Actividades y proyectos del Instituto CervantesRaquel Caleya Caña
Instituto Cervantes (España)

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Es un placer para mí compartir este espacio con nuestro director, Luis García Montero y mi compañera, Carmen Pastor Villalba, directora académica del Instituto Cervantes y secretaria general de este IX Congreso Internacional de la Lengua Española que estamos celebrando en la bella ciudad de Cádiz.

Sin duda, junto a la misión académica, la difusión de la cultura española y en español fue la tarea encomendada más visionaria de nuestra ley fundacional, misión que se concreta en una poderosa programación cultural en los cinco continentes, en todos los ámbitos de la cultura –también en la ciencia y la innovación.

Con total consenso, se bautizó el Instituto Cervantes en honor al autor mayor de las letras españolas, lo que significaría fuertemente su atención a la difusión literaria, su compromiso con el libro y con la enorme responsabilidad de articular a su vez una red internacional de, a día de hoy, 63 bibliotecas.

Su nombre, junto al propósito de que, además de su labor académica, fuera un instrumento de diplomacia cultural y una plataforma de intercambio, colocó a la institución, desde aquella primavera de 1991, en la modernidad de aquel presente donde todo estaba por hacer.

Treinta y dos años después, en este último ejercicio se han organizado más de 7.000 actividades culturales con la participación de escritores, cineastas, artistas plásticos y visuales, profesores, realizadores, guionistas, dramaturgos, editores, comisarios, científicos o investigadores.

Actividades culturales con cada vez más creadoras y creadores de todas las disciplinas artísticas, españoles, hispanoamericanos y también de los países y territorios en los que estamos ubicados, lo que hace posible que algunos días se realicen casi un centenar de actividades simultáneas.

Nuestro director insiste en que «enseñar un idioma es más que enseñar un vocabulario», y en treinta y dos años de incesante actividad, el Instituto Cervantes no solo ha profesionalizado los procesos de la gestión cultural en el exterior sino que ha conseguido expandirse, más allá de las 92 ciudades de 47 países en los que está presente, a través de una red internacional de profesionales, una red de espacios culturales y de espacios de intercambio; siendo este, el de una cultura del y para el dialogo, nuestro mayor logro.

La cultura como formación no solo del alumno sino del ciudadano, además de la exhibición de las expresiones artísticas de las culturas específicas que construyen la comunidad panhispánica, ha calado ya en la norma general de nuestra actividad cultural regular, de nuestra actividad intercultural regular. El compromiso de colaboración e interacción con las diversas culturas de la comunidad panhispánica para generar expresiones culturales compartidas, a través del diálogo y el respeto mutuo hace que nuestros espacios estén siempre abiertos al millar de entidades colaboradoras con los que tenemos la suerte de trabajar conjuntamente. Son entidades españolas, entidades de cada uno de los países de la comunidad panhispánica y aquellas, repito, que conforman el tejido cultural de las ciudades y países donde nos encontramos.

Yo, que llevo 20 años en el Instituto Cervantes, veo hoy una casa que ha logrado ensancharse hasta la multiplicidad de los intercambios, acciones y actividades que realiza cada día, garantizando que en varios puntos del planeta se inaugure una exposición, se vea una película, se asista a un concierto o se lea un libro. Valga como ejemplo, en lo relativo a la difusión del cine y el audiovisual, que no insistimos en que la película española o hispanoamericana que ofrecemos sea siempre la misma que se ha distribuido en las salas de cine de la ciudad; las películas que se están proyectando en los centros abarcan desde un ciclo sobre nuevas cinefilias gallegas a una serie de cortometrajes ecuatorianos o lo último de la creación documental sobre la realidad del colectivo LGTBI, que ya es un contenido anual y habitual de nuestra programación.

Para nuestra actividad cultural y académica proponemos los grandes espacios comunes en todo el planeta. También aquellos específicos dentro de nuestros ámbitos territoriales, incluyendo los espacios periféricos y de frontera, los aislados y los que no conocemos, los todavía ajenos también porque son estos propios de todas las facetas de la cultura que programamos.

Desde la memoria de los grandes creadores –también de la expresión contemporánea– y de los desplazados –y más las desplazadas– por el canon tradicional, hasta los emergentes o los talentos más inéditos dentro de las fronteras de nuestra lengua, la cultura se desdobla así como un abanico heterogéneo de posibilidades.

Imagen de los Planes territoriales del Instituto Cervantes
Figura 1. Planes territoriales.

Por eso articulamos planes especiales con necesidades y objetivos diferentes que marquen la estrategia común en cada uno de los territorios. Necesario es trabajar, por ejemplo, nuestra presencia futura en el África subsahariana, respondiendo a una demografía que representará el 25 % de la población mundial en 2050, hecho que requiere de una red académica y cultural en torno al español para países como, por ejemplo, Nigeria, que en esa fecha tendrá ya más habitantes que Estados Unidos

También es preciso organizar la acción cultural que irradian los diferentes núcleos estratégicos de nuestros centros en Asia y el Pacifico, donde el próximo centro de Seúl será un Cervantes tan decisivo y valioso como lo son ahora los de Tokio, Sídney, Nueva Delhi o los centros de China. Desarrollar el hispanismo, trabajar para conseguir una visión actualizada de la cultura en español alejada de tópicos tradicionales y llevar la apertura de una programación que quiere implantarse en las lenguas que comparten millones de hablantes, como el chino o el hindi, nos obliga a impulsar la traducción y aportar nuevos materiales y contenidos que fomenten el interés por una lengua y unas culturas que propician relaciones y acuerdos internacionales de alto valor económico y cultural.

De igual manera, el Instituto Cervantes en Europa tienen que posicionarse en la encrucijada común para responder desde la cultura a los debates contemporáneos en los que nuestros intelectuales y artistas tienen mucho que aportar. Hacer realidad, por ejemplo, una agenda internacional de cultura para el Mediterráneo confluye con muchos retos de la Europa del hoy y del mañana, por lo que acercarnos y mojarnos en las orillas de la tradición compartida con las voces de la cultura nos permite nuevas alianzas basadas en la interacción.

Así mismo, debemos reforzar la actividad real de los ocho centros de Brasil, contribuir a la recuperación de los tejidos sociales y culturales con programaciones integradas en cada lugar brasileño al que podamos llegar y generar nuevas acciones para el diseño de una estructura de circulación real en el espacio lingüístico y cultural iberoamericano.

El nuevo Instituto Cervantes en Los Ángeles completa desde sus propios objetivos las modalidades de presencia y la consecución de los fines del Instituto Cervantes en Estados Unidos. Con programas culturales desde la comunidad hispana para el posicionamiento del español y de la cultura en el público local no hispanófono, así como el desarrollo de proyectos culturales para la comunidad de los «hispanos unidos de América», (robándole el título del último libro a nuestro querido Francisco Moreno Fernández), queremos seguir desarrollando las posibilidades de una oferta panhispánica que incluye los ámbitos de la ciencia y la tecnología en español para la internacionalización del talento académico y artístico.

Una institución cultural como la nuestra quiere contar con los hacedores de la cultura de los países y lugares que nos acogen, por lo que el Instituto Cervantes quiere estar y quedarse donde se hace cultura, donde se intercambia y donde se dialoga, donde se va a enriquecer la experiencia del congresista, del invitado, del habitante; por eso no somos los únicos, por cierto, que queremos quedarnos en la ciudad de Cádiz.

Pertenecer a una comunidad requiere de mucha decisión y de mucha tolerancia para mantenerse diversamente unidos a un interés común, por lo que, en este mundo globalizado, los espacios de cultura y reflexión panhispánica son hoy más necesarios que nunca. La cultura precisa que nuestros espacios en todos los ámbitos sean espacios abiertos al pensamiento en los que se establezcan alianzas sólidas en cada uno de los países, colaborando para el desarrollo de oportunidades para los profesionales y las industrias culturales de cualquier sector.

Pero el inmenso espacio digital al que nos asomamos, el desarrollo imparable de la inteligencia artificial merece una reflexión conjunta por parte de las instituciones y entidades que generamos conocimiento. Trabajemos entonces para que la transformación tecnológica mundial no pierda una perspectiva humanista tan necesaria para que ese desarrollo sea igualmente cívico, social, político y natural.

El conocimiento y la cultura deben ser accesibles para la sociedad en todas sus expresiones y más en las digitales. No se trata solo de atender a los nuevos hábitos de consumo cultural o de ofrecer los productos y los servicios ya refinados, ya masticados, todo a domicilio, cómodamente; tengamos en cuenta también que en esta nueva era digital está en juego nuestra manera de pensar y relacionarnos entre las personas y en el mundo.

Trabajar con la inteligencia artificial desde la inteligencia compartida que supone el desarrollo de las humanidades nos hace aplicar unos principios éticos en el liderazgo de la transformación digital del ecosistema del español de la cultura panhispánica. Desde la enseñanza de español como lengua extranjera, sabemos que no hay nada más extranjero que una maquina a la que vamos a enseñarle a «hablar» o a «pensar» en español y que, a su vez, nos responde y nos habla como si pensara. Por eso, el Decálogo ético para una cultura digital panhispánica que hemos distribuido en la sala, es el punto de partida de nuestra reflexión conjunta.

Parece que no sea esta, la era de las palabras, sino la era del dato, pero los datos, al igual que las palabras, esconden multitud de interpretaciones. Un libro es un dato, con todas las palabras que lo componen y con todas las interpretaciones de quien lo lee. La observación de los datos, la creación de repositorios y corpus que tengan que ver con la lengua y la cultura panhispánica son prioritarios para el estudio, la investigación y la difusión del conocimiento.

Por eso, además de la explicación de la aplicación Geolexi creada desde la Dirección académica del Instituto, otro de los proyectos que presentamos con ocasión de este congreso es la puesta en marcha del Mapa Mundial de la Traducción del Instituto Cervantes.

La importancia de las humanidades digitales para la cultura es significativa. En primer lugar, las tecnologías digitales permiten la preservación y el acceso a la información cultural de una manera más efectiva que nunca. Las bibliotecas digitales, las bases de datos, los catálogos y los repositorios de información cultural se están convirtiendo en herramientas fundamentales para investigadores, estudiantes y cualquier persona interesada en la cultura.

El Mapa Mundial de la Traducción del Instituto Cervantes recoge y analiza la historia de la traducción desde 1950 a nuestros días. Es un generador de conocimiento que parte de los metadatos de las obras publicadas en español y traducidas a 10 lenguas: inglés, chino mandarín, francés, árabe, ruso, alemán, japonés, portugués, italiano y sueco (posteriormente se irán añadiendo más lenguas).

Se trata de digitalizar las humanidades y humanizar los datos. El Instituto Cervantes pone en valor el alcance y la evolución de este ámbito con el objetivo compartir conocimiento sobre la repercusión de la creación panhispánica, aportar información de valor que sea accesible para multitud de profesionales (escritores, traductores, editores, libreros, programadores, lectores) y asentar cimientos para la investigación, la enseñanza académica y la difusión cultural, así como para la reflexión y la creación de iniciativas internacionales, públicas y privadas de apoyo a la traducción y difusión de autores y autoras en español. Por eso ha sido fundamental contar con la colaboración de la Dirección general del Libro y el Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura y Deporte, que tiene programas de ayuda a la traducción a diferentes lenguas desde 1984; y con el diseño y el desarrollo facilitado por Prodigioso Volcán.

El mapa incluye una base de datos bibliográfica consultable mediante un formulario de búsqueda con los siguientes campos: autor, título, traductor, editorial, fechas de publicación (años o rango de años) y lengua. Con este buscador los interesados tendrán la posibilidad de analizar y visualizar grandes cantidades de información de manera más eficiente y accesible. Caben infinitas consultas para múltiples propósitos; el panorama es tan amplio que es posible conocer los títulos publicados por un autor en cada una de las diez lenguas, los nombres de los autores traducidos a cada de las lenguas, qué títulos ha publicado una editorial, en qué años un autor publicó un título en una lengua, a qué lenguas ha sido traducido un título o autor, los nombres de los traductores de una lengua...

El buscador es la fuente que proporciona los datos precisos sobre los que se ha construido la visualización de la información que representan. Una tecnología que conecta a los usuarios con los casi 300.000 registros bibliográficos procedentes de la base de datos WorldCat de OCLC.

A través de una muestra curada de los metadatos ha sido posible modelizar representaciones diversas como cartografías estáticas, líneas de tiempo, tablas, barras, etc. y mostrar los flujos generales y las grandes tendencias de los textos traducidos. La visualización de datos mediante gráficos permite el consumo fácil de los datos y ayuda a visionar y entender la información.

En resumen, nos importa todo lo que permita preservar, analizar y explorar la cultura de nuevas maneras. El Mapa Mundial de la Traducción del Instituto Cervantes nos permite acceder a la información cultural de manera más efectiva y eficiente; crear y compartir cultura de maneras que antes no eran posibles. Al enfocarnos en estas iniciativas vamos descubriendo la biblioteca de una comunidad interesada por la cultura en español, sabiendo que las páginas que pasan por los lectores de varios países teniendo en cuenta que su seguimiento atiende además a nuestros alumnos, público y usuarios…

Algunos datos:

  • Don Quijote de la Mancha es el líder indiscutible de las obras más traducidas. Le sigue García Márquez, con su Cien años de soledad o El amor en los tiempos del cólera, pero también encontramos obras más recientes como La sombra del viento. A lo largo de los años, tanto en solitario como con otros libros, el ingenioso hidalgo sigue ganando la batalla de la traducción.
  • Entre 1990 y 2000 se ha traducido el mayor número de libros desde 1950. El inglés y el francés son las lenguas a las que más se traduce. 
  • En 2023 se ha registrado un crecimiento del 20 % debido al impulso de la edición digital. El libro electrónico ha supuesto un aumento de ediciones y lectores en todo el mundo.
  • 1968 fue el año con el mayor número de traducciones.