En una primera mirada, la presencia del cine en español en la televisión del Cono Sur americano es relevante. Pero se hace necesario analizar el tema —y establecer las diferencias correspondientes— teniendo en cuenta las modalidades de la televisión abierta, de la televisión por cable y de la televisión satelital; los orígenes de los materiales exhibidos; los niveles de programación de cine español e iberoamericano; y el mismo desarrollo de las industrias cinematográficas nacionales.
Con pocas excepciones (algunos ciclos de cine-clubes o cinematecas; emisiones de viejos filmes clásicos), la televisión abierta del Cono Sur programa todo tipo de obras cinematográficas, originalmente habladas en otros idiomas, con sus diálogos doblados al español: largometrajes de ficción, documentales, telefilmes, seriales, etc. La modalidad se vincula claramente con la convocatoria a las franjas mayoritarias de espectadores (que incluyen a las personas con dificultades para leer, a los analfabetos y a quienes prefieren escuchar su propia lengua).
En la televisión por cable —que en la región se hubo afirmado con velocidad y rotundez sólo comparables con las alcanzadas en los Estados Unidos de Norteamérica— conviven el cine doblado al español y el cine hablado en otras lenguas, y con sus diálogos y comentarios subtitulados, por vías electrónicas, en español. Hay canales que ofrecen una programación mixta; otros —generalmente, señales locales— que programan solamente materiales en español; y un tercer grupo —suele tratarse de señales que emiten desde países situados hacia el norte— que exhiben sólo filmes subtitulados.
En esa pluralidad de opciones, la televisión satelital (todavía sin imposición plena en el área) propone una natural apertura a distintos idiomas, pero también retacea la apoyatura de los subtítulos en español.
Más allá de circunstancias económicas y legales (mientras el subtitulado es más rápido y menos costoso que el doblaje, algunas leyes preservan la fuente laboral de los actores con la obligatoriedad de doblar, de hecho inobservada), aquellos reemplazos de la banda sonora original por otra con los diálogos y comentarios reformulados en español, enfrenta dos objeciones de peso. De inmediato, la traición a la integridad de la obra artística, no imputable, en cambio, al subtitulado. Luego, cabe cuestionar el pobre —o nulo— valor de ese habitual español neutro que provee una comprensión de los contenidos, pero nada hace por el goce y el enriquecimiento del idioma.
Muy distinto —y más residual— es el caso de la difusión del cine originalmente hablado en español. Sus porcentuales son satisfactorios, especialmente en la televisión argentina. Ello se debe, también, a que el país tiene una industria cinematográfica en funcionamiento permanente, con un alto índice de producción anual, y con un frondoso historial. Las películas actuales son puntualmente adquiridas y exhibidas en las televisiones abiertas y de pago. Y hasta hay una señal de cable nacional, Volver, dedicada a revisar el pasado y el presente del cine argentino.
También, la legislación argentina y distintos organismos oficiales del país buscan proteger y aumentar la inclusión del cine nacional en la televisión. Por caso, la nueva Ley de Radiodifusión obliga a las emisoras de televisión pública o abierta a programar anualmente un mínimo de cinco largometrajes producidos dentro de los últimos cinco años. Al mismo tiempo, el COMFER, ente regulador del quehacer radiotelevisivo, destina un dos por ciento de su recaudación anual (habida en concepto de pago de licencias y permisos, gravámenes, multas, etc.) a la compra de derechos de antena de filmes en faz de preproducción. Esa cifra puede estimarse en alrededor de ochenta mil dólares.
Por otra parte, acuerdos suscriptos entre el Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales de la Argentina (INCAA) y el Canal 7 (canal abierto, estatal y con alcance sobre todo el territorio nacional) apoyan de distintas maneras la difusión del cine argentino y, en general, del producto fílmico originalmente hablado en español. Según uno de esos convenios, el INCAA coproduce con la televisora obras de ficción especialmente filmadas para ser exhibidas como parte de su programación. También el INCAA produce semanalmente una emisión para promocionar los estrenos argentinos y, según otro acuerdo, destina segundaje publicitario para apoyar a esas mismas películas, sin costo alguno para sus productores, distribuidores y exhibidores. Actualmente, el Instituto Argentino y su par español, el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, están abocados a la preproducción de un ciclo destinado a estimular el consumo del cine hablado en español, con la exhibición semanal, por Canal 7, de largometrajes argentinos, españoles e hispano-latino-americanos. Esa misma emisión incluirá noticias y adelantos visuales de nuevos rodajes, y patrocinará preestrenos de filmes hispanoparlantes —antes de su lanzamiento comercial en la Argentina— en el complejo de tres salas cinematográficas controlado en Buenos Aires por el INCAA.
En los otros países del Cono Sur, con cinematografías en lento crecimiento, la escasez de productos fílmicos locales se compensa en las programaciones de televisión con la mediana oferta de filmes argentinos.
La producción fílmica del resto de Iberoamérica encuentra una difusión muy baja en la televisión abierta, y apenas accidental en la televisión por cable, aunque en la Argentina mejoraría en breve plazo.
La exhibición de cine español es aún poco significativa (como lo es la del cine europeo en general) en la televisión pública regional y luce mucho más alentadora en la de cable. De hecho, en la Argentina hay una señal, Space, que emite hacia todo el Cono Sur (e incluso llega a Bolivia y el sur de Brasil), que suma ocho años de un ciclo dedicado exclusivamente a su divulgación. En ese programa se han proyectado muchísimas obras nunca comercializadas en salas, e incluso algunas producciones que en España gozaron sólo de programaciones provinciales. El éxito de la emisión determinó que otras señales de cable locales resolvieran incluir cine español en sus grillas. Otros vehículos de llegada del producto fílmico español a los espectadores de la televisión por cable en el Cono Sur son TVE internacional, y señales extranjeras, como Fox Channel y Cinecanal.
Entre las películas españolas convertidas en clásicos de las programaciones televisivas del área cuentan Mujeres al borde de un ataque de nervios, de Pedro Almodóvar; Los santos inocentes y La colmena, ambas de Mario Camus; Las cosas del querer, de Jaime Chávarri; y Amantes, de Vicente Aranda. Todas son permanentemente reprogramadas.
Precios por emisión e índices de audienciaEn lo concerniente a precios por derechos de emisión, en el caso de la Argentina, donde la modalidad es la compra de paquetes, pueden estimarse, para las películas nacionales o españolas en reposición, unos básicos de cinco mil dólares en la televisión pública y de tres mil dólares en la televisión por cable. Para los filmes en primera visión las cifras son muy variadas y, por supuesto, están relacionadas con los resultados que cada título haya alcanzado en su carrera en salas. También, en lo concerniente al cine argentino de producción reciente o actual, con frecuencia está hecho con participación económica de alguna de las dos televisoras públicas con mayor poder (Telefé y Canal 13, que aportan dinero, facilidades de producción y/o segundaje publicitario gratuito). Por lo tanto, su llegada a sus respectivas programaciones es parte de convenios anticipados y de amplios alcances.
En lo referente a índices de audiencias, también el panorama es muy diversificado. En la televisión por cable, puede hablarse de plateas cautivas para el cine argentino y para el cine español que oscilan entre un 0,50 % y un 2 % del total de espectadores sumados por las televisiones públicas y de pago. En la televisión abierta, un estreno argentino puede oscilar entre el 10 % y, en casos excepcionales, el 40 % de la platea total. El cine español —como se apuntó anteriormente, con presencia todavía escasa en ese medio— ha llegado a superar el 20 % de la platea con algunos filmes de Almodóvar, con los primeros pases de Las cosas del querer y con el estreno de El crimen de Cuenca, de Pilar Miró.
En defensa y promoción del idioma español a través del cine que se difunde en la televisión del Cono Sur, pueden aconsejarse, como acciones inmediatas, las siguientes: