Hacia una propuesta de un modelo de examen para el Certificado Internacional del Español Martha Jurado Salinas y Guillermo Pulido González
Universidad Nacional Autónoma de México (México)

Como fenómeno concomitante a los procesos de globalización económica han surgido tendencias de integración lingüística. Dentro de este marco, dos de los retos más importantes para los países hispanoamericanos son, por una parte, la elaboración  de estándares para la definición de objetivos, métodos y resultados que permitan evaluar el progreso de un individuo en el proceso de construcción de su competencia en lengua española; y por otra, el establecimiento de un sistema de certificación ampliamente reconocido por la comunidad académica internacional.

Esta ponencia tiene como objetivo presentar la propuesta de un nuevo servicio de evaluación denominado Certificado Internacional de Español (CIE), producto de la colaboración entre el Instituto Cervantes y la Universidad Nacional Autónoma de México.

Se trata de un sistema paralelo al que manejan actualmente ambas instituciones y destinado, fundamentalmente, al mundo universitario y al profesional.

La experiencia de la UNAM en el campo de la certificación se remonta al año 1992, cuando se creó la versión actual  del Examen de Posesión de la Lengua (EPLE). A partir de 2002 y gracias al convenio con la Universidad de Salamanca, se han desarrollado tres nuevos modelos de exámenes denominados Certificados de español como lengua adicional (CELA).

A diferencia de los CELA de la UNAM y de los DELE elaborados por la Universidad de Salamanca, el modelo de examen CIE no mide conocimientos consolidados, sino etapas en el desarrollo de la adquisición de la lengua, razón por la cual está diseñado como un examen tipo escore que arroja resultados cuantitativos con base en los cuales se emite un reporte o informe de rendimiento. 

Este nuevo instrumento recoge muestras representativas de algunas de las variedades del español culto hispanoamericano, en un afán por exaltar la unidad dentro de la diversidad, como el rasgo esencial que nos permite comunicarnos a pesar de las variantes idiosincrásicas. 

Administrativamente se trata de crear un sistema más eficiente en cuanto a trámites y generación de resultados, con el fin de facilitar la movilidad educativa y profesional que el mundo moderno exige.