Gustavo García Fong

Las editoriales universitarias hoy, desafíos y oportunidades: el caso de la Red de Editoriales de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL)Gustavo García Fong

1. Introducción: actualidad de la actividad editorial universitaria

La actividad editorial universitaria en la actualidad1 va ligada a las tres funciones que desempeña (o se espera que desempeñe) la universidad en la cultura contemporánea, de lo cual la tradición educativa jesuítica landivariana resulta ser un buen ejemplo:

  • docencia;
  • investigación;
  • proyección social (algunas veces también concebida como «responsabilidad social» o «proyección cultural»).

Es decir, que a las universidades les corresponde contribuir al avance, a la preservación y a la difusión del conocimiento en la sociedad.

Para cumplir con dicho cometido, existe en muchas universidades lo que podría denominarse el «circuito académico»: académico-docente-investigador-editor-bibliotecario.

Lo anterior puede traducirse en la siguiente fórmula: A + B = C, de donde la letra «A» le corresponde a la comunidad académica (profesores-investigadores); la letra «B» le toca a la editorial y la letra «C» a la biblioteca universitaria. La actividad editorial y la biblioteca, que en el presente cuentan, adicionalmente, con todas las posibilidades del entorno digital, tienen el objetivo en común de facilitar el acceso de los nuevos conocimientos y al pensamiento significativo hacia toda la comunidad académica, como hacia un público más amplio, es decir, la vida intelectual que se produce en la universidad.

En virtud de lo anterior, «publicar», como la natural culminación de toda investigación, deviene en una parte fundamental, necesaria y legítima de la actividad universitaria.

En resumen, toda investigación que se realice en cuanto al trabajo de las editoriales universitarias, habrá de considerar el concepto mismo de universidad: la función formativa, informativa y cultural de una universidad en una determinada sociedad; la forma como esté concebida y organizada la docencia y la investigación en su seno; y, con la autonomía correspondiente, la vinculación directa de dichas actividades con la actividad editorial; el desarrollo de la actividad editorial con calidad, y la inserción social de la vida académica.

La edición universitaria resulta ser un reflejo donde puede apreciarse toda o casi toda la problemática social, cultural, económica, científica y hasta política del ambiente universitario, lo que a la vez permite el diseño de «hojas de ruta» para poder solucionar o encaminar de la mejor manera este trabajo al interior de nuestras universidades. Es necesario entonces procurar vencer los obstáculos existentes en la propia universidad junto a los relacionados con la problemática concreta de la industria y comercialización de los libros.

2. Breve reseña histórica

En la etapa medieval, las nacientes universidades crearon un floreciente mercado del libro manuscrito en el que, dado el incremento de la demanda académica, llegó a superarse la capacidad de los denominados «copistas», a quienes me referiré más adelante.

De lo anterior surgen las condiciones propicias para la revolución tecnológica que significó la creación de la prensa de tipos móviles, de la que también hablaré luego.

La actividad editorial universitaria propiamente dicha surge en Inglaterra, unos años después de la invención de la imprenta por parte de Johannes Gutenberg. Es así como en 1478 se imprimió el primer libro en la Universidad de Oxford: una exégesis teológica atribuida a san Jerónimo, probablemente una exposición del credo de los apóstoles. Después, en 1521 se publicó en la Universidad de Cambridge El arte de escribir cartas, de Erasmo.

Posteriormente, ambas universidades obtuvieron la licencia real para imprimir y vender libros, conformando una especie de «consejo editorial», entre el rector y tres profesores y una estructura mínima de trabajo: tres residentes universitarios, uno dedicado a la compra del papel, otro a la impresión y, el otro, para la venta de los libros. Lo anterior era sostenido por una partida del presupuesto general de la universidad.

Así las cosas, este fue el origen de las primeras editoriales universitarias, que realizaron su labor sin interrupción entre 1584 y 1586, salvando diversos obstáculos, entre ellos: la oposición de los gobernantes, que siempre temieron a la sedición; los religiosos, siempre buscando cualquier forma de herejía y los comerciantes que, desde entonces, llevaban muy mal el asunto de la competencia.

De esta primera experiencia pueden destacarse tres conclusiones importantes: el irrestricto apoyo a las labores editoriales por parte de la máxima autoridad universitaria (debidamente reglamentado y con participación directa), la ayuda financiera para un programa editorial relevante (en parte proveniente de los propios logros editoriales) y una dirección y organización profesional.

A mediados del siglo xix, se inicia en Estados Unidos la creación de universidades inspiradas en los modelos alemán y británico: centros para el descubrimiento y generación de conocimiento mediante la investigación académica y los estudios superiores, lo cual se difundirá con la creación e impulso de las prensas editoriales. Así surge en 1878 la que hoy es la editorial universitaria más antigua con operaciones ininterrumpidas en el continente americano, la famosa Johns Hopkins University Press, cuya actividad editorial se inició publicando dos revistas académicas especializadas (American Journal of Mathematics y American Chemical Journal), así como una colección de monografías preparadas por las facultades y demás departamentos universitarios. Esto marcaría la pauta seguida por las editoriales universitarias organizadas a partir de entonces en los EE. UU. y otros países, sobre todo, con posterioridad a la posguerra. 

Entonces, en el caso de las editoriales universitarias norteamericanas, la sucesión y creación de las mismas vendría más o menos así, en unas cinco fases de desarrollo:2

  1. Desde la fundación hasta el final de la década de 1920, tras la creación de la editorial de la Universidad Johns Hopkins, surgieron las editoriales de las universidades de Chicago (1891), California y Columbia (1893). En 1896, Oxford University Press abrió su sede en Nueva York y en 1901 inició labores la editorial de la Universidad de Toronto, en Canadá. Antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, se sumaron otras editoriales universitarias, entre ellas, Princeton, Yale, Harvard y Stanford. Algunos rasgos de estos inicios caracterizan en el presente a determinadas editoriales universitarias de América Latina: producción «artesanal» de libros desiguales, con tirajes arbitrarios, es decir, sin una política editorial global y planificada.
  2. De 1930 a 1945 el número de editoriales supera las cuarenta y se inicia la profesionalización de sus actividades. En 1937 se integra una federación nacional, la Association of American University Presses (AAUP).
  3. Del final de la Segunda Guerra Mundial a la década de los setenta las editoriales universitarias se convierten en el sector de más rápido desarrollo dentro de la industria editorial del libro en EE. UU. Se advierte una gran profesionalización en la selección, producción y comercialización.
  4. El periodo de 1980 a 2000 representa el auge y una crisis de «madurez» propios de la consolidación de la experiencia editorial. Se cuenta con un número de editoriales universitarias cercano a 125, con una producción global de unos 10.000 títulos por año (uno de cada 10 títulos nuevos, publicados anualmente en Estados Unidos) y ventas netas anuales de 254 millones de dólares (equivalente al 2 % del comercio total del libro en dicho país). A partir de 1950 se experimenta el auge editorial, motivado por la «explosión» del conocimiento científico, una oportunidad única y, a la vez, una paradoja: se publican más títulos que nunca en la historia de la humanidad; se da una notable expansión de las profesiones científicas y técnicas, aumenta la matrícula universitaria y los estudios de posgrado. Al crecer la masa de información geométricamente, se abarca, además del libro y la revista especializada, otros formatos y medios de comunicación. La virtual explosión de contenidos por registrar y difundir es de tal magnitud que algunos estudiosos consideran que el sistema de lo «impreso en papel» comienza a dar señales de ser un modelo global «exhausto».
  5. En la era digital (el presente), las innovaciones tecnológicas transforman radicalmente el ambiente en el cual se desempeñan los actuales profesores e investigadores académicos. Para el caso de las áreas técnico-científicas, los datos que se utilizan en la investigación de dicha área se encuentran ya en artículos de revistas especializadas «en línea», en tanto que para las ciencias sociales y las humanidades predomina aún el libro impreso.

En el caso de Iberoamérica cabe recordar que las editoriales en el contexto universitario van a surgir también con posterioridad a la fundación de las universidades en el continente. Por asuntos de herencia cultural, los referentes más inmediatos están en el modelo universitario proveniente de la Universidad de Bolonia, también conocida como la «Madre de la universidad», que funciona desde 1089 y que recibe el título de universidad en 1317. Luego, la famosa Universidad de Salamanca ostentó el título de universidad por el edicto de Alfonso X de 1253. Entre las universidades más antiguas del continente tenemos la Real y Pontificia Universidad de San Marcos, en Lima, autorizada por Real Cédula del 12 de mayo de 1551, actual Universidad Nacional Mayor de San Marcos; en el mismo año se funda la Real y Pontificia Universidad de México, actual UNAM; le siguió en 1613 la actual Universidad Nacional de Córdoba en Argentina; luego, en 1624, la Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Javier de Chuquisaca en Bolivia y, en 1676, la Real y Pontificia Universidad de San Carlos de Guatemala. Para el caso de Guatemala, no hay que olvidar la considerable producción bibliográfica que se tuvo desde la propia Universidad de San Carlos, teniendo en cuenta que, antes de la fundación de la universidad, ya había llegado la imprenta a Guatemala.

3. Necesidad e importancia de la actividad editorial universitaria

Las editoriales universitarias, en general, enfrentan una dualidad contradictoria e inevitable: provienen del mundo académico para cumplir con importantes requerimientos de divulgación y deben actuar en la realidad industrial y comercial del libro. De la habilidad que adquieran para avanzar en estos dos caminos, tan contrapuestos entre sí, en la práctica, dependerá el alcance de sus objetivos fundamentales.

Su actividad editorial responde a las siguientes necesidades universitarias:

  • Los resultados de la vida académica, que son del interés de los investigadores: monografías, informes de investigación, memorias de coloquios científicos, tesis de posgrado.
  • Artículos y reseñas para publicaciones periódicas (especializadas y de difusión general), tal es el caso de las revistas académicas arbitradas.
  • Trabajos científicos de alto nivel, muy especializados, para públicos reducidos e identificables.
  • Textos de estudio y consulta para la educación superior (manuales de texto de apoyo a la docencia), de amplia difusión.

Se pueden también identificar tres tipos de empresas que publican libros académicos:

  • Las editoriales universitarias (fundamentalmente).
  • Las editoriales privadas o comerciales, por lo general, provenientes de grandes consorcios multinacionales, por ejemplo, McGraw-Hill o Wiley en Estados Unidos, Pearson en el Reino Unido y Thomson en Canadá, así como los holandeses, alemanes y franceses especializados en las publicaciones científicas, técnicas y de medicina Medicina STM Editores; Anaya, Alianza Editorial, Crítica-Ariel-Paidós (del Grupo Planeta) y Santillana, entre otras, en el mundo editorial de habla hispana y empresas públicas como el Fondo de Cultura Económica (FCE) de México.
  • Las editoriales académicas independientes, como un fenómeno propio de la cultura angloamericana, como empresas medianas especializadas en seleccionar, editar y vender en áreas donde la comunidad académica precisa de apoyo editorial rápido, flexible y eficiente, atienden un mercado muy especializado, con variedad de métodos para producir materiales en tirajes cortos.

Las editoriales universitarias no pueden confundirse con empresas privadas (editoriales comerciales propiamente dichas), donde prevalece como finalidad primaria el criterio de rentabilidad comercial o el ánimo de lucro y, por tanto, una concepción completa que orienta desde «cuáles» títulos se seleccionan y «cómo» se producen, hasta «a quién» y «de qué modo» se ofrecen.

En resumen, los centros de enseñanza superior publican por su propia cuenta, para cumplir con una de sus funciones sustantivas y satisfacer una necesidad académica real: subsanar un vacío cultural propiciado por la industria editorial tradicional (o comercial) y para destacar un elemento valioso e importante de su actividad intelectual. También por tradición, rutina o puro automatismo (inercia); en búsqueda de prestigio e imagen pública; para justificar un gasto asignado; para la promoción curricular y jerárquica de su personal académico, entre otras razones. En cualquier caso, los libros y otros materiales producidos por una editorial universitaria resultan ser «la mejor carta de presentación» de la institución académica en cuestión, motivo de suyo importante para no descuidar esta función, que resulta no solo de gran beneficio para el claustro académico, sino también hacia afuera, para el resto de la sociedad.

4. La globalización, presente en el trabajo editorial de las universidades: la Red de Editoriales de la AUSJAL        

La Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina,3 también conocida por sus siglas AUSJAL, es una red fundada el 10 de noviembre de 1985 con la misión de apoyar a las universidades que se integran a la asociación, en el desarrollo de una alta calidad científica, con elevado sentido de aplicación en los estudios para mejorar la calidad de vida de las sociedades en América Latina, mediante el impulso de la productividad social, el respeto y la protección del medio ambiente, el rescate de lo público y el fomento de la democracia, con el fin de desarrollar oportunidades de vida para todos, especialmente para las mayorías que han carecido del acceso a estas oportunidades.

La Red de la AUSJAL4 está conformada por treinta universidades, en catorce países de la región (México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, República Dominicana, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile y Argentina). Cuenta con cerca de 250.000 estudiantes y 25.000 colaboradores, entre profesores, investigadores, directivos y personal de la administración universitaria. Existen catorce Redes de Homólogos en temas sociales y académicos, claves para el continente, nueve programas de pre y posgrado latinoamericanos y nueve proyectos en red interuniversitarios.

Para lograr una efectiva comunicación en la asociación, se ha creado una Red de Enlaces, que cuenta a la fecha con un total de treinta enlaces, designados por los rectores de cada universidad para mantener una sinergia entre las universidades con la presidencia, la Secretaría Ejecutiva, las Redes de Homólogos y el resto de las universidades. Para el caso de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala, el enlace para la AUSJAL recae en la figura del director del Departamento de Cooperación Académica.

La AUSJAL constituye una red de redes o comunidades de aprendizaje integradas por académicos, profesionales y/o autoridades que trabajan en el desarrollo de iniciativas y proyectos disciplinares en red, de conformidad con las líneas estratégicas de la asociación. Para la consolidación de dichas comunidades, se cuenta con las Redes de Homólogos, que han sido integradas para alcanzar una mejor coordinación en los temas específicos que interesan a la asociación.

Entre las líneas de acción que desarrolla la Red de la AUSJAL, figuran proyectos y programas interuniversitarios en las siguientes áreas: estado social y democrático de derecho; derechos humanos; comprensión y superación de la pobreza; responsabilidad social académica; medio ambiente y desarrollo sustentable; sistemas educativos en América Latina; emprendedores y pequeñas y medianas empresas; migración, liderazgo y ciudadanía; cultura juvenil universitaria; educación en valores y ética; intercambio estudiantil; fortalecimiento de la identidad y misión universitaria; tecnologías de la información y comunicación; formación de directivos; creación de redes y comunidades de aprendizaje; cooperación académica internacional; financiamiento de la educación superior.

Es de destacar que, para consolidar aún más la institucionalidad de la AUSJAL, se han venido desarrollando una serie de proyectos con el fin de potenciar la cultura de la AUSJAL en las universidades. De esa cuenta, cada universidad ha implementado el Proyecto de Fortalecimiento de la Cultura AUSJAL con el objeto de consolidar y explicitar la identidad de la AUSJAL, procurando divulgar qué es, quiénes la conforman y comunicar logros y avances, tanto en las instituciones en lo particular, como en la propia Red.

Es entonces en el marco ya descrito donde surge la Red de Editoriales de la AUSJAL. Como antecedente importante y, a iniciativa de la Asociación, se conformó en 2008 un grupo piloto con la participación de las universidades Católica Andrés Bello de Venezuela, Javeriana de Bogotá, Pontificia Universidad Católica de Ecuador e Iberoamericana de Ciudad de México, como una forma de impulsar una red de editoriales universitarias en el contexto de la AUSJAL.

Posteriormente, a finales de 2008, el P. Luis Ugalde, S. J. presidente de la AUSJAL, remitió una comunicación a los rectores de las universidades proponiendo un convenio de colaboración editorial, para ser analizado y suscrito en la Asamblea General de Rectores de la AUSJAL el mismo año.

A la vez, también se proponía la reunión del grupo de publicaciones que se convocó para julio de 2009 en Lima. El convenio ha sido suscrito por veintiún universidades: Alberto Hurtado, Chile; Católica Andrés Bello, Católica de Táchira e Instituto Universitario Jesús Obrero, Venezuela; Católica de Córdoba, Argentina; Católica de Pernambuco, Católica de Río de Janeiro y Do Vale do Río Dos Sinos, Brasil; Católica de Uruguay; Javeriana de Bogotá y Javeriana de Cali, Colombia; Antonio Ruiz de Montoya y Del Pacífico, Perú; Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Iberoamericana Ciudad de México, Iberoamericana, Puebla, e Iberoamericana, Torreón, México; Instituto Pedro Francisco Bonó, República Dominicana; Centroamericana de Managua (UCA), Nicaragua; Centroamericana «José Simeón Cañas» (UCA), El Salvador; y Rafael Landívar, Guatemala.

Por la Universidad Rafael Landívar de Guatemala, inició el trabajo el P. Eduardo Valdés Barría, S. J., actual vicerrector de Integración Universitaria en dicha universidad, que luego de la reunión de Lima, estuvo colaborando de forma interina la Lcda. D.ª Ana Echeverría, en tanto la universidad decidía cómo organizar su trabajo editorial.

En la reunión de Lima se eligió como coordinadora de la Red de Editoriales de la AUSJAL a la maestra Aracely Téllez Trejo de la Universidad Iberoamericana de México, Plantel Santa Fe (Capital Federal), quien desde entonces ha asumido de manera muy activa y eficiente la coordinación de la red, dando seguimiento a las tareas asignadas y a la agenda de la misma.

El trabajo de la red cuenta con el apoyo de la Secretaría Técnica de la AUSJAL, representada por el maestro Jesús Azcargorta con sede en Venezuela y de la Secretaría Ejecutiva de la AUSJAL, a cargo de la Profa. Dra. Susana Ditrolio, también con sede en Venezuela.

La misión de la Red de Editoriales Universitarias es concebida así:

Nuestras editoriales responden a los retos que plantea la propia realidad y son una muestra más de cómo vamos teniendo una experiencia de servicio que se vuelve historia de solidaridad con nuestra comunidad y las personas que se acercan a nuestra institución. Por eso, queremos apoyarnos para que nuestro aporte no sólo sea nacional sino también regional e internacional. De ahí nuestra búsqueda de seguir ampliando nuestra colaboración que pasa por medios escritos u orales, ya sean físicos o virtuales. El trasvase de nuestras ediciones pasa por la publicación, distribución y promoción de nuestros textos. Conlleva intercambio que implica promoción, distribución y comercialización de los materiales como también beneficiarnos mutuamente de los procesos editoriales y los avances tecnológicos.5

En el vínculo citado, también puede accederse al directorio de homólogos participantes, en representación de cada universidad.

Como población meta, las publicaciones de la Red de Editoriales de la AUSJAL, se dirigen al sector académico (estudiantes, profesores, investigadores) en las diversas temáticas en cada país, en el ámbito regional e internacional.

Entre los objetivos de la Red, destacan:

  • La creación de mecanismos y condiciones propicias para la edición, publicación, distribución y promoción del libro de las instituciones educativas que conforman la Red.
  • El intercambio de publicaciones para su promoción, distribución y comercialización de acuerdo a las posibilidades de cada universidad.
  • La socialización de la información relacionada con los procesos editoriales y los avances tecnológicos en este campo.
  • La promoción de proyectos editoriales de reedición o coedición de obras, de acuerdo a la disponibilidad e intereses de cada institución.
  • La difusión a nivel internacional del material publicado.
  • La participación en ferias del libro e intercambio de experiencias para la promoción y venta.

La Red de Editoriales de la AUSJAL trabaja realizando reuniones virtuales periódicas, una vez al mes, coordinadas desde la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México y con la participación de las Secretarías Técnica y Ejecutiva de la AUSJAL, ya mencionadas. Entre los programas, proyectos e iniciativas en ejecución, pueden destacarse:     

  1. Participación en ferias y actividades académicas que permitan mostrar el fondo editorial de las universidades que integran la red. Integración de un calendario de ferias y actividades académicas que faciliten la participación programada de la red.
  2. Elaboración de la base de datos de las publicaciones periódicas (trabajo parcialmente realizado) que se compartirá, tanto con la red editorial, como con todas aquellas universidades confiadas a la Compañía de Jesús.
  3. Presentar propuestas, entre pares o más, que contemplen temas de actualidad y no locales, sobre las líneas prioritarias de atención desde la misión de las universidades jesuitas.
  4. Se han realizado tres presentaciones de experiencias para contribuir con la formación de los participantes en la red, se tiene contemplado que este programa se mantenga a lo largo de las audioconferencias. En la actualidad el programa de capacitación aborda los siguientes temas: dictamen de contenidos y mercado; plan de negocios para cada libro por editar; diseño editorial de portadas y desarrollo de colecciones y venta de derechos de autor en el ámbito editorial.
  5. Se ha elaborado parcialmente un catálogo de publicaciones con tema jesuítico, que se sigue construyendo y actualizando con el fin de en un futuro cercano poner a disposición de las universidades confiadas a la Compañía de Jesús.6

5. Sobre la Editorial Cara Parens de la Universidad Rafael Landívar

En octubre de 2010, por iniciativa del rector de la Universidad Rafael Landívar, P. Rolando Alvarado López, S. J y su equipo de trabajo, es creada la Editorial Cara Parens y Gustavo García Fong es designado director de la misma. El objetivo de esta unidad académica fue sistematizar la producción editorial universitaria (de suyo muy copiosa dentro de la universidad), definir políticas y criterios editoriales y consolidar la presencia landivariana en el ámbito de la edición, tanto en lo local como en el ámbito internacional.

La editorial tiene como misión «el trabajo editorial universitario a través de la gestión, producción, edición, publicación y difusión del material bibliográfico proveniente de las diferentes disciplinas universitarias, para apoyar a la docencia, investigación y proyección social en beneficio de estudiantes, profesores e investigadores landivarianos, así como de otras universidades, centros de investigación del país y el resto de la sociedad».7

La editorial cuenta con una visión y objetivos estratégicos claramente definidos:

  • Gestión: intervenir en la generación de programas y proyectos editoriales dirigidos al público universitario de Guatemala en un contexto internacional, desde los más altos estándares de calidad para obtener la satisfacción del usuario interno y externo.
  • Producción: dirigir, coordinar y monitorizar el proceso de transformación de un proyecto editorial en sus diversos formatos, es decir, impreso o electrónico, en una publicación que responda a las necesidades de los usuarios, incorporando las nuevas tecnologías.
  • Edición: establecer un programa editorial dirigido a la sistematización de los procesos editoriales y al desarrollo de los productos, incluyendo la conformación de políticas, criterios y líneas editoriales apropiadas al ámbito académico universitario.
  • Publicación: producir los materiales académicos propiamente dichos a través de un riguroso proceso a cargo de profesionales competentes y con la infraestructura institucional apropiada, para ofrecer de una manera amigable, mediada y actualizable lo que el usuario busca.
  • Difusión: compartir con la comunidad universitaria y la sociedad en general los materiales producidos, con el objeto de consolidar la producción bibliográfica de la Universidad Rafael Landívar y coordinar su proyección internacional.
  • Visión: ser un referente editorial universitario en Guatemala, consolidada y reconocida por la calidad de sus publicaciones, sus actividades de difusión cultural y demás servicios, comprometida con el sistema de educación superior, de investigación científica y de proyección social, fundamentada en la excelencia académica y en los valores éticos y que responda a las necesidades de los lectores.

 La editorial universitaria recibe, generalmente, proyectos editoriales, unos destinados al apoyo en la tarea docente —que proviene principalmente de las facultades universitarias— y otros que implican todo lo relacionado con la investigación que se realiza en la universidad a través de sus institutos, sobre todo en aquellos temas que la propia universidad ha considerado prioritarios en la línea de contribuir a la solución de la problemática nacional, incluyendo las publicaciones provenientes de proyectos con financiamiento externo, a los que optan tanto las facultades como los institutos de investigación.

La editorial tiene también sus proyectos propios, por ejemplo, la colección temática, agrupada en series y dedicada a ciencias sociales, humanidades, áreas técnico-científicas, literatura, bellas artes, asuntos religiosos, etc.

Asimismo, se dispone también de una agenda cultural donde se organizan diversas actividades, tales como: presentación de libros, actividades de capacitación en redacción, metodologías de la investigación y actividades culturales varias (p. ej., la conmemoración del Día del Idioma Español, del Día Internacional del Libro y de los Derechos de Autor, la participación en la Jornada de la AUSJAL, etc.).

La Editorial Cara Parens cuenta con su catálogo de publicaciones, tanto impreso como electrónico, el cual está a disposición de todos los interesados en conocer el trabajo realizado. Se publica un promedio de cincuenta títulos por año, entre publicaciones impresas y electrónicas.

6. Algunos desafíos de cara al futuro

  • No perder de vista que el trabajo editorial en el ámbito universitario es y debe ser considerado como una actividad «profesional», que implica la capacitación y actualización de quienes estén involucrados en él. Ello implica, como mínimo:8 adquirir y seleccionar proyectos editoriales válidos, preparar los originales con acuciosidad, diseñar y producir los libros en el plano industrial más exigente, contar con una estrategia de difusión y distribución adecuada, así como con una gestión eficiente.
  • Erradicar un frecuente equívoco en muchas editoriales universitarias, sobre todo en América Latina, cuando se piensa que editar equivale simplemente a imprimir un libro. La consecuencia de esta confusión es que la entidad desconoce el camino correcto por el que debe transitar su proyecto editorial; el resultado de ello son libros de mala calidad y sin los criterios editoriales y técnicos apropiados, con el daño que esto supone a la cultura en su conjunto.
  • Tener presente que la edición en la universidad no será de mejor calidad porque se publique «de todo» o cualquier cosa, se hagan grandes tirajes, se coloquen los libros en todos o casi todos los puntos de distribución (sin seguir ningún criterio al respecto) o se abarroten las bodegas universitarias.
  • Es necesario no perder la meta principal de la publicación de todas las obras académicas válidas, sin descartar aquellas en las cuales no se arriesgaría una editorial comercial.
  • Es importante mantener los proyectos de ediciones de títulos académicos con mercados amplios, como los libros de texto, de manera de que sean financiados sus propios costos de edición (o, al menos, una parte significativa).
  • No perder de vista el consabido tema de los recursos financieros, administrados con criterios profesionales y con la perspectiva de mantener la salud en la administración de tan importante empresa cultural.
  • El editor en la universidad debe ser un profesional con las capacidades suficientes para apoyar a un académico al «escribir» un libro. Como sabemos, los seminarios de tesis o de metodologías de la investigación se circunscriben en el contenido de los informes y en el agotamiento de las etapas metodológicas. Sin embargo, pierden de vista el enmendar malos hábitos de escritura y estilo, así como el fomento de la lectura comprensiva y la escritura madura.
  • Es propio de la actividad editorial en la universidad contar con políticas y criterios editoriales reglamentados institucionalmente. Además, es preciso que la comunidad académica conozca la política y, con su difusión, conseguir que todos respeten «las reglas del juego», a efecto de mantener la buena gestión de todos los proyectos que se confíen a la editorial.
  • Debe reconocerse la importancia de crear y consolidar una política de estímulos para la producción intelectual de los profesores e investigadores en la universidad: tratamiento justo de los derechos de autor, facilidades académicas y administrativas otorgadas por la universidad para la creación de nuevas obras, etc.
  • Las estrategias que seguir para la distribución de los libros universitarios son muy importantes. Hay que utilizar los canales profesionales de circulación del libro, o bien, desarrollar canales propios. Hay que fortalecer la promoción y la estrategia comercial. De lo contrario, se corre el riesgo de «almacenar» indefinidamente los materiales producidos, con el consiguiente costo para la editorial y universidad, como también con el eventual deterioro y la pérdida de vigencia del conocimiento contenido en algunos títulos.

Para finalizar, deseo citar la paráfrasis de una idea pronunciada en ocasión de la clausura de la primera reunión de la Red de Editoriales de la AUSJAL, realizada en Lima en 2009:

Para que una editorial universitaria… pueda consolidarse y tener éxito, debe tenerse muy en cuenta el sello editorial, que es una especie de «joya y tesoro» que custodia el director… su equipo de trabajo y la institución a la que pertenece la editorial.

Es lo que refleja el nivel académico y científico de cada universidad… es el emblema de su prestigio académico… por ello se siguen procesos rigurosos de selección de lo que se publica siendo imprescindible alcanzar la excelencia en las distintas áreas que conforman una editorial…

Bibliografía

En los últimos tiempos han surgido diversos títulos respecto al tema de «libros sobre libros». Sin pretender ser exhaustivo en la enumeración, se sugieren los siguientes títulos:

  • Anaya Rosique, J. (2010), Editar en la universidad. Paradojas y retos. Medellín: Editorial de la Universidad de Antioquia.
  • Caballero Leal, J. L. (2004), Derecho de autor para autores. México: Fondo de Cultura Económica.
  • Centro de Comercio Internacional (2002), Contratos en el sector de la edición y la impresión. Guía práctica. Ginebra: UNCTAD-OMC.
  • Consejo Nacional del Libro (2007), Políticas públicas del libro, la lectura, la escritura y las bibliotecas. Guatemala: UNESCO, CERLALC, OEI, USAID, INWA y Ministerio de Educación.
  • Crème, P. y Lea, M. R. (1997), Writing at University. A Guide for Students. Filadelfia: Open University Press.
  • Darnton, R. (2010), Las razones del libro. Futuro, presente y pasado. Madrid: Trama Editorial.
  • Davies, G. (2005), Gestión de proyectos editoriales. Cómo encargar y contratar libros. México: Fondo de Cultura Económica.
  • De Sagastizábal, L., Rama, C. y Uribe, R. (2006), Las editoriales universitarias en América Latina. Bogotá: IESALC, CERLALC.
  • Montroni, R. (2007), Vender el alma. El oficio de librero. México: Fondo de Cultura Económica.
  • Nadal, J. y García, F. (2005), Libros o velocidad. Reflexiones sobre el oficio editorial. México: Fondo de Cultura Económica.
  • Owen, L. (2008), Comprar y vender derechos. México: Fondo de Cultura Económica.
  • Sharpe, L. y Ghunter, I. (2005), Manual de edición literaria y no literaria. México: Libraria.
  • Shatzkin, L. (2004), Cómo seleccionar títulos rentables. Herramientas estadísticas para la venta de libros. México: Fondo de Cultura Económica.
  • Woll, T. (2003), Editar para ganar. Estrategias de administración editorial. México: Fondo de Cultura Económica.

Notas