Ana Santos Aramburo

Reflexiones en torno a la Biblioteca Nacional de EspañaAna Santos Aramburo

1. Introducción

Las bibliotecas nacionales desempeñan desde hace cientos de años un papel trascendental. Son las instituciones responsables de custodiar y transmitir la herencia intelectual de las naciones a través de la conservación y preservación de la producción cultural que generan. Estas instituciones conservan los contenidos culturales a través de la legislación sobre el depósito legal, vigente en cada uno de los países, por la que hay obligación de depositar en ellas ejemplares de todos los soportes en los que se genera la cultura, tanto los bibliográficos como los sonoros, audiovisuales o digitales.

El concepto de biblioteca nacional, lógicamente, ha variado a lo largo de la historia y actualmente no hay un modelo internacional, son muchos los tamaños y tipos de bibliotecas, así como sus funciones y servicios.1 Los diversos tipos de bibliotecas nacionales están condicionados por la historia de sus propios países y por el entorno en el que se desarrollan sus procesos internos y, en consecuencia, por la organización de los servicios que prestan a sus usuarios.

El desarrollo imparable, creciente e imprevisible de las tecnologías de la información desde la década de los años noventa condiciona de forma determinante el entorno de todas las bibliotecas, inmersas en un mundo en el que la información se multiplica de manera exponencial y los contenidos digitales se transmiten por la Red casi a la misma velocidad con la que desaparecen.2

A su vez, la digitalización de las colecciones custodiadas por las bibliotecas nacionales ha cambiado la forma de acceder y utilizar la información, que se ha convertido ya en patrimonio de todos. En este entorno, sumamente complejo, las bibliotecas nacionales deben plantearse cómo y por dónde seguir, cuál es el camino que emprender para que estas instituciones, esenciales para todos los países, continúen siendo los centros donde se conserva, organiza y transmite el conocimiento generado y sigan siendo garantes de la permanencia de la creación y de las ideas.

Esta intervención pretende incidir en los aspectos sobre los que es necesario reflexionar: qué cambios se han producido, y se prevé que se van a seguir produciendo en las bibliotecas nacionales, y cuáles van a ser las tendencias futuras que condicionan el entorno en el que desarrollan su misión. Con este fin, se utiliza como referencia y modelo de la reflexión la Biblioteca Nacional de España.

2. Condicionantes de la misión de las bibliotecas nacionales en el entorno actual

En las últimas décadas el concepto de biblioteca nacional ha experimentado una importante evolución.3 De unas funciones básicas que debían cumplir basadas en el mero hecho de ser centros conservadores y transmisores de la producción cultural de los distintos países, han pasado a ejercer un papel protagonista en el desarrollo de las políticas culturales, principalmente de aquellos más desarrollados. La obsolescencia y banalidad, en muchas ocasiones, de la cultura digital obliga a una mayor búsqueda y preservación de la identidad cultural de las sociedades y, por lo tanto, las bibliotecas nacionales se convierten en instituciones esenciales para el desarrollo económico y social, basado en el valor de la información, y se consideran centros estratégicos para la educación y la investigación.

En el momento actual, en la era digital, se han producido una serie de cambios trascendentes para la misión que las bibliotecas nacionales llevan cumpliendo desde hace cientos de años, estos cambios que se señalan afectan a su propia esencia y condicionan el cumplimiento de su misión:

  • Los cambios en la forma de creación y transmisión de los contenidos culturales. La cadena del libro y el mundo de la edición se han visto sorprendidos por las tecnologías de la información, pero también la forma de producir y distribuir otros contenidos que ingresan en las bibliotecas nacionales por depósito legal, como de música o audiovisuales. Esto afecta de manera determinante a la formación de las colecciones y, por lo tanto, a la organización de los procesos internos y a los servicios que se prestan a los usuarios.4
  • La producción de un alto porcentaje de información en formato exclusivamente digital y solo accesible desde la Red, porcentaje que además está experimentando un crecimiento muy elevado.5 A esta cantidad ingente de información se añade el escaso valor de mucha de ella y, por lo tanto, la enorme dificultad de discernir entre lo que debe o no debe ser conservado.
  • La proliferación y facilidad de intervención en los contenidos y la difusión de la cultura y el conocimiento a través de la Red están produciendo un importante movimiento que pone en cuestión el modelo tradicional de derechos de autor en la era digital. En este contexto las bibliotecas nacionales, receptoras de toda la información que se genera en los países, deben tomar una postura y colaborar en la reflexión que conduzca al camino adecuado para el mejor reaprovechamiento de la información que generan.6
  • La digitalización de las colecciones propias de las bibliotecas nacionales ha sido un proceso iniciado hace años y que ha dado lugar a importantes bibliotecas digitales y a una facilidad de acceso y uso de sus colecciones hasta ahora impensable. A esto hay que añadir que procesos internos, que tradicionalmente se venían desarrollando en las bibliotecas, se ven altamente afectados. De la labor tradicional de catalogación de fondos en soporte tangible se ha pasado a un complejo tratamiento de la información que debe estar abierta y ser compartida.
  • La producción de importantes cambios en el comportamiento de los usuarios derivados de la digitalización de las colecciones. Estos demandan nuevos servicios y una nueva manera de acceder a ellos a través del uso continuado y creciente de los dispositivos móviles. Son usuarios ávidos consumidores de información en un mundo globalizado.7
  • Un cambio importante generado en el modelo de gestión que siguen las bibliotecas nacionales. La adaptación de los procesos y servicios a las tecnologías de la información exige fuertes inversiones y los presupuestos públicos en muchas ocasiones no aumentan, sino que, por el contrario, disminuyen a la vez que aumenta la demanda de resultados. Ello obliga a gestionar con gran eficiencia, buscando objetivos claros y planificando cuidadosamente las acciones que emprender.

3. La respuesta de las bibliotecas nacionales

Las bibliotecas nacionales en este nuevo entorno han realizado ya un importante esfuerzo de adaptación en el que deben seguir avanzando. En ocasiones son instituciones centenarias en las que el peso de la tradición puede suponer un lastre, pero resulta evidente que el cambio es inevitable, si se quiere asegurar su propia supervivencia y el cumplimiento de su misión en el entorno actual. En este sentido se han desarrollado los planes estratégicos de las principales bibliotecas nacionales del mundo, cuyos objetivos se basan en una continua y necesaria adaptación a un mundo lleno de incertidumbre y en cambio permanente.8

En estos documentos, que pueden considerarse auténticas declaraciones de intenciones, se pueden detectar una serie de factores constantes independientemente de los distintos países a los que pertenecen las bibliotecas:

El cambio en el concepto de la profesión bibliotecaria, cuyas habilidades anteriores han roto el molde para generar nuevos perfiles profesionales adaptados a la situación cambiante. Junto a bibliotecarios más tradicionales con un alto nivel de conocimiento sobre las colecciones, se ha formado una nueva generación con habilidades informáticas y de producción de contenidos, que añade un valor imprescindible en la compleja tarea de acceder y recuperar la información que se precisa. La Biblioteca Nacional de España creó en el año 2009 una nueva Dirección de Biblioteca Digital y Sistemas de Información que gestiona, junto a los servicios informáticos, todos los proyectos de innovación tecnológica a través del Área de Biblioteca Digital y los Servicios de Web e Intranet.

La creación y puesta en marcha de bibliotecas digitales en las bibliotecas nacionales está produciendo una nueva forma de gestión de flujos de trabajo y procedimientos internos, al igual que una nueva forma de acceso a las colecciones y al uso de los servicios que tradicionalmente se venían prestando. A finales de los años noventa la Biblioteca Nacional de España comenzó su proceso de digitalización de colecciones, pero el impulso definitivo no fue posible sino hasta el año 2008, en el que la firma de un importante acuerdo con Telefónica permitió el inicio de un proceso de digitalización masiva de sus fondos, que le ha permitido pasar de los 13.224 títulos digitalizados en los años noventa a los 117.481 en la actualidad, con casi 18 millones de páginas digitalizadas y unos 2 millones y medio de documentos digitales descargados en el último año.9

—Frente a la saturación de información carente de calidad es preciso seleccionar, clasificar y proporcionar los medios de recuperación adecuados a través de proyectos de innovación tecnológica basados en la web semántica y en los datos enlazados, lo que favorece la necesaria reutilización de la información para desarrollos en sectores clave, como pueden ser la educación, el ocio o el turismo.

La Biblioteca Nacional de España ha participado en dos proyectos. Datos.bne.es es un proyecto desarrollo junto a Ontology Engineering Group (OEG) destinado al enriquecimiento de la web semántica con datos bibliográficos provenientes de su catálogo. Esta iniciativa se ha puesto en marcha con la publicación, conforme a los principios de Linked Data, de información procedente de los catálogos bibliográficos y de autoridad, haciéndolos disponibles como bases de conocimiento RDF (Resource Description Framework). Otro proyecto en marcha es BNEscolar, en el que se han unido tecnología semántica y el mundo educativo, y es un primer paso que debe abrir el nuevo camino de la imprescindible reutilización de la información con fines docentes y de investigación.10 También se han desarrollo aplicaciones con los contenidos digitales a través de libros interactivos como las realizadas con el Quijote11 y los Códices Madrid.12

—La generación de contenidos nacidos digitales, cuyo crecimiento es muy rápido y que sólo se conservan en la Red, ha obligado a las bibliotecas nacionales a adaptar su legislación sobre depósito legal para garantizar la preservación y transmisión de estos contenidos a través de nuevas normas reguladoras que aseguren la conservación y transmisión de los contenidos de Internet.

En los próximos meses se aprobará en España el Real Decreto que va a regular el depósito legal electrónico, lo que va a convertir a la BNE en la institución que preservará los contenidos digitales de dominio español, al igual que ya lo han hecho otras bibliotecas nacionales como la Biblioteca Nacional de Francia13 o la British Library.14

—En un mundo globalizado e hiperconectado con una sobreabundancia de información en el que se desconocen las necesidades de los usuarios finales, resulta fundamental el desarrollo de nuevos proyectos de cooperación que faciliten la búsqueda y recuperación de la información necesaria. Por ello, ya no tiene sentido pensar solo en poner a disposición de los usuarios las colecciones de las bibliotecas a través de las bibliotecas digitales, sino buscar la forma de aportar calidad y utilidad. Un ejemplo de proyecto de cooperación es la puesta en marcha de la Biblioteca Digital de Patrimonio Iberoamericano.15

Este interesante proyecto se desarrolló bajo los auspicios de ABINIA (Asamblea de la Asociación de Bibliotecas Nacionales de Iberoamérica) y su objetivo es integrar los recursos digitales de las distintas bibliotecas, ofreciendo un acceso único a colecciones depositadas en distintos países que han compartido una historia común. En el momento actual participan las Bibliotecas Nacionales de Brasil, Chile, Colombia, Panamá, Portugal, El Salvador, Uruguay y España, y reúne más de 182.000 recursos de diversos materiales y temáticas. Este proyecto puede servir de modelo de cooperación y ejemplo en el entorno digital —en el que se están desarrollando las bibliotecas nacionales, en el que las colecciones trascienden los lugares donde se conservan y su integración, en una única biblioteca digital— y aporta un importante valor para el conocimiento de la historia de aquellos países que comparten un pasado común.

—En el nuevo contexto las bibliotecas nacionales deben hacer un importante esfuerzo de adaptación hacia un nuevo modelo de gestión más eficiente en cuanto a objetivos y asignación de recursos. Estas instituciones no pueden seguir bajo modelos carentes de flexibilidad y con normas y estructuras obsoletas.

En este sentido se está trabajando para que la Biblioteca Nacional de España disponga en un futuro inmediato de una ley propia que permita gestionar la institución con mayor flexibilidad y adaptar así la estructura organizativa a las exigencias del actual entorno.

—Las bibliotecas nacionales ya han dejado de ser instituciones de difícil acceso y cuyo uso de colecciones estaba reservado solo para la investigación. La apertura a la sociedad y la necesidad de aprovechar sus recursos como medio de enriquecimiento cultural para todos ha obligado a la planificación de una amplia programación de actividades, dirigidas a todo tipo de público, incluso a los más jóvenes, y al diseño de programas pedagógicos como medio de apoyo para la actividad docente.

La Biblioteca Nacional de España desarrolla una programación cultural en la que, a través de sus exposiciones, conferencias, encuentros y actividades pretende dar a conocer el valor de sus colecciones. El Museo de la BNE desarrolla un programa pedagógico dirigido a centros de enseñanza basado en actividades para acercar a niños y jóvenes al mundo del libro.

El crecimiento del número de asistentes a las actividades culturales, así como la importante labor pedagógica y de difusión cultural que se realiza, obligan a plantearse la necesidad de desarrollar una programación cultural atractiva, variada y de alto nivel de calidad.16

4. Hacia el futuro

Las bibliotecas nacionales, al igual que el resto de las bibliotecas, se encuentran condicionadas por el desarrollo imparable de las tecnologías de la información, cuyo desarrollo es constante e imprevisible, y en el que la única certeza es que el futuro va a ser distinto del momento actual. Por lo tanto, el proceso de adaptación a este entorno debe ser continuo. En este nuevo entorno donde colecciones trascienden el espacio físico en el que se conservan y transitan por la Red en un mundo globalizado, es necesario que las bibliotecas nacionales busquen nuevos aliados, también depositarios de patrimonio cultural, y que juntos inicien el camino desde el convencimiento del valor estratégico de la información como sector clave para el desarrollo económico, cultural y científico de los distintos países. Las bibliotecas nacionales son conscientes de la creciente necesidad de fomentar la reutilización de la información digital que se ha generado en los últimos años y para lo que se han invertido enormes cantidades económicas. La reutilización pasa por la reflexión sobre el concepto de propiedad intelectual en la era digital y sobre el valor generador de conocimiento de las colecciones que se conservan en las bibliotecas nacionales, conocimiento que puede y debe actuar como motor de progreso y mejora de las sociedades, en un mundo en el que la libertad de acceso a la información, a la educación y la cultura debe convertir a las personas en ciudadanos más libres y a los pueblos en sociedades más democráticas.

Las bibliotecas nacionales en la era digital tienen una gran oportunidad para ejercer un papel de liderazgo en el desarrollo de las políticas culturales. Sus funciones han trascendido los límites que tenían hasta este momento al dejar de ser meros centros depositarios de la creación cultural y convertirse en centros activos que desarrollan proyectos de innovación y que deben ser considerados como instituciones culturales esenciales para sus países.

Bibliografía

  • Fuentes Romero, J. J. (2003), «El concepto de biblioteca nacional a partir de los tres informes de la UNESCO sobre las bibliotecas nacionales: Silvestre (1987), Line (1989) y Cornish (1991)», Anales de Documentación, 6, pp. 71-88.
  • Stephens, A. (2007), «National Libraries: Mission and Ministerial Sponsorship», Alexandria, 19 (1), pp. 65-76.

Notas