto en la oferta como en la demanda de enseñanza de idiomas en el conjunto del territorio estadounidense, ya que la población de los diferentes estados difiere muy significativamente desde la perspectiva lingüística: en California, Arizona, Colorado, Nuevo México, Texas, Florida o Nueva York, por ejemplo, con una tradición hispana muy fuerte y con una población que habla español como lengua nativa con un peso demográfico elevado, la situación de nuestro idioma, en el conjunto de la sociedad y en el sistema escolar en particular, es diferente de la que tiene en Ohio, Maine, Missouri, Louisiana, Montana, West Virginia o Massachusetts.
- Que en las sociedades el curso evolutivo de algunos de sus componentes no siempre sigue una trayectoria predecible, siendo siempre posible e impredecible que se produzcan rupturas consecuencia de la concurrencia de factores que alteran de forma radical situaciones aparentemente consolidadas, generando una mutación social. En el caso de las lenguas extranjeras, se está, muy probablemente, en el umbral de uno de tales cambios, de ahí que deban extremarse las cautelas al realizar prognosis a medio y largo plazos.20
Aceptando las limitaciones a las que se refieren los párrafos anteriores, se ofrecen en este número datos relativos a la situación de la enseñanza de la lengua española en un reducido grupo de estados, seleccionado con la pretensión de que estuviese formado por realidades demográficas y culturales muy diferentes, para así atemperar las incertidumbres asociadas a la realización de predicciones fiables acerca de cuál será la situación en un futuro mediato.
b) Estudio de casos
Louisiana21
- Enseñanza elemental22 (escuelas públicas) (Tabla 2).
- Matrícula en programas especiales (Tabla 3).
- Educación general:
- Régimen general (Tabla 4).
- Enseñanza a distancia (Tabla 5).
Tratándose de un estado con una influencia cultural francesa de enorme importancia, y con un porcentaje de población hispana muy reducido, no deja de sorprender la pujanza del español en la educación secundaria y en los programas de enseñanza a distancia, lo que ciertamente es un indicador de la índole emergente que al día de hoy muestra tener la lengua española en EE. UU., incluso en una situación cultural desfavorable.
California
En California concurren múltiples circunstancias que la convierten en un territorio singular: es el más poblado de EE. UU., y por consiguiente el que tiene un mayor peso político en el conjunto de la Unión, y al mismo tiempo es el de mayor riqueza, al contar con una estructura económica muy dinámica de la que son sectores destacados las nuevas tecnologías (radicado en el gran entorno de San Francisco), el cine (cuyo centro es la ciudad de Los Ángeles), la agricultura y el turismo.
Es, además, un estado multirracial, en el que los blancos no hispanos no alcanzan a representar el 50 % de la población. De entre las minorías, la hispana es sin duda alguna la mayor y la más representativa, tanto por su situación actual como por razones históricas: el carácter hispano de California no sólo es una realidad hoy debido al peso que la población que tiene esta condición ha alcanzado en todo el territorio, sino que es algo que está en la geografía (nombres como San Francisco, Los Ángeles, San José, San Diego, Sacramento, Santa Bárbara y tantos otros hablan constantemente de la procedencia de quienes fueron sus primeros colonizadores) así como en las costumbres y tradiciones de una buena parte de los californianos, y también en el habla a través de la que se expresan: el español.
De sus 33 871 648 habitantes (cuenta con más población que Canadá), casi once millones son hispanos (10 966 648), lo que convierte a este estado en una de las primeras naciones en número de hablantes de español del mundo, dándose, además, la circunstancia de que se trata de un grupo en clara expansión, ya que ha pasado en 10 años de representar un cuarto de la población (en 1990) a constituir un tercio de los californianos, radicados en 10 de las ciudades de mayor tono multirracial de EE. UU., en un territorio en el que ningún grupo alcanza a constituir el 50 % de la población , cuyos ciudadanos están representados en el Congreso Federal por 53 congresistas y en el que en el año 1979 casi el 80 por ciento de sus residentes eran blancos no hispanos (en la actualidad este grupo representa sólo el 46,7 % de la población).23
La composición según el Censo del año 2000 de este impresionante mosaico de razas que es California es la que se aprecia en el gráfico 8.
Esta heterogeneidad racial, y, dentro de ella, la preponderancia del grupo hispano, tiene un notorio reflejo en el sistema escolar de este estado, especialmente en la escolarización en sus escuelas públicas, tal como se refleja en los datos de la tabla 6.
Los datos relativos a la matrícula en lenguas extranjeras muestran así mismo una abrumadora preferencia por el estudio del español (Tabla 7).
Utah
Aunque forma frontera con California, la estructura demográfica (24 (Tabla 9).
Indiana
El territorio de Indiana cuenta con una estructura poblacional fuertemente influida por el origen centroeuropeo (alemán) de la inmigración que lo pobló en sus orígenes, circunstancia que es en la actualidad compatible con el hecho de estar sufriendo una lenta pero creciente presión migratoria de origen hispano, en buena medida por desbordamiento de los asentamientos de este grupo radicados en Illinois/Chicago, que buscan posibilidades de empleo en zonas de fuerte crecimiento económico del vecino estado, asentándose sobre todo en el gran Indianápolis.
El Departamento de Educación25 únicamente dispone de estadísticas relativas a la matrícula en lenguas extranjeras en los grados 7 al 12 y en escuelas públicas,26 que proporcionan los siguientes datos (Tabla 10).
Conneticut
Se trata de un estado con una elevada presencia de ciudadanos de origen italiano en el que, no obstante, ya empieza a estar bien representada la minoría hispana (Tabla 11), aun cuando no ha alcanzado todavía los valores correspondientes al conjunto de la nación.
Existen estadísticas27 de matrícula en lenguas extranjeras relativas únicamente al nivel de High School, en donde se detecta una ostensible tendencia al crecimiento en el número de alumnos que cursan español28 y a un estancamiento e incluso disminución de la matrícula en francés y alemán (Tabla 12).
Georgia
Aunque la minoría hispana ha experimentado un crecimiento espectacular en los últimos 10 años (ha pasado de constituir respecto de la población total el 1,7 % en el año 1990 a ser el 5,3 % en 2000), todavía está muy lejos de tener la condición de minoría mayoritaria (posición que ocupa la población negra, que representa el 28,5 % del censo, ver tabla 13).
No se dispone de datos totalmente fiables acerca de la matrícula en lenguas extranjeras en los niveles primario y secundario, pudiendo estimarse, con datos del Departamento de Educación, que estudian los idiomas mayoritarios los números de alumnos (Tabla 14).
Nuevo México
Tiene interés este estado desde una perspectiva lingüística por las inequívocas raíces hispanas de su población.29
El tono hispano del estado está, sin duda, en el origen de la primacía que tiene el estudio del español como segunda lengua en las escuelas de este territorio30 (datos relativos a educación secundaria),31 como se puede ver en la tabla 16.
Carolina del Norte
Pertenece este estado a la región South Atlantic, mostrando una evolución demográfica muy similar (excepto West Virginia) al conjunto de territorios que conforman el sur de la fachada atlántica de EE. UU., marcada por la fuerte presencia32 de población negra y el significativo crecimiento de los ciudadanos de origen hispano, cuya representación en el conjunto del censo todavía está significativamente por debajo de la media de la nación (Tabla 17).
La matrícula en otros idiomas distintos del inglés, que es expresiva también del papel de idioma extranjero más estudiado que le corresponde al español en EE. UU., en las escuelas de este estado es la reflejada de la .33
2.3. Un tipo de programa general de interés particular: el Two Way Inmersion
Constituye un modelo organizativo y didáctico que está adquiriendo un creciente atractivo para los padres y las escuelas norteamericanas, que, al requerir de grupos de alumnos que se distribuyan de forma tal que cada subgrupo lingüístico represente, aproximadamente, el 50 % del número de alumnos de la clase, favorece la creación de programas de inmersión de dos sentidos con la combinación inglés/español, ya que resulta difícil encontrar clases de colegios públicos que cuenten con el 50 % de hablantes nativos de francés, alemán, japonés o de cualquiera de las restantes lenguas minoritarias de EE. UU.
Se trata, por otra parte, de un programa que, además de perseguir un alto dominio de las dos lenguas, pretende que los alumnos adquieran un buen conocimiento de las culturas vinculadas a ambos idiomas y promueve por lo tanto la multiculturalidad además del bilingüismo.
Los datos más relevantes acerca de este programa los mantiene permanentemente actualizados el Center for Applied Lingüistics de EE. UU.,34 con respecto al número de escuelas que los aplica (Tabla 19), los níveles en los que se aplica el programa de inmersión (Tabla 20), las lenguas que se utilizan en tales programas (Tabla 2), y su evolución en los últimos años (Gráfico 9).
3. Conclusión
Puesto que los factores que determinan el incesante crecimiento del número de personas que hablan español en EE. UU. son tanto internos como externos, y que las Administraciones y las instituciones educativas norteamericanas han hecho de la adquisición de la lengua española por sus niños y jóvenes un objetivo muy importante para su sistema escolar, las intervenciones que pudieran tener terceros países (aquellos en los que el español es la lengua materna de sus ciudadanos, y por razones obvias España) para coadyuvar a la consecución de la que parece que va a ser una meta estratégica para los estadounidenses en este siglo (convertir a su país en una nación bilingüe) habrían de tener una prioridad máxima en su política exterior.
Aun cuando las iniciativas dirigidas a colaborar con las instituciones norteamericanas en el proceso de consolidación de una oferta de enseñanza del español amplia y de calidad (iniciativas de cooperación educativa) pueden convivir con las que se orientan a llevar a la práctica programas de enseñanza o promoción del español a través de instituciones propias (iniciativas de política educativa),35 no cabe duda de que las primeras son las que realmente se justifican en un país como EE. UU.
Abundan en la pertinencia de aplicar en EE. UU. el modelo de cooperación educativa para contribuir a la consolidación de la lengua española como una materia curricular en el sistema escolar norteamericano las propias dimensiones y complejidad de este país, que harían inviable una política educativa basada en una oferta directa de enseñanza de la lengua española a través de instituciones propias.
Con o sin cooperación educativa de terceros países, el futuro del español en EE. UU. está asegurado, y su condición de segunda lengua mayoritaria es fácil de pronosticar. Lo que resulta más difícil de predecir es cómo será el español que se hable en EE. UU. dentro de un siglo, y cuáles serán sus diferencias respecto del que se habla en países en los que es la primera lengua.
Las alteraciones que sufre en su fonética, vocabulario o estructura la lengua española que se habla en EE. UU. ya son ostensibles en el momento actual, a pesar de que todavía está muy viva la inmigración de ciudadanos procedentes de países en los que se habla español sin apenas —o con no significativas—concesiones a otros idiomas, lo que lo mantiene sin modificaciones acusadas; modificaciones que no obstante ya empiezan a ser claras en los hispanos que han nacido y/o se han educado en EE. UU.
No parece, sin embargo, que quepa hacer pronósticos, sin cautelas, desde la situación del español en los hablantes nacidos/educados en EE. UU., ya que el creciente número de personas que hablan español, y su localización preferente en determinadas zonas geográficas, junto con el aumento de la presencia de este idioma en el sistema escolar y en los medios de comunicación, pudieran ser factores con incidencia significativa en la resistencia de este idioma a ser progresivamente colonizado, o incluso puesto en desuso, por el inglés.
Notas
- 1. Este localismo tiene, por ejemplo, un reflejo muy claro en los medios de comunicación, incluso en los que tienen una amplia difusión. Si se analiza, por ejemplo, el Washington Post se observará inmediatamente que la información acerca de lo que sucede en Washington, DC y en su entorno encuentra fácil reflejo en sus páginas, incluso si se trata de asuntos de escasa entidad, y que progresivamente pierden presencia las noticias que afectan a otros estados o a la Federación (salvo las que pudieran tener incidencia en la vida diaria de quienes residen en el espacio de difusión del periódico) para apenas mencionar noticias internacionales (excepto, de nuevo, las que pudieran interesar a sectores concretos de la población de lectores habituales del medio: es el caso, por ejemplo, de las referencias a Israel, cuyo reflejo es obligado habida cuenta del número y capacidad de influencia que tiene la minoría judía que vive en las zonas residenciales tanto interiores como exteriores al belt way).
- 2. No es ajeno a este desinterés el hecho de ser los estadounidenses hablantes de un idioma, el inglés, que por el peso que ha venido teniendo, y tiene, en los intercambios económicos, políticos, culturales y científicos, se ha convertido en la lengua internacional por excelencia.
- 3. Desde una perspectiva europea, es difícilmente comprensible que, ya en el siglo xxi, en el país más avanzado y con mayor proyección en el exterior, las lenguas extranjeras no formen parte del currículum obligatorio de sus escuelas.
El caso de la universidad es muy diferente, y habrá de ser analizado e interpretado en un estudio monográfico en el que se estudien tanto el tipo de los programas de enseñanza y de investigación como los contenidos que en los mismos figuran (lengua, literatura, culturas, etc.), diferenciando convenientemente el tipo de universidad (pública, privada, con o sin cursos de postgrado, etc.), localización, prestigio, etc.
- 4. La gran preocupación en cuanto a resultados escolares se ha centrado en reading/English fluency, en la propuesta «No Child Left Behind», del presidente Bush, para mejorar la calidad de la enseñanza en EE. UU.) y matemáticas/ciencias.
- 5. Se emplea la voz norteamericano/a para connotar algo que se refiere a EE. UU., con una notoria impropiedad ya que lo que atañe a México y a Canadá también es norteamericano/a.
- 6. Dado que el voto del grupo mayoritario (el blanco no hispano) se distribuye de forma relativamente similar entre los dos grandes partidos, el de las minorías, hispana y negra especialmente, que puede producirse en bloque y estar significativamente sesgado hacia un candidato, es en los Estados con mayor peso electoral (California, Texas, Florida, Illinois, Nueva York) dirimente, y lo es más el de la primera minoría que el de la segunda. La relevancia política de este hecho queda perfectamente asentada si se considera que estos cinco estados contribuyen, además de con un número muy importante de congresistas, con el 31 % de todos los votos electorales y el 61,5 % de los necesarios (270) para elegir el presidente de EE. UU. (Tabla 22)
- 7. El español en EE. UU. además de constituir un fenómeno social, cultural y educativo de enorme trascendencia, ha alcanzado la condición de factor económico de indudable relevancia, tanto para la economía norteamericana (cuenta con un mercado interno de más de 35 millones de consumidores con una capacidad de compra de más de 400 mil millones de dólares al año, y que se muestra más sensible al marketing de los productos hechos en español) como para los países exportadores de productos y servicios cultural y sociológicamente atractivos para la población hispanohablante (alimentos, vestido, música, literatura, educación, vacaciones, etc.).
- 8. La concentración de población hispana en los Estados, condados y ciudades de mayor peso político, demográfico y económico no sólo acentúa las posibilidades de vivir en español en EE. UU., sino que impulsa la presencia de este idioma en los medios de comunicación (prensa, radio y televisión), ya que permite su difusión en áreas concretas; en los servicios (administrativos, médicos, judiciales, etc.), a fin de atender a importantes contingentes de personas que se sienten más protegidas si se les habla en su lengua materna; en la actividad económica (propaganda, información al público, productos en el mercado, etc.), debido a la capacidad de compra de que goza una numéricamente cuantiosa población concentrada en un espacio delimitado, etc. Todas estas circunstancias contribuyen a mantener al español como una lengua viva en la población hispana y acentúa el interés que tienen por aprenderla aquellos para los que no es su lengua materna, e incide de forma importante en el sistema escolar, que reacciona mediante dos tipos de medidas:
Puesta en práctica de programas para facilitar la escolarización de los alumnos hispanos (educación bilingüe).
Oferta de cursos de español para la población que no habla este idioma y que percibe la utilidad de su dominio en una sociedad que es crecientemente bilingüe.
- 9. Gómez Dacal, G.: «La población hispana de EE. UU.», Anuario del Instituto Cervantes, año 2000.
- 10. Según los datos del Censo del año 2000, los hispanos constituyen el 12,5 % de la población de EE. UU. y los negros no hispanos el 12 % (Gráfico 10).
- 11. La tremenda influencia que EE. UU. ejerce en los países latinoamericanos (la incorporación del español en Brasil, acerca de la cual se viene dando en España una información que no responde a la realidad —véase Moreno Fernández, F.: «El español en Brasil: logros, dificultades y falsas creencias», Revista de Occidente, número 240, abril de 2000, páginas 82-99—, pudiera verse amenazada por el avance que experimentará el inglés con la creación de la zona de libre mercado de América, impulsada por EE. UU.) convierte en algo plausible el riesgo de que en el largo plazo pudiera afectar al español que hablan sus ciudadanos. La situación actual y el futuro del español en Puerto Rico, por citar un caso muy particular, debieran suscitar serias preocupaciones tanto en las Administraciones de la Isla como de España, y en sus instituciones culturales.
- 12. Consúltese Portes, A. y Hao, L.: «E pluribus unum: Bilingüismo y pérdida de la lengua en la segunda generación», Revista de Occidente, número 240, abril de 2000, páginas 59-81.
- 13. En algunos estados (Texas o Nuevo México, por ejemplo) no cabe, al referirse a la enseñanza del español, hablar de lengua extranjera, ya que en estos territorios no lo es. Es por ello que se utiliza la expresión «otras lenguas además del inglés» cuando se alude a la presencia en el plan de estudios de las que habitualmente se llaman «lenguas extranjeras».
- 14. Tienen un poderoso influjo en el diseño de programas para la enseñanza de segundos idiomas las grandes asociaciones de profesores, especialmente la American Association of Teachers of Spanish and Portuguese (AATSP) y el American Council on Teaching of Foreign Languages (ACTFL).
- 15. Consúltese la página de Internet http://www.cal.org/. El trabajo realizado por CAL ha sido hecho bajo el auspicio del Departamento de Educación de EE. UU.
- 16. Draper, J. B. y Hicks, J. H. (1996): «Foreign Language Enrollments in Public Secondary Schools», Fall 1994. American Council on the Teaching of foreign Languages, sep. 1996 (International Research and Studies Program, estudio financiado por el Departamento de Educación de EE. UU., Grant #P017A50023).
- 17. US Department of Education, National Center for Educational Statistics, 1997.
- 18. Draper, J. B. y Hicks, J. H. (1996): op. cit.
- 19. Gómez Dacal, G.: «El español como segunda lengua en EE. UU.», Revista de Occidente, número 240, abril de 2001, página 29.
- 20. La estructura demográfica de EE. UU. ha sufrido en el lapso que va desde el año 1990 al 2000 un cambio radical, que ha afectado sobre todo al nivel de representación que le corresponde a la población hispana y que ha roto con las predicciones hechas mediante las complejas y fiables ecuaciones de la Oficina del Censo, que fueron incapaces de estimar una sin precedentes tasa de crecimiento del 60 % para este grupo humano, que ha pasado a convertirse en la minoría mayoritaria del país.
- 21. Se trata, como es bien conocido, de un estado con una fuerte presencia de la cultura francesa. La distribución porcentual de ciudadanos según su raza es en Louisiana la siguiente (Tabla 23).
- 22. Datos facilitados por David Beste, del Departamento de Educación de Louisiana.
- 23. De los 58 condados de California, en 16 no existe ningún grupo que tenga una mayoría por encima del 50 %, al igual que acontece en cinco de las grandes ciudades del Golden State (Los Angeles, Anaheim, Riverside, San Diego y Sacramento).
- 24. Datos relativos a los grados 7 a 12 y a las escuelas públicas (los centros públicos escolarizan a la mayoría de los alumnos que cursan los niveles primario y secundario —en torno al 90 % del total—). Estos datos fueron recopilados por Víctor Oroval, asesor técnico del MECD en Utah.
- 25. Datos facilitados por Kristin Hoy-Oukada, responsable del área de lenguas extranjeras del Departamento de Educación de Indiana.
- 26. Sí se dispone de datos relativos al número de maestros que imparten lenguas extranjeras en escuelas privadas (Tabla 24).
- 27. Han facilitado los datos Mary Ann Hansen, del Departamento de Educación de Connecticut, y Heliodoro Rodríguez Fontecha, asesor técnico del MECD en este estado.
- 28. Es muy importante el crecimiento, en términos relativos, del número de matriculados en japonés, aun si el total de escolares que elige este idioma es escasamente significativo (213).
- 29. El uso del español en Nuevo México está constantemente influido por la llegada de nuevos hablantes procedentes de la emigración, hecho que convive con la progresiva pérdida del dominio de este idioma por parte de las generaciones de hispanos que ya han nacido en N.M.
- 30. Datos facilitados por Natalio Ormeño, asesor técnico del MECD en N.M.
- 31. Cursan programas de inmersión en español 1075 alumnos y en inmersión en otras lenguas 300.
- 32. Compatible con su estancamiento demográfico, debido al ligero retroceso que experimenta su número tanto en términos relativos como absolutos.
- 33. Datos facilitados por Frances Hoch, del Departamento de Educación de Carolina del Norte.
- 34. Consúltese la página http://www.cal.org/.
- 35. Este tipo de iniciativas fue muy importante cuando la importancia de un idioma estaba determinada por la calidad de las personas que lo utilizaban. En la actualidad, sin que ese componente cualitativo deje de ser relevante, no cabe duda de que es el número de hablantes el que finalmente determina el peso que tiene un idioma dentro del conjunto de lenguas en uso, e incluso la calidad de la producción cultural y científica que lo emplea.