Retos y realidades: la enseñanza del español en los EE. UU.Sheri Spaine Long
Asociación Estadounidense de Profesores de Español y Portugués

Merece la pena analizar el estado actual de la enseñanza del español en los EE. UU. porque vivimos un momento poco estable. Nos enfrentamos con la evolución didáctica, los cambios estructurales en el sector educativo, apoyo económico reducido para la educación y el clima político xenófobo, ultranacionalista y racista en que se vende el solo inglés. Quisiera aclarar que cuando hablo de la enseñanza del español en los EE. UU., me refiero a una panorámica que aborda desde la educación preescolar hasta la educación superior, y que los estudiantes podrían ser hablantes sin contacto previo con la lengua española u otros que llamamos hablantes de herencia. Quiero subrayar que a pesar de los muchos retos que tenemos, hay motivos para un optimismo reservado frente a la enseñanza del español en los EE. UU.

Sabemos que, durante los últimos cuarenta años, el interés en el español como lengua estudiada ha estado creciendo (MLA 2013). Por supuesto, la lengua española todavía domina como la lengua más estudiada en todo nivel educativo. Sin embargo, la demanda del español académico en la educación superior estadounidense actualmente está en declive, lo que ha dado lugar al reciente cierre de más de cien programas académicos de español (Johnson). Según los últimos datos de la Asociación de Lenguas Modernas en 2016 (MLA según sus siglas en inglés), reporta una bajada de casi un 10 % de universitarios matriculados en cursos de español entre 2013 y 2016.  

Estos datos contrastan con el número creciente de estudiantes de español en la escuela secundaria y el número de programas bilingües en la educación primaria (Roberts 2019). Se calcula que el número de alumnos que estudian lenguas en la escuela secundaria subió un 30 % desde el 2007 (Commission 2017). Hay dos novedades que llaman la atención en la panorámica educativa actual. Primero, tenemos un número creciente de programas primarios bilingües. En los EE. UU. tenemos poca historia en la enseñanza de lenguas extranjeras o lenguas segundas en la educación primaria. Por motivos políticos nos referimos a los programas bilingües como programas de dos lenguas, o sea dual language. Gregg Roberts, el director de Estudios Bilingües para la organización American Councils for International Education, Washington D. C., calcula que actualmente hay 2750 programas bilingües de español e inglés en las escuelas primarias. El número de programas en sí no es tan novedoso. Lo que es notable es la rapidez del establecimiento de la mayoría de estos programas durante los últimos cuatro años. Y según Roberts, hay nuevos programas todos los días. El registro de programas bilingües que se encuentran en Dual Language Schools.org afirma que hay más de 300 programas en espera para su proceso de verificación (Chou).  

Otra novedad que motiva el estudio del español es el certificado que recibe el nombre de Sello de Alfabetización Bilingüe (Seal of Biliteracy). El sello certifica el bilingüismo para los alumnos estadounidenses. El sello de bilingüismo es un premio otorgado por una escuela, distrito escolar o estado en reconocimiento a los estudiantes que han estudiado y alcanzado cierta habilidad en dos o más idiomas al graduarse de la escuela secundaria. Según el fundador del sello, Arthur Chou, nuestra visión es ayudar a los estudiantes a reconocer el valor de su éxito académico y ver los beneficios palpables de ser bilingüe. Actualmente, 36 de los 50 estados ofrecen el sello, y otros más están examinando la opción (2019). Con la popularidad del sello se ha fomentado la ampliación de la infraestructura para el español en las escuelas secundarias porque motiva a los estudiantes a matricularse en más cursos de español.

De la escuela secundaria pasamos a la educación superior donde hay menos alumnos en los programas de español, y esta disminución está fomentando cambios curriculares hacia una realidad más interdisciplinar. Con las humanidades en declive, la respuesta estadounidense a esta tendencia es incrementar la experimentación curricular tanto en interdisciplinariedad como en  multidisciplinariedad (carreras dobles y dobles titulaciones). El papel de las humanidades en el movimiento interdisciplinar también coincidió con el pensamiento posmoderno que desdibujaba los límites tradicionales, ofreciendo múltiples perspectivas, y desafió a la construcción del canon (Brown; Long; Fraser et al.). También la digitalización creciente complica la situación para la enseñanza del español. El marco digital desafía los límites de las disciplinas académicas tradicionales e implica diferentes modos o plataformas de instrucción. El resultado es que no hay ningún acuerdo entre académicos, lo que significa estudiar español en la universidad hoy en día. El plan de estudios de la carrera varía mucho de programa a programa por todo el país. En lugares tradicionales quiere decir estudiar lengua, literatura y lingüística. En los programas más innovadores hay planes de estudios en que los cursos incluyen estudios culturales, español para fines específicos (o sea, la preparación profesional), hasta programas en que la lengua española se mezcla con las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Claro que estos cambios curriculares repercuten en todo el sistema educativo.

Además de los cambios en la materia de español en la sala de clase, fuera del aula no se puede negar que hay cierta percepción de que hablar y enseñar español es un acto político en los EE. UU.. A pesar de que existen más de 40 millones de hispanohablantes en los EE. UU., hay miedo de hablar en español públicamente. El presidente actual eliminó la versión en español del sitio web de la Casa Blanca en el 2017. El miedo a hablar español ha sido documentado por The Guardian y The New York Times, entre otras fuentes, desde el 2018 hasta la fecha. Se escucha menos español en la calle, y sin duda complica su enseñanza.

Y por último, los que enseñan español en los EE. UU. se identifican más y más como latinos (o sea, latin@s o latinx) y como los que merecen más apoyo dentro del sistema educativo y a nivel social. Claro que enseñar español sustenta su identidad. Los latinos representan un recurso innegable para el país. Un problema grave para los latinos que desean ser educadores es el alto precio de la educación superior estadounidense. Según una nueva investigación del Instituto Brookings, las tasas tanto de préstamos estudiantiles como de incumplimiento son casi el doble para los estudiantes latinos que para los blancos. Permitir que la universidad sea más asequible podría resultar en más carreras en la enseñanza (Scott-Clayton 2018).

En los EE. UU. estamos en un momento crucial. Las buenas noticias son que los aprendices de español son menores y pueden aprovechar el mejor periodo para el aprendizaje de lenguas a temprana edad. Con el número creciente de programas bilingües en las escuelas primarias podemos aprovechar el ser una nación de inmigrantes que llegan con gran variedad de lenguas y dialectos. También hay más oportunidades para adolescentes de certificarse tanto en las lenguas académicas como en las habladas en casa. Desgraciadamente contrasta con el brote de programas en la educación superior, que tendrá un impacto a largo plazo. Con menos programas universitarios, hay que preguntarse: ¿de dónde vendrán los futuros maestros y profesores de español para enseñar desde kínder hasta el duodécimo grado? Ya tenemos tal escasez de maestros y profesores. Con la crisis en la educación superior, se plantea el problema con más adolescentes con mejor preparación en español al graduarse, pues habrá una falta de oportunidades para ellos al llegar a la universidad para desarrollar su español académicamente.  

 

Para concluir, vale la pena decir que muchos estadounidenses desean superar la política para poder ofrecer español para todos los que quieren aprenderlo. Como líder de una asociación profesional que promueve la enseñanza del español, buscamos más apoyo para los que quieren ser profesores y maestros. Seguimos el desarrollo curricular a todos los niveles con la deliberada anticipación de que salgamos de esta etapa de experimentación hacia trayectorias más estables, sobre todo en la educación superior. Y terminamos con un optimismo mesurado para los alumnos de primaria y secundaria, y el aumento de la enseñanza de la lengua española en los EE. UU..

Bibliografía

  • Brown, Joan L. (2012). Confronting Our Canons: Spanish and Latin American Studies in the Twenty-First Century. Lewisburg: Bucknell University Press.
  • Chou, Arthur. (15 febrero 2019). Ponencia: «Seal of Biliteracy». Joint National Committee on Languages, Washington D. C.
  • Commission on Language Learning. (2017).  «America’s Languages: Investing in Language Education for the 21st Century». American Academy of Arts and Sciences, pp. 10-11.
  • Johnson, Steven (1 febrero 2019). «Colleges Lose a ‘Stunning’ 651 Foreign-Language Programs in 3 Years». The Chronicle of Higher Education, p. A26.
  • Fermoso, José. (22 mayo 2018). «Why speaking Spanish in becoming dangerous in America». The Guardian, pp. 1-8.
  • Fraser, Benjamin, Susan Larson y Malcom Compitello. (2014). «Notes on the Renegotiation of a Hispanic Studies Canon: Confronting Our Canons». ADFL Bulletin 43.1, pp.. 77-90.
  • Long, Sheri Spaine. (s. f.) (en prensa). «La formación humanista invertebrada en los EE. UU.». El humanismo hispánico ante el conflicto posmoderno: de la tradición de lo impreso a la revolución digital. Asociación Hispánica de Humanidades.
  • Looney, Dennis y Natalia Lusin. (2016). «Enrollments in Languages Other Than English in United States Institutions of Higher Education, Summer 2016 and Fall 2016: Preliminary Report». Modern Language Association, p. 13.
  • Modern Language Association. (2013). Language enrollment database, 1958-2009.
  • Roberts, Gregg. (4 marzo 2019). Entrevista con el director de Estudios Bilingües. American Councils for International Education, Washington D. C.
  • Scott-Clayon, Judith. (10 enero 2018). «The looming student loan default crisis is worse than we thought». Evidence Speaks Reports, vol. 2, n.º. 34. The Brookings Institute, pp. s. n.
  • Stack, Liam. (14 febrero 2019). «A border agent detaining two Americans speaking Spanish. Now they have sued». The New York Times, pp. s. n.