Es para mí motivo de profunda e íntima satisfacción compartir con las ilustres personalidades que honran este panel la responsabilidad de examinar y valorizar la relación entre el mundo de la información y esa herramienta fundamental de nuestra profesión que es la lengua castellana. Y si digo que me congratulo especialmente de estar hoy sentado aquí es porque, justamente, la defensa de la pureza del idioma ha sido desde siempre una de las preocupaciones centrales de La Nación, el diario de Buenos Aires cuya dirección ejerzo desde hace quince años.
El compromiso de las poblaciones hispano parlantes con la espléndida lengua que heredamos de nuestros mayores tiene un significado particularmente entrañable para todas aquellas personas que ejercemos el periodismo oral o escrito y que nos valemos cotidianamente, por lo tanto, de ese formidable instrumento del discurso intelectual y la comunicación que es el idioma español. Cuidar ese tesoro de la cultura es la manera más clara de consolidar nuestra identidad plural y de fortalecer los lazos que defienden a la comunidad de habla española como un conjunto homogéneo que tiene por delante un destino histórico común.
Quiero resumir el sentido último de nuestro compromiso con el idioma que nos une mencionando tres responsabilidades básicas y esenciales que ningún hombre de prensa debería rehuir.
Al mencionarlas, soy consciente de que se trata de una enumeración muy genérica, cuya utilidad no es otra que la de proporcionar un punto de partida conceptual que ayude a potenciar una acción constante de profundización y perfeccionamiento de nuestro vínculo sustancial con el idioma.
Asumir estas tres responsabilidades primarias significará, en los hechos, ejercer un extenso repertorio de responsabilidades menores que complementan y vigorizan nuestro vínculo de compromiso con la preservación de las riquezas que están en la base del habla que nos une. Creo que al exponer estos puntos esenciales del vínculo entre la sociedad de la información y el idioma que nos sustenta interpreto el pensamiento de los muchos profesionales de la prensa que diariamente hablan, se expresan y piensan desde una misma cultura, desde una misma identidad, desde una misma lengua.