Excmos. miembros de la Comisión organizadora del VIII Congreso Internacional de la Lengua Española, excmos. señores, dignísimos invitados, distinguidos congresistas, señoras y señores:
Séanos permitido agradecer, en primer lugar, la invitación de la comisión organizadora del VIII Congreso Internacional de la Lengua Española a la AEGLE a participar en este trascendental foro lingüístico y cultural bajo el tema «Nuevos Horizontes de la Lengua Española en África desde Guinea Ecuatorial». Tema muy significativo y sugestivo para nuestra institución lingüística y para nuestra historia de la hispanidad.
Por eso, celebrar hoy y aquí el VIII Congreso Internacional de Lengua Española, en este espacio intercultural, intergeneracional e internacional, es para nosotros, los ecuatoguineo-hispano-parlantes africanos, un momento especial de encuentro intelectual y espiritual con los más de quinientos millones de personas que hablamos la misma lengua: el español; es más, al tratar el tema de la expansión el español en África, es de obligada referencia el papel de la Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española, ya que Guinea Ecuatorial, por infinitas razones históricas, culturales y sociopolíticas, puede definirse como la encrucijada de la lengua y cultura españolas en el continente africano. Razón por la cual nuestra ponencia se articula en los siguientes puntos:
Hecha esta salvedad, señalar que Guinea Ecuatorial, nuestro país, acababa de cumplir sus primeros 50 años de independencia (1968-2018) utilizando este providencial instrumento de comunicación, lo cual significa que la lengua española está pujante en el corazón de África desde Guinea Ecuatorial. Razón por la cual, nosotros, los voceros de este idioma común en el corazón de África, estamos llamados a hacer una memoria histórica de su implantación en nuestro país y proyectar su futuro, no sólo en nuestra nación, sino también en el contexto lingüístico africano.
En Guinea Ecuatorial, desde 1777, sus contactos con la soberanía española y la expansión misionera crearon una simbiosis cultural en la que el español jugó directa o indirectamente un papel importante, sobre todo en la conformación de una identidad y en la construcción de una soberanía. Esta es una de las razones por las que, en el preámbulo del decreto de la creación de la Academia Ecuatoguineana de la lengua española se dice:
La República de Guinea Ecuatorial, en el momento de su acceso a la Independencia, adoptó la lengua española como idioma oficial, en el artículo 4.º de la Constitución.
Por eso fueron dispuestos los siguientes artículos:
Artículo 1.º- Se crea la Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española, en anagrama AEGLE, como corporación docta autónoma, de interés público, con personalidad jurídica propia y plena capacidad civil para todos los efectos legales en el ámbito de sus competencias.
Artículo 2.º- La Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española (AEGLE) tendrá su sede en Malabo, pudiendo por decisión de su Junta de Gobierno, abrir oficinas en otras capitales de Provincia y Distritos del país.
Artículo 3º.- La Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española (AEGLE) es correspondiente de la Real Academia Española y Miembro de la Asociación de Academias de Lengua Española.
Por tanto, existen razones históricas, culturales, sociales e incluso litúrgicas que justifican la expansión del español en África desde Guinea Ecuatorial. Lengua que hunde sus raíces en nuestro país desde el siglo xviii, mediante el artículo trece del convenio hispano luso celebrado en San Ildefonso (1777) entre María de Portugal y Carlos III de España. Desde entonces, el español forma parte de nuestra historia común de la hispanidad, en la cual ingresa solidariamente el 12 de octubre del año 1968, para así compartir la continuidad de una lengua y una misma visión lingüística del mundo. Con esa lengua Guinea Ecuatorial programa su razón de ser y de ejercer su soberanía entre las naciones del mundo. De ahí que la lengua de Cervantes, es en y para Guinea Ecuatorial el principal vehículo de intercambio y de diálogo intercultural interno y externo con otras civilizaciones.
Esta historia lingüística común nos vuelve a propiciar en este VIII Congreso Internacional de la lengua española una nueva oportunidad para reflexionar juntos sobre el tema de nuestra lengua común en África desde Guinea Ecuatorial.
Guinea Ecuatorial es uno de los países con menor superficie de África. Tiene una extensión de 28 052 km2 y se encuentra situado en la región subsahariana de África Central. Su territorio fue explorado por navegantes portugueses en el último tercio del siglo xv. Pasó a la Corona española en virtud del Tratado de San Ildefonso, celebrado en 1777, que puso fin a la guerra que mantenían España y Portugal. España tomó posesión, además de las islas de Annobón, Fernando Poo, Elobey Grande y Elobey Chico, de una extensa franja de tierra continental de más de 300 000 km2, comprendida entre la desembocadura de los ríos Níger (Nigeria) y Ogogué (Gabón). La presencia española se mantuvo hasta el 12 de octubre de 1968, fecha en que Guinea Ecuatorial accedió a la independencia.
El papel de la Iglesia en la difusión de la lengua española fue importante. La necesidad de comunicarse con los nativos en su misión evangelizadora obligada a aprender las lenguas autóctonas o a enseñar la propia; los clérigos españoles, salvo excepciones, optaron por lo segundo. Tres órdenes religiosas fueron pioneras en la difusión de la lengua y la cultura españolas: los jesuitas primero (de 1848 a 1872), las misioneras de la Inmaculada Concepción (1885) y los claretianos después (de 1888 hasta hoy). Más tarde fueron llegando y estableciéndose otras muchas.
El aprendizaje de la lengua española se convirtió en un elemento motivador para el ecuatoguineano y en un medio de ascenso social pues, además de granjearle la amistad del colonizador, le otorgaba ciertas ventajas sociales y económicas. Permitía, por ejemplo, ocupar puestos intermedios en la administración colonial, el acceso a los economatos, la adquisición de propiedades o la equiparación de derechos con los blancos en los espacios y medios públicos.
No quisiéramos presentar una larga alocución para explicarles las razones que han llevado a la República de Guinea Ecuatorial a crear una Academia de la Lengua, correspondiente de la española y miembro de la ASALE, esta gran familia de Academias de Lengua Española.
Sin embargo, les diremos de forma sucinta que el español es el idioma no solamente oficial sino también el vínculo de cohesión y comunicación interétnica de nuestro país, así como el signo de identidad tanto en su entorno geográfico inmediato como en todo el continente africano. Es, por consiguiente, una acción de amor legítimo lo que nos ha impulsado, a lo largo de los últimos treinta años, a tomar iniciativas para que la lengua española recupere su puesto en la sociedad ecuatoguineana.
Como consta en los avales de nuestra historia, pocos meses después del acceso de Guinea Ecuatorial a la independencia, el 12 de octubre de 1968, el primer presidente del país, por sus desavenencias con España y su clase política, llegó a prohibir la enseñanza del español en las escuelas y el empleo de esa lengua en el país. Situación que duró hasta 1979, cuando se produce el golpe militar que lo derrocó y se reinicia así el proceso de nuestro reencuentro con la Hispanidad.
Desde entonces, las nuevas autoridades ecuatoguineanas tomaron la determinación de superar el retroceso sufrido durante once años y reintegrar al país en el área de la cultura y lengua hispanas, porque entendían que estas forman parte del patrimonio cultural guineo-ecuatoriano.
Por otro lado, nuestro país por su situación geopolítica se enfrenta al peligro de la invasión cultural de sus vecinos, con los que comparte fronteras en la parte continental y que son, demográfica y territorialmente, más grandes; tal es el caso de la República Gabonesa (al sur y este) y la República del Camerún (al norte), ambas de idioma y cultura franceses. En la parte insular, la más grande de las islas del país, Bioko, en la que se ubica la capital, Malabo, se encuentra más cerca de las costas de Nigeria (anglófono) y Camerún (francófono). A todo eso se añade la pugna por abrirse paso que lleva actualmente la lengua portuguesa, con sus representantes enfrascados en una frenética actividad de contactos e iniciativas en pro de la difusión de la misma en nuestra sociedad cultural y académica.
Así las cosas, y con el decidido propósito de manifestar su determinación de integrarse en el espacio cultural que le es históricamente propio, a pesar de su lejanía geográfica, en junio de 1984 se organizó en la ciudad de Bata el Primer Congreso Hispánico-Africano de Cultura al que, además de España, Hispanoamérica envió eminentes hombres de cultura.
Asimismo, en el II Congreso Internacional de la Lengua Española de Valladolid, en 2007, el presidente de la República, su excelencia Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, entre otras cosas, manifestó:
Guinea Ecuatorial ha apostado por la creación en el país de una Academia de la Lengua Española, el establecimiento de un programa que refuerce la difusión del español en los medios de comunicación social y el reforzamiento de los cursos de español para extranjeros ya establecidos por la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial. (…). Para estos proyectos y programas esperamos contar con la colaboración de la Real Academia Española y de todas las naciones hispanoamericanas, así como el Instituto Cervantes.
Dos años después, en 2009, la Real Academia Española de la Lengua nombraba los primeros cinco académicos ecuatoguineanos, correspondientes de la RAE, en las personas de Dña. Trinidad Morgades Besari, D. Julián Bibang Oyee, D. Federico Edjo Ovono, D. Leandro Mbomio Nsue y D. Agustín Nze Nfumu. Por su parte, el Gobierno ecuatoguineano, mediante el decreto 163/2013 ya citado, de fecha 8 de octubre, de la Presidencia de la República, crearía la Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española la (AEGLE) especificando en su artículo 1.º que la misma es correspondiente de la RAE y evocando su posible ingreso en la Asociación de Academias de la Lengua Española.
El 30 de junio de 2014, los cuatro académicos ecuatoguineanos correspondientes de la RAE, tras el fallecimiento de D. Leandro Mbomio Nsue, solicitaron formalmente, según el reglamento de 1870, el inicio del procedimiento para el reconocimiento formal de la AEGLE como correspondiente de la española.
En enero de este año 2015, fueron aprobados los Estatutos de la AEGLE por el Pleno de la Real Academia Española, culminándose así su reconocimiento.
Al término de este proceso formal iniciado con la designación de los cinco primeros académicos correspondientes para Guinea Ecuatorial por la Real Academia Española (RAE), la Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española, en anagrama AEGLE, se funda en Malabo, la capital del país, mediante Decreto presidencial número 163/2013 arriba mencionado.
Para elegir a su directiva, una reunión de junta constituyente de los académicos correspondientes tuvo lugar tras la donación, en junio de 2015, por parte del Gobierno de la República de Guinea Ecuatorial, de un edificio destinado a sede de la institución ubicado en la confluencia de las calles Mauritania, 3 de Agosto y Botuku Luba, resultando elegido primer presidente de la AEGLE, el Excmo. Sr. D. Agustín Nze Nfumu, y se compone una junta directiva por cuatro años como sigue: vicepresidente, D. Julián Bibang Oyee; secretario, D. Armando Zamora; tesorero, D. José Francisco Eteo y bibliotecaria, Dña. Trinidad Morgades.
La Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española se compone estatutariamente de 18 académicos de número, que se han completado en 2018, conforme a las disposiciones reglamentarias.
Cuando nos referimos a la situación del español en y de Guinea Ecuatorial nos fijamos en dos aspectos: en la presencia del español y en la calidad del español.
En lo que se refiere a la presencia, la implantación del español en el país nos parece que está asegurada. No creemos que su situación esté amenazada por ninguna otra lengua, ni por el francés, ni por el pichi, ni por el inglés, ni por el portugués.
No compartimos el pesimismo de algunos autores como Gloria Nistal (la que fuera directora del CCEM), Justo Bolekia Boleka (el catedrático de francés de una Universidad de Salamanca y escritor) o incluso Trinidad Morgades Besari (la exvicerrectora de la UNGE y académica correspondiente de la Real Academia Española).
Así pues, esta última dice en el anuario del Cervantes de 2005: «La incorporación del francés como lengua obligatoria en la escuela, podría alterar la preponderancia del español».
Gloria Nista, en el anuario del Cervantes de 2007 señala: «si no se aplican medidas, el español de Guinea Ecuatorial corre grandes riesgos. Debemos, no obstante, ser conscientes de la amenaza de deterioro o incluso de desaparición del español, por la citada influencia del inglés y también por la pujante influencia del francés».
Por último, justo Bolekia Boleka en una comentada conferencia en el Aula Cervantes de la universidad Cheikh Anta Diop de Dakar en diciembre de 2011, llega a utilizar expresiones como «el español agoniza», «el español está seriamente amenazado en el único país africano donde es lengua oficial» o incluso «se pierde». Aunque hay otras conclusiones en su conferencia con las que podemos estar de acuerdo (caso de la identidad o la calidad del español en G. E.), estas afirmaciones nos parecen fuera de la realidad en que vivimos en Guinea Ecuatorial.
En cambio, Agustín Nze Nfumu, académico correspondiente de la Real Academia de la Lengua Española y presidente de la AEGLE, declara en una entrevista a la Fundación BBVA en 2009 que el «español es «innegociable».
Nuestro diagnóstico es que el español está lejos de agonizar y goza de mejor salud que en el pasado reciente y menos reciente.
Teniendo en cuenta algunos trabajos como el del profesor Quilis y algunas modestas encuestas sociolingüísticas que hemos realizado y nuestra propia percepción, tenemos la impresión de que al guineano le gusta «castizar» en español y quiere seguir conservando al español como su primera lengua vehicular. Algunos escritores guineanos hablan con orgullo de identidad hispano-bantú (preciosa acuñación terminológica) y es el español el que singulariza a Guinea Ecuatorial en relación con los países del entorno africano.
En cuanto al tema de invasión de otras lenguas, cabe precisar lo siguiente: cada lengua tiene su espacio y creemos que hay en Guinea Ecuatorial una convivencia armoniosa, o cuando menos pacífica. Nadie tiene que dejar su lengua vernácula. Las lenguas son tesoros que debemos cuidar y cultivar. Cuantas más lenguas sepamos y hablemos, mejor. Está demostrado que los niños bilingües y trilingües tienen más capacidades y habilidades que los monolingües. Esta cuestión tiene que ver con otra más profunda, la de la identidad. Como sostuvo el profesor Mikel Larre en la inauguración del Centro Cultural Español de Bata en 2001, «el español en Guinea Ecuatorial será lo que los guineanos quieran». No se trata de que los españoles defiendan «a capa y espada», valga la expresión, y aseguren la presencia del español en Guinea. Se trata de que los guineanos, si sienten el español como suyo, como parte integrante de su idiosincrasia, lo defiendan y promuevan su conocimiento, su uso y le den la importancia que se merece. Y en ese punto, cuando hablamos de que lo sientan como suyo, nos gustaría tocar el tema de si tenemos ya un español guineano. Al respecto tenemos diferentes opiniones:
Granados dice en 1986 «en Guinea Ecuatorial nunca ha existido un dialecto acriollado, porque los nativos jamás han empleado el español como lengua nativa» (ahora, ¿hay guineanos que hablan el español como lengua nativa?). En cuanto a las características del español guineano el autor dice que «el español ecuatoguineano es un dialecto muy influenciado por el castellano, considerando éste como dialecto central del español». Y el mismo autor termina diciendo «al ser una lengua artificial… el español guineano está ligeramente fosilizado, los errores se encuentran muy dispersos y las variantes fonéticas, léxicas y gramaticales son muy amplias… en pocas palabras, el español guineano corre peligro de ver reducida su área a Malabo y Bata».
Dice Antonio Quilis, el lingüista que mejor ha descrito hasta la fecha el español de Guinea Ecuatorial, fonetista y dialectólogo, «por otra parte, la escasa y transitoria población española en Guinea Ecuatorial, y su aún no muy largo tiempo de permanencia, no ha hecho posible la formación de un dialecto propio de la región, similar a los de América. Pese a todo se han consolidado una serie de rasgos-fónicos, sintácticos y léxicos que han pasado a formar parte de la estructura del español de Guinea Ecuatorial. El español es lengua de superestrato reciente: no ha habido tiempo, por lo tanto, para que se formen, por los motivos que todos conocemos, variedades lingüísticas diferentes en distintos puntos del país».
Bibang Oyee, lingüista, especialista en fang y académico también correspondiente de la española, opina que «en nuestro país no existe aún un dialecto acriollado como tal, sino una serie de rasgos característicos que varían según el idioma nativo del hablante, su nivel de escolaridad y el empleo cotidiano de la lengua española».
El lingüista norteamericano Lipsky, dialectólogo y profesor de la universidad de Pennsylvania, dice sobre esta cuestión: «nos permitimos afirmar que existe una serie de rasgos lingüísticos que sólo se dan en su conjunto en el español de Guinea Ecuatorial y se producen entre la mayoría de los guineanos. Por lo tanto, postulamos que sí existe una variedad guineana del español, con sus respectivos parámetros de variación, que merece ser incluida como tal en los tratados de dialectología hispánica», y más adelant, en la conclusión, señala «el español de Guinea Ecuatorial como dialecto emergente».
En esta exposición hemos enfocado los rasgos lingüísticos del español de Guinea Ecuatorial como indicaciones de la formación de un nuevo dialecto. ¿Ya está formado este dialecto? A estas alturas (él lo dice en el II Congreso Internacional de Hispanistas en África en 2006) la respuesta tiene que ser doble. Sí y todavía no. La respuesta afirmativa refleja la realidad de los oídos: con los ojos cerrados cualquier hispanoparlante que conozca las variedades del español mundial puede identificar inmediatamente al nativo de Guinea Ecuatorial. Debido a la amplia gama de niveles de bilingüismo, así como el mosaico de lenguas autóctonas que matizan el español de Guinea Ecuatorial, todavía hay más fluctuación lingüística en el español de Guinea Ecuatorial que la que tipifica las zonas hispanoparlantes monolingües.
De todo esto se deduce que hay una serie de rasgos propios del español de Guinea Ecuatorial, pero que todavía no ha cristalizado un dialecto propiamente dicho, aunque en la medida en que el español llegue a consolidarse como lengua de uso corriente se pondrá hablar de una variedad ecuatoguineana comparable a las de otras zonas dialectales del español.
Se nos plantea aquí la cuestión de dilucidar, de determinar, cuáles son ese conjunto de rasgos compartidos por los guineanos, de esos guineanismos (que se apartan o no de la norma, o que son compartidos con otras áreas del español) y qué es una incorrección. En esta tarea de normativización del español en Guinea Ecuatorial está trabajando la Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española.
En su artículo Lipsky menciona algunos rasgos que él juzga compartidos por los guineanos. Vamos a señalar algunos:
¿Es aceptable?, ¿es normativo?, ¿forma parte del español de Guinea Ecuatorial o depende de cada hablante?
Creemos que para hablantes guineanos de gran competencia lingüística serían errores.
Es verdad que muchos usos normativos y correctos antes eran incorrecciones. Un uso inicialmente incorrecto se puede convertir en norma. Antes «adecuó», «evacuó» eran formas incorrectas. Ahora son aceptadas. Pero ¿debemos aceptar esos usos o debemos corregirlos? ¿Cuál es la norma en Guinea Ecuatorial? ¿Cuál es el modelo lingüístico del guineano?
El modelo lingüístico del español de Guinea Ecuatorial es la variedad septentrional y central del español peninsular.
Antes se decía que el mejor español era el de Castilla la Vieja (Valladolid, Burgos). Algo discutible pues, si bien en estas ciudades se hablaba un español de calidad, conocidos son sus errores en la utilización de los pronombres átonos. Son laístas.
Pero actualmente se considera que no solamente la variante del español de España tiene la potestad de decidir lo que es normativo o no, de lo que es correcto o no. España no impone ya la norma. La norma es policéntrica. La norma ya no sólo es la de Madrid o Sevilla, sino también la de México D. F., Bogotá, Caracas, Buenos Aires, Santiago de Chile. La norma es panhispánica, de acuerdo con todos los países que hablan español. Por eso la Real Academia junto con las demás academias están llevando a cabo obras conjuntas. Han publicado ya un Diccionario panhispánico de dudas, la Ortografía, la Gramática, todas ellas obras panhispánicas.
Por consiguiente, la cuestión no es el lugar donde se habla, sino que el mejor español es el hablado por cualquier persona culta y competente, independientemente del lugar donde se encuentre. En Guinea Ecuatorial la competencia varía enormemente. Aquí nos encontramos con hablantes con una competencia de nativo o cuasi nativo hasta personas que lo desconocen.
En el artículo de Trinidad Morgades que hemos mencionado antes, ella indica que hay tres clases de hablantes de español en el país. Los que lo hablan y lo escriben adecuadamente, los que lo han aprendido como segunda lengua y los que necesitan programas de alfabetización. Gloria Nistal, aceptando este análisis, añade y aporta cifras. Sostiene que en el primer grupo se incluirían fundamentalmente los mayores de cuarenta años, (lo dice en 2007), que porcentualmente supondrían entre un 10 % de la población, mientras que en el segundo grupo estarían la gran mayoría de los hablantes guineo-ecuatorianos, con un porcentaje que rondaría el 74 %, dejando para el último grupo, el de los hablantes que necesitan programas de alfabetización, entre un 12 % y un 13 % de la población. Finalmente, Agustín Nze Nfumu afirma que el 90 % de la población habla español: «Tendríamos que excluir a las personas que ya tienen una cierta edad y que en su momento no aprendieron el idioma, pero proactivamente todo el mundo lo conoce y lo emplea. Gracias a la alfabetización, el español es de lejos, la lengua mayoritaria de Guinea Ecuatorial».
Nosotros haríamos algunas precisiones:
En la destreza de la comprensión lectora, nosotros mismos realizamos pruebas para determinar la comprensión lectora de los estudiantes del último curso de bachillerato en diversos colegios de Bata y la mayoría de los estudiantes superaron las pruebas que realiza el Instituto Cervantes en su nivel B2, que correspondería al nivel avanzado.
En la destreza de la comprensión auditiva, el guineano comprende bien un español general, sencillo o culto, hablado a una velocidad normal, pero encuentra más problemas para comprender un español argótico, coloquial o dialectal. Además, tiene dificultades para distinguir acentos (distingue quizás un acento cubano, pero no un argentino o catalán). Se capta mal la ironía y el doble sentido.
En la expresión oral el guineano, en nuestra opinión, tiene una gran capacidad de comunicación. Se detectan errores, como se ha dicho aquí, según el nivel de cada uno, pero suele comunicar con más o menos eficacia lo que se propone. Si acaso se echan de menos expresiones más coloquiales, respetar más las normas de cortesía y no mezclar registros distintos.
En los medios de comunicación se detectan errores de pronunciación (por ejemplo, la pronunciación de «v» como labiodental en lugar de bilabial), entonación y son numerosos los ejemplos de concordancia errónea de todo tipo.
En cuanto a la expresión escrita creemos que es la destreza que peor se practica. Entre los estudiantes son numerosas las faltas de ortografía, así como la pobreza léxica y sintáctica de los textos que producen. Son frecuentes la mezcla de registros en un mismo escrito, la ausencia de conectores, la hinchazón expresiva, los anacolutos, los errores en los tiempos verbales y en el manejo del subjuntivo. Detectamos asimismo numerosos errores en los medios de comunicación escritos y en documentos administrativos (circulares, programas educativos, documentos de compraventa, certificados, homilías, etc.).
Para corregir esta situación destacaremos algunas medidas que nos parecen muy positivas:
En este sentido queremos destacar la labor de los centros culturales de Malabo y Bata con sus cursos tanto para extranjeros como para guineanos.
A estas medidas se pueden sumar estas otras:
La Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española ha condensado su designio y propósitos en el lema adoptado: «Una lengua, un destino». Consecuente con esta misión, despliega cuantas acciones sean susceptibles de contribuir al logro del empleo más extenso, apropiado y correcto del español entre los habitantes, las comunidades y los grupos sociales del país.
Mediante su participación en las obras y proyectos académicos de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), de la que es miembro de pleno derecho, interviene en la fijación de la norma lingüística común sobre léxico, gramática y ortografía y llevará a cabo estudios e investigaciones sobre el pasado y el presente de esta lengua como patrimonio común de todos los hispanoparlantes.
El idioma español, que se lleva utilizando en Guinea Ecuatorial como lengua vehicular durante dos siglos, y las lenguas autóctonas constituyen todas ellas la base sobre la que se puede y se debería construir una identidad nacional integradora y comprensiva de las diferencias antropológicas, étnicas y culturales del mosaico de pueblos que configuran el país. De ahí que el ecuatoguineano se convierta en miembro de una específica comunidad: la afro-iberoamericana.
Por esta razón, la AEGLE diseña acciones y despliega actividades encaminadas a dar a conocer dicho patrimonio lingüístico y cultural variado y rico; fomenta y facilita el acceso del ecuatoguineano y del habitante del país a la producción artística y literaria en español; edita, publica y divulga estudios y escritos de interés para el conocimiento y la práctica del buen uso del español en Guinea Ecuatorial.
En este contexto, la AEGLE concibe como literatura no sólo la producción escrita de clásicos, modernos y contemporáneos, sino la rica tradición oral de los pueblos y etnias que conviven en el país. Se trata, por tanto, de una múltiple obra creativa que también habrá de ser recopilada al español y difundida por medio de diversos canales.
La Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española otorga premios, diplomas y reconocimientos de méritos a personas e instituciones que, de conformidad con sus estatutos y reglamentos, se hagan merecedores de los mismos.
La AEGLE organiza anualmente, cada día 23 de abril, fecha de su deceso, una misa en honor de Miguel de Cervantes Saavedra, de cuantos se han destacado en el cultivo de la lengua española y, en especial de los académicos de la AEGLE fallecidos.
La Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española está habilitada, según sus estatutos, a abrir delegaciones cuando y donde se consideren oportunas para el mejor cumplimiento de sus fines. En este sentido, se ha conformado una red de colaboradores en el ámbito de la geografía nacional.
Estos colaboradores se encargan del seguimiento de la situación del español en cada una de las demarcaciones territoriales existentes; de estar al día del rico acervo lingüístico y cultural del país a fin de intervenir en su fomento a través de tres acciones: primeramente, mediante su identificación y rescate, ya que sólo se puede fomentar lo que se conoce; en segundo lugar, por medio de recolecta, análisis y catalogación de los datos, lo que conlleva reconocer el papel primordial de las lenguas autóctonas en el proceso, en su condición de soportes del pensamiento y los valores propios; y, por último, mediante la discusión y critica de dichos valores, sobre su alcance y pertinencia en la conformación de una identidad y destino común.
Se ha dispuesto la organización de concursos literarios, con dotaciones económicas, posibilidad de edición, publicación y difusión nacional e internacional de las obras premiadas, en diversas modalidades: ensayo, narrativa, poesía y teatro.
Se ha procedido a la creación progresiva y el mantenimiento sostenible de varias librerías y bibliotecas en el país, con dotación de obras literarias en español, de autores españoles, hispanoamericanos y guineanos, y de obras traducidas a este idioma, de libros y documentos sobre crítica literaria y artística, filosofía y pensamiento, historia, antropología, etc., fondo que se irá incrementando con el tiempo.
Se lleva a cabo la concepción y organización de talleres sobre el español en Guinea Ecuatorial, de léxico y ortografía, sobre análisis y comentario de textos de literatura española e hispanoamericana, sobre diferentes temas relacionados con la lingüística del español y de las lenguas autóctonas de Guinea Ecuatorial.
Se ha diseñado y establecido seminarios-talleres formativos de lengua y literatura españolas en los centros educativos nacionales y de los profesionales de los medios de comunicación del país, privados y públicos. Todo este ambicioso trabajo de nuestra academia responde al deseo del jefe de Estado ecuatoguineano en Valladolid en 2007, y que en el día de hoy adquiere mayor vigor y sentido:
En definitiva, venimos de África muy alentados porque creemos en la solidaridad del mundo hispánico, lo hacemos para reafirmar nuestra vinculación incuestionable a este mundo; queremos dejar constancia de nuestra vulnerabilidad en el continente africano, como también nuestra disponibilidad de constituir un punto de apoyo y un refuerzo del español en África.
El español es la seña de identidad que distingue a Guinea Ecuatorial del entorno africano. Guinea Ecuatorial es el único país del continente africano en el que el español es idioma oficial. Para el mundo hispánico esta presencia del español en África supone un refuerzo de la globalidad del español y un importante punto de apoyo, ya que la lengua es vehículo de muchas actividades: intercambios culturales y comerciales, etc. Es más, en la vida diaria, la utilización del español en Guinea Ecuatorial mejora año tras año. Prácticamente todos los ecuatoguineanos hablan el español, aunque con distintos grados de competencia.
Existe, por parte española, la firme intención de colaborar con las instituciones de Guinea Ecuatorial para la mejora de la situación del español en el país. El Instituto Cervantes y la Agencia Española de Cooperación Internacional han estado colaborando con los centros culturales de Malabo y de Bata en el refuerzo de la enseñanza de español en el país y su difusión en el resto del continente africano. A pesar de las amenazas señaladas, el español de Guinea Ecuatorial sigue siendo, junto con el pichi en la isla de Bioko, una lengua koiné, y así debe seguir siendo. El reforzamiento de los programas de español en Guinea Ecuatorial influiría sin duda muy positivamente en países limítrofes como Camerún y Gabón, que tienen una fortísima y creciente demanda de español.
La reciente creación de la Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española (AEGLE), es un hecho relevante para Guinea Ecuatorial y para el idioma español. El español no sólo es idioma oficial de Guinea Ecuatorial, sino también vehículo de comunicación y de cohesión interétnica, así como signo de identidad en nuestro entorno geográfico. La creación de la AEGLE es, por lo tanto, de mucha importancia para la expansión del español y su consolidación, no sólo en Guinea Ecuatorial, sino en el continente africano.
El futuro de la lengua española en Guinea Ecuatorial puede ser prometedor si cuenta no solo con el apoyo, sino también con el impulso y dinamismo de la Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española (AEGLE) con hechos y programas concretos para la expansión de la lengua de Cervantes en África.
Hechos como la homologación del sistema educativo ecuatoguineano al español, la implantación en todas las carreras universitarias de la asignatura de lengua española como materia obligatoria, el aumento de infraestructuras educativas culturales o la emisión en castellano de todos los medios de comunicación social son botón de muestra del renacer del español y de la hispanidad en el continente africano.
En definitiva:
Esperemos, deseemos y confiemos en que no solo la presencia, sino también la calidad del español que se habla en Guinea Ecuatorial se mantenga y que Guinea Ecuatorial sea el lugar de referencia, de excelencia y de preferencia del español en África; a sabiendas de que la lengua de Cervantes es tan universal que podría abrirnos muchas puertas y atraer más turismo cultural, creando así industrias socioculturales y socio-académicas para un desarrollo humano integral que necesitan todos los pueblos para su desarrollo sostenible.