Discurso de clausura Guillermo Serrano de Entrambasaguas
Director Adjunto al Presidente de Iberia

No puedo ocultar que es para mí una gran satisfacción participar en la clausura de un encuentro tan importante para los 400 millones de personas que nos expresamos en español.

Felicidades a los organizadores, la Real Academia Española y el Instituto Cervantes por el excelente desarrollo de este II Congreso Internacional de la Lengua y por su capacidad de convocatoria.

Valladolid merece también nuestro reconocimiento por ser la primera ciudad española, castellano-leonesa, que ha acogido con tanto entusiasmo a tan ilustres personalidades, todos ellos, desde los cuatro presidentes de gobierno, académicos, políticos, periodistas, profesores y demás asistentes, expertos en el uso y manejo de nuestra lengua.

Es un honor, asimismo, contribuir a la clausura de este II Congreso como compañía aérea patrocinadora y como empresa líder en el tráfico de pasajeros entre Europa e Hispanoamérica. Llevamos, en nuestros cerca de 75 años de historia, más de medio siglo volando a la América con la que tantos lazos de amistad y culturales nos unen y con la que compartimos no sólo una lengua sino también una historia. Comenzamos volando a Buenos Aires en 1946 una vez a la semana y hoy lo hacemos a todos los países hispanoamericanos, excepto Bolivia, con 300 vuelos semanales a más de 22 ciudades de este continente.

No cabe duda de que Iberia, con su innata vocación internacional, ha sido una de las empresas españolas que más ha contribuido durante siete décadas a estrechar y fortalecer las relaciones entre comunidades, países y continentes que sienten, piensan y se manifiestan en una misma lengua. Nosotros solemos afirmar que nuestro éxito en Hispanoamérica no se basa sólo en que transportamos personas, sino también en que transportamos la palabra.

Iberia fue la primera empresa española que, adelantándose al boom de los últimos años de compañías con intereses en la zona, abrió la puerta del continente americano; emigrantes en un principio, que llevaron sus costumbres y su lengua, y se mezclaron consiguiendo una mayor integración cultural; turistas atraídos por la calidez de su gente, sus playas, su riqueza monumental y su folclore, con el que sin duda se identifican plenamente; y ya en los últimos años ha crecido notablemente el pasajero que viaja con Iberia a Hispanoamérica por motivo de negocios.

Todos ellos han aportado experiencias distintas, se han relacionado con sus gentes, han participado de sus costumbres y, sin duda, han sido también generadores de riqueza. Iberia no sólo se ha limitado a pisar tierra y volver a despegar, sino que ha establecido allí sus delegaciones, tanto con personal de la zona como españoles, y se ha integrado plenamente en su modus vivendi. Sin duda, ambas culturas se integran perfectamente porque parten de una base común y porque comparten una lengua similar.

La importancia que ha alcanzado para Iberia el mercado latinoamericano, que suma una población de 500 millones de habitantes, queda reflejada en sus números. Dos millones y medio de pasajeros de los catorce que se mueven entre Europa y esa parte del continente los transporta Iberia, lo que representa un 17 por ciento. Genera, por otro lado, con este trabajo, un tercio de sus ingresos totales.

En su discurso de inauguración el presidente Fox señaló que «venir a España es como no salir de México». Para nosotros volar a Hispanoamérica es como volar dentro de nuestras fronteras. Nos sentimos como en nuestra propia casa y por eso creímos que debíamos estar aquí para dejar constancia de que transportar la palabra es tan buen negocio como transportar personas.

Muchas gracias y buenos días.