Les presento el «Magister en Comunicación de la Ciencia» que hemos puesto en marcha en la Universidad Complutense, y que va a ser dirigido por don Ángel Martín Municio.
Su dirección supone una garantía de rigor, de calidad, de excelencia para ese título propio en el que hemos trabajado durante mucho tiempo con una extraordinaria ilusión. El título es: «Presentación de un Máster en Comunicación de la Ciencia», y efectivamente se trata de formar a los que van a responsabilizarse de la difusión, o la divulgación de los mensajes relacionados con la ciencia y la tecnología.
Primero haré una muy breve reflexión sobre lo que ha impulsado el espíritu de este curso, de este Magister, y después don Ángel, como director del mismo, les explicará cómo y con qué criterio se ha estructurado.
Personalmente, empecé a preocuparme por la comunicación en el ámbito científico cuando estaba todavía estudiando la licenciatura de químicas —ciencias químicas— y, de hecho, buena parte de mi tesis doctoral la apliqué a aplicar modelos interdisciplinarios, a aplicar metodologías sistémicas, métodos interdisciplinarios, a problemas de investigación científica. Me di cuenta de algo dentro del propio campo científico, y es que los especialistas, a medida que se iban especializando, iban perdiendo visión global incluso dentro de la propia ciencia química.
Por ejemplo, en los primeros cursos que iniciábamos en la facultad todos los estudiantes teníamos una visión de la ciencia química muy unitaria, pero después de un curso de especialización, los compañeros que habíamos estado toda la carrera juntos, empezábamos a tener problemas de entendimiento, saber qué era lo que realmente estaba haciendo ese compañero.
Cuando empecé a reflexionar sobre la necesidad de aplicar métodos que tenían que ver con la ciencia de la comunicación, la comunicación científica, y dentro del campo científico entendía que era principalmente urgente poner a disposición de todos los especialistas un modelo de comunicación interdisciplinaria, para poder después dar un paso y llevar ese método a la comunicación de masas.
De ahí salió un trabajo de investigación mío que se publicó, sobre modelos de comunicación especializada, y tiene más o menos la siguiente estructura: se han descrito tres niveles de comunicación en el ámbito de los especialistas, o de los científicos, teniendo en cuenta que cada especialista está inmerso dentro de una especialidad que le engloba, de manera que el señor que se dedica a física del estado sólido, a la cristalografía, a la química inorgánica, ha de decir: «se supone que está dentro de un ámbito científico que se define como las ciencias químicas y las ciencias químicas están dentro de un ambiente científico que se define como las ciencias experimentales», llamadas ciencias duras.
Esos planteamientos definían una metodología sistémica, aplicando la teoría general de sistemas, y de ahí, de alguna forma, en el ámbito periodístico lo que hice fue extrapolar a los tres niveles de comunicación especializada en el ámbito ya de los medios de comunicación de masas, que tiene que ver con la primera ponencia mía, aquella en la que les hablaba de tres niveles de especialización, es decir, los niveles que estaban en ámbitos de audiencias más selectivas o más amplias.
Entre el ámbito de las ciencias experimentales, que era un ámbito ya muy amplio, y el ámbito de los terceros niveles de información científica en el ámbito periodístico, no había prácticamente ninguna separación. Es decir, un lector de Scientific American, por ejemplo, es un señor que está dentro del ámbito de las ciencias experimentales, por ejemplo. Entonces los modelos de comunicación se podían, de alguna manera, simplificar.
Ésta es una reflexión que nos lleva efectivamente a una necesidad de ver en el periodismo científico que está mal expresado; no es la adjetivación del periodismo lo que queremos hablar aquí, sino más bien los contenidos sobre los que queremos comunicar. Había una necesidad que era la de profundizar científicamente en dos aspectos:
—la comunicación de la ciencia, y
—la comunicación en el ámbito de los propios especialistas.
¿Qué es lo que está ocurriendo? Íbamos a inventar el periodismo científico, llamado así de una forma coloquial; pues no. La verdad es que había allá, durante muchísimos años, una gran tradición. Por ejemplo, en Estados Unidos, en la década de los treinta y los cuarenta, había censados más de 110 —entre 110 y 120— periodistas científicos, o scientific journalists,en definitiva escritores de periodismo científico.
Pero, déjenme que haga una reflexión sobre este asunto. Ninguno de estos 120 periodistas fue capaz de desencadenar un debate social sobre el tema de la energía atómica. Mientras, en el armador donde se estaba construyendo la bomba atómica, los americanos se divertían leyendo historietas de cómo serían los marcianos de las naves interplanetarias, de cómo sería la sala de los hogares del futuro, de qué máquinas iban a revolucionar la robótica aplicada a la limpieza del hogar. En definitiva, todo aquello que las revistas o los periódicos entendían que podía ser un producto fácil o de fácil consumo periodístico.
Cuando la sociedad norteamericana se percata de lo que ha ocurrido en la investigación científica y la aplicación de esa investigación científica, cuando estalla la primera bomba atómica y, por tanto, la humanidad se entera de que existe la energía atómica, empieza a haber un debate apasionante sobre quién es el responsable, sobre cómo no se había informado de este asunto, sobre por qué no había un debate previo sobre estas cuestiones, y hay, en definitiva, una literatura amplísima sobre la cuestión de la responsabilidad social de la ciencia.
Responsabilidad social de la ciencia que, independientemente de opiniones diversas, no se ha llegado a ninguna conclusión rotunda. Efectivamente los científicos siempre estaremos en contra de que se nos marquen determinadas situaciones coercitivas, pero también los propios políticos tienen que ser conscientes de que el científico tiene que tener su propia libertad.
En definitiva, entendemos que la mediación de que se viene hablando tanto tiempo en este Congreso de los medios, tenía que asumir una cierta responsabilidad sobre el tema de la divulgación de la ciencia, con otro planteamiento distinto, más orientado a los contenidos que a la forma o a la estructura periodística de los contenidos que, es decir, de lo que estaba ocurriendo.
Con ese fondo se han hecho investigaciones ya en la cátedra de información especializada y hace ya muchos años que don Ángel Martín Municio y yo venimos hablando de la necesidad de establecer un camino que nos lleve, en definitiva, a ese óptimo, a ese profesional que queremos que aparezca con un perfil diferente en los medios de comunicación, asumiendo las dos cosas:
a) La elección de los contenidos, con ese sentido de responsabilidad social, y
b) la capacidad de comunicar, con rigor, esos mismos contenidos.
Dos aspectos que van a ser un poco como los grandes ejes que van a marcar este título propio, este Magister que queremos poner en marcha en la Universidad Complutense.
En un congreso como éste, además, en el que estamos hablando de la lengua en los medios de comunicación, se ha tratado muchísimo todo el tema de la falta de rigor, la utilización de terminologías especializadas; hablé un poco en mi ponencia de ese asunto, pero, en otros ámbitos también se ha hablado, en la sección en donde está don Ángel Martín Municio. En el capítulo dedicado a Nuevas Tecnologías, ha salido este tema también con bastante frecuencia.
En cualquier caso creemos que esa parte de la formación de los periodistas especializados es fundamental, y quién mejor que don Ángel Martín Municio, que une su amor por la lengua y por el idioma a su rigor científico y su dedicación a la investigación científica, para expresar un poco lo que queríamos hacer con ese título propio.
El título propio no ha hecho más que nacer administrativamente. Tenemos que hacer la presentación oficial en nuestro país, cuando ya esté en marcha, por tanto es una primicia que queríamos reservar a este congreso y nos parecía un lugar adecuado y un público extraordinariamente adecuado para dar a conocer este proyecto.
Tiene una finalidad, y es llegar a proporcionar productos informativos, comunicativos, concretos, que puedan, de alguna manera, recoger todo este conocimiento, el cual no se va a dar como una especie de máster para que el alumno sepa más de la ciencia, sino para que sepa comunicar mejor la ciencia. La estructura del máster está orientada a que con estos conocimientos hagamos después una producción de contenidos científicos, o técnicos, para los medios de comunicación, sobre todo pensando en esa diversidad temática de los nuevos canales de las plataformas digitales, de los canales temáticos, de las posibilidades infinitas que se abren en los contenidos informativos; que estos egresados y que estos Magister realmente sean los que vayan a cubrir estas necesidades de contenidos informativos de los nuevos medios de comunicación.