Como Director General de Caja Duero, agradezco al Instituto Cervantes y a la Real Academia Española disponer de esta ocasión para expresar en voz alta la satisfacción de Caja Duero por haber podido contribuir a la celebración de este II Congreso Internacional de la Lengua española.
Una de las razones de ser de las cajas es su voluntad de entregar a la sociedad española los dividendos de su propia actuación financiera. Entrega de beneficios que realizamos a través de nuestra Obra Social y Cultural. Y créanme ustedes que en pocas ocasiones Caja Duero siente mayor satisfacción que cuando puede hacer que su apoyo al desarrollo de la cultura consista en contribuciones directas al estudio y la difusión del español.
Con la Fundación Duques de Soria participamos en numerosas iniciativas de esta índole, atendiendo muy en particular al desarrollo y vitalidad del hispanismo internacional. Con iniciativas del Instituto Cervantes ya hemos tenido ocasión de colaborar, tanto en España como con sus centros de París y Lisboa. Y con la Real Academia Española, en enero de este mismo año culminamos una colaboración, para nosotros tan prestigiosa como fue el hacer posible ese libro, Al pie de la letra, que recoge el pensamiento y el estilo, es decir, el buen pensar y el buen escribir, de los miembros de la Real Academia Española.
En estos días nos habéis permitido estar al pie del español. Al pie de ese viejo idioma que hermana tantos pueblos y que, con vuestras reflexiones, con vuestras iniciativas y con vuestras propuestas, no dudo que habréis contribuido a dejar aún más preparado para cuanto de él se espera, como lengua imprescindible para enfrentar los retos comunicativos y específicamente los retos científicos del nuevo siglo.
Gracias por haber contado con nosotros, y tened la seguridad de que para toda iniciativa que busque el enriquecimiento cultural de la sociedad en que trabajamos tendréis siempre la garantía de hallar bien dispuesta y lista para la colaboración a Caja Duero.