En 1996 tuve el honor de promover la creación de una organización que dimos en llamar Asociación para el Progreso del Español como Recurso Económico. Con ella pretendíamos articular una plataforma que agrupara a las diferentes actividades económicas que utilizan el español como herramienta básica de su trabajo. La idea que subyace en el concepto «Español como Recurso Económico» es la de buscar puntos de encuentro entre los diferentes sectores de ese conglomerado de actividades, ofrecerles servicios comunes, establecer planes de promoción y comercialización conjuntos, buscar estrategias unificadoras y, en definitiva, fomentar la madurez de esas empresas y la creación de un tejido empresarial más sólido.
Como consecuencia, esperábamos construir un nuevo sector, agrupando actividades antes dispersas, y conseguir con ello su plena integración en la economía española. Y como objetivo último, instalar la idea en la sociedad y en la administración de que este es un sector estratégico y que debe ser considerado al menos, en la misma forma que otros sectores tradicionales de la economía española
La tarea inicial no era fácil, porque desde un punto de vista amplio, una enorme cantidad de actividades económicas son deudoras del idioma en el que realizan sus operaciones, sobre todo en lo que concierne al mercado exterior. Así pues se imponía una tarea previa de delimitación que se hizo siguiendo como primer criterio el de que fueran actividades que tuvieran la lengua como soporte o como objeto de su trabajo.
Un segundo criterio fue el de que cualquiera de ellas pudiera participar, aunque fuera de un modo colateral como se dice ahora, de estrategias comerciales conjuntas.
Un tercer criterio, y muy importante a mi juicio, era el de que cada una de las actividades integradas en el concepto «Español como Recurso Económico», aportara elementos que contribuyeran a conformarlo como un sector de vanguardia y un sector estratégico. Esto se hizo así, partiendo de la hipótesis de que el sector debe convertirse en una punta de lanza, en un sector que facilite la apertura de nuevos mercados al resto del tejido productivo. Esto parecía realmente importante, en la medida en que los mercados mundiales son cada vez más mercados culturales, en donde el principal valor añadido es el significado de lo que se compra: la marca como garantía, no ya de calidad, sino de identidad de un producto o servicio. En este sentido parece obvio que un sector del español conformado de esta manera, tiene una enorme capacidad para inducir el incremento de la demanda de bienes y servicios ligados genéricamente con la idea de lo español: gastronomía, diseño, moda, turismo. Y desde luego es bien conocido el efecto de arrastre que luego tiene lugar con el resto de los servicios o de los productos industriales.
Un cuarto criterio consistía en que esos sectores debían tener un enorme potencial de proyección hacia mercados exteriores, puesto que ya damos por sentado que el español es un recurso económico dentro de nuestras propias fronteras.
Una vez establecidos estos criterios el siguiente paso fue encontrar los sectores y subsectores o áreas de actividad que podrían integrarse en el concepto «Español Recurso Económico». En este escalón fueron definidos los siguientes:
- Servicios lingüísticos: planificación lingüística, servicios lexicográficos, documentación, terminología, in-traducción y ex-traducción
- Enseñanza de español para extranjeros
- Productos editoriales para la enseñanza del español
- Tecnologías de la lengua
- Sector editorial
- Audiovisual
- Música
Una vez establecidos estos sectores era necesario observar cómo interaccionan entre ellos, para intentar fijar una estructura teórica interna, para que el conjunto de datos fuera percibido como un todo organizado y para que pueda comprenderse mejor el papel que desempeña cada uno.
La inclusión del sector editorial en su conjunto, del sector audiovisual y del sector musical planteaba graves problemas metodológicos, puesto que se trata de actividades en las que el español es una condición de posibilidad, es decir, la lengua no es el objeto mismo de su actividad sino su vehículo. Por otra parte, se trata de sectores bien definidos, con una cultura mercantil propia que aconsejaba por tanto diferenciarlos del resto.
Así pues, una aproximación a esa estructura interna podría quedar reflejada en el gráfico 1.
En él, como ven hay un núcleo central que estaría ocupado por los servicios lingüísticos, la enseñanza de español para extranjeros y las ediciones para la enseñanza del español. El 100 % de la facturación de estos sectores tiene como objeto de su actividad la lengua española.
Después vemos el sector de tecnologías de la lengua, que adquiere valor principalmente por su carácter estratégico. Un desarrollo sólido de este sector puede impulsar el liderazgo de los demás sectores del conjunto o bien su falta de desarrollo puede generar situaciones de dependencia y desde luego lucro cesante.
En el tercer grupo se encuentran el sector editorial, audiovisual y musical, englobados con la denominación sectores de difusión. Se trata de un grupo que interacciona fuertemente con el resto, que difunde la lengua y la cultura española y que contribuye a crear el entorno cultural adecuado para un mayor crecimiento del conjunto.
Por último, el cuarto grupo refleja cómo el conjunto del sector, especialmente si se logra llevar a cabo una estrategia integrada de penetración de mercados, puede producir un efecto de arrastre de aquellos sectores más identificados con la cultura española. Si esto se llegara a producir, la consecuencia sería la creación de un referente cultural complejo que, como hemos dicho antes, facilitaría la penetración en los mercados de diferentes productos y servicios bajo el paraguas de esa marca genérica del español o lo español.
En fin, como se puede observar en el gráfico, en este planteamiento la enseñanza del español para extranjeros ocupa un lugar central y al análisis de ese subsector voy a dedicar las siguientes líneas.
Estructura del sector de cursos de español para extranjeros
Comenzaremos el análisis de la oferta de servicios educativos para la enseñanza de español para extranjeros en España, empezando por sus datos cuantitativos que son los siguientes:
Se trata de un sector relativamente joven, en el que la mayoría de las empresas o instituciones implicadas no llevan ejerciendo la actividad más de quince años. Naturalmente hay excepciones, algunas universidades ofrecen sus cursos internacionales desde hace varias décadas y algunas, muy pocas, empresas privadas tienen una antigüedad superior a los veinte años.
Actualmente aparecen censadas en España más de doscientas cincuenta empresas cuya actividad, total o parcialmente está dedicada a la enseñanza del español para extranjeros. Todas las empresas del sector son PYMES, pequeñas y medianas empresas. más bien, sería adecuado hablar solamente de pequeñas empresas, ya que ninguna se acerca a la cifra de 250 trabajadores.
La facturación total del sector fue, en 2000, de 31 000 millones de pesetas. No disponemos de la secuencia exacta del período 1995-2000, pero sí se han hecho proyecciones y encuestas parciales que nos permiten suponer que la variación interanual del período ha sido positiva, con incrementos anuales medios cercanos al 15 %.
A este volumen de negocio habría que sumar el denominado gasto invisible (aquello que se gastan los alumnos durante su estancia, fuera de los cauces de las escuelas) que se estima en una media de 20 000 pesetas semana. Esto supondría 12 000 millones más de facturación inducida por el sector.
El número de alumnos que recibe España con la motivación de adquirir competencia en español es aproximadamente de 150 000. No disponemos de la relación estudiantes / semana, que sería un indicador mucho más exacto que la cifra bruta y que además se puede cruzar con la cifra de facturación. No obstante, en la medida que se pueden percibir las variaciones interanuales sí podemos decir que es un sector en crecimiento.
En el conjunto del sector conviven la oferta pública y la oferta privada. La oferta pública está constituida por los cursos ofrecidos por las universidades y otras instituciones públicas, mientras que la oferta privada es ofrecida por escuelas que se dedican a la enseñanza de lenguas.
Dentro de la oferta pública podemos distinguir:
- Aquella que se ha constituido como sociedad mercantil, dotando a sus cursos de español para extranjeros de una gestión más autónoma y flexible que, en algunos casos ha venido acompañada de la adopción de formas más profesionales de administración.
- Por otra parte están los tradicionales cursos de las universidades con un funcionamiento integrado dentro de los modos habituales de estas instituciones.
En la empresa privada se distinguen dos grandes grupos:
- Las empresas ligadas (en forma de franquicias, o mediante cualquier otro tipo de relación) con grupos internacionales de enseñanza de lenguas. Éstas se caracterizan por basar total o parcialmente sus estrategias de mercadotecnia en el exterior en la implantación internacional del grupo. Normalmente este tipo de empresas tiene un departamento de español dentro de una oferta más amplia de enseñanza de lenguas en general.
- Las empresas que ofertan solamente cursos de español. Son empresas más especializadas que deben hacer por si mismas o integrándose en organizaciones más amplias, nacionales o internacionales, un gran esfuerzo de promoción exterior.
El 40 % de los estudiantes acuden a cursos ofrecidos por universidades y el resto a cursos ofrecidos por escuelas privadas.
En general no se puede decir que ambas partes, oferta pública y oferta privada, mantengan un diálogo provechoso. Se comportan como grupos estancos, en los que no establecen canales de comunicación y como si la actividad de uno fuera ajena a la del otro. Esto en parte es debido a los diferentes canales de comercialización utilizados.
Segmentación de la demanda
Sin entrar de momento en la segmentación de la demanda por mercados, sí creo que será conveniente para una mejor comprensión de la estructura del sector en España hacer un pequeño repaso de los segmentos de la demanda y cuál es la adecuación de la oferta española a ellos:
- El primer tramo está constituido por estudiantes de enseñanzas medias, es decir, en edades comprendidas entre 13 y 17 años que reclaman cursos de perfeccionamiento si han estudiado español dentro de su plan curricular o bien estancias breves de introducción a la lengua y la cultura española como los muy populares en Francia minisejours.
- Un segundo tramo está constituido por estudiantes universitarios entre los que habría que distinguir:
- Los que tienen el español dentro del currículum
- Los que requieren su aprendizaje como complemento de su formación
- Perfeccionamiento y formación de profesores
- Los que desean aprender español sin ningún fin específico
- Los que desean aprender español por necesidades profesionales con las siguientes características:
- Que reclaman cursos intensivos o mini intensivos
- Enfoque hacia la pericia comunicativa
Canales de comercialización
Como media del sector privado podemos decir que los canales de comercialización utilizados son los siguientes:
- Agentes especializados en viajes educativos. Se trata de los alumnos que llegan a través de empresas extranjeras que organizan viajes educativos y suponen un porcentaje del 35 %.
- Acuerdos o peticiones a través de escuelas privadas extranjeras, universidades e institutos de enseñanzas medias y oficinas públicas de información de otros países. Esto supone un porcentaje del 25 %.
- Promoción directa. A través de la participación en ferias, exposiciones y workshops o de publicidad en revistas y periódicos en el extranjero. Este canal supone un porcentaje del 20 % del total aunque sus efectos inducidos son mucho mayores.
- A través de Internet. La utilización de este canal de comercialización es relativamente reciente y, a pesar de ello, ya supone un porcentaje notable del 16 % y es, sin duda, uno de los que ofrecen mayores posibilidades para el futuro.
- La información distribuida por los organismos españoles en el extranjero, que supone un porcentaje del 9 %: embajadas, consulados, oficinas de turismo, oficinas comerciales, guías oficiales.
La oferta pública recibe sus mayores contingentes de estudiantes a través de acuerdos o convenios con universidades e instituciones educativas. En términos porcentuales hasta el 70 % del total procede de esa vía. El resto está repartido entre inscripciones directas, agentes de viajes educativos y otros medios.
Fuerza laboral del sector y concentración geográfica
La fuerza laboral estable del sector está compuesta por unas 2500 personas que se reparten en porcentajes casi idénticos entre el sector público y el sector privado. Naturalmente, el sector es fuertemente estacional, por lo que esta cifra se puede llegar a triplicar durante los meses de verano.
En cuanto a la concentración geográfica de las empresas del sector, Andalucía y Madrid cuentan con el mayor número de centros con el 24,1 % y el 23,6 % respectivamente. Les sigue la comunidad de Castilla y León con un 16 %. Después Cataluña y la Comunidad Valenciana con cerca del 11 % cada una de ellas. Cantabria y el País Vasco reúnen el 5,2 %. El resto se reparte entre varias comunidades.
Por ciudades, Salamanca, Málaga y Madrid son las que cuentan con un mayor número de escuelas.
En cuanto al origen de los estudiantes Gráfico 2, los diferentes países europeos aportan casi el 70 % del total, destacando entre ellos Alemania con un 21 %, Francia con un 14 %, Inglaterra con un 7 % y los países nórdicos con un 6 %.
Estados Unidos (y Canadá) aporta un 17 % sobre el total, aunque este dato hay que interpretarlo con cierta cautela porque probablemente el porcentaje de alumnos de procedencia norteamericana sea mucho mayor en los centros de titularidad pública.
Japón aporta un 8 % del total y en el apartado «otros» hay que suponer que la aportación brasileña debe ser significativa.
La distribución de estudiantes por comunidades autónomas arroja algunas diferencias con respecto a la distribución de escuelas. Andalucía acoge al 33 % aproximadamente, Castilla y León (con el 16 % de los centros) acoge al 29 % de los alumnos, Madrid con el 23 % de los centros recibe el 15,5 % de los alumnos. La comunidad Valenciana recibe el 9 % del total, Cataluña el 6 % y Cantabria y el País Vasco el 3 %. Gráfico 3
Hasta aquí hemos visto los datos cuantitativos y los indicadores que mejor pueden proporcionar una idea de cual es la dimensión y las posibilidades del sector. A continuación, utilizando un esquema DAFO tradicional, voy a intentar hacer un breve análisis cualitativo que se puede utilizar también como guía de las medidas que es necesario tomar para un mejor desarrollo de la enseñanza del español para extranjeros:
Debilidades
- Ausencia de un estatuto específico o de una categoría administrativa propia de la enseñanza de español lengua extranjera. El sector se encuentra ubicado dentro de la categoría de enseñanzas no regladas, una especie de cajón de sastre (cajón desastre, mejor dicho) en el que convive con otras disciplinas como mecanografía o corte y confección. Esta consideración rige tanto para el sector público como para el sector privado, aunque las universidades, con su capacidad para emitir títulos propios y su prestigio pueden salvar mejor este escollo administrativo. Señalar esto como una debilidad no responde tan sólo a un anhelo de dignificar el sector, sino que está justificado porque es una auténtica barrera para el crecimiento en países distintos a Estados Unidos, Canadá y los países del tratado de Schengen.
Como consecuencia de esa categoría administrativa, el acceso a nuevos mercados por parte de las empresas del sector privado es francamente difícil. Las dificultades para la obtención de visados para estudiantes procedentes de esos países, se justifican por parte de las autoridades argumentando que se solicita el visado para seguir una enseñanza no reglada, lo que no da derecho a la consecución de un visado de estudiante. Esto cercena de raíz las posibilidades de crecimiento en países con economías emergentes, mientras que permite que otros países y otras lenguas tomen posiciones sólidas allí. Hay que señalar que es precisamente en estos países donde el español compite por convertirse en la segunda lengua extranjera después del inglés. Frente a esto, y tomando como símil el concepto de excepción cultural reclamamos que se aplique el concepto de excepción educativa, de una manera amplia y generosa, que permita la circulación sin trabas de un flujo de estudiantes que, potencialmente, puede ser muy numerosos. Merece la pena insistir, una vez más, que con una medida de este tipo no solo se favorecería el crecimiento de las empresas del sector: también, y a medio plazo las posibilidades de influencia, política, económica y social de nuestro país en el ámbito internacional
- Una segunda debilidad consiste en la pequeña dimensión de las empresas del sector, todas ellas ubicadas, como hemos dicho en la categoría de pequeña empresa. Este pequeño tamaño dificulta las tareas de promoción exterior, inevitables para el sector puesto que el 100 % de sus recursos provienen del extranjero.
- La ausencia de reconocimiento expreso de las normas de regulación de la calidad de que se ha dotado el sector. Como ocurre en cualquier mercado, cuando la administración no regula, el mercado se autorregula. Esto es lo que ha ocurrido con la aparición del CEELE (Certificado de Calidad en la Enseñanza del Español como Lengua Extranjera) aceptado como estándar de calidad por las empresas del sector y reconocido por instituciones de todo el mundo y por interlocutores comerciales. El CEELE se ha revelado como una herramienta fundamental para dar confianza a los mercados exteriores.
- La posición geográfica de España, excéntrica con respecto al resto de la comunidad hispanohablante puede situarnos en una posición marginal si la oferta del resto de los países hispanohablantes comienza a desarrollarse y a consolidarse. Esto no debe interpretarse solamente en términos de lucro cesante: es más lo que está en juego, nada menos que quedar apartado, como país, del proceso de toma de decisiones que condicionarán la evolución de esta área de actividad. Esta debilidad se puede convertir fácilmente en fortaleza, si el sector en España consigue mantener una posición de liderazgo que lo mantenga como referente en materia de innovación metodológica y de gestión. También se puede convertir en fortaleza si el sector es capaz de propiciar entornos de cooperación y no de competencia con otros países hispanohablantes.
Amenazas
- La principal amenaza que se vislumbra en el sector es la competencia a través de los precios con la pérdida de calidad que conlleva. Hay que tomar conciencia de que éste es un servicio educativo que hoy por hoy está dirigido a segmentos de población de alto poder adquisitivo. Ni siquiera en el mundo occidental desarrollado, el español tiene una demanda o es tan necesario como para que las familias realicen un esfuerzo económico en su adquisición que vaya más allá de sus excedentes. La competencia en torno a los precios repercute en la imagen general del sector, en la calidad del servicio y en la acumulación de capital necesaria para acometer nuevos mercados y nuevas inversiones.
- La falta de inversión en formación del profesorado. El desarrollo a medio plazo del sector va a exigir más profesorado, formado de una manera más específica y especializada. Las empresas deben contribuir a esa formación facilitando la formación continua de sus plantillas y exigiendo la creación de titulaciones específicas.
- La ausencia de profesionales formados en la gestión de empresas lingüísticas. Éste es, a mi juicio, un punto fundamental. La actual generación de empresas, sobre todo en el sector privado, es muy joven y en la mayoría de los casos están administradas y gestionadas por sus propietarios. A menudo se cita, como uno de los indicadores de la madurez de un sector, la existencia de mayor o menor número de profesionales ajenos al capital, con la formación necesaria para administrar esas empresas. Pues bien, nos encontramos ante un sector que carece, de forma absoluta, de profesionales de la gestión. Éste es un vacío generalizable a todo el conjunto de lo que podríamos denominar empresas lingüísticas y es una tarea urgente la creación de cursos de empresa lingüística que permitan la aparición de esos profesionales, que han de tener una competencia intercultural. Si esta tarea no se acomete pronto, se puede poner en peligro el relevo generacional que será necesario a medio plazo, cuando los actuales gestores, que son en muchos casos fundadores, deban ser sustituidos.
- La promoción del sector como servicio turístico. Ésta es una gran amenaza, como está demostrando el modelo de desarrollo de la enseñanza del inglés. Ni la demanda del español es tan fuerte, ni la madurez del sector es tan alta como para permitirnos que el alumno tenga la percepción de que se le están ofreciendo vacaciones, aunque sean vacaciones lingüísticas, en lugar de ofrecerle educación. La promoción del sector debe ir orientada a ubicarse, de una manera neta y definida, en el ámbito educativo que es la forma que le permitirá ir ofreciendo productos de mayor valor añadido y asegurar su crecimiento.
- La falta de coordinación de las administraciones en materia de regulación y promoción del sector que puede dar lugar a una proyección difusa y confusa de nuestra oferta. Y dentro de este ámbito la falta de criterios de colaboración con el sector por parte de la administración española en el exterior.
Fortalezas
- La enseñanza del español como lengua extranjera, por su propia naturaleza, se inscribe de lleno en lo que ha de ser el motor de la economía del siglo xxi, es decir, la transmisión de conocimientos.
- La actividad depende en una enorme proporción de la imagen-país proyectada y no sólo de la proyectada por España, sino por toda la comunidad hispanohablante. Esto, desde luego, puede interpretarse como fortaleza o como debilidad, pero, en fin, las proyecciones para el siglo xxi parece que permiten ser optimista y esperar que considerarlo como una fortaleza sea correcto.
- La posición de España como puente o como nexo entre Europa y el resto de la comunidad hispanohablante que puede colocarnos en una situación de privilegio con respecto al mercado europeo.
- Si España se consigue colocar como referente cultural o como proveedor de señas de identidad culturales con respecto a la comunidad hispanohablante de Estados Unidos, estaremos en una inmejorable situación para mejorar nuestras posiciones en aquel país.
Oportunidades
- La relación estrecha con el subsector de productos editoriales para la enseñanza del español puede propiciar la percepción del sector como un sector de vanguardia, innovador debido a la capacidad de los productos españoles en este campo. El ejemplo más claro de esta oportunidad se está desarrollando en Brasil.
- La coyuntura favorable a la internacionalización de las empresas españolas, abriendo filiales o sucursales en los países hispanohablantes que puede dar lugar a una toma de posiciones que permita afrontar el previsible incremento y mejora de la oferta en esos países.
- La creación de servicios educativos más complejos, con más valor añadido, que hagan posible la asociación de los cursos de español con otros servicios educativos como cursos de posgrado, cursos de especialización, etc. Esto se enmarca en un proceso que considero imprescindible e inevitable: la internacionalización de la oferta educativa española en su conjunto. Ningún país puede aspirar a ocupar un lugar central en la economía de la transmisión de conocimientos si no es percibido como un proveedor de servicios educativos internacionales de calidad. En definitiva, de lo que estoy hablando es de la necesidad de asociar la enseñanza del español para extranjeros con la educación en español. Esto convertiría al sector de la enseñanza del español para extranjeros en la puerta de entrada del mercado exterior hacia la oferta educativa en su conjunto.
- La articulación de economías de escala, que promuevan un mayor tamaño de las empresas del sector, con mayor capacidad en los mercados exteriores.
- La creación de oficinas de comercialización en el exterior que reduzcan la dependencia de los canales de comercialización tradicionales.
Espero haber conseguido trazar una primera aproximación al tejido empresarial de la enseñanza del español como lengua extranjera. Sin duda, estos datos deberán perfeccionarse y completarse en el futuro inmediato y sólo tengo la aspiración de que sirvan de punto de partida para un mejor conocimiento del mismo.
Por último, quisiera escribir que yo, como seguramente muchos de ustedes, provengo de un sistema educativo que ha fomentado la división entre ciencias y letras, asignando a las primeras una importancia económica y comercial que negaba a las segundas. Nos hallamos ante una oportunidad histórica de demostrar que eso no es cierto y de hacer visible que, en la nueva Sociedad del Conocimiento, la economía se está construyendo sobre cimientos lingüísticos.