Ha llamado desde hace siglos la atención el caso de la permanencia y persistencia del guaraní en el Paraguay durante siglos como lengua indígena, pero no de indígenas. La sociedad paraguaya es de lengua guaraní, y no solo en la época colonial sino hasta el siglo xxi.
La entrada del castellano en el Paraguay se hace con la llegada de los conquistadores, pero estos nunca consiguieron crear ni mantener una comunidad de hablantes que tuviera expresión relevante. El Paraguay no es bilingüe desde el mestizaje —concepto que en lingüística es impertinente— y lo nacional hasta hoy es el guaraní, a pesar del decidido avance del español paraguayo en algunos sectores y lugares de la sociedad actual.
Dada su extensión y la generalización de su uso en la nueva sociedad colonial se puede decir que el guaraní fue «lengua española» del Paraguay. El karai ñe’ë no es propiamente el español, sino el guaraní.
La literatura en castellano es un fenómeno reciente, que sólo ha llegado a niveles significativos en los últimos cincuenta años. Este punto de vista no será posiblemente compartido por todos los estudiosos de la literatura, pero no deja de ser plausible. Nuestra Academia paraguaya de la lengua española sabe de las dificultades con que nos tropezamos cuando se trata de fortalecer y extender la lengua española en el Paraguay.
La Constitución Nacional de 1992 declara en su artículo 140 que «el Paraguay es un país pluricultural y bilingüe. Son idiomas oficiales el castellano y guaraní».
Esta declaración, sin embargo, es una tanto ambigua y necesita ser confrontada que tres órdenes de hechos: el sociolingüístico y el psicolingüístico. Al no tener indicadores suficientemente precisos sobre grado y forma del uso de la lengua la determinación de hablantes en una u otra lengua se hace difícil.
La distribución general de los hablantes en el Paraguay, a partir de datos provenientes del Censo de Población y Vivienda de 2002, de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos se puede presentar según esta tipología, como lo hace en su análisis todavía inédito Carlos Carrera (2004).1 De estas cifras resulta el cuadro 1.
Esta tipología lingüística configura al mismo tiempo una tipología cultural, que a su vez se traduce en otros aspectos de vida: actividad económica, pobreza, hábitat y vivienda, migración, educación, salud y supervivencia, creencias religiosas, situación de la mujer y desarrollo humano en general; la lengua es expresión y reflejo de toda la vida y el modo de ser del Paraguay. Los datos lingüísticos manejados con discreción y pertinencia son clave de muchos espacios. Por esto, no se puede desconocer esa realidad lingüística cuando se trata de políticas públicas.
Pueblos indígenas | Guaraní parlantes | Guaraní bilingües | Castellano bilingües | Castellano parlantes | Idioma portugués | Idioma alemán | Idioma japonés | Idioma coreano | Otros idiomas no indígenas |
87 099 | 1 399 220 | 1 721 200 | 1 330 810 | 411 780 | 122 520 | 36 200 | 3210 | 2810 | 3960 |
1,8 % | 27 % | 33 % | 26 % | 8 % | 2,4 % | 0,7 % | 0,1 % | 0,1 % | 0,1 % |
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Guaraní | 3 120 420 | 60 % |
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Bilingüe (guaraní-castellano) | 3 052 010 | 59 % |
Bilingüe (castellano-guaraní) | 1 330 810 | 26 % |
Total | 5 160 830 | 100 % |
Si nos situamos en la perspectiva del idioma del hogar, las proporciones se presentan un tanto diferentes, pero dentro de parámetros similares.
A sabiendas de que la predominancia de un idioma en el hogar no siempre excluye el otro, el cuadro se presenta visualmente en esta forma.2
País | Urbana | Rural | ||||
Total Guaraní Castellano Otro |
1 117 398 661 589 398 741 56 858 |
59,6 % 35,7 % 5,1 % |
659 174 282 677 360 310 16 058 |
42,9 % 54,7 % 2,4 % |
458 224 378 912 38 431 40 800 |
82,7 % 8,4 % 8,9 % |
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El idioma usualmente hablado en los hogares es el guaraní, con 59,2 %. En el 35,7 % de los hogares el idioma predominante es el castellano, mientras que el peso porcentual de los hogares que hablan otros idiomas es de aproximadamente 5 %, según los datos del censo del 2002.
En el sector urbano las proporciones se invierten ligeramente: 42,9 % guaraní; 54,7 % castellano; 2,4 % otras lenguas. En el sector rural: 82,7 % guaraní, 8,4 % castellano, 8,9 % otras lenguas. Hay que recordar que el país se ha tornado un tanto más urbano en el último decenio; la población urbana asciende ahora a 659 174 personas, mientras la rural es de 458 224 (ibid.).
Los datos relativos a los pueblos indígenas, según el II Censo Nacional Indígena de Población y Viviendas 2002, nos acercan a la realidad de cada una de las lenguas indígenas en el Paraguay y sus diversas formas de bilingüismo.3 (Véase el apéndice).
Total | L.P. | % | Guaraní | % | Castellano | % | Portugués | % | Otra | |||||||||||||||||||||||||||||||
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1. Guaraní |
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Aché | 1190 | 911 | 76,55 % | 739 | 62,10 % | 339 | 28,48 % | 78 | 6,55 % | 3 Ch | ||||||||||||||||||||||||||||||
Avá-Guaraní | 13 430 | 6308 | 46,96 % | 9061 | 67,46 % | 2842 | 21,16 % | 1910 | 14,22 % | 122Mb | ||||||||||||||||||||||||||||||
Mbyá | 14 324 | 10 016 | 69,92 % | 7915 | 55,25 % | 1329 | 9,28 % | 199 | 1,38 % | 247Ch | ||||||||||||||||||||||||||||||
Pãi-Tavyterã | 13 132 | 6364 | 48,46 % | 9289 | 70,73 % | 482 | 3,67 % | 592 | 4,50 % | 43Mb | ||||||||||||||||||||||||||||||
Guaraní Oc. | 2155 | 574 | 26,63 % | 1724 | 80,00 % | 1396 | 64,77 % | 4 | 0,18 % | 38Ni | ||||||||||||||||||||||||||||||
Ñandeva | 1984 | 1550 | 78,12 % | 1419 | 71,52 % | 715 | 36,03 % | 2 | 0,10 % | 49GO | ||||||||||||||||||||||||||||||
2. Enlhet-Enenlhet (Lengua-Maskoy) |
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Enlhet Norte | 7221 | 6439 | 89,17 % | 1094 | 15,15 % | 3448 | 47,74 % | 306ES | 4,23 % | 157Tb* | ||||||||||||||||||||||||||||||
Enxet Sur | 5844 | 3842 | 65,74 % | 4184 | 71,59 % | 1743 | 29,82 % | 398EN | 6,81 % | 38TQ** | ||||||||||||||||||||||||||||||
Sanapaná | 2271 | 984 | 43,32 % | 1480 | 65,16 % | 624 | 27,47 % | 52 EN | 2,28 % | 50ES | ||||||||||||||||||||||||||||||
Toba | 1474 | 1253 | 85,00 % | 380 | 25,78 % | 431 | 29,24 % | 142EN | 9,63 % | 22 Al | ||||||||||||||||||||||||||||||
Angaité | 3694 | 1030 | 27,88 % | 2996 | 81,10 % | 353 | 9,55 % | 45 ES | 1,21 % | 30 EN | ||||||||||||||||||||||||||||||
Guaná | 242 | 29 | 11,98 % | 198 | 81,81 % | 31 | 12,80 % | 30 Tb | 12,39 % | 9 EN | ||||||||||||||||||||||||||||||
Maskoy | 756 | 12 | 1,58 % | 638 | 84,39 % | 179 | 23,67 % | 18 Tb | 2,38 % | 6 EN | ||||||||||||||||||||||||||||||
3. Mataco Mataguayo |
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Nivaclé | 12 028 | 10 109 | 84,04 % | 786 | 6,53 % | 4644 | 38,60 % | 167 Al | 1,38 % | 114 Mj | ||||||||||||||||||||||||||||||
Maká | 1282 | 1042 | 81,27 % | 426 | 33,22 % | 412 | 32,13 % | 149 Ni | 11,62 % | 15 EN | ||||||||||||||||||||||||||||||
Manjui | 452 | 365 | 80,75 % | 31 | 6,85 % | 76 | 16,81 % | 107 Ni | 23,67 % | |||||||||||||||||||||||||||||||
4. Zamuco |
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Ayoreo | 2016 | 1756 | 87,10 % | 36 | 1,78 % | 706 | 35,01 % | 19 Portu | 0,94 % | 12 Yb | ||||||||||||||||||||||||||||||
Ybytoso | 1468 | 1174 | 79,97 % | 557 | 37,94 % | 921 | 62,73 % | 55 Portu | 3,74 % | 6 Ay | ||||||||||||||||||||||||||||||
Tomárahõ | 103 | 85 | 82,52 % | 64 | 62,13 % | 24 | 23,30 % | 59 Yvyt | 57,28 | 1 Port | ||||||||||||||||||||||||||||||
5. Guaicurú |
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Toba-Qom | 1474 | 1183 | 80,25 % | 1022 | 69,33 % | 362 | 24,55 % | 29 ES | 1,96 % | 25 EN |
El proceso lingüístico de los 87 099 indígenas en el Paraguay está diversificado por la historia social y política que han vivido las diversas etnias. Llama la atención el alto grado de lealtad de los hogares a sus lenguas propias (76,5 %), que se cuentan en número de 20, pero también sus formas de bilingüismo, cuando la segunda lengua es a veces el guaraní, pero también el castellano y hasta el alemán en determinadas comunidades. Las condiciones económicas han determinado más bien el bilingüismo con el guaraní, mientras que los contactos de un carácter que podríamos llamar más cultural —misiones, escuela y exposición a medios de comunicación modernos—.
El Estado se declara a favor del bilingüismo en una proclamada igualdad de las dos lenguas. Pero en realidad no tiene una política lingüística declarada. Su presencia es la ausencia. Para algunos esta política concede más libertad al pueblo que se guía según su sentir del momento en el uso de la lenguas. Hay que reconocer, sin embargo, que las perplejidades, improvisaciones y falta de normalidad lingüística no parecen dar buenos resultados para el futuro de ninguna de las lenguas. Libradas a sí mismas, las lenguas no encuentran el camino de la libertad cultural que no solo es ausencia de prohibiciones contra el uso de una u otra lengua, sino la entrada efectiva a la equidad e igualdad de oportunidades, háblese la lengua que se hable.
El español o castellano se afianza social y hasta emocionalmente como meta deseada por su mayor utilidad, cuando se considera que el uso exclusivo de otras lenguas supone una limitación. Pero el argumento del pragmatismo a su vez conspira contra el mismo castellano, porque en ciertos espacios de la vida moderna como se anuncia en el Paraguay la lengua útil deseada ya no es el castellano, sino el portugués o el inglés.
La frontera móvil del portugués brasileño avanza rápidamente y ocupa espacios que se pensaban reservados al castellano. El hablante de lengua guaraní que tome como segunda lengua el brasileño, o el hablante brasileño en el Paraguay, ¿tendrá el castellano como segunda lengua? El inglés tiene otro tipo de extensión, pues se circunscribe a competencias individuales de superación personal en lo social y económico.
El Estado paraguayo desde la perspectiva del bilingüismo castellano-guaraní no responde a cuestiones que tiene que ver mucho con la elección de las lenguas. La creación de una Comisión Nacional de Bilingüismo, si bien tiene asignadas tareas bien formuladas, con el tiempo ha sido reducida, por falta de recursos humanos y económicos, y a pesar de sus decididos esfuerzos, a un cierto estado de crónica debilidad.
Cuestiones importantes como la determinación de la lengua nacional del Paraguay, la normalización de los usos públicos, la misma enseñanza de las lenguas en la cual entran también aspectos pedagógicos y producción literaria necesitan discusión y estudio más detenido. Se ha hecho bastante pero hay que deshacer bastante de lo hecho.
Se han hecho investigaciones en los últimos años que recogen los sentimientos y opiniones que la población tiene sobre sus lenguas, especialmente el guaraní y el castellano. Ahí se registran numerosos testimonios de lealtad hacia el guaraní, incluso hacia un cierto purismo. Pero existe, aunque raramente se constate a nivel formal, la aversión real y amplia de grandes sectores de la población hacia el guaraní, que no reproducen ya en la familia y considera inútil tropiezo en la escuela.
La lengua española no son ya los caballeros y capitanes a la conquista de nuevos campos y espacios, como si de campos de soledad se tratara donde hay que plantar otros árboles y esperar otros frutos. No es de la muerte de las lenguas de donde puede esperarse el crecimiento de otra. El camino es el diálogo de las lenguas.
No se trata de calcular las utilidades que aporta el castellano a los hablantes de guaraní, que ciertamente son muchas y diversas. También el guaraní va aportando su don de palabras al tesoro de la lengua española, acervo hoy reconocido y valorado en las nuevas ediciones del Diccionario de la lengua española. Es el camino que hay que seguir.