Leer de la mano: un centro de formación de promotores de la lecturaNorma Romero Ibarrola
Presidenta de IBBY (México)

En nombre de la Asociación Mexicana para el Fomento del Libro Infantil y Juvenil (IBBY México) muchas gracias al comité organizador de este congreso, en especial al Lic. Jaime Labastia por la invitación y por la oportunidad de presentar a ustedes un proyecto que nos entusiasma: «Leer de la mano», un centro de formación de promotores de lectura.

Gracias también a la UNESCO, al Dr. Germán Camero, por su generoso apoyo a lo largo de tanto tiempo.

La Asociación Mexicana para el Fomento del Libro Infantil y Juvenil es una organización no lucrativa que trabaja, desde hace casi veinte años, para favorecer el encuentro gozoso de los niños con los libros. Constituye la sección mexicana de IBBYInternational Board on Books for Young People—, organización con sede en Basilea (Suiza) que agrupa a más de sesenta países.

¿Por qué los niños?

En el mes de febrero apareció en la revista Time un artículo sobre la formación y funcionamiento del cerebro. Según el artículo, los investigadores han confirmado que, durante los primeros años, el cerebro despliega, en una «exuberancia biológica», más trillones de conexiones entre las neuronas de las que el niño podrá utilizar jamás y que le permiten una plasticidad enorme para el aprendizaje.

Sin embargo, alrededor de los diez años, el equilibrio entre la creación y la atrofia de sinapsis da un giro abrupto. A partir de entonces, el cerebro destruye sin piedad las sinapsis más débiles y preserva sólo aquellas que han sido transformadas, enriquecidas y fortalecidas por la experiencia.

Las efímeras pulsiones eléctricas que viajan a través del cerebro creando sensaciones, imágenes, sonidos, palabras, sueños, pensamientos, preguntas, emociones, aseguran la supervivencia de las sinapsis; las puertas que no se cruzaron en esos diez años se cierran inexorablemente.

Estos conocimientos sobre el desarrollo del cerebro, que confirman lo que ya sabíamos hace mucho tiempo, no son sólo datos científicos interesantes. Tienen profundas implicaciones para los adultos, nos obligan a replantear nuestra responsabilidad como padres, como maestros, como comunicadores, como políticos, como seres humanos; nos hacen ver con suma claridad la urgencia insoslayable de proporcionar a todos los niños las oportunidades de desarrollo a las que tienen derecho.

La fascinante y misteriosa conquista del lenguaje tiene lugar en esos primeros años de vida; el descubrimiento de la lectura y la escritura se da también en esos años, ocurre una sola vez, y es crucial para la actitud que tendrá el niño hacia los libros, quizá toda su vida.

¿Por qué la lectura?

Italo Calvino responde, mucho mejor de lo que yo podría, a esta pregunta; cito:

Pienso que cualquier nuevo medio de comunicación y difusión de las palabras, de las imágenes y de los sonidos puede fomentar nuevos desarrollos creativos, nuevas formas de expresión; y pienso que una sociedad más desarrollada tecnológicamente podría ser más rica en estímulos, elecciones, posibilidades… (pero)

Pienso que la lectura no es comparable con ningún otro medio de aprendizaje y de comunicación, ya que la lectura tiene un ritmo propio, gobernado por la voluntad del lector; la lectura abre espacios de interrogación, de meditación y de examen crítico, en suma, de libertad: la lectura es una relación con nosotros mismos y no únicamente con el libro, con nuestro mundo interior a través del mundo que el libro nos abre.

¿Y por qué poesía, cuentos, relatos, novelas?

La ficción literaria nos descubre que dentro y fuera del estrecho mundo cotidiano existen regiones maravillosas en las que todo puede suceder.

Las historias no sólo nos muestran lo que somos, sino lo que podemos llegar a ser; nos abren los ojos para mirar más allá de nuestra pequeña y limitada vida y nos muestran las posibilidades de realización que se ofrecen a los seres humanos.

¿Qué impacto tiene la lectura en el desarrollo y calidad de vida de un país?

Las personas que no leen sufren grandes limitaciones para acceder a la información necesaria, para desenvolverse en un ambiente laboral competido, integrarse a la vida social y política de una comunidad en desarrollo, ampliar sus horizontes culturales, adquirir de forma independiente nuevos conocimientos y disfrutar de una fuente de placer y enriquecimiento personal.

Investigaciones recientes en todo el mundo muestran una clara y consistente correlación del nivel de alfabetización con un alto Producto Nacional Bruto, mejores condiciones de salud (estimadas en la expectativa de vida y el peso de los recién nacidos) e índices elevados de inscripción de niños a la escuela primaria y secundaria.

Estamos convencidos de que uno de los retos más importantes que una nación debe superar para mejorar su economía e incrementar las oportunidades de crecimiento personal, la salud y el bienestar de sus habitantes, es ofrecer a todos una educación de calidad cuya herramienta fundamental es el lenguaje escrito.

Sin una población lectora es muy difícil que un país cuente con los recursos humanos indispensables para crear una economía viable y una sociedad bien estructurada que disfrute de los servicios y los elementos de satisfacción esenciales.

En México, se calcula que el porcentaje de la población que no sabe leer pasó del 73,9 en 1910, al 23,8 en 1970, y al 10 % en la actualidad. Desde luego se han logrado avances en la labor educativa, sin embargo, habría que examinar:

—cuántos millones de analfabetos significan en números absolutos estos porcentajes,

y cómo se distribuye el analfabetismo (en el Distrito Federal es del 4 %, mientras que en algunas comunidades de Chiapas llega hasta el 70 por ciento).

Además, estas cifras se refieren solamente a las personas que son incapaces de decodificar un texto, pero a ellos hay que agregar el número de adultos que no ha completado la instrucción básica: más de 30 millones, y sigue creciendo. La gravedad del analfabetismo simple y, sobre todo, del analfabetismo funcional exige el esfuerzo constante y eficaz no sólo del gobierno, sino de toda la sociedad. De hecho, el factor individual más importante en la creación de lectores es la familia.

¿Qué hacemos al respecto y en qué consiste el proyecto
«Leer de la mano»?

Los principales programas que llevamos a cabo en la actualidad gracias a la ayuda de nuestro Patronato y de un grupo cada vez más amplio de voluntarios y benefactores como la Fundación Telmex, UNESCO, la Dirección de Publicaciones de la Secretaría de Educación Pública y editoriales como SM y SITESA, entre otras, son:

—Una biblioteca de consulta especializada en literatura infantil y temas sobre lectura afiliada a la Red de Centros de Documentación de Literatura Infantil y Juvenil de la OEA.

—La publicación anual de una guía de libros recomendados para niños.

—La instalación, en zonas marginadas, de pequeñas bibliotecas comunitarias que llamamos BUNKOS en las que se lee a los niños y se organizan juegos y actividades creativas alrededor del libro.

—Y el proyecto «Leer de la Mano», Centro de formación de promotores de lectura.

A partir de 1989, hemos acumulado en la Asociación una experiencia derivada de haber diseñado e impartido cursos, seminarios y talleres sobre literatura infantil y animación a la lectura.

Los cursos se han ofrecido en prácticamente todos los estados de la República a cerca de dos mil maestros, padres de familia, bibliotecarios, escritores e ilustradores, a quienes se transmitieron los elementos teóricos y la metodología para promover entre los niños el placer de la lectura.

Se ha creado un esquema sencillo, económico, eficaz y fácil de reproducir y multiplicar. Una breve instrucción de veinte horas sobre los principios de la literatura infantil, la práctica de la lectura en voz alta y la metodología de Animación a la Lectura logra sensibilizar y capacitar a los participantes, les permite aplicar de inmediato las habilidades y conocimientos adquiridos y obtener resultados a muy corto plazo.

A lo largo de estos años hemos tenido la satisfacción de confirmar nuestras primeras hipótesis de trabajo:

—El niño llega a disfrutar la lectura cuando entra en ella con libertad, por decisión propia, por gusto; cuando los libros le llevan a comprender, gozar y reflexionar.

—La afición a la lectura se construye si el niño encuentra sentido en lo que lee. Al mismo tiempo que aprende a leer, aprende a pensar.

—Como su deseo de leer no es innato, requiere que alguien lo siembre, lo contagie, lo invite. En este proceso, lento y gradual, el pequeño necesita un intermediario, un animador que facilite sus primeros contactos con los libros, que le ayude a descubrir la emoción y la diversión que encierran, que mantenga su interés en ellos hasta que lleguen a formar parte de su vida cotidiana.

—La lectura no es un hábito, sino un placer, una costumbre entrañable que se afirma a través de repetidos encuentros agradables con los libros.

—Es indispensable dar a los padres y maestros —no sólo a los de español o literatura, sino a todos los maestros— una formación adecuada y las herramientas de desarrollo personal y profesional que los capaciten para crear en los niños ese interés y gusto por los libros.

—Sólo cuando el mismo animador ha experimentado la emoción de un personaje, el suspenso de un relato o la belleza de un poema puede transmitir el entusiasmo por leer.

Otra información que confirma el rumbo de nuestro trabajo la encontramos en un estudio realizado en más de treinta países por la Asociación Internacional para la Evaluación del Aprovechamiento Escolar. Con una consistencia que prácticamente no deja duda, la investigación registró varios factores decisivos correlacionados con la destreza lectora de los alumnos:

Primero: El acceso a una amplia variedad de libros (México ha conseguido avances significativos en este aspecto. La Dirección de Publicaciones de la SEP, a través de su programa Rincones de Lectura, ofrece una dotación de buenos libros a los salones de clase de las escuelas públicas y a otros ámbitos educativos. La oferta del mercado editorial mexicano por su parte es razonablemente satisfactoria);

Segundo: Tiempo y libertad para leer (esta condición sólo es posible cuando se ha cumplido con el tercer factor;

Tercero: La sensibilización y capacitación de maestros y padres de familia (es en este campo en el que el proyecto «Leer de la Mano» dirige sus esfuerzos), y

Cuarto: Una adecuada inversión económica.

Sabemos que nuestros cursos y talleres han influido poderosamente en la actitud de los educadores y en el gusto de los niños por leer. Sabemos que estos animadores, al aplicar los conocimientos adquiridos, han logrado un efecto multiplicador; muchos de ellos crearon grupos que trabajan en forma independiente en distintas zonas de la República. Los talleres ponen énfasis en las actividades con niños preescolares y de los primeros grados de primaria, pues en esa etapa se da el primer encuentro con la lectura y ahí hemos encontrado el terreno más fértil. Éstos son algunos testimonios:

Es emocionante poder aprovechar el juego libre y placentero y unido a la lectura libre y placentera. Ver cómo la lectura va construyendo en los niños seguridad, alegría, creatividad, cómo va enriqueciendo su vida y también la del animador.

En el Taller de Animación a la Lectura descubrí que, además de aprender, con los libros se puede jugar, disfrutar, compartir, inventar, saborear.

Ha aumentado enormemente el interés por los libros, pero por libros de buena calidad. Los niños se han vuelto cada vez más exigentes; si las ilustraciones o el texto no les satisfacen, lo rechazan y piden otro cuento. Las mamás están sorprendidas por la riqueza del vocabulario que manejan sus hijos.

La lectura hace que el niño crezca con una mentalidad crítica y abierta, que se forme un criterio ante la vida y desarrolle iniciativas para investigar.

Los mejores resultados se lograron cuando este proceso lector comenzó a desarrollarse desde las etapas tempranas.

Los logros obtenidos hasta ahora en la preparación de animadores han sido muy satisfactorios, pero limitados. Queremos ahora extender y difundir nuestra experiencia, no sólo cuantitativa, sino cualitativamente. Queremos colaborar más de cerca con otras instituciones y lograr la sinergia que sólo el trabajo conjunto puede alcanzar. Para ello hemos conformado, de acuerdo con nuestro Patronato, un nuevo modelo para ofrecerlo al mayor número posible de personas e instituciones.

El modelo consta de diversos elementos:

—Un seminario-taller piloto destinado a formar promotores de lectura capaces de transmitir a otros padres y maestros el entusiasmo y las habilidades indispensables para convertirse en animadores de lectura.

—El taller piloto que, según nuestro programa, capacitará a 60 promotores de lectura en 1997, retoma el mismo esquema de preparación de animadores pero lo amplía y lo profundiza. Está diseñado en forma de módulos relacionados entre sí por un tema central: la promoción de la lectura, y tiene una duración de 120 horas.

Los participantes:

—Adquirirán conocimientos sobre literatura infantil leyendo libros para niños.

—Aprenderán a seleccionar los libros adecuados aplicando criterios de calidad a los diferentes aspectos de la edición y vinculando el conocimiento de las etapas del desarrollo infantil y los intereses en cada una de ellas con los temas, enfoques y complejidad de los textos.

—Desarrollarán su comprensión del proceso lector al reflexionar y analizar el acto de lectura y los elementos involucrados en su adquisición y desarrollo.

—La capacidad de leer en voz alta y de aplicar estrategias de animación a la lectura constituye el aspecto fundamental del currículo.

—El participante obtendrá también los elementos para despertar y evaluar esa capacidad en otros educadores.

—Cada participante se comprometerá a realizar un proyecto educativo en el que transmitirá lo aprendido a educadores en los diferentes espacios de lectura analizados en el curso: escuelas, bibliotecas, centros culturales y recreativos, medios de comunicación y otros.

—El segundo elemento del proyecto lo constituye un grupo técnico y un comité asesor que acompañen al curso piloto, investiguen, documenten y difundan sus resultados. Si pretendemos un futuro para «Leer de la Mano», es indispensable dar seguimiento al trabajo de los egresados e investigar con seriedad sus efectos en el desarrollo lector de los niños involucrados.

—Otro elemento es el concepto modular de centros de formación donde se reproduzca el modelo, se imparta el seminario y se capaciten tanto promotores como animadores. Se pretende que nuestro propio centro de educación lectora dé origen a otros centros en todo el país.

—El apoyo y la asesoría permanente de la Asociación a los centros de formación es un factor determinante. El intercambio de experiencias y conocimientos ha sido importantísimo para enriquecer nuestro trabajo y el de los animadores egresados.

—Un plan de promoción y crecimiento del modelo para aumentar lo más posible el número de lectores autónomos desde sus primeros contactos con los libros y así ayudar a producir lo que sería, según Felipe Garrido, la más importante revolución educativa, cultural y social de nuestra historia.