Alianza para el tercer milenio: la palabra y la informáticaVictórico Rodríguez y Lourdes Feria
(México)

Entrar a Zacatecas —que de por sí es una ciudad de fábula, una ciudad color de rosa y barroca, en la que dan ganas de quedarse contemplando la fachada de la Catedral durante horas— ha sido llegar a una fiesta:

toda la ciudad decorada con banderas de México y España y, en casas, bancos y comercios, gallardetes con el logotipo del congreso mostrando la figura de la sonriente Gramática, que sostiene una letra «Ñ» en la mano y como fondo dos elementos: una enorme «X» y la silueta de un disco compacto, instrumento en torno al cual gira esta ponencia.

Tres décadas de magia: de la computadora inaccesible de los años setenta al ciberespacio de los noventa.

El surgimiento de las llamadas computadoras personales (PC) vino a revolucionar el uso de las tecnologías de información. Hasta los años setenta difícilmente se había incorporado a la computadora como una herramienta para el procesamiento de información, menos aún para su recuperación. Es a partir de los años ochenta cuando surge en el mercado la computadora personal, y a pesar de sus limitaciones de memoria y de capacidad de almacenamiento pronto empezó a ganar terreno.

Es justamente el desarrollo acelerado de bases de datos, a través del uso de las PC y de paquetes accesibles, lo que empezó a demandar mayores capacidades de almacenamiento en los equipos de cómputo y el uso de un instrumento que permitiera la transferencia segura de información.

El mundo de la comunicación ha experimentado un progreso técnico que aún hoy es difícil de asimilar. Pensemos tan sólo en la revolución que ha ocasionado la computación en la industria editorial a partir de los programas de diseño gráfico y de edición por computadora, así como la transformación de los sistemas de impresión. No es casual que el impacto de la computadora y su intercomunicación mundial sea equiparable con la revolución cultural que provocó la invención de la imprenta. Los costos de edición y de distribución se reducen considerablemente al usar los medios electrónicos.

Dentro de este contexto, el insumo seguirá siendo el mismo: la información. Lo que está cambiando de manera acelerada es el medio. Ahora es común adquirir colecciones completas de revistas científicas en Cd-rom y consultar su actualización a través de Internet o realizar, a través de este mismo medio, la lectura de la prensa más importante del mundo. Del lugar de los hechos el periodista recoge la información, la transcribe en su computadora y vía módem la transmite a la redacción de su periódico para que de ahí la ubiquen en una página Web para su lectura en cualquier parte del mundo y, lo que es más importante: en la casa de cualquier usuario conectado a estos servicios de comunicación electrónica.

Si los procesos de edición se han transformado, es natural que los servicios de acceso a la información se transformen también. La función del especialista en información deberá reorientarse. Los mecanismos de almacenamiento, conservación y recuperación serán totalmente distintos a los de la década pasada.

La educación, por su parte, sufrirá a través de los medios modernos de edición una transformación. Los sistemas multimedia y los mecanismos de interactividad están produciendo una gran cantidad de materiales didácticos que amplían las opciones de aprendizaje y que pueden consultarse a través del Cd-rom o de Internet.

Las fuentes referenciales (enciclopedias, diccionarios, anuarios, etc.) han sido las primeras en ser incorporadas al uso de las tecnologías actuales. La cantidad de títulos de estas fuentes disponibles en Cd-rom es impresionante.

Según las estadísticas, la publicación de títulos de Cd-rom ha crecido de 48 títulos en 1986 a 6500 en 19961. Por su parte, la red más grande del mundo, Internet, contaba en 1995 con 3 millones de computadoras conectadas y alrededor de 30 millones de usuarios, cifra que se duplica cada seis meses.

Cabe señalar que los procesos de edición están siendo normalizados a fin de lograr la uniformidad en los criterios de registro, transferencia y recuperación de la información. Ejemplo de ello lo constituyen las herramientas de edición electrónica y los lenguajes normalizados de —marcado—, cuyo propósito es crear publicaciones para su consulta, lectura, exportación y —navegación— tanto en Cd-rom como en línea. Asimismo, los llamados hipertextos se han convertido en una herramienta importante, fundamentalmente para la presentación de información textual combinada con imágenes, cuya principal aplicación se ha dado en el Cd-rom.

Si el medio está transformando el acceso a la información haciéndolo más rápido, más amplio y más preciso, el nivel de los usuarios será otro: demandarán mayor información, con mayor oportunidad y precisión; pero a cambio participarán más en la búsqueda directa de su información, puesto que contarán con los elementos para hacerlo.

Y es que la cultura de la información y la cibernética están invadiendo discreta, efectiva y rápidamente todos los campos, entre ellos las bibliotecas, que hoy en día, además del manejo de libros, se transforman en espacios donde se interrelacionan diversos medios y formatos para el servicio, en tanto que a la labor de resguardo y preservación se suma cada vez más la de difusión y acceso a la información. Estamos viviendo una revolución que se propone impactarnos tan profundamente como sucedió cuando se evolucionó de los documentos manuscritos a los tipos móviles.2

Por su parte, los nuevos procesos de edición contribuirán en buena medida a que esto suceda, al distribuir información con un valor agregado: la sistematización, que nunca fue posible lograr con los medios impresos. Ejemplo de ello lo constituyen las colecciones de revistas científicas que se distribuyen en Cd-rom, que incluyen mecanismos de recuperación por cualquier palabra del texto y que simplifican la búsqueda de información, o bien, a través de Internet, usando los múltiples mecanismos de búsqueda.

En consecuencia, el nuevo usuario no requerirá, por ejemplo, de acudir físicamente a las bibliotecas. El servicio de acceso a la información lo podrá realizar desde su casa durante las 24 horas del día. Esto no es ficción: actualmente ya existe esta posibilidad a través de la biblioteca electrónica, lo que sin duda le convierte en un usuario más experto, más independiente y mejor informado. Por su parte, las tecnologías actuales están cambiando el concepto tradicional de la biblioteca, convirtiéndola en una instancia más atractiva para el usuario.

Las tecnologías de informática y telecomunicaciones han evolucionado de manera muy acelerada, logrando una compatibilidad sorprendente. Si en una etapa el desarrollo de dos tecnologías como son la de Macintosh y la de IBM y su gama de compatibles marcaron dos vertientes distintas, el surgimiento de las redes y sus diferentes protocolos propiciaron la comunicación de varias tecnologías de computadoras y sus respectivos sistemas operativos. En este sentido, podríamos señalar tres importantes líneas de desarrollo tecnológico: la primera, orientada al desarrollo de las computadoras; la segunda, orientada al desarrollo en la tecnología como instrumento de almacenamiento y distribución, y la tercera, más reciente, aplicada a la tecnología de redes.

El desarrollo de las computadoras se ha basado fundamentalmente en la evolución de la industria de los PC. Como señala Bill Gates, «con el tiempo estas máquinas encuentran acomodo en nuestra vida cotidiana porque no sólo ofrecen comodidad y ahorran trabajo sino también inspiran ideas elevadas y creativas. Les tomamos simpatía. Adquieren una plaza, un lugar de confianza junto a nuestras otras herramientas. Una generación nueva crece a su lado cambiándolas y humanizándolas. En resumen, jugando con ellas».3

En efecto, se convirtieron en la herramienta de los niños, los jóvenes y los adultos, abriéndose con ello un mercado impresionante. Según datos de la revista PC Magazine, las computadoras personales representaron casi un 80 por ciento de todas las computadoras de escritorio vendidas a nivel internacional en 1992, y para 1996 la cifra que reporta Dataquest a través de Internet es de 50 millones de unidades en el mundo, de las cuales sólo 2 millones se encuentran en América Latina, y se pronostica que para 1999 estas cifras se duplicarán.

La revolución importante de esta familia se inicia con el procesador 80286, cuya capacidad de memoria y de disco duro así como su velocidad de proceso, combinándose con el impresionante desarrollo de software que se da a través de Microsoft, permiten ejecutar procesos más o menos serios.

Su evolución posterior con los procesadores 80386, 486 y Pentium, así como las posibilidades de compartir recursos que se dieron a través de las redes locales, y más aún con la posibilidad de conexión a Internet, dio como resultado una expansión cuyas consecuencias no podemos siquiera imaginar.

Es importante destacar también que dentro de este desarrollo de los PC, su evolución hacia el uso de multimedia ha propiciado un mayor crecimiento en su demanda y una variedad de aplicaciones orientadas tanto a los aspectos de educación como a los de recreación.

Se estima que en 1993 sólo en Estados Unidos había 3,6 millones de PC con equipo multimedia; en 1994 los equipos de multimedia instalados aumentaron a 13,4 millones en EE. UU. y 2,7 millones en Europa, y para 1995 se calculó una cantidad de 22 millones de equipos PC.

Por su parte, la tecnología de Cd-rom, surgida a mediados de los años ochenta, ha tenido también una vertiginosa evolución. Su capacidad de almacenamiento y su velocidad de lectura ha ido incrementándose de manera importante y su aparición en el mercado antes del «boom» de Internet le permitió consolidar sus aplicaciones como el instrumento ideal para la distribución de información.

De su primera aplicación como disco de audio, evolucionó muy rápidamente hacia Cd-rom definiéndose modelos para el registro de la información con la posibilidad única de lectura. Posteriormente fue posible, con la evolución del software, empezar a manejar grandes volúmenes de datos, y su uso para distribuir colecciones completas de publicaciones fue cada vez más generalizado. Muy pronto surgieron también las posibilidades de combinar datos e imágenes, con lo que aparecieron discos de mayor capacidad y consecuentemente lectoras de mayor velocidad, que podían en tiempo real combinar el audio con el vídeo y con los datos, hasta convertirse en el instrumento ideal para distribuir programas multimedia.

En este sentido, los productos en Cd-rom que se distribuyen a nivel mundial tienen las siguientes características: a partir de su plataforma los Cd-rom para PC cubren el 50 por ciento de la producción, los desarrollados en plataforma Macintosh ocupan el 25 por ciento, y el resto se distribuyen entre cd-i, 3do y videocd.

Por la presentación de su información, esta misma producción mundial de Cd-rom se podría dividir en las siguientes categorías: los discos de texto completo cubren un 23 por ciento, los de imágenes únicamente cubren un 12 por ciento, los de multimedia también 12 por ciento, los bibliográficos un 8 por ciento, los referenciales un 6 por ciento, y el resto se dividen entre gráficos, estadísticos, de programas de computadora y vídeo.4

En cuanto a las áreas temáticas que estos discos cubren, el mayor desarrollo se orienta al entretenimiento, seguido por los referenciales, los de películas, literatura y los discos infantiles de educación.5

En relación con el mercado de los Cd-rom, se estima que en promedio en 1993 se distribuyeron 16,5 millones de copias. En ese mismo año los títulos de multimedia en ese soporte se incrementaron a nivel mundial en un 227 por ciento y se estima que se distribuyeron 53,9 millones de Cd-rom en ese mismo año.

Por su parte, la competencia por el logro de mayores capacidades de almacenamiento en los Cd-rom fundamentalmente orientados a la multimedia ha propiciado una alianza entre las empresas Sony y Phillips, quienes crearon una variante del Cd-rom denominada Multimedia Cd-rom que permite almacenar hasta 3,7 gigabytes de datos para competir con Toshiba, que desarrolló el Super Compact Disc, que permite almacenar hasta 5 gigabytes.

Según datos de la revista Scientific American, se estima que en 1996 se vendieron en el mundo aproximadamente 35 millones de lectores de Cd-rom, y la segunda generación de Cd-rom estará basada en la tecnología dvd (Disco Versátil Digital), el cual estará respaldado por diez de las más importantes compañías de hardware. Será del mismo tamaño de los Cd-rom, con la ventaja de que podrá almacenar 14 veces más información que los convencionales, es decir 17 gigabytes, y serán consultados con lectores de 9 velocidades por ambos lados. Este formato permitirá almacenar películas completas digitalizadas, así como programas de multimedia de mayor amplitud.

En otro orden de ideas, la evolución de las telecomunicaciones ha dado vigencia en el título de la información al concepto de la «Aldea Global», término acuñado por McLuhan hace ya varias décadas. Es, sin duda, el medio que más impacto ha tenido en su desarrollo para beneficio de los usuarios de la información.

Su penetración ha tenido impacto en tres áreas principales:

1. Desarrollo de tecnología de cómputo y de redes locales.

2. Desarrollo de sistemas de telecomunicaciones como son las redes telefónicas o las redes metropolitanas de distribución de vídeo por cable.

3. Mejora de los contenidos de los servicios ofrecidos.

Estas tres áreas están tan íntimamente relacionadas que a medida que los usuarios requieren una aplicación cuyas características impliquen una mayor cantidad de transferencia de información, se requiere un mejor equipo de cómputo y medio de comunicación para poder llevarla a su destino final con la mayor fiabilidad y eficiencia.

Dentro de los nuevos servicios se pueden anotar: vídeo en demanda, servicios de información, entretenimiento, juegos, voz, televisión interactiva, telecompras y pagos de servicios a distancia, telemedicina, educación a distancia, videotelefonía, videoconferencia e interconexión de redes telemáticas y de conmutadores de voz privados.

El límite tradicional de ancho de banda desaparece con la introducción de nuevas técnicas de codificación y de modulación de señales lo cual permite que la información sea transportada eficazmente hasta el abonado, quien cuenta con un sistema receptor. La tendencia es cursar estos tráficos (vídeo, datos y voz) utilizando el mismo medio de comunicación; pero para lograr esto se debe contar con la infraestructura adecuada, es decir, contar con una red para servicios de multimedia.

Los medios que ofrecen estas ventajas, mayor ancho de banda, mayor velocidad, son el cable coaxial combinado con la fibra óptica. Actualmente las compañías de distribución de señales de televisión por cable (sistemas catv) están adecuando su infraestructura para soportar estos servicios y transportar señales de alta calidad y capacidad a las casas de los televidentes o hasta lo que se conoce como la «última milla».

Así, con esta infraestructura se tiene la capacidad para proveer servicios de banda amplia hasta el cliente final para, de esta manera, permitir que los suscriptores logren una mayor variedad de canales y en el futuro reciban más información, incrementando así los lazos de comunicación de las ciudades, manejando el nuevo concepto de ciudad cableada o ciudad del futuro.

Había una vez, cerca del mar, un centro productor de Cd-rom en español.

Recientemente ha escrito Carlos Fuentes:

Las nuevas tecnologías pueden emplearse no sólo para preservar sino para renovar una herencia literaria […] Los Cd-rom pueden utilizarse a la manera de verdaderas antologías literarias por el uso de los sistemas multimedia […] Vasconcelos, con la ayuda del Cd-rom, hubiese logrado un milagro comparable para sus ediciones de Homero y Virgilio.6

A primera vista, desarrollar una empresa de asimilación tecnológica orientada a difundir el conocimiento en lengua española en soportes de este tipo se antoja inalcanzable.

Sin embargo, un ejemplo muy «a la latina» que ha venido creciendo en los años recientes se ha dado en una universidad mexicana, pública, localizada en uno de los estados más pequeños de México: Colima, donde en 1983 inició un proyecto para desarrollar en esa institución el sistema bibliotecario que en esos momentos era prácticamente inexistente. El objetivo era crear las bibliotecas y ponerlas en funcionamiento; pero esto no quedó allí.

Con los escasos recursos existentes, pero con mucho entusiasmo, se iba avanzando en la adquisición y organización de acervos, formación de personal y otros aspectos. Mientras esto ocurría, se daban los primeros pasos en el desarrollo de un software para la automatización de bibliotecas (siabuc) que se constituyó en el elemento de ingreso al mundo de la informática y tras el que siguieron otras experiencias, como la de edición de discos compactos, que parecía tan arriesgada y utópica (aunque sabemos que los grandes proyectos contienen mucho de estos ingredientes).

Además de llevar a cabo una amplia investigación sobre tecnología, posibilidades de producción, empresas y otros aspectos relacionados con los discos compactos, no ya de grabaciones musicales sino de información computarizada, se tenía que conseguir financiación para hacer al menos un disco, de manera que comenzó la tarea de solicitarlo a varias instituciones, hasta que en junio de 1989 la Subsecretaría de Educación Superior e Investigación Científica de la Secretaría de Educación Pública, aportó los recursos para iniciar el proyecto que a la vuelta de dos años pudo ya funcionar autofinanciadamente.

En la edición del primer disco compacto tuvo mucho que ver la fuerza de voluntad y la constancia de cada una de las personas que intervinieron en este proyecto elaborado en la Universidad de Colima: tres meses de trabajo las 24 horas del día, con cuatro PC de reducida capacidad, y lo más importante: un grupo de quince personas ingresando datos, generando índices, desarrollando software y verificando control de calidad, permitieron tener lista en la fecha señalada la información que habría de llevarse a bireme/ops en Brasil para preparar el master que posteriormente sería reproducido en 300 ejemplares. Esto dio sus frutos cuando tres meses más tarde, en septiembre de 1989, estaba terminado el primero de nuestros discos compactos: Bancos Bibliográficos Mexicanos.

El segundo Cd —editado en 1990— también se hizo en Colima con el apoyo de Brasil para el proceso de master, pero a partir del siguiente año se adquirió el equipo necesario para hacer el proceso en casa. Comenzó entonces una intensa actividad de producción, que muchas veces requirió pasar noches en vela y días enteros en la universidad, pero con la satisfacción de conseguir más y más productos terminados: siete títulos en 1991, diecisiete en 1992, más de treinta en 1993 y el compromiso de editar casi un Cd por semana en los siguientes años.

Este creciente nivel de producción trajo como consecuencia la creación del Centro Nacional Editor de Discos Compactos (Cenedic), con personal propio, con actividades y objetivos perfectamente definidos, independiente del área de bibliotecas, funcionando como empresa autosuficiente.

Entre los discos compactos editados por el Cenedic se pueden identificar cinco grandes líneas de producción: referencial, texto completo como imagen, texto completo en caracteres ascii, texto e imagen y multimedia. Cada uno de ellos involucra para su edición diversas actividades. El referencial requiere cubrir etapas como: identificación de la información, diseño de la base de datos, captura y/o conversión de registros, programación, desarrollo de interfaces, revisión, control de calidad, diseño gráfico, impresión y reproducción (Bancos Bibliográficos Latinoamericanos, Latinoamericano de Agricultura, etc).

Para los discos de texto completo como imagen se necesita digitalizar el texto y conservarlo en la computadora de manera gráfica (Artemisa, Argena, etc.); y los de texto completo en caracteres ascii requieren efectuar el proceso de digitalización antes mencionado y además necesitan convertir el modo gráfico en el que originalmente se graban al modo texto en el que serán usados para fines de recuperación; para ello se utiliza un software de reconocimiento óptico de caracteres (ocr); algunos de los productos de esta línea son los de Legislación Federal, las revistas Nexos, Comercio exterior, etc.

Los discos de texto e imagen requieren procesar el texto y digitalizar las imágenes (fotografías, diapositivas, vídeo, etc.), armar secuencias de datos e imagen y realizar exhaustivos procesos de control de calidad: determinación de luz, enfoque, filtros, intensidad de colores, resolución, paleta de colores, etc. (Museos, José María Velasco, etc.). Y los discos multimedia implican tanto el manejo de imágenes en movimiento, como la sincronización de datos, audio y vídeo (Arte Popular Mexicano, Atlas Pesquero, etc.).

Otros productos incluyen información sobre la bibliografía mexicana y latinoamericana, como los de Ciencia y cultura en Chile, Revista mexicana de la comunicación, Cuadernos americanos, Fondos bibliográficos conventuales, Librunam (acervo de las bibliotecas de la Universidad Nacional Autónoma de México), publicaciones del Fondo de Cultura Económica y diccionarios de escritores mexicanos.

El catálogo del Cenedic registra hasta el momento de escribir este texto más de cien títulos, los mismos que se han producido a solicitud de las instituciones propietarias de los derechos de la información en ellos contenida, quienes han contratado los servicios del Centro. Entre ellas se encuentran organizaciones gubernamentales, empresas privadas, bancos, universidades, editoriales y ONG de diversos países de América Latina. En todos los casos se ha cubierto previamente la formalización de los requerimientos legales.

En marzo de 1995 la Unesco, a través de su director, Federico Mayor Zaragoza, expidió un acuerdo concediendo a la Universidad de Colima la categoría de Centro Regional para la Producción de Discos Compactos y Tecnologías de Información, lo que representa un enorme compromiso en la tarea de «lograr un desarrollo armónico de la lengua española como vehículo de comunicación acorde con su dimensión cultural».7

Una realidad no virtual: biblioteca electrónica, ciudad cableada y multimedia interactiva.

Hasta aquí hemos referido lo que tiene que ver con producción; vamos a tocar ahora un tema fundamental: el de los servicios, es decir, el puente entre quienes generan el conocimiento que se transmite mediante los sorportes electrónicos y quienes acceden a él.

Todas estas vivencias descritas nos han llevado a tener un papel activo en el desarrollo de la infraestructura de cómputo y telecomunicaciones y en la modernización de las bibliotecas, con la intención de facilitar el acceso a las miles de fuentes de información disponibles en todos estos nuevos formatos, no solamente Cd-rom sino recursos Internet.

Por ello se ha puesto en servicio la Biblioteca Electrónica de la Ciencia, punto de coincidencia del personal académico dedicado a la investigación y la educación de posgrado que, usando la cibernética representa el centro de las comunicaciones entre el presente y el pasado. La Biblioteca Electrónica sirve también como elemento de motivación para que los estudiantes de licenciatura encuentren su vocación científica y se mantengan en contacto directo con las ciencias, y para que el público en general cuente con la posibilidad de tener acceso a la información que le ofrecen las nuevas tecnologías.

Para lograrlo se tienen en funcionamiento servicios como: acceso a los acervos bibliográficos, hemerográficos, cartográficos, Cd-rom e Internet; utilización (previa solicitud) de las distintas salas de la unidad de congresos; servicio de cubículos, fonoteca, periódico electrónico, cursos y talleres sobre nuevas tecnologías y orientación a usuarios.

Desde los tiempos en que las colecciones estaban integradas por los libros encadenados y en que los bibliotecarios eran solamente los custodios de los libros, las bibliotecas han evolucionado muchísimo y estamos entrando en el siglo xxi apoyándonos en las computadoras, los telefax y las redes. Con ello no se pretende que el libro desaparezca. El libro, el amado libro, es necesario por siempre entre nosotros, a la par que estos instrumentos adicionales que representan una nueva posibilidad, una promesa como la nombra Dowlin:

La promesa es muy simple: la biblioteca electrónica es un ingrediente importante para la calidad de vida en las sociedades futuras; las bibliotecas y los bibliotecarios tienen la responsabilidad de hacerla realidad. El proceso no es simple, requiere manejar con maestría muchas y muy variadas herramientas por parte de quienes serán los encargados de darle vida.8

La misma formación de usuarios tiene que ser ahora más completa y propiciar una cultura de la información y de la informática y, dentro de este nuevo concepto, estamos obligados a entender las computadoras y las telecomunicaciones como una posibilidad más de crecimiento y desarrollo de los países, dejando atrás posibles espejismos y buscando alternativas para evitar la homogeneidad de las culturas, la censura y la manipulación.

Por ello también trabajamos en dos proyectos que consideramos fundamentales, uno de ellos es el de Ciudad cableada, esfuerzo conjunto entre la universidad y la empresa de televisión por cable del estado de Colima, que ha iniciado ya el establecimiento una red troncal radial de fibras ópticas para interconectar a toda la localidad y, de esta manera, ofrecer a los usuarios, además del acceso a los canales de telecable, el servicio de acceso a Internet, a la Biblioteca Electrónica y a las colecciones de Cd-rom desde sus casas, sin necesidad de tener modem ni línea telefónica dedicada especialmente a este fin.

El otro proyecto es el del Centro Universitario de Producción de Medios Didácticos, inaugurado en 1996 y en donde pedagogos, diseñadores, informáticos y una multiplicidad de profesionales trabajan en la generación de productos interactivos en apoyo a la enseñanza no solamente universitaria, sino en todos los niveles, porque compartimos un sueño, el mismo que confesó en agosto de 1995, en Estambul, ante un auditorio de tres mil profesionales de la información, el intelectual turco Talat Halman:

… sueño [con] un renacimiento global donde todas las sociedades y los individuos, aunque se sirvan de las bondades tecnológicas de la civilización, no perderán sus culturas propias y auténticas; la comunicación computarizada no estará confinada al inglés, todos los idiomas nacionales conservarán su integridad sin supresiones; y las naciones aprenderán acerca de las creencias, doctrinas y valores culturales de otras en un espíritu de tolerancia y armonía9.

Bienvenida sea entonces la tecnología, claro está; pero la tecnología como soporte, como una posibilidad más que apoye el trabajo de creación, difusión y acceso a los contenidos que han de ser transmitidos a través de estos nuevos instrumentos, que se comprometa ante la urgencia de democratizar el acceso y alentar esta nueva alfabetización; ya que, si bien es preocupante que haya personas que no leen, también lo es pensar que hay todavía mucha gente que no tiene acceso a los nuevos medios cuando ya es un hecho el que hoy en día, por ejemplo, Sor Juana puede ser leída no solamente en los manuscritos originales que dejó escritos de su puño y letra, sino en toda su obra publicada en libros, vídeos, programas de televisión y ahora en Internet; Pablo Neruda puede disfrutarse, estudiarse y conocerse lo mismo en un impreso que en un Cd-rom multimedia y con tan sólo teclear: «CDNeruda», podemos escucharlo decir: «Puedo escribir los versos más tristes esta noche» o «Quítame el pan, si quieres, quítame el aire, pero no me quites tu risa…» al tiempo que hacemos un recorrido virtual por sus casas, o repasamos sus fotografías en multimedia.

Así como en un tiempo los medios para transmitir la información, el conocimiento y la cultura fueron las tablillas de arcilla, los rollos de papiro, los códices y, más tarde, el libro, ahora son también los soportes tecnológicos los que participan de la noble misión de preservar y de difundir el patrimonio cultural que nos han legado las mujeres y los hombres de todos los tiempos y que seguimos acrecentando, inventando, soñando y plasmando ahora en forma de bytes, que grabamos en Cd-rom y transmitimos por fibras ópticas.

Miramos con optimismo la tecnología porque estamos convencidos de que acerca a las personas y, dado que amamos la lengua y la cultura del español por ser la lengua y la cultura de nuestros padres, de nuestros abuelos y de mucha gente muy querida, nos sentimos agraciados de compartir estas ideas en este foro, donde personalidades tan importantes se han reunido a analizar, entre otros, el tema de la relación de la tecnología y la lengua española para encontrar la manera de que ambas logren una feliz convivencia en beneficio de todos.

Notas

  • 1. The cd-rom directory / TFPL.Volver
  • 2. Myers, J.E. «Surfing the sea of stories: riding the information revolution», en Internet librarian, junio de 1993. p. 30A. Volver
  • 3. Gates, Bill, Camino al futuro, México, Mc. Graw Hill, 1995. Volver
  • 4. The cd-rom directory / TFPL. Volver
  • 5. The cd-rom directory / TFPL. Volver
  • 6. Fuentes, C., Por un progreso incluyente. México: Instituto de Estudios Educativos y Sindicales de América, 1997. p. 114. Volver
  • 7. Congreso Internacional de la Lengua Española (1 : 1997 : ZACATECAS). Programa. Abril, 1997.  Volver
  • 8. Dowlin, Kenneth E. The electronic library, New York, Neal-Schuman, 1984. Volver
  • 9. Halman, T. «From Babylon to liberspace». En American Libraries, V. 26, (9), Oct. 1995. Volver