En esta presentación analizaremos, desde la perspectiva del editor universitario, algunas características y desafíos que supone una política de distribución editorial en la actualidad, en tiempos donde las nuevas tecnologías impactan fuertemente en la labor editorial, poniendo en debate sus beneficios y abriendo importantes reflexiones en torno al futuro de la labor del editor y, por qué no, del propio libro.
Cuando intentamos dar cuenta de alguna dimensión del campo de la edición universitaria nos topamos con la dificultad que supone la enorme heterogeneidad institucional del sector. Será importante entonces partir de la base de que resulta imposible formular generalizaciones que puedan aplicar para todo ese campo, ya que existen diferencias en torno al tamaño de sus estructuras, de la cantidad de títulos editados anualmente, de los niveles de facturación, de la profesionalidad en la labor editorial, del perfil del catálogo, de las formas jurídicas que adoptan y de las características de la universidad de la que dependen, para citar solamente algunas variables.
Esta presentación tiene el propósito de hacer referencias generales al sector de la edición universitaria y las afirmaciones que contiene responden más a la realidad de la edición universitaria en América Latina y España. Sería necesario un trabajo más extenso para dar cuenta de la realidad de la edición universitaria en otras regiones del mundo.
Un rasgo distintivo o definitorio de la editorial universitaria podría estar dado por llevar el nombre de una universidad y por ser controlada de alguna forma por ella. En general las editoriales universitarias no persiguen una finalidad de lucro aunque operen comercialmente y eventualmente reporten utilidades.
Para afirmar que en una universidad existe una editorial universitaria no es suficiente con observar que existan iniciativas de labor editorial. Al menos algunos rasgos distintivos adicionales debieran poder identificarse, como por ejemplo ciertos niveles de autonomía en materia de decisión editorial, la existencia de un comité editorial o sistema de referato, cierta autonomía en la gestión de los recursos financieros, la figura de un editor profesional, la presencia de un área comercial y la existencia de un catálogo. Además, usualmente muchas de ellas operan como libreros además de editores a través de la gestión de una o varias librerías en el campus.
En la edición universitaria en América Latina y en España podemos ver una tendencia creciente a la profesionalización del sector, que se expresa no solo en el fortalecimiento institucional y el desarrollo interno de todas las funciones editoriales, sino también en la creciente organización de foros académicos y profesionales, en la aparición de una masa crítica de publicaciones especializadas y en el trabajo en red.
Usualmente la distribución se canaliza en una o más librerías dentro del campus que comercializan todo el fondo propio y los fondos de otras editoriales universitarias o comerciales del segmento de libros de conocimiento. Estas librerías superan su punto de equilibrio cuando editan y comercializan materiales de estudio para la enseñanza. Estas librerías demandan a los editores universitarios desarrollar competencias profesionales en un segmento de la actividad del libro bien distinta a la que desarrollan las editoriales.
Conseguir el objetivo de salir de las fronteras del campus es inicialmente alcanzado mediante acuerdos con un distribuidor. Luego se van desarrollando áreas comerciales internas que puedan ir construyendo una relación directa con librerías y que gestionen la administración de cuentas corrientes comerciales para la consignación (y otras formas de vinculación con el canal comercial) y el cobro.
La venta al exterior, cuando existe, está fundamentalmente a cargo del mismo distribuidor. La venta al exterior supone una forma de operar en la distribución muy distinta a lo que ocurre fronteras adentro, donde predomina la consignación de ejemplares al librero y la rendición periódica de los ejemplares vendidos. En general la exportación supone una compraventa en firme que es un obstáculo para los volúmenes y plazos de venta de este tipo de fondos editoriales. También a veces es complicado para las editoriales universitarias exportar, ya que no todas tienen un servicio de administración diferenciado de los servicios centrales de la universidad y esto complica la gestión de la venta al exterior (compras agregadas, temas de manejo de divisas, capacidad para cumplir plazos y otros problemas de esa naturaleza).
La web es usada mayormente con un propósito institucional y de difusión del catálogo. Solo en pocos casos son sitios con funcionalidad de venta. Y en esos casos esas funcionalidades suelen ser prestadas por terceros.
Las editoriales universitarias comenzaron a editar y distribuir en formato digital hace cuatro años aproximadamente, y esto ha ido creciendo rápidamente. Hoy encontramos muchas editoriales universitarias editando en digital. La comercialización se realiza usualmente a través de grandes agregadores de contenidos digitales que prestan sus servicios a bibliotecas a través de diversas modalidades de venta y alquiler de libros electrónicos. Es usual que esta estrategia se acompañe con la distribución en las grandes plataformas internacionales de venta en la web como Amazon, Apple, Google, y otras de alcance local. En muchos casos la gestión de esta estrategia digital es cedida en forma completa a un agregador digital que convierte el archivo PDF o incluso el libro impreso a los formatos EPUB, MOBI, entre otros y se ocupa de su distribución en las distintas plataformas. Los márgenes de descuento comercial por estos servicios, percibidos por los agregadores digitales, son muy altos. Solo en pocos casos los sitios web de las propias editoriales disponen de la funcionalidad de venta en línea y de un repositorio para la descarga de los libros electrónicos con o sin DRM.
Hay iniciativas conjuntas de promoción y venta del libro universitario desarrolladas por parte de los editores universitarios a través de las redes que los agrupan. La presencia en las ferias internacionales y la apertura de librerías conjuntas son cada vez más frecuentes como lo demuestra la alta participación de editores universitarios en los últimos años en las ferias del libro de Fráncfort, Guadalajara o Buenos Aires y las librerías abiertas por la Unión de Editoriales Universitarias en España (UNE en Madrid) o la Red de Editoriales de Universidades Nacionales (REUN) en Buenos Aires y las acciones desarrolladas por la Asociación Brasileña de Editoriales Universitarias (ABEU en Brasil) o la Red al texto en México.
El principal desafío es salir de la lógica endogámica de producir para los autores. Preguntarse por el lector posible para el libro que se está editando y utilizar la técnica del escandallo para ver la viabilidad del proyecto no implican renunciar al rol de promotor de la bibliodiversidad que le incumbe al editor universitario. Desde esta perspectiva la editorial universitaria contribuye a que los libros difíciles de editar para editoriales comerciales lleguen a los lectores y no queden ocupando los espacios de los depósitos.
Hay que salir del campus y ganar espacio en librerías especializadas y generales. No es fácil encontrar un lugar de exhibición frente a cientos de novedades que semana a semana aparecen en las librerías. Además, la gestión del marketing y la difusión necesaria para el conocimiento de las novedades se hace más complicada, ya que los catálogos de las editoriales universitarias son muy amplios e incluyen diversas disciplinas científicas, libros de texto, libros de investigación, de divulgación científica, ensayo, difusión de clásicos o algunos géneros literarios o autores con menor presencia en los catálogos de las editoriales comerciales.
Hay que darle visibilidad y accesibilidad al catálogo más allá del campus y de la propia ciudad, con lo que se obtienen buenos niveles de distribución en todo el territorio nacional y más allá de las fronteras nacionales.
Un desafío actual es el que plantean las políticas nacionales de acceso abierto a la información científica que es el resultado de la investigación financiada con recursos públicos. Las prácticas editoriales y el trabajo de los editores universitarios en el contexto de las políticas de acceso abierto son temas que hoy preocupan al sector.
Otro tanto ocurre en relación con la edición digital. La política de precios en el libro en formato digital, las opciones respecto a la multiplicidad de formatos disponibles para editar un proyecto, los proyectos editoriales cercanos a la multimedia y los servicios audiovisuales, y también la política de gestión de derechos para el libro digital (el uso de DRM, DRM social o licencias Creative Commons, entre otros medios posibles) son temas en donde los editores universitarios deben animarse a explorar con mayor decisión. Los grupos editoriales comerciales con más presencia en el mercado han tenido hasta el momento una tendencia hacia prácticas cautas y de protección del negocio editorial tal cual se lo concebía antes de la irrupción de las nuevas tecnologías, sin explorar profundamente sus potencialidades.
Algunas herramientas que permiten a los editores universitarios acercar sus producciones a los lectores son:
En esta presentación no se abordará el análisis del impacto de una política de distribución múltiple sobre los flujos de trabajo de la editorial, pero hay que señalar que este tema es de notable importancia, ya que hoy la distribución en múltiples formatos y canales supone no solo una decisión comercial sino también la reorganización del trabajo interno de todas las áreas de la editorial y explorar recursos tecnológicos como la edición en XML y salida a múltiples formatos HTML, EPUB, MOBI o papel, al menos para algunos proyectos que lo justifiquen.
Todos estos temas son de una enorme actualidad y preocupación para el sector de la edición universitaria. Una prueba clara de ello ha sido la centralidad que tuvieron en la agenda del Foro Mundial de Editoriales Universitarias llevado a cabo en la Feria Internacional del Libro de Fráncfort de 2013, que contó con la presencia de más de cien editores provenientes de más de treinta países de todos los continentes.
Una forma de reflexionar sobre estos temas y encontrar respuestas a los desafíos que suponen debe hacerse sin perder de vista el sentido de una editorial universitaria. La editorial universitaria es una herramienta que debe contribuir al cumplimiento de los fines de la universidad, que son la creación, la preservación y la difusión social del conocimiento, a través de las funciones de investigación, enseñanza y extensión universitaria. Esto es lo que justifica la actuación de la universidad en el campo editorial. Además la universidad debe ser un ámbito de innovación y por ello su editorial debe necesariamente afrontar el desafío de experimentar con el uso de las nuevas tecnologías aplicadas al campo de la edición.
Teniendo estos objetivos en claro es mucho más fácil tomar decisiones en la política de distribución de una editorial universitaria. El papel de la editorial universitaria es el de promover la difusión social del conocimiento, generar condiciones de accesibilidad a estos bienes culturales socialmente significativos y mantener una actitud de innovación frente a los desafíos que suponen las nuevas tecnologías en el mercado editorial.