Hace apenas unos días, una amiga panameña me contó que su sobrina, de solo tres años, la observaba con mucha atención mientras ella revisaba su teléfono y, luego de unos segundos, le preguntó con gran decisión: «¿Tienes datos?».
El asombro de mi amiga fue breve. A mí me costó un poco más, pues, si bien todos podemos brindar ejemplos similares, me quedé pensando durante algunos minutos en la difícil situación que tendrá que afrontar el profesor que deba darle clases a esta futura alumna.
Sirva la anécdota para situar el tema que nos ocupa: el proceso de enseñanza-aprendizaje, maestros analógicos vs. alumnos digitales.
Y sucede que desde finales del siglo pasado estamos asistiendo a la ocurrencia de cambios en los sistemas de representación y transmisión de información y conocimiento. Así, el soporte analógico (papel, libros, lápiz, máquina de escribir) ha sido, en cierta medida, sustituido por un soporte digital (computadoras, internet, iPod, tabletas, celulares) cuya expansión, cada vez más notable, ha conllevado su introducción en todas las esferas de la sociedad. Los medios digitales han invadido nuestra realidad con impresionante fuerza y celeridad, de manera que se ha multiplicado el uso de correos electrónicos, redes sociales, celulares, en detrimento, por ejemplo, de las cartas o los faxes. Hoy hablamos de smartphone, smartwatch o smart TV, dispositivos que demuestran el grado de avance que se ha alcanzado en materia de tecnología.
Es preciso subrayar que las desventajas de las herramientas digitales son frecuentemente anotadas por múltiples medios que señalan el peligro de su uso indiscriminado. No obstante, también se ha enfatizado en las facilidades que ofrece para el desarrollo de procesos sociales muy diversos, incluida la enseñanza, por lo que se reconoce mundialmente su importante papel en el alcance del progreso que se desea.
En la extensa bibliografía sobre el tema —ya prácticamente inabarcable— es muy recurrente el acercamiento de los investigadores a las dicotomías que todo ello ha provocado. Se refieren, entre otras, a las oposiciones caos / linealidad, «nativos digitales» / «migrantes digitales» y alumnos digitales / maestros analógicos o tradicionales.
En este sentido, cabe hacer algunas precisiones. En primer lugar, es incuestionable que el caos, rasgo intrínseco del medio digital, ha venido a complementar, o reemplazar según la opinión de expertos, el orden que propone el mundo analógico. En segundo, es una realidad indiscutible el hecho de que los llamados «nativos digitales», esto es, las personas nacidas a partir de 1980, poseen una serie de competencias que los «migrantes digitales» deben adquirir y desarrollar tardíamente, porque han nacido en medio de un desarrollo vertiginoso de la tecnología y han crecido rodeados de ella. Por último, el profundo cambio que se ha producido en el ámbito de las comunicaciones y la transmisión de información ha llevado a nuevos planteamientos en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Este hecho ha determinado que la hasta ahora generalmente exigida presencia del que enseña y la inmediata y directa comunicación entre el maestro y el discípulo se vea mediada por una serie de factores característicos de la era digital, que ha producido un desajuste entre quienes enseñan y quienes aprenden; entre la formación y la preparación de quienes enseñan y las habilidades y las capacidades desarrolladas por quienes aprenden. De este modo, los maestros analógicos o tradicionales deben adaptarse a las particularidades de un proceso de enseñanza-aprendizaje que cuenta con la asistencia de herramientas que son manejadas hábilmente por los estudiantes y cuyos aportes son muy significativos.
Maestros analógicos vs. alumnos digitales supone la existencia de una brecha que impide una comunicación eficiente y productiva, situación que deben tratar de identificar y corregir los primeros porque, tal como afirmara Javier Tourón, vicerrector de Innovación y Desarrollo Educativo de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), «la escuela no puede ser analógica en un mundo digital, no es eficaz» (Noticias La Rioja, 2018). En tal sentido, entre las competencias digitales que debe desarrollar el profesor analógico se hallan: compartir información y contenidos digitales, desarrollar contenidos digitales, navegar y buscar información en internet y utilizar la tecnología creativamente.
Atendiendo a las cuestiones referidas, la presente investigación tiene como objetivo abordar la oposición maestros analógicos vs. alumnos digitales a partir de la visión que tienen los estudiantes acerca del fenómeno. Para ello, se preparó una encuesta que fue aplicada a 89 alumnos de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana. El estudio, de pequeño alcance, desde luego, debe tener en cuenta las características de la «era digital» en Cuba. Reconocemos, además, que se trata, sin duda, de una primera aproximación, de manera que habrá que continuar investigando para alcanzar resultados más integrales y completos.
Cabe destacar que la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana se reconoce internacionalmente como una prestigiosa escuela en la que se forman licenciados en Letras e Historia del Arte, carreras certificadas de excelencia por la Junta de Acreditación Nacional. Posee un claustro de profesores cuya brillante formación contribuye a que cada año se gradúen profesionales más preparados.
En Cuba se ha reconocido y manifestado la necesidad de lograr el desarrollo de una cultura digital que contribuya al alcance del progreso social que se espera y precisa. Aunque con anterioridad hubo intentos y resultados parciales, el inicio de los esfuerzos importantes y sistemáticos por informatizar la sociedad data, en lo esencial, del año 2000. Actualmente, se trabaja en función de la inserción de las tecnologías de la información y las comunicaciones en todas las esferas, proceso que se ha visto mediado e interrumpido en múltiples ocasiones por las limitaciones, sobre todo, de factores de carácter económico. Ello ha provocado que nuestro avance en materia de tecnología y de infraestructura para difundir medios digitales sea bastante lento.
Hace aproximadamente 15 años se masificó el empleo de teléfonos celulares y hace apenas solo 5, el uso de internet, con dificultades, por supuesto, debido al incipiente desarrollo de la infraestructura y a la imposibilidad de su mejoramiento a corto plazo. No obstante y aunque aún resulta insuficiente, hoy se cuenta con conexión en los celulares, en las casas, con zonas wifi en diversos espacios, con la extensión de la telefonía fija y con diversos servicios de navegación, pero es preciso señalar que no toda la población tiene acceso a ello debido a factores económicos.
Aun en estas circunstancias, el país siempre ha reconocido el importante papel de las herramientas digitales y las tecnologías en el desarrollo de la enseñanza y las ha insertado en todos los niveles desde la educación primaria, a través de la asignatura Computación. Asimismo, todas las escuelas cuentan con medios para el empleo de materiales audiovisuales y las universidades están conectadas a internet, lo que ha favorecido la realización de investigaciones académicas.
La encuesta diseñada (anexo) consta de cuatro bloques en los que se utilizan preguntas abiertas y cerradas y fue aplicada a 89 estudiantes de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de la Habana, cuya edad promedio es 22 años.
Partiendo de una breve caracterización de los maestros digitales y los analógicos, para la que se tuvieron en cuenta los aspectos aportados por la bibliografía, los alumnos debían responder cuántos profesores les imparten clases y, de ellos, cuántos consideran analógicos y cuántos digitales. Posteriormente, a partir de un listado de características de cada uno, debían seleccionar cuáles presentan sus profesores digitales y cuáles los analógicos y agregar alguna más si lo consideraban conveniente. Asimismo, debían referirse al grado de preparación que reciben por parte de sus profesores (especialmente los digitales) para realizar búsquedas en internet y expresar su nivel de satisfacción con las características de los dos tipos de maestros. Finalmente, debían decir si ellos se veían como alumnos digitales y por qué.
La primera conclusión es que los estudiantes consideran que les imparten clases más profesores digitales que analógicos. La cantidad de profesores declarada fue 43, de los cuales 24 (56 %) fueron calificados como digitales y 19 (44 %) como analógicos. Los digitales presentan las características que aparecen en la tabla 1.
Características | Resultados |
---|---|
Emplean presentaciones de PowerPoint, videos u otros materiales fílmicos o audios en las clases. | 91 % |
Publican los materiales de la asignatura en plataformas digitales. | 55 % |
Se comunican con los estudiantes a través de correo electrónico o redes sociales. | 70 % |
Emplean dispositivos como tablet o laptop en el aula. | 82 % |
Impulsan la investigación en internet. | 49 % |
Promueven la entrega de trabajos y tareas en formato digital. | 70 % |
Permiten el empleo de dispositivos electrónicos en el aula. | 61 % |
El 6 % de los estudiantes agregó una característica más: entregan los materiales de la asignatura en formato digital. Como se puede apreciar, el rasgo más notable es el empleo de presentaciones de PowerPoint, videos u otros materiales fílmicos o audios en las clases y el que menos se manifiesta es el impulso de la investigación en internet.
Por otro lado, en la tabla 2 se presentan los resultados de las valoraciones de los estudiantes acerca de las características de los profesores analógicos.
Características | Resultados |
---|---|
Emplean presentaciones de PowerPoint, videos u otros materiales fílmicos o audios en las clases. | 13 % |
No utilizan plataformas digitales para publicar los materiales de la asignatura. | 39 % |
No utilizan herramientas digitales para comunicarse con los estudiantes. | 39 % |
No permiten el empleo de dispositivos electrónicos en el aula. | 29 % |
Exigen la entrega de trabajos y tareas manuscritos. | 26 % |
Solo utilizan, en el aula, materiales impresos. | 35 % |
Promueven el estudio y la investigación a través de libros en formato físico. | 46 % |
Como se observa, la característica más común se refiere a la promoción del estudio y la investigación a través de libros en formato físico y la menos frecuente es el empleo de presentaciones de PowerPoint, videos u otros materiales fílmicos o de audio en las clases. Un porcentaje de estudiantes muy poco significativo agregó otras dos características: realizan ejercicios indicados en libros en formato físico y permiten el apoyo en medios digitales para el estudio.
Ahora bien, en cuanto al grado de preparación que reciben por parte de los profesores (especialmente los digitales) para realizar búsquedas en internet, debían responder en una escala del 1 al 5, siendo 1 el valor mínimo y 5 el máximo. Los resultados se presentan en la tabla 3.1
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | |
---|---|---|---|---|---|
Mis profesores me enseñan a realizar búsquedas en internet. | 48 % | 18 % | 27 % | 8 % | 0 % |
Mis profesores insisten en la idea de que al leer en internet hay que organizar y jerarquizar los materiales y establecer un orden para su estudio. | 9 % | 15 % | 21 % | 15 % | 34 % |
Mis profesores destacan la importancia de sintetizar, distinguir lo esencial de lo superficial y relacionar los contenidos de los materiales cuando necesito examinar un tema a través de internet. | 9 % | 8 % | 15 % | 18 % | 49 % |
En el caso del primer ítem, al que la mayoría de los estudiantes le otorgó el mayor valor, existe una correspondencia con las características de los profesores digitales señaladas, pues declararon, como se puede observar previamente, que la que menos manifiestan es el impulso de la investigación en internet. Por otra parte, al resto de los ítems le concedieron el mayor valor. Ello puede significar que los docentes no siempre ofrecen la preparación, pero se refieren al modo en que puede ser mejor utilizada una herramienta como internet.
Utilizando la misma escala debían expresar su nivel de satisfacción con las características de los dos tipos de maestros (Tabla 4).
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | |
---|---|---|---|---|---|
Aprendería más si todos mis profesores fueran digitales. | 17 % | 18 % | 30 % | 13 % | 12 % |
Puedo acomodarme a la manera en que imparten sus clases mis profesores analógicos. | 4 % | 10 % | 22 % | 27 % | 26 % |
Puedo acomodarme a la manera en que imparten sus clases mis profesores digitales. | 1 % | 2 % | 12 % | 24 % | 52 % |
Como se aprecia, el primer ítem no obtuvo ni la mayor ni la menor puntuación, lo que puede derivarse del equilibrio que se observa en el caso de las respuestas otorgadas a los otros dos. Si los estudiantes consideran que pueden acomodarse a ambos modos de impartir las clases, no precisan que todos los profesores sean digitales.
Finalmente, en la última pregunta debían decir si se consideran alumnos digitales y por qué. El 76 % respondió «sí», el 10 % «no», el 8 % manifestó ser digital y analógico y el 2 % alegó no ser ninguno de los dos.
Las principales razones que ofrecieron los que respondieron «sí» fueron las siguientes:
Las principales razones que ofrecieron los que respondieron «no» fueron las siguientes:
Las principales razones que ofrecieron los que afirmaron ser digitales y analógicos fueron las siguientes:
Por último, la principal razón que ofrecieron los que alegaron no ser ni digitales ni analógicos se basó en la identificación de la necesidad de que exista un equilibro entre ambos soportes.
Es válido señalar que los resultados obtenidos a partir de la aplicación de la encuesta poseen un valor incalculable ya que permiten conocer las necesidades de los estudiantes, de modo que pueden contribuir a que el proceso de enseñanza-aprendizaje en la facultad se adecue a ellas.
Según la visión de los alumnos, el claustro docente de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana está integrado por más profesores digitales que analógicos, lo que ocurre también en el caso del estudiantado. Por tanto, es posible afirmar que el fenómeno maestros analógicos vs. alumnos digitales no tiene una connotación significativa. No obstante, no debe desestimarse la opinión de aquellos estudiantes que manifiestan incomodidad con esta situación y, en tal sentido, es preciso atender a varias cuestiones.
Teniendo en cuenta la edad promedio, en muchos contextos estos jóvenes se consideran «nativos digitales», pero, en el caso específico de Cuba, su contacto con las tecnologías y las herramientas digitales se produjo desde una edad temprana, pero solo en la escuela; se presentó con fuerza hace solo algunos años. No nacieron rodeados de ellas ni en medio de la vorágine de desarrollo tecnológico que hoy vivimos. Es preciso considerar, además, que una parte significativamente amplia de la población cubana no tiene acceso a esos medios debido a su bajo poder adquisitivo; por tanto, muchos de estos jóvenes han crecido rodeados de medios analógicos, a lo que puede deberse su preferencia por este soporte.
Ahora bien, una gran parte de los estudiantes de la facultad investiga en internet, a pesar de manifestar la mayoría que los profesores no les enseñan. Ello puede deberse al hecho de que en ambas carreras, Historia del Arte y Letras, son escasos los materiales físicos para el estudio y la institución cuenta con medios que favorecen el acceso a la web. La rapidez con que pueden localizar la información es indiscutible.
A partir de todo lo anterior y considerando las características de las competencias digitales que deben alcanzar los alumnos en los diferentes grados, a saber: información, comunicación, creación de contenidos, seguridad y resolución de problemas, resulta evidente que nuestros maestros, aun cuando puedan ser considerados digitales por los estudiantes, no logran su cabal cumplimiento, sobre todo en dos ámbitos fundamentales: la información y la resolución de problemas.
Ello significa que los maestros no favorecen que los estudiantes aprendan a gestionar adecuadamente la información en el sentido de saber analizar e interpretar la información que se obtiene, examinarla, evaluarla, y sobre todo de saber transformar esa información en conocimiento. De esta manera, resulta insuficiente el modo en que se acercan a la información en cuanto no saben buscar ayuda para resolver problemas teóricos y técnicos, lo que exige una combinación sensata y equilibrada tanto de las tecnologías digitales como de las no digitales.
En cualquier caso, sirvan estos datos como botón de muestra para considerar:
Como antes y como hoy la primera forma de acceder al conocimiento es la curiosidad, continuemos estimulándola y favoreciéndola, con estrategias y sensatez, ahora —eso sí— con el beneficio de las nuevas tecnologías.
Encuesta aplicada a los estudiantes
FACULTAD DE ARTES Y LETRAS
UNIVERSIDAD DE LA HABANA
CURSO 2018-2019
Carrera: __________ Año escolar: _____ Sexo: ___ Edad: ___
Estimado/a estudiante:
Con motivo de una investigación en curso, es de nuestro interés que respondas la siguiente encuesta. Para ello, debes conocer las características de los profesores digitales y los analógicos. Son calificados como «digitales» los maestros que utilizan herramientas digitales y promueven su empleo entre los estudiantes como parte del proceso enseñanza-aprendizaje. Por otro lado, son denominados «analógicos» aquellos que emplean métodos tradicionales para la transmisión de conocimientos, es decir, medios físicos como el papel o los libros, y no utilizan, o lo hacen muy poco, materiales digitales.
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | |
Mis profesores me enseñan a realizar búsquedas en internet. | |||||
Mis profesores insisten en la idea de que al leer en internet hay que organizar y jerarquizar los materiales y establecer un orden para su estudio. | |||||
Mis profesores destacan la importancia de sintetizar, distinguir lo esencial de lo superficial y relacionar los contenidos de los materiales cuando necesito examinar un tema a través de internet. |
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | |
Aprendería más si todos mis profesores fueran digitales. | |||||
Puedo acomodarme a la manera en que imparten sus clases mis profesores analógicos. | |||||
Puedo acomodarme a la manera en que imparten sus clases mis profesores digitales. |