La consolidación del español como segunda lengua en medios de comunicación mundial, el aumento del número de hispanohablantes, la importancia que está adquiriendo en países como EE. UU. y Brasil y el creciente interés de las instituciones públicas y privadas por desarrollar e impulsar nuestra lengua es el acicate necesario para que tomemos conciencia de la fortaleza de nuestro idioma y de su gran potencial de desarrollo. Pero, debemos asumir que es el trabajo conjunto, el desarrollo de las industrias culturales y, sobre todo, la inversión en conocimiento, lo que puede hacer que se cumplan estas esperanzadoras expectativas.
Una pieza fundamental para alcanzar la correcta y creciente implantación del español que es deseable, es precisamente, la existencia de un español pujante, dinámico, con capacidad de expandirse, adaptarse a las nuevas tecnologías, y ocupar los distintos ámbitos de la comunicación y el intercambio de conocimientos, un español internacional. El Diccionario Panhispánico de Dudas supone un importantísimo avance en la internacionalización del español y en la consolidación de un español internacional.
De esta manera, el español se convertirá en lengua de intercambio, aceptada y utilizada, incluso, por quienes no la tienen como lengua materna.
Para concluir, podemos asegurar que, a nuestro juicio, el futuro del español, es prometedor, especialmente gracias a la postura más activa que se observa en entidades privadas y Administraciones Públicas, así como a la generalización del español internacional, no obstante, hay que seguir aunando esfuerzos para que nuestra lengua no retroceda uno sólo de los espacios conquistados y para que pueda seguir su expansión sin renunciar a la riqueza léxica y gramatical que la caracteriza.
No hay que olvidar que la lengua es seña de identidad cultural, vehículo de comunicación, pero, también, fuente de riqueza y activo competitivo.