La Real Academia Española y el Instituto Cervantes con la colaboración de las veintiuna Academias de la Lengua Española de Hispanoamérica, Estados Unidos y Filipinas organizaron el II Congreso Internacional de la Lengua Española, que, bajo el título «El español en la sociedad de la información» se celebró en Valladolid entre el 16 y el 19 de octubre de 2001.
El Congreso se organizó en cuatro paneles secciones: el activo económico del español, el español en la sociedad de la información, las nuevas fronteras del español, y la unidad y diversidad del español.
En palabras de Jon Juaristi:
En primer lugar, la presencia del español en las producciones científicas y técnicas o en los nuevos soportes electrónicos que integran esta sociedad globalizada, hace necesario un acercamiento a los márgenes y realidades multiformes que perfilan las nuevas tecnologías en relación con nuestro idioma. No sólo es ineludible estudiar la presencia del español en Internet, sino además profundizar en la actualidad y perspectivas de Internet en español. En este sentido, nuestra lengua demuestra una vez más su gran adaptabilidad a los cambios y su aptitud para afrontar las innovaciones. Considerar, por otro lado, la estrecha relación existente entre los productos culturales, la edición, la comunicación, la docencia, el genio creativo en nuestro idioma… y los datos económicos al respecto, supone traducir de forma novedosa elementos culturales en vectores de inversión o en rentabilidad. Valorar los datos económicos aparejados al idioma español, en sus diferentes ámbitos, es medio óptimo para tomar conciencia de una realidad clave en el avance, estancamiento o mejora de la dimensión internacional de una lengua. Por todo ello, cualquier estudio de este tenor entra de lleno en la esencia misma de una cultura y pone en relación datos mucho más cercanos y pertinentes de lo que a primera vista pudiera parecer. No es gratuito afirmar que los números y las letras tienen en común mucho más de lo que los trazos de los caracteres latinos y los signos arábigos revelan. Darse cuenta de ello y atender sus particularidades en una ocasión como esta, desde diferentes pero complementarios puntos de vista, supone una gran ayuda para todos a la hora de tomar conciencia de una dimensión esencial en las acciones relacionadas con la cultura.
Con estos dos temas como líneas generales del Congreso, las jornadas atenderán asimismo a la unidad y diversidad de un idioma compartido por casi cuatrocientos millones de hablantes, que es hoy, en todo el mundo, vehículo de comunicación, expresión y conocimiento. Los Congresos Internacionales de la Lengua intentan recoger y testimoniar este carácter universal del idioma; con el anuncio de la celebración en Argentina del III Congreso sus sedes habrán dibujado un triángulo que acoge —sin olvidar otros dominios donde resuena «el Evangelio del Quijote»— gran parte de su realidad plural a ambas orillas del Atlántico: de Río Grande, en México, hasta Tierra del Fuego, en Argentina, pasando por Valladolid.
Así, en la primera sección se trataron las industrias de la enseñanza de la lengua española, de la edición, de la música y la publicidad. La segunda analizó la presencia del español en todos los medios de comunicación: prensa, radio, televisión e Internet. La tercera sección ahondó en los ámbitos de la traducción, la ciencia y técnica y las cuestiones relativas a lo que se ha dado en llamar la «redacción»; y la cuarta y última estudió las variedades del español, incluyendo la presencia y desarrollo de la lengua española en los Estados Unidos.
De los más de 300 participantes en el II Congreso Internacional de la Lengua de Valladolid, cuyo presupuesto alcanzó los 700 millones de pesetas, más de doscientos proceden del continente americano: junto a los más prestigiosos escritores, periodistas, hispanistas, lingüistas y filólogos, se hallaban los directores de las 21 Academias de la Lengua Española, los directores de los más importantes medios de comunicación, y empresarios, que desarrollaron sus actividades con la aspiración de promover que el idioma español se desenvuelva con mayor presencia y sin complejos en la economía y la política internacionales, y adquiera así un mayor peso específico en el mundo.
En el transcurso de la primera jornada del II Congreso Internacional de la Lengua se presentó la XXII edición del Diccionario de la Real Academia Española , que cada semana actualiza sus contenidos en Internet, y la Base de Datos del Hispanismo puesta en marcha por el Instituto Cervantes, que reúne a más de 9000 hispanistas, 2000 departamentos universitarios y más de 50 asociaciones hispanistas de todo el mundo. Asimismo, en el marco del Congreso y de modo complementario a él, se celebró una exposición tecnológica, ubicada en Teatro Calderón de Valladolid, que acogía una espectacular y detallada muestra de las innovaciones informáticas y audiovisuales relacionadas con el ámbito del lenguaje y organizada en cuatro bloques temáticos, coincidentes con las áreas de estudio y debate.